Wolas!! Aqi estoi d nuevo, pa los q creian q m abia muerto o q m abia arrollado un tren i aora estaba en estado d coma... Ejem, solo bromeaba. ¬¬
nos centraremos en el fic: siento no aberlo actualizado ants, pro ya se sab, con los examns, los otros fics y eso... Puff, un lio, vamos. Weno, pos espero q os gust el cap, q creo q m qedo largo... q lo disfruten!!
¡QUÉ VIENE EL LOBO!
- ¡Chicos!- exclamó Anna, exhausta, al ver a Susan y a Sirius acercarse-. ¿Dónde están James y Lily?- preguntó, al no verlos con ellos. Frank y Alice habían vuelta al hotel, por si acaso había alguna novedad allí.
- Pues ni idea, nosotros habíamos entrado siguiéndolos, pero al parecer no los encontramos- contestó Sirius, recordando de pronto ese pequeño detalle-. Bueno, tengo un sueño- añadió, bostezando. Susan lo miró mal.
- Lily está perdida con ese peligro ambulante y a ti lo único que se te ocurre es decir que tienes sueño- le recriminó, mirándole desafiante. Y justo cuando dijo esto, se arrepintió en sobre manera, aunque escuchar la respuesta del chico hizo que olvidara su arrepentimiento.
- Primero, Susan- acentuó bastante el nombre de la chica-. Me parece que allí el único peligro ambulante es tu amiguita, y segundo, estando Cornamenta con ese peligro ambulante, a ti lo único que se te ocurre es originar una pelea- contestó, con cara desafiante. Susan abrió la boca para contestarle al chico, pero Remus se lo impidió:
- Más discusiones, no, por favor, dejad de comportaros como si tuvierais 5 años- Remus los miró alternativamente, algo enfadado-. Tenemos que encontrarles, y reemprender el camino lo más rápido posible. Ya llevamos aquí demasiado tiempo, no podemos perder más.
En ese momento, el cielo empezó a clarearse, por la parte del bosque. Los cuatro muchachos levantaron sus vistas, para contemplar el alba, que se filtraba entre los árboles del imponente bosque. Una pequeña sonrisa se le escapó a Susan, entre los sentimientos de preocupación por su amiga. Sus ojos brillaron, como le gustaban las puestas de sol.
- Genial, ya es de día- comentó Sirius, bostezando. Ahora no podría dormir, lo que le faltaba, con Remus, no-. ¿Y qué se supone que vamos a hacer?- preguntó, buscando al licántropo con la mirada, pero no lo encontró-. ¿Remus?- Anna tampoco estaba, y los vieron a unos cuántos metros de distancia, mirando embelesados como el sol se alzaba en el cielo, anaranjado, con todo su esplendor-. Lo que hay que ver- refunfuñó, algo molesto.
- Es precioso- murmuró Susan, sin hacer mucho caso al chico. Ella también miraba fijamente como salía el sol, aunque de vez en cuando alternaba su mirada, viendo a Anna y a Remus, con algo de envidia.
Sirius la miró fijamente... ¿Qué pasaría si ahora él...? Se acercó a la chica por la espalda, ella no parecía darse cuenta de su presencia, mirando fijamente al sol. Se acercó más aún y la rodeó suavemente con los brazos, dejando su barbilla en el hombro de la chica y empezando a quedarse embelesado por la belleza del sol naciente. Susan no pareció reaccionar ante aquel gesto, por parte del chico, pero él no vio como la joven cerraba los ojos, con una sonrisa algo tonta en los labios.
A lo lejos, Anna miró de reojo la escena, con una sonrisa en los labios. Quizás, al fin y al cabo, estaban las tres predestinadas a acabar con un merodeador, las tres amigas... ¿Quién sabe? La vida da muchas vueltas. Sonrió débilmente, abrazando más fuerte a Remus y pensando que en ese momento, se sentía bastante afortunada.
- Vale, dime que esto es un sueño- murmuró Lily, retrocediendo, mirando al cerdo parlante como si fuera un peligro en potencia. James alternó la mirada entre su pelirroja preferida y el peculiar cerdo.
- Yo no veo que tenga nada de malo...- dijo el chico, no muy seguro de lo que decía y observando con curiosidad al cerdo, pues era la primera vez que veía uno en su vida. Sin previo aviso, se oyeron unos nuevos "Oink, oink"
- ¡Ah!- chilló, histérica Lily, mirando a los dos nuevos cerdos que habían aparecido junto al primero y que miraban a los dos chicos con curiosidad. El primero tenía una boina azul, el segundo naranja y el tercero violeta. Lily retrocedió, ante la mirada confusa de James-. ¡Me dan miedo los cerdos! ¡Ah! ¡Me está mirando con cara de maligno! ¡Socorro, viene a por mí! ¡Ah!
James observó como el segundo cerdo se acercaba hasta la pelirroja, que la miraba con ojos de asustada y retrocedía. El sol ya se estaba empezando a filtrar entre los árboles, pero la claridad aún no era completa.
- Pero nosotros no os vamos a hacer nada- dijo el cerdo, con carita de niño bueno. Lily negaba con la cabeza, todavía asustada y se negaba a acercarse a alguno de ellos. James la miraba, divertido. ¿Cómo se podía tener miedo a unas criaturitas tan adorables?
- ¡Ah! ¡Potter, aléjalos de mí! ¡Socorro! ¡Me quieren matar!- el tercer cerdo, perseguía a Lily, en lo que parecía un intento para darle un abrazo, pero Lily corría ágilmente, impidiendo que el cerdo la alcanzara.
- Evans, creo que te quiere dar un abrazo, no es para ponerse así- James estaba sorprendido de que la serena princesa se estuviera comportando así. Así que le daban miedo los cerdos...
- ¡Potter!- Lily ahora sí que estaba histérica-. ¡O haces que se alejen de mí, o lo pagarás muy caro! ¡Quítamelos, quítamelos!
- Está bien, está bien- James no parecía muy seguro de lo que debía hacer para que los cerdos se alejaran de la princesa, pero decidió optar por el diálogo, como bien haría Juan Cuesta-. Disculpad... Eh... ¿Os importaría dejar de perseguirla?- preguntó, no muy seguro de que fuera a obtener resultados.
Para su sorpresa, el segundo cerdo, que se había unido al tercero en la persecución de Lily, se detuvo, haciendo que el otro también se detuviera. Lily paró, pero aún los miraba con desconfianza.
- Es cierto, tenemos que hacer nuestras casitas, antes de que venga el lobo- dijo el segundo cerdo, de la gorra naranja. Luego se volvió hacia ellos-. Yo soy Marranín, él es Marranán- señaló al de la gorra azul-. Y el que queda es Marranito- el de la boina violeta-. ¿Y vosotros sois...?
- Yo soy James Potter y ella es Lily Evans- se presentó James, con una sonrisa encantadora. Si Lily no hubiera estado pendiente al mínimo movimiento de los cerdos, hubiera reprendido a James por utilizar su demoledora sonrisa con pobres animales indefensos. Claro, que ella no consideraba a los cerdos animales indefensos.
- ¿Quieren ayudarnos a hacer nuestras casas?- preguntó Marranito, con una sonrisa traviesa-. Es que va a venir el lobo, y si no tenemos casa, nos comerá a todos- explicó.
- No- Lily parecía sentenciarlo-. Quiero salir de este estúpido bosque, para colmo, no tengo mi varita aquí y no pienso estar cerca de cerdos sin varita- se dio la vuelta, pero las palabras que pronunció el cerdo hizo que reconsiderara su decisión:
- Por ese camino hay una piara mucho más grande de cerdos- le avisó Marranán-. Yo conozco el bosque como la palma de mi mano, te puedo guiar a fuera, y al punto que quieras. Tú me dices el entorno y yo te digo dónde salir. Pero tenéis que ayudarnos a los tres a construir nuestras casas.
- Vamos, Evans, será divertido- James sonrió, como si aquello fuera una gran aventura. Lily no estaba muy convencida, pero acabó accediendo a ayudar a alo cerdos, con la condición de que ellos guardaran las distancias.
- Chicos... Malas noticias- los cuatro fueron sorprendidos por la voz de Alice, que llegaba del hotel, preocupada. Susan se soltó rápidamente de Sirius y miró hacia otro lado, como si no hubiera pasado nada. Anna y Remus también se volvieron-. James y Lily han olvidado sus varitas en sus habitaciones, lo acabamos de confirmar.
- ¿Quieres decir que James está en ése peligroso bosque, con criaturas muggles, pero casi igual de peligrosas como las mágicas?- lo decía por el lobo-. ¿Sin una varita, y para colmo, acompañado por la princesa loca?- Sirius ya se estaba poniendo en lo peor. Susan abrió la boca, para protestar, pero Anna fue más rápida:
- Si, Susan, ya sabemos que Lily no está loca, no hace falta que cada vez que Black abre la boca busques un excusa para gritarle- Susan puso pose ofendida, mirando a su amiga mal-. Hay que encontrarles lo antes posible. Sabe Dios dónde están.
- Bien, creo que, al poder hacer magia, tenemos una ventaja- miró a Sirius de reojo, y éste entendió a que se refería. Podían utilizar la misma poción que habían empleado para hacer el mapa del merodeador, que permitía localizar automáticamente a las personas. Lo malo era que llevaba bastante hacerla.
- Alice...- la chica se volvió hacia Sirius, que intentaba hacer memoria-. ¿Tienes raíces de mandrágora, tallos de heirberg, uñas de acromántula, esencia de doxy y ajenjo?- Alice pareció muy sorprendida por la extraña lista de ingredientes.
- No sé... Creo que Frank es el que lleva los ingredientes para pociones, iré a preguntarle- desapareció, encaminándose al hotel.
- ¿Para qué queréis todo eso?- preguntó Susan, mirando inquisidoramente a Sirius, sin poder evitar dejar escapar una pequeña sonrisa, bien disimulada, al ver sus ojitos negros y tan cucos... (N.A: Si es que mi Sirito...)
- Para encontrar a Cornamenta y a la pelirroja loca- contestó Sirius, sin poder descifrar la expresión de Susan, que seguía mirándole interrogantemente.
Anna no pudo reprimir una pequeña sonrisa. Cuando los merodeadores se proponían hacer una operación de búsqueda, el desastre estaba asegurado. Aún recordaba cuando habían intentado buscar al responsable de que James no encontrase su escoba, cuando resultaba que la había dejado en el almacén de escobas del campo de quidditch. Habían puesto el colegio patas para arriba.
Poco después, tras recibir una respuesta afirmativa por parte de Frank, los seis jóvenes se encontraban en la cocina del hotel, preparados para empezar la faena. Y fue Frank el que hizo la pregunta, que, interiormente, todos se estaban haciendo:
- ¿Alguno de vosotros es bueno en pociones?- todos se miraron entre sí, temerosos. Remus y Sirius recordaron que la poción la había hecho James, además, hasta el sexto intento del chico, que tampoco era un as en pociones. Nadie dijo nada. Definitivamente, las predicciones de Anna no parecían poco probables: Más bien al contrario: Aquello iba a ser un desastre.
Lily estaba agotada ¡Tenía sueño, estaba transportando paja y más paja, para hacer una casa de paja! Para colmo, no tenía ni idea de cómo acababa aquel cuento, pues al ver que era de cerdos, lo había dejado justo en el momento en el que el primer cerdo estaba construyendo una casa de paja...
James, por el contrario, estaba muy emocionado... ¡Era la primera vez que construía una casa! Les estaba quedando muy bien. Ahora sólo faltaba el techo. Con una escalera, había que colocar la paja. Era bastante divertido. Cuando acabaron, observó, satisfecho, la obra de la casa: Era perfecta. Los cerditos estaban muy contentos:
- Es genial- Marranín con ojos brillantes-: ¡Yo me pido ésta casa!- exclamó, muy contento. Los otros estuvieron conformes.
- Bien, ahora construiremos una de madera- informó Marranán, con orgullo-. Yo mismo me encargué de buscar las ramas y la cuerda para atarlas, así que esta casa será para mí.
Tras unos minutos, la casa también estuvo lista: Se veía más sólida que la anterior, pero de todas formas, se seguía viendo frágil. Lily cada vez estaba más harta de las dichosas casitas, y James cada vez más ilusionado. Estaba planteándose eso de no aceptar el trono del reino de Godric y volverse albañil... Aquella casa se la quedó Marranán.
Por último, llegó el turno de la casa de Marranito: Claro, que ésta fue la que llevó más tiempo. Lily calculaba, que debía ser alrededor del medio día cuando la acabaron. Definitivamente, ésa era mucho mejor, pues estaba hecha de ladrillo. Lily se volvió hacia ellos, harta:
- Ahora tenéis que enseñarnos el camino hasta el hotel- exigió la pelirroja, mirándoles, amenazante-. Y que sea rápido, por que creo que me voy a quedar dormida por el camino.
- Pero es que ahora tengo hambre- murmuró un Marranán, con carita de cerdito bueno. Y, efectivamente, sus tripas rugieron. Lily alzó una ceja, lo cierto es que, desde la cena de la noche anterior, no había probado bocado.
- Podemos tomar algo en mi casa para coger fuerzas para el viaje- sugirió Marranín. Los otros dos cerditos y James estuvieron de acuerdo. Lily acabó cediendo, pues la verdad es que tenía mucha hambre.
- ¿Y cómo se supone que se come esto?- preguntó un desconcertado James al ver que los tres cerditos les ofrecían unas bellotas, que ellos mordían sin dificultad ninguna, pero a parte de que eran demasiado duras, no tenían una pinta muy apetitosa.
- Genial, hemos venido a morirnos de hambre a este mundo tan raro- bufó Lily, molesta. James la miró de reojo, al ver que ahora prestaba más atención a la comida que a los cerdos.
- Es muy fácil, sólo tienes que morderlos- explicó Marranito, con una sonrisa en los labios.
James mordió una: Estaba muy dura y le fue difícil partirla, pero cuando lo consiguió, la bellota estaba tan rica que pensó que valdría la pena. Además, él también tenía bastante hambre. Lily lo miraba fijamente, con una expresión de asco en la cara. ¿Cómo podía comerse algo tan asqueroso? Se le quedó mirando fijamente, con la mueca en sus labios desapareciendo por momentos. De pronto, James se percató de la mirada de la chica sobre él:
- ¿Qué tanto me miras, Evans?- preguntó, burlón. Las mejillas, normalmente inturbables de Lily se volvieron un poco rosadas-. Deberías probarlas, están muy ricas- añadió, mordiendo de nuevo una bellota. Lily puso los ojos en blanco. De pronto, se oyó un estruendo fuera.
Todos se volvieron a la puerta, donde unos fuertes nudillos llamaban ruidosamente. Los tres cerditos empezaron a temblar y James y Lily se miraron fijamente, pues ninguno de los dos conocía el cuento como para poder adivinar quien era:
- Abridme, abridme ahora mismo, que os devoraré a todos- rugió una voz fuera. Entonces, James y Lily, al igual que los cerditos, supieron a ciencia cierta quien estaba fuera: El lobo.
- No te abriremos- negó Lily, con un toque teatral de valentía en la voz. Aquello pareció enfurecer al lobo:
- Soplaré y soplaré, y vuestra casita derrumbaré- gritó el lobo, furioso. De pronto, se oyó un gran soplido, como un vendaval de viento, y la paja de la casa, poco a poco, fue saliendo de su sitio, haciendo que volara por ahí.
James se iba a transformar en ciervo para salvarles, pero un cerdito, no alcanzó a distinguir cual era, lo agarró por su pezuña y lo llevó corriendo a la segunda casa, a la de madera. Marranito también había traído a Lily, y ahora ella chillaba, histérica, porque el cerdo la había tocado. Un espectáculo.
- Esperemos que aquí no pueda entrar- deseó Marranán, con los dedos cruzados, mientras Marranín y Marranito asentían, conformes.
De pronto, el mismo ruido golpeando la puerta... ¡Era el lobo de nuevo!
- Soplaré y soplaré, y vuestra casita derrumbaré- todos cruzaron los dedos. Escucharon el ruido del vendaval, de nuevo, y por un momento, se sintieron aliviados, al ver que la madera seguía en su sitio: Pero el lobo sopló más fuerte aún, y la madera también empezó a desprenderse de su sitio. Ahora, sin necesidad de que ningún cerdito los guiara, corrieron a la casa de ladrillo.
Esta vez, ninguno dijo nada. Cerraron fuertemente la puerta, deseando que esta vez el lobo no pudiera entrar. Todos sabían que esa casa era más resistente que el resto, pero de todas formas, ninguno estaba muy seguro de que fuera a resistir.
- Soplaré y soplaré, y vuestra casita derrumbaré- se escuchó de nuevo.
De nuevo, aquel ruido que ya les estaba haciendo familiar, como de un fuerte viento. Pero esta vez nada sucedió: Ni siquiera temblaron las paredes: Parecían estar a salvo... Hasta que...
- ¡Pretende entrar por la chimenea!- exclamó Lily, viendo asustada como el lobo trepaba ágilmente por fuera de la casa, dirigiéndose al tejado.
- Sirius, ve a coger una cuchara para revolver que no se disuelva cuando la metas en la poción, Susan, ve al armario de los ingredientes y coge algo más de uñas de acromántula- sin que nadie lo hubiera decidido, Remus se había puesto al mando de la fabricación de la poción. Ahora mismo estaba en frente del caldero, mirándolo atentamente, como si fuera un peligro para la humanidad.
Anna observaba al muchacho, medio embelesada, medio muriéndose de sueño. A regañadientes, Susan y Sirius fueron a hacer las distintas tareas que el licántropo les había asignado.
Alice y Frank, se había disculpado, pues ambos tenían bastante sueño. Se dirigían en ese momento a sus habitaciones, charlando amenamente:
- Frank...- Alice dudó, no muy segura de lo que iba a decir-. ¿Por qué viniste a trabajar aquí?- le preguntó, con bastante tacto. Él se puso nervioso.
- Pues yo...- contestarle la verdad, es decir, contestarle que había aceptado el empleo porque ella trabajaba allí, quizás lo metería en apuros, pero no quería mentir a la chica-. Pues porque.... Porque tú también venías a trabaja aquí- confesó, algo azorado.
Alice se quedó algo sorprendida y aturdida por la respuesta del chico, pero luego esbozó una pequeña sonrisa:
- Ya veo...- no sabía muy bien que más decir, le hubiera gustado añadir algo más interesante, pero en ese momento, no le salían las palabras.
- Alice...- Frank no sabía muy bien como decir lo que quería decir, pero miró fijamente a la chica. Ella había sido su compañera en Hogwarts, eran amigos casi desde muy pequeños, y aunque hubieran tenido sus pequeñas diferencias, siempre habían salido a delante... Quizás era el momento de dar el siguiente paso.
Anna notaba como sus ojos se iban medio cerrando, observando embelesada a Remus, que tenía un aire muy apuesto haciendo la poción, con cara concentrada.
Remus, que estaba concentrado en la poción, se percató de un ruido sordo. Anna había caído al suelo, debía haberse dormido. Con una pequeña sonrisa, y olvidándose de pronto de la poción, se acercó a ella. La cogió en brazos, con suma delicadeza. La observó, con aquella misteriosa sonrisa en los labios.
La llevó a su habitación y la depositó con delicadeza sobre la cama. No era de extrañar que estuviera cansada, él también lo estaba, y mucho. Sin poder remediarlo, se acercó y le dio un tímido beso en la frente. Ella pareció removerse en sueños, con una pequeña sonrisa en sus finos labios. Y Remus se quedó dormido junto a ella.
Sirius subía con su cuchara a dónde debía estar Remus. Pero allí no había nadie. Tras esperar un rato, y hartarse, decidió ir a ver por qué Susan no aparecía.
Bajó a la habitación del armario de pociones, pero el armario estaba cerrado. Que raro. Se acercó al armario. Lo abrió, y allí se encontró con Susan, que se había quedado encerrada dentro. Ella respiraba entrecortadamente, pues casi se estaba quedando si aire. Miró fijamente a Sirius, que se acercaba a ella.
Vio esos ojos negros, que hacían que te perdieras en ellos. Y Sirius la vio allí, respirando entrecortadamente, y no pudo evitar acercarse a la chica. Pero aquella vez Susan no se apartó, si no que se quedó ahí, mirándole fijamente, como hipnotizada por sus ojos hechizantes, y respirando aún con dificultad. Y ninguno de los dos lo pudo resistir más, ninguno de los dos lo resistió:
En un acto con lujuria y pasión, el uno se abalanzó sobre el otro, con fuerza, con deseo. Y se besaron. Se besaron como harían dos almas atormentadas, que buscaban consuelo en el cuerpo del otro. Las manos de Sirius se deslizaron suavemente por el torso de la chica, para, sin parar de besarla, empezar a desabrocharle la camisa, mientras Susan hacía lo mismo con la suya. Los besos fueron subiendo de tono, más y más, dejando a ambos sin conciencia de lo que hacían.
- Tenemos que hacer algo...- James corría de un lado a otro de la habitación. Podría transformarse en ciervo y poner su cornamenta en la chimenea, para que el lobo se pinchara. No, no era una buena idea-. ¡Ya sé! Prendamos fuego ¡Mierda! No tenemos varita- James empezaba a desesperarse.
- Pues lo haremos al modo muggle- decidió Lily, pasando a la acción.
Cogió dos pequeños trozos de madera, que quedaban de la segunda casa y los frotó con fuerza, sobre la leña de la chimenea. Nada sucedió. James la observaba, interrogante y los tres cerditos con aprensión. De pronto, una chispa surgió, y el fuego se prendió en la chimenea.
Justo a tiempo: El lobo había saltado por la chimenea, y al caer abajo, se quemó con la hoguera. Todos respiraron aliviados.
- Bueno, nosotros no podemos ir, eso sería salir de nuestro territorio, pero si vais todo recto hasta allí, os encontraréis con un árbol muy grande, el más grande de todo el bosque, cuando lleguéis allí torcéis a la derecha- le explicaba Marranito, feliz. Él y sus dos hermanos vivirían a partir de ese día en la casa de ladrillo.
- Está bien, está bien- lo calmó Lily, con una sonrisa, aunque sin acercarse mucho. Todavía no había superado del todo su fobia a aquellas criaturas, aunque reconocía que no lo había pasado tan mal.
- Muchas gracias por todo- añadió Marranín, despidiéndose con la pezuña, viendo como los dos adolescentes se alejaban.
James y Lily caminaban en silencio por el bosque, cada uno en sus respectivos pensamientos. James, para hacer conversación, comentó:
- ¿Ha sido divertido, no crees?- preguntó, con una sonrisa entrañable. Nunca olvidaría la imagen de Liliana Evans escapando como una histérica de los cerdos.
- Si tú lo dices...- murmuró ella, distraída y bostezando. James alzó una ceja, sin dejar de mirarla, atento a sus movimientos. De pronto, llegaron a aquel árbol tan grande que los cerditos les habían indicado-. ¡Este debe de ser el árbol!- exclamó Lily, mientras James se adelantaba.
Para alcanzarle, Lily se apuró, pero acabó tropezando contra una de las raíces del gran árbol, cayendo de bruces al suelo. Pero James la cogió justo a tiempo, por fortuna para la chica, o para desgracia, eso no llegó a saberlo, porque, en sus brazos, al sentir el cálido contacto del chico y la paz que le transmitía, se quedó profundamente dormida.
Anna entreabrió los ojos débilmente, para encontrarse bajo el cálido cuerpo de alguien... Un momento... ¿Qué hacía Remus dormido encima de ella? Se levantó bruscamente, tirando a Remus de la cama, y, cuando el chico dio con la cabeza en el suelo, se despertó también de un modo brusco:
- ¡Lupin! ¿Se puede saber qué hacías?- le preguntó, con tono acusador, que aturdió al recién despertado Remus.
- ¿Eh?- preguntó, sin acordarse en ese momento-. Anna... yo...- pero no encontraba una explicación lógica para lo que había sucedido, sus recuerdos se veían borrosos, recordaba débilmente tener mucho sueño...
Con un bufido, Anna se levantó, enfadada y salió de la habitación. Remus pensó mentalmente: "La he cagado".
¿Por qué será que las chicas nos despertamos muy antes que ellos? Misterio sin resolver. La cuestión es que Susan fue la primera en despertarse. Y cuando se encontró en una situación muy incómoda, con su camisa tirada por el suelo, en un armario y... ¿Con Black? No, aquello no podía estar pasando.
¡Mierda! ¿Cómo se había podido descontrolar de aquella forma? ¡Ni que fuera una quinceañera! Bien, ahora tenía que irse de allí... ¿Cómo iba a actuar ahora ante Black? Eso no lo había pensado... Da igual, lo importante en ese momento era irse de allí. Cogió su blusa, se la abrochó deprisa y corriendo y salió de allí a buen paso, no sin antes echarle una rápida mirada al torso desnudo de Sirius, sin poder reprimir una pequeña sonrisa, que no tardó en rectificar.
Sirius se despertó poco después, con el recuerdo de lo sucedido con Susan. Al no verla allí, se desconcertó. ¿Había sido un sueño? Lo había vivido tan real... Si no, ¿cómo explicaba el hecho de no tener la camisa puesta? Definitivamente, no había sido un sueño. Feliz por esa conclusión, bajó a fuera del hotel, con una tonta sonrisa dibujada en su cara.
James, al ver ya el hotel, decidió despertar a la pelirroja que llevaba en brazos. Decidió que sería mejor hacerlo suavemente, pues últimamente, la chica estaba de un humor muy irritable.
- Lily- le susurró, sacudiéndola levemente, con delicadeza-. Lily- la sacudió un poco más fuerte.
- ¿Eh?- Lily entreabrió los ojos, y lo primero que vio fue a James transportándola. Claro, aquello era imposible, era un sueño. Se volvió a acomodar, para seguir durmiendo en los brazos del chico, cosa que lo desconcertó.
- Lily, ya hemos llegado- ahora si que Lily abrió los ojos, James era demasiado real como para ser un sueño.
- ¿Me has llamado Lily?- preguntó, mirándolo suspicazmente. James la miró.
- Si- contestó sencillamente, con una pequeña sonrisa en los labios. Lily, de pronto, se sintió muy bien en los brazos de James, como una princesita en apuros en brazos de su caballero azul. Pero a James le estaba empezando a pesar Lily-. Eh... esto... ¿Bajas ya?
Aquello ofendió en sobre manera a Lily, que se levantó de los brazos del chico, enfadada y fue ella solita al hotel a buen paso. Tras negar con la cabeza, James la siguió.
Ya cuando se estaba haciendo de noche, después de comer algo, los seis chicos se disponían a seguir su camino. Susan y Sirius había evitado cualquier mirada, roce y mucho menos contacto. Anna no hacía caso a Remus, que le imploraba perdón y Lily parecía haber vuelto a su táctica de indiferencia con James. O sea, que prácticamente, todo había vuelto a la normalidad... Pero no por mucho tiempo.
- ¡PUM!- cuando ya llevaban unos cuantos metros lejos del hotel, una explosión resonó en él. Todos se volvieron, algo asustados, menos Remus, que comentó:
- Vaya, había olvidado que si dejabas demasiado tiempo a la poción reposar explotaba- dijo como si tal cosa. Todos se le quedaron viendo, extrañados.
- ¿Remus, estás bien?- preguntó James. Aquel no era un comentario típico de su amigo. De pronto, Sirius vio la causa de aquel extraño comportamiento:
- ¡James, mira!- la luna, tan llena como ella sola, se empezaba a asomar por unas montaña. Demasiado tarde, Remus estaba empezando a transformarse.
CONTINUARÁ...
Os gusto el final?? Jejej, weno, pos ya sabeis, djar reviews pa ver si actualizo ntes, ep?? Esq si no djais reviews, caigo en una dpresion i pienso q mi fic no le gusta a nadie (.
Weno, em serio siento no avr actualizado ants, pro un sep xq, st ff m kuesta q otros actualizarlo, asi q les ruego q tngan paciencia, ok? Musas asias x adekantao!!
Pao Blom: Olas, wapa!! Jejeje, weno, en st kpi ai puse un poko d kda... ia vs q t ic kso i uvo beso d Sirius i Susan, ep?? XDD, algo d contacto ntr Remus i Anna... y weno, James i Lily, pos komo siempre, asi d kbezotas, xDD. Espero que t gustara el final, ia m contaras, ok? Muxos besos y abrazos, preciosa!! Intentare no dmorarm tanto la proxima vez... ¬¬
Ivita black: Olas, preciosa!! Aixxx... un sep q aria iop sin tus animos, t debe muxo, wapa!! Espero q st kpi tb t aya gustao, aunq creo q la cosa pued mjorar algo, un? XDD Weno, un fuert d saludo, ia m contaras q t parecio, cuidat muxo!!
Kritsin: Olas, wapa, asias x prguntar, ep?? Jejeje, pos ia nu stoi dprimida (sq qedar con las amigas n la pista d ielo i pasarlo mui ben ayuda, sabs?) pro lo malo s q un tngo musa inspiración ¬¬ Asi q un sep io q sera mejor... Ia sabia io q iba a sorprender q fuera Mundungus, xq un venia a qento... Pro siempr fue un prsonaje q m cayo mu ben i me aptcia ponrlo.. Jajaja, m alegra q t guste, intentar no tardar tanto n actualizar, un beso, wapisima!!
Mary 93: Preciosa, un pasa nada, con lo d la welta al cole... q bajon, aunq ia ace q lo empezamos... S q esta vz tard bastant n actualizar.. Un me mates, wapa!! Jejeje, m alegra q t gust, voi a vr si no tardo muxo en actualizar, weno, t djo, preciosa, q tngo un ff q actualizar.. Jejeje!! Besos!!
Ia sabeis, a djar revieeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeewsssssssssssssssssssssss!!
