Por décima vez en una hora, el coronel se pregunto por que demonios se daba el trabajo de venir a estas fiestas. Eran aburridas y sin sentido. Un montón de oficiales reviviendo glorias pasadas y señoras tratando de revivir su juventud no eran parte de lo que el llamaría una tarde interesante. Y para empeorar las cosas, Elysia estaba enferma y Hughes no había podido venir…
Roy volvió a la realidad justo a tiempo para responder a la pregunta de un general que claramente había visto mejores días, los cuales no parecía estar dispuesto a olvidar. El general pareció contento con su respuesta, y antes de que pudiera continuar Roy se disculpo y se fue en la otra dirección. Todo tiene un límite y la paciencia de él no era la excepción.
Una vez a salvo en una esquina del gran salón, el coronel se pregunto por que demonios seguía viniendo a estos bailes. Él odiaba estos bailes. Eran estúpidos y una total perdida de tiempo. ¿Entonces por que demonios seguía viniendo?
Automáticamente dos razones aparecieron en su cerebro. Una, la principal, era por que quería llegar a ser Fuhrer. Para esto era necesario formar conexiones, y q mejor forma de hacerlo que en un baile? Los militares parecían tomar todo mejor con una copa en la mano, y eso incluía a un joven y ambicioso coronel.
La segunda razón se evaporo de su cerebro al ver a Riza Hawkeye en vestido de gala. El vestido negro moldeaba su figura a la perfección y su cabello suelto se veía tan suave… Roy no pudo evitar recorrer toda su figura con la mirada, tratando de adivinar que estaba cubriendo la delgada tela al mismo tiempo que numerosas ideas de cómo averiguarlo aparecían en su cabeza.
Ahora se acordaba. Por esto era que venía a estas fiestas.
