Roy se sentó en el sillón y suspiro. Riza acababa de entrar a bañarse, y sabia por experiencia que c iba a demorar un rato. Es una ley de las mujeres, aparentemente, demorarse al menos 20 minutos en bañarse , y aparentemente, esta ley también afectaba a las militares.

El coronel miro alrededor de la cómoda habitación en busca de algo q hacer, al final su mirada cayo en el librero y la curiosidad hizo que se parara a ver que clase de novelas leía Hawkeye.

Lo que encontró le sorprendió, nunca se le hubiera ocurrido que a Riza el gustaran las novelas! Y todas románticas…nunca hubiera pensado q Riza era de las románticas, pero era bueno saberlo. Su mente ya estaba planeando como usar esta información en el futuro…

Sus planes se detuvieron, sin embargo, cuando su mirada se paro en un libro diferente a los demás. Era más ancho y de cuero, y cuando Roy lo sacó vio que tenía escrito al frente "Álbum de fotos". Contento de haber encontrado algo que hacer, Roy volvió al sillón y se dispuso a esperar que Riza saliera de bañarse.

Apenas abrió el libro esos ojos canela que conocía tan bien le devolvieron la mirada. Fotos de Riza cuando era bebe. Fotos de Riza en su fiesta de 5 años. El coronel no pudo contener la sonrisa que se formó en rostro ante una foto de una Riza en miniatura abrazando a un perro de peluche tan fuerte que los ojos se le salían.

Conforme pasaba las páginas, la Riza de las fotos iba haciéndose más grande. Riza de, tal vez, doce años en uniforme de colegio. Riza riendo con un par de amigas. Riza concentrada estudiando en su cuarto. Riza sosteniendo un arma con brazos vacilantes, al costado de (Roy supuso) su padre.

No había muchas fotos de Riza adolescente, pero cuando Roy encontró una de Riza riendo y saludando con su uniforme militar, el coronel supuso que era del día que entro al ejército. Después de eso el álbum seguía en blanco, al parecer esa había sido la última foto.

Un poco desilusionado, el alquimista siguió pasando las páginas, y cual no sería su sorpresa al encontrar uno foto de su unidad ahí. Él tenía la misma foto, pero nunca se le ocurrió pensar que Riza tuviera una copia.

Su sorpresa no hizo más que aumentar al encontrar una foto suya a continuación. Eso si que no se lo esperaba. Pasó la página y encontró una de los dos en la oficina, Riza apuntándolo con su arma mientras que él firmaba papeles lo más rápido que podía. Curioso, le dio la vuelta y encontró la firma de Maes. Sonrió, debió haberlo sabido.

Al final, no habiendo encontrado más fotos, el coronel se paro para devolver el álbum a su sitio. No estaba muy seguro de que haría Riza si lo encontraba, y de verdad no quería averiguarlo.

Una foto se cayó al piso. El alquimista se iba a agachar a recogerla cuando la puerta del baño se abrió y Riza salió. La teniente lo miro, miro el álbum, miro a la foto en el piso y un segundo después salto en un intento de agarrarla. Pero Roy estaba más cerca y la agarró más rápido. Riza se le quedo mirando expectante mientras los ojos de Roy se desencajaban de sorpresa.

El coronel miro la foto y luego a ella sucesivamente por un par de minutos, hasta que una expresión de triunfo y dicha extrema inundo su cara. Riza frunció el ceño y gruño.

-No. Digas. Nada. –trato de tomar la foto, pero Roy la movió fuera de su alcance.

-¡Riza! Si hubiera sabido que te veías tan bien en minifalda te hubiera presionado más para que te pusieras una! –dijo sonriendo y moviendo la foto fuera de su alcance de nuevo.

-Me veía, Roy, eso fue hace años. Y ni siquiera quería, mis amigas me obligaron- el alquimista volvió a ver la foto y por primera vez noto a las dos chicas junto a Riza

-Bueno, de verdad les estoy agradecido… y no has cambiado mucho teniente, aún tienes lindas piernas- Riza se sonrojo, pero luego frunció el ceño y siguió tratando de recuperar la foto. Roy sólo se rió y la movió de nuevo, pero entonces Riza saltó en un intento de agarrarla, el coronel se movió y ambos cayeron al suelo en un nudo de brazos y piernas.

Riza levanto su mirada desde su posición y se encontró con un par de ojos negros. Se quedaron así unos minutos, hasta que la teniente notó que estaba en el piso encima de Roy! Se sonrojo y trató de levantarse, pero el coronel la jaló del brazo hacía él.

Riza no luchó cuando Roy puso sus labios contra los suyos o cuando una de sus manos comenzó a deslizarse por su cintura. El coronel le sonrió cuando unos segundos después se separaron porque, lamentablemente, toda la gente necesita respirar.

-¡Hey!- exclamo el alquimista segundos después, cuando Riza, aprovechando que estaba pensando en "otras" cosas, logró arrebatarle la foto de las manos -¡Eso es mío!-

-Actualmente, Roy, es mía. La sacaste de mi álbum, recuerdas?- Riza soltó una carcajada cuando el coronel hizo un puchero, haciendo que Roy se riera también. Dándolo por terminado, la teniente trato de levantarse…pero eso demostró ser un error.

Rápidamente, el coronel la jalo de nuevo hacía él, pero esta vez no se detuvo ahí. Rodó hasta quedar encima de Riza y uso una mano para agarrar los dos brazos de la mujer debajo suyo. Con su mano libre recuperó "su" foto y esta vez tuvo la precaución de guardarla en su bolsillo.

Le sonrió a la enfuruñada Riza y descendió hasta que su cara estuvo sólo centímetros encima de la de ella. La teniente sintió su abrasador aliento en sus labios antes de que ella misma cerrara la distancia final entre los dos.

-Te ves demasiado sexy como para si quiera pensar en devolverla-