El amor es una forma de demostrar que estas existes, saber que alguien te quiere es la forma de sentir que te necesitan, pero amar y que te amen es la forma de saber que estas vivo. El amor puede confundir, puede hacer sufrir y puede doler, todo eso lo supe cuando me enamore, lo único que me preguntaba era: ¿Me habré enamorado de la persona correcta?
Desde el día en que le conté a Draco ese pasado que había mantenido oculto algunos años todo paso normal, tenia miedo de que Bergerac intentara hacerme daño, pero al contrario de eso nada paso.
Me encontraba en el jardín, no muy alejada del castillo, porque a pesar de la tranquilidad con la que pasaron los días no perdía ese miedo que había resurgido al inicio del curso. Dug jugueteaba con las flores mientras yo terminaba mis deberes, pensaba mucho en lo sucedido con Draco, al recordarlo en ocasiones me sonrojaba, había evitado lo mas posible tanto a Pansy como a Draco, no quería explicar nada ni que me hicieran preguntas, pero tarde o temprano tendría que enfrentarlos; como si hubiera leído mi mente Pansy se presento ante mi mirándome con resentimiento.
Hola – dije nerviosa.
Te he estado buscando – comento Pansy con un tono no muy alegre.
¿Enserio? – pregunte fingiendo no saber nada – lo siento es que estaba un poco ocupada.
No digas mentiras, me has estado evitando desde que te llegaron la carta y el paquete – dijo severamente y agrego - además te dije que tendrías que explicarme lo que vi en tu habitación y aun no lo has hecho.
Pansy, no puedo explicártelo, te lo dije cuando íbamos al despacho de Dumbledore – trate de excusarme.
Pues lo siento mucho pero tendrás que hacer un esfuerzo – dijo sentándose a mi lado - y quiero que sea convincente – advirtió.
Esta bien – acepte con resignación y continué – pero la verdad no hay nada que explicar, Draco y yo solo estábamos platicando y …
¿Platicando? Pero si ni siquiera quisiste hablar conmigo.
Es que… el es mas insistente.
Aun así…bien continua.
Pansy, te digo que no hay nada que explicar, yo no siento nada por el y lo sabes – insistí cruzando los brazos.
Pues no es lo que demostrabas en ese momento.
Tu mejor que nadie sabes que lo odio.
Y entonces ¿Por qué platicabas con él? – pregunto con una sonrisa de triunfo – tu misma lo dijiste.
Bueno… no era precisamente una platica, mas bien era una discusión, incluso lo corrí de mi habitación.
No te creo, sabes que no puedes ocultarme nada.
No te estoy ocultando nada, solo… quería molestarme – dije tratando de no sonar nerviosa.
Pues besarse no creo que se una forma de molestar o ¿si?
Ya no pude contestar a eso, ella había visto lo que paso en mi habitación y no podía mentirle, aunque realmente eso no fue algo que quisiéramos hacer. Ante mi silencio prosiguió con su interrogatorio.
Admítelo, Draco te gusta y mucho, tu no te diste cuenta pero yo si – dijo poniendo una mano sobre su pecho – me di cuenta desde el curso pasado.
Eso no es cierto, además se puede saber ¿Cómo te diste cuenta?
Muy simple, la forma en que lo mirabas, cada vez que el pasaba no podías evitar mirarlo, incluso en nuestras conversaciones siempre lo mencionabas por lo menos una vez – dijo con un aire soñador.
No digas… mentiras – dije sintiendo como mis mejillas se sonrojaban.
No te olvides que hay un dicho que dice: "Del odio, nace el amor" y ese es tu caso – comento señalándome con el dedo.
Ahora que lo pensaba, todo lo que había dicho era cierto, pero ¿Cómo era posible que no me diera cuenta? Siempre pensé que los hombres como el nunca entrarían en mi lista de preferencias ¿Tan equivocada estaba?
¿Qué esperas? – pregunto Pansy ansiosa.
¿mm? ¿a que te refieres? – pregunte confundida.
¡Admítelo! Solo quiero escuchar: ¡Draco Malfoy me gusta, me encanta, me fascina, me enloquece, me quita el sueño, me derrite, lo adoro y estoy perdidamente enamorada de el! – dijo sin respirar.
¿Qué? Yo no voy a decir todo eso, me quedaría sin aire antes de terminar la frase.
Si yo pude tu también puedes – comento con una sonrisa en los labios, mientras yo la miraba con cara de "yo no voy a decir eso" – esta bien solo di que lo amas y ya.
No, no lo diré.
Dilo.
No.
Dilo.
No.
Dilo.
No.
¡Que lo digas!
Esta bien, amo a Draco ¿contenta? – pregunte mirándola con un leve rojo en mi rostro.
Bueno, esperaba que lo dijeras con mas energía pero… - dijo con un tono serio – esta bien, esta bien me conformo con eso – agrego ante mi mirada asesina.
Respire profundamente, a decir verdad se sentía bien decir la verdad. Lo que me preocupaba ahora, era que Pansy no se iba a quedar de brazos cruzados, estaba casi segura de que haría lo posible por que Draco supiera lo que sentía por él.
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Noviembre había llegado, el invierno se acercaba y el clima estaba cambiando mucho. No había hablado con Draco, seguía evitándolo para no tener que dar explicaciones; respecto a Bergerac parecía no dar señales de vida, por lo que me sentía un poco tranquila.
Pansy insistía mucho en que tenia que decirle a Draco acerca de mis sentimientos, pero ante mis ganas de ahorcarla había desistido, aunque no dudaba que pronto tomaría el papel de cupido. La cena había comenzado, todos comentaban acerca de lo que harían en navidad, muchos ya se habían anotado en las listas para pasar la navidad en sus casas, yo desde luego no me apunte, no quería pasar la navidad encerrada en casa, aunque en el colegio no seria mejor.
Mientras comía un poco pudín, Draco me miraba de vez en cuando, el haber aceptado mis sentimientos por él me hacia sentir un poco extraña, cada vez que me miraba sentía un escalofrío que me recorría la espalda, aunque nada me haría confesar lo que sentía, ni siquiera Pansy. El profesor Dumbledore se levanto provocando un silencio total.
Queridos alumnos, navidad esta a punto de llegar y con ella llegan tiempos de paz y de amor – "si, como no", pensé – esta fecha es muy importante y tras todos los problemas que ha tenido el colegio pensamos que es bien merecido un pequeño descanso así que, los profesores y yo hemos decidido preparar ¡un baile de navidad! – dijo el profesor con jubilo.
Entre las mesas se dejaron escuchar gritos de alegría y murmullos, por mi parte casi me daba de topes contra la mesa, había preferido no anotarme para ir a casa y ahora me salían con esto; el profesor movió las manos pidiendo silencio.
Sé que están contentos por la noticia pero, lamentablemente todos aquellos que ya se hayan anotado en las listas no podrán quedarse, ya que se les aviso a sus padres de su regreso a casa y no podemos retractarnos – comento el profesor.
Ahora se escucharon comentarios de desaprobación o de decepción, nadie se esperaba eso, aunque en mi se formo una esperanza, tal vez si la mayoría se iba ya no habría fiesta.
Haremos algunas comisiones para que realicen diferentes tareas, nosotros no podremos hacerlo solos, así que ustedes tendrán que ayudarnos, después se les informara acerca de los detalles, por favor continúen con su cena – finalizo sentándose de nuevo.
Algunos estaban alegres y comentaban sobre el reciente anuncio aunque otros estaban molestos por no poder quedarse.
¿Escuchaste eso amiga? Un baile, ¡Esto va a ser grandioso! – dijo Pansy eufórica.
Si, genial – comente sin ganas.
No me digas que no te pareció la idea.
Podría decirte que si, pero te estaría mintiendo.
Vamos amiga, va a ser especial, te lo aseguro, aun tienes tiempo para pensarlo.
Claro.
En realidad la idea me encantaba pero, tenia el presentimiento de que algo cambiaria en ese baile y sentía miedo al pensar que sucediera algo malo.
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Faltaban pocos días para la gran celebración de navidad, las comisiones ya se habían formado, yo junto con Pansy entramos en la comisión para la decoración del comedor, no era tarea fácil era mas bien laboriosa, estábamos tan ocupadas con los preparativos de la fiesta que a veces me olvidaba de Dug, aunque últimamente lo llevaba conmigo a todas partes.
Pansy, ayúdame con estas hadas – pedí tratando de ponerle un hechizo a las hadas para que su brillo tuviera diferente color.
Esto si que es difícil, no Dug no jales esos adornos – regaño Pansy, mientras Dug jugueteaba con los adornos.
Ese cachorro si que es travieso – comente sonriendo – oye ¿A dónde vas? ¡Vuelve aquí! – grite a Dug quien salio corriendo del comedor tras una hada que se nos fue de las manos.
Será mejor que vayas por el.
Bien, ahora vuelvo – dije corriendo tras de Dug.
Ese cachorro siempre me daba problemas y alejarse de mi era lo que hacia con mas frecuencia. Camine buscándolo con la mirada hasta que lo encontré al pie de las escaleras que conducían a la sala común de Slytherin.
Aquí estas, te he dicho muchas veces que no te alejes de mi – le dije mirándolo con desaprobación.
Deberías vigilarlo mejor para que no hulla – me dijo una voz que ya conocía a la perfección.
¡Draco! Lo estaba vigilando pero salio corriendo detrás de una hada, le gusta perseguir las cosas que vuelan – comente tomando a Dug entre mis brazos.
Se nota que es un perro muy vivaz – dijo acariciando al cachorro.
Si, demasiado para mi gusto.
Nos quedamos en silencio un momento, no sabia que decirle, lo único que tenia en la cabeza era la imagen del intento de beso.
¿Iras al baile? – pregunto repentinamente
No lo sé… aun lo estoy pensando.
Te desagradan las fiestas ¿verdad?
¿Cómo lo sabes? – pregunte intrigada.
Por lo que me contaste, supongo que después de eso no quisiste asistir a ningún evento de ese tipo.
Es cierto.
Por cierto – dijo sacando una pequeña caja de su túnica – olvide regresarte tu anillo – agrego extendiéndome la caja.
Pensé que lo había perdido – asegure tomando la caja – también pensé que me matarías por eso.
¿Matarte? Claro que no, es tuyo puedes hacer lo que quieras con el.
Los dos sonreímos, pero recordé que tenía que regresar a ayudar a Pansy, debía tener algunos problemas con esas hadas.
Tengo que regresar, Pansy si me matara si me retraso un minuto mas.
Entonces vete, no me gustaría que te hicieran daño por mi culpa – comento – además yo también tengo algunas cosas que hacer, te veré después – se despidió y corrió rumbo a la biblioteca.
Me quede mirándolo hasta que desapareció, después corrí hacia el comedor Pansy estaría furiosa, aunque hablar con Draco bien valía la pena.
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Un día antes de la celebración, pudimos ir a Hogsmeade, las chicas hablaban acerca de la túnica que usarían para la fiesta, yo en cambio ni siquiera pensaba en eso, Pansy me llevaba de un lado a otro comprando un sin fin de cosas. A pesar de las advertencias de Snape de no abandonar el castillo decidí salir, ya que me sentía mas tranquila estando con todos mis compañeros que quedándome sola en el colegio.
Pansy, podemos sentarnos estoy cansada – dije arrastrando los pies y cargando muchos paquetes.
Esta bien, pero después iremos a comprar la túnica con Madame Malkin – advirtió.
Esta bien, vamos al Caldero Chorreante – exigí jalándola de la túnica.
Entramos y pedimos cerveza de mantequilla, después de tanto caminar era reconfortante tomar un descanso.
¿De que color será tu túnica? – me pregunto Pansy.
Ya te dije que no comprare túnica, no pienso ir a ese baile.
Pero ¿Por qué? Tienes que ir, no puedes dejarme sola.
No te estoy dejando sola, tienes a tu pareja.
Si, pero con el no puedo criticar a las demás chicas – comento con una sonrisa malvada.
Digas lo que digas no iré.
Después de terminar con nuestra cerveza, pasamos a la tienda de Madame Malkin, estaba abarrotada de chicas que se probaban todas las túnicas que podían. Por fin llego la hora de regresar al colegio y fue un gran alivio para mi, esa noche dormí como nunca.
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Dormía placidamente en mi cama, hubiera deseado que nadie me molestara, no asistiría al baile así que no había motivo alguno para levantarme, pero Pansy no pensaba lo mismo.
Amiga despierta, ¡Feliz navidad! – grito Pansy logrando que me sobresaltara.
Pudiste utilizar una forma mas sutil de despertarme – comente tallándome los ojos.
¿Por qué no abres tus regalos?
No creo que me hayan enviado alguno, mejor déjame dormir – dije acomodándome de nuevo en la cama.
Levántate, ya se que te gusta dormir, pero tienes que abrir esos regalos – dijo señalando varios paquetes que había a un lado de mi cama.
Mire detenidamente cada paquete, ¿quien podría haberme enviado regalos? ¿Habría mas de una persona que me apreciara?
Toma abre este – insistió Pansy dándome un paquete grande.
Este es de mis jóvenes padres – comente abriéndolo – un libro, galletas, comida para Dug y una bufanda.
Ahora este – dándome otro regalo.
Este es un libro de Quidditch… no tiene nombre – comente, aunque sabia de quien era, porque solo había otra persona además de Pansy que sabia de mi gusto por el Quidditch y ese era Harry Potter.
A decir verdad me sorprendió que me enviara un obsequio, solo habíamos hablado dos veces, a veces lo saludaba, pero eso no contaba.
Faltan dos – dijo Pansy entregándome un obsequio mas.
Veamos… este tampoco tiene nombre – afirme, ¿A quien se le ocurría regalarme dulces? Busque dentro del paquete y tenia una tarjeta que decía: Espero que no vuelvas a resfriarte. Con eso supe de quien era, Ron Weasley.
¿No sabes quien te los manda? – pregunto mirándome inquisidoramente.
No, ni idea – mentí.
Este último te va a encantar.
Este es de… ¿Draco?
Ábrelo, ábrelo – insistió emocionada. Lentamente lo abrí.
¡Son hermosos! – el paquete contenía un juego de collar con aretes, los cuales combinaban muy bien con el anillo que tenia puesto.
Oye despierta – dijo Pansy pasando una mano frente a mi rostro – tenemos que bajar a desayunar.
Es cierto, vamos.
Bajamos al gran comedor, el tiempo dedicado a la decoración había valido la pena, se veía espectacular, después de todo, la navidad no seria tan aburrida. Desayunamos rápidamente, Pansy me llevo hasta su habitación para que la ayudara a prepararse.
Nos tardamos mas de tres horas, pero el tiempo invertido dio frutos, mi mejor amiga se veía encantadora, como toda una princesa.
Te ves muy bien.
Sabes que me gusta lucir bien – comento Pansy dando los últimos toques a su peinado.
Si, espero que te diviertas mucho.
Claro que me divertiré, por que tu iras conmigo.
Pero yo no…
¡Cambio! – grito Pansy señalándome con su varita, de la nada me vi con un vestido negro y unas zapatillas altas del mismo color.
¿Qué es esto?
Es mi regalo.
Pero Pansy.
No me digas nada, no te dejare aquí, vas a ir conmigo quieras o no – dijo tomando una caja y sacando una capa de satén negro – esto también es para ti.
Yo…
Siéntate te haré un peinado hermoso.
Después de una sesión de belleza de mas de una hora, por fin pude escaparme de las manos de Pansy, el último toque fue ponerme el juego de aretes con collar que Draco me había enviado.
¡Te ves sensacional amiga! – dijo Pansy tomándome de las manos – solo espero que no me quites a mi pareja.
No se como deje que me hicieras todo esto.
Ya casi es hora – mirando su reloj – será mejor que bajemos.
Pero yo no tengo pareja.
No importa, ya veras que conseguirás a alguien.
Mejor baja tu primero, yo bajare en un momento.
Como quieras, pero prométeme que bajaras.
Lo prometo.
Bien entonces te veo abajo – y se dispuso a salir.
Me sentía nerviosa, hacia mucho que no me vestía así, el problema era que había hecho una promesa y no podía romperla. Después de media hora de haber empezado el baile decidí bajar. Por la ocasión, el profesor Dumbledore abrió una entrada que daba directo al gran comedor a través de una escalera en donde se conectaban los caminos de las cuatro casas; cuando estaba a punto de bajar las escaleras sentí deseos de regresar y quedarme en mi habitación, pero ya era demasiado tarde.
Lentamente baje peldaño a peldaño, me quede estática un segundo mirando como las parejas bailaban, localice a Pansy en medio de la pista y me saludo eufóricamente con la mano. Me quede al pie de la escalera, a un lado había un chico que pude reconocer inmediatamente por ese pelo rubio tan inconfundible; el giro para mirarme y sonrió, se acercó a mi y no pude evitar sonrojarme, se veía tan guapo con esa ropa, llevaba una camisa, pantalón y zapatos negros con una capa negra sobre sus hombros y el pelo revuelto que le daba un toque mas sensual.
Hola
Ho… Hola – salude nerviosa
Te vez hermosa – comento con una sonrisa tierna.
Gra… gracias.
Pensé que no bajarías.
¿Me estabas… esperando?
Si, no te enfades, pero le pedí a Pansy que te convenciera para que bajaras.
Sabía que había algo raro.
¿Bailamos? – pregunto extendiéndome su mano.
Esta bien – acepte tomando su mano.
Me llevo al centro de la pista y me tomo por la cintura, lo cual me provoco ese escalofrío que tenia siempre que me miraba. La música era lenta y romántica, poco a poco se acercó a mi, tomo mis manos y las coloco alrededor de su cuello mientras colocaba sus manos alrededor de mi cintura, era como estar en un sueño, cerré los ojos y todo a mi alrededor desapareció, solo estábamos él, la música y yo; tenerlo tan cerca me provocaba emociones tan intensas y sentimientos que jamás había sentido antes.
La pieza termino y lo mire a los ojos, me decían tantas cosas en ese momento. Me tomo de la mano y me llevo afuera, no muy lejos del castillo, se coloco frente a mi y esta vez fue el quien busco mis ojos, llevo una de sus manos a mi rostro y me acaricio suavemente, lentamente se acercó a mis, poco a poco, podía sentir su aliento sobre mis labios, cerré los ojos y pude sentir su labios tibios sobre los míos, ya nada mas importaba, solo ese momento, solo él, ese beso contenía mas amor del que hubiera deseado. Lentamente se separo de mi y una vez mas me miro, luego me abrazo suavemente por la cintura como si al hacerlo con fuerza pudiera romperme; se acercó a mi oído y me dijo las palabras mas dulces que pude haber escuchado.
Quédate conmigo… para siempre.
No pude hacer otra cosa mas que tomarlo por el rostro y besarlo con el mismo amor que él me había besado, quise transmitirle todo ese sentimiento puro que jamás le di a nadie, al sentirlo tan mío supe que me había enamorado de la persona correcta, la persona que me haría feliz por siempre. Esa noche cambio toda mi vida.
