Riza se paso un polo por la cabeza y se miro en el espejo. Se quedó así por unos segundos, luego hizo un sonido de fastidio y se saco el polo y lo tiro en la cama. Fue hasta su closet, abrió los cajones y después de buscar un poco saco otro polo, se lo puso, se miro en el espejo, asintió y estaba a punto de marcharse cuando noto una mancha. El polo no le atinó a la cama y cayo al piso.

Después de buscar por otros 10 minutos saco una blusa del cajón. Miro su reflejo, volteo hacia los lados y estaba a punto de sacárselo cuando sintió un par de brazos rodeándola. Automáticamente se recostó contra el cuerpo caliente detrás de ella y apoyo su cabeza en el hombro detrás suyo. Pudo sentir los brazos apretándola más fuerte y un mentón vino a descansar en su hombro, su respiración haciéndole cosquillas en la oreja mientras susurraba.

-Te ves hermosa…- el ronroneo de su voz hizo que su cuerpo temblara, pero no pudo evitar la carcajada que escapo sus labios. -¡Oye, lo digo en serio!-

-¡Oh, por favor¡Mírame¡Parezco una pelota!-

-Pero una pelota muy bonita-

-¡Roy!- Ahora estaba riéndose a carcajadas y Roy sonrió. Le encantaba verla reír.

-No, no, en serio te ves hermosa- lo miró con incredulidad- ¡de verdad! Aunque me gustaba más el polo que tenías antes-

-¿Cuál, el gris? A mi también me gus…-

-No, no, después del gris- Riza no notó su sonrisa pícara

-No me he puesto ninguno entre el gris y… ¡Roy!- le pego con el codo en las costillas juguetonamente, pero el sólo se rió –A todo esto ¿Qué haces aquí?-

-¿Por qué, estas esperando a alguien?-

-¡Roy!-le pegó de nuevo

-Vine a buscarte. Te demorabas mucho, la gente se estaba impacientando… Pero tu belleza me dejo hechizado- Riza soltó otra carcajada

-¿Desde hace cuando estas ahí?-

-No sé, desde el polo rojo creo- dijo señalando con la cabeza la pila de polos y blusas en la cama (y el piso), donde se podía ver una manga roja casi en la base de la montaña.

-¡Roy¡Tenemos que ir!- se libero de su abrazo y tomando su mano se dirigió hacia la puerta. Pero Roy la jaló de nuevo hacia él y la abrazo otra vez, solo que estaba vez estaban frente a frente y él le estaba dando la espalda al espejo.

-sabes? Creo q cambie de opinión. Eres demasiado hermosa como para compartir…- con esto comenzó a besar su cuello y dio un par de pasos hacia delante, obligándola a retroceder –yo…digo…que…nos quedemos…aquí- murmuró entre besos.

-Roy!- trato de sonar indignada, pero no pudo controlar la carcajada que escapo sus labios. Suavemente lo aparto de ella, y él le dirigió una mirada supuestamente sorprendida y dolida, pero no podía controlar su risa.

-No puedo evitarlo! Eres demasiado hermosa como para si quiera tratar de controlarme-

-Siempre fuiste un mentiroso… un mentiroso y un casanova- Roy sólo sonrió y volvió a enterrar la cabeza en su cuello.

-¿Eso es un sí?- avanzó un poco más y Riza pudo sentir el borde de la cama contra sus piernas -¿Y quien te dijo que estaba mintiendo?-

-¡Oh por favor Roy! Nadie que me vea así pensaría que soy "hermosa"-

-Entonces estarían locos; locos y ciegos por que eres la criatura más bella del planeta, ahora y siempre- Riza se iba a reír, pero vio que hablaba en serio- Nunca dejes que nadie te haga pensar lo contrario- Y con eso dicho, se agacho y capturo sus labios, atrayendo sus cuerpos lo más posible –Entonces¿Qué dices¿Aceptas?- su tono volvió a ser juguetón y Riza pudo ver la sonrisa en sus labios.

Se rió, lo empujo lejos de ella, cogió su mano y lo llevo hasta la puerta, sin que ninguno dejara de reírse. Pero justo antes de llegar a la puerta, Riza se detuvo de repente. Roy volteo a verla y su mundo se cayo al piso cuando vio su expresión.

-¿Qué pasa¿Estas bien? –el militar comenzó a ponerse histérico y Riza se encontró controlando su carcajada al verlo. Cualquiera q los viera diría que habían cambiado papeles, ya que últimamente ella había sido presa del histerismo con frecuencia.

-Roy…Roy... ¡Roy!- sujeto su cara y lo obligo a mirarla a la cara. Recién ahí se tranquilizo –Acaba de patear-

-¿Qué?- Roy pestañeo como si no entendiera lo q Riza acababa de decir

-Tu hijo… acaba de patear- lentamente una gran sonrisa inundo la cara del alquimista. Se rió y puso sus manos en la barriga de Riza. Se quedo así unos segundos, hasta que en un determinado momento la teniente pudo ver la estupefacción en su rostro.

-…Oh Dios mío… acaba de… mi hijo acaba de…. él acaba de… mi hijo…- Riza sonrió a su incapacidad de formar oraciones completas. Pero de repente Roy sonrió de nuevo, tomo a Riza en sus brazos y levantándola del piso, comenzó dar vueltas en el aire. De repente se detuvo, deposito a Riza en el piso, le dio un rápido beso en los labios y corrió por las escaleras

-¡Escuchen todos¡Mi hijo acaba de patear!-