Bueno, admito que es mi primer fic de HarryxDraco (sin contra el mini-revolcón que tuvieron en "Sangre de Serpiente" P). Esto es diferente. Mi primer song fic. Se que empieza un poco fuerte, pero el final vale la pena.

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Tu silencio. Tu lejanía. Odio eso. Odio que huyas de mi, y que luego vuelvas para usarme. Y yo, tan idiota, termino disfrutándolo. Disfruto de ti. En el momento, ESE momento. Pero luego me siento solo, vacío, como si únicamente tuviera que servirte. Y te me resbalas de las manos como si fueras una verdadera serpiente. Me muerdes, lastimas... y finalmente te eclipsas, olvidándolo todo. Odio cuando callas. Porque confirmas tu ausencia...

CAPITULO 1 : LA CAIDA

-Mhh... P-Potter... más...

-Has... silen... cio...

La habitación era un sonar de jadeos y gemidos incontrolables. Había un vaho pesado circundando los dos cuerpos, dejando los vidrios de las ventanas y hasta el de una copa cuyo fondo permanecía ligeramente rojizo, empañados...

-Más... fuer... te...

Las manos del rubio aferraron las telas, intentando contener aquel exquisito dolor que el Gryffindor le hacía sentir. Le encantaba...

-Cierra... la... maldita... boca...

Las caderas del moreno se movían a un compás cada vez más acometedor, mientras que los excitados gemidos invadían a los lujuriosos enemigos amantes.

Fue casi conjunto el momento en que llegaron al máximo estado de éxtasis. Ambos miembros erguidos; uno aprisionado entre húmedas manos. El otro dentro de un cuerpo ajeno...

-Maldición, Potter- musitó el joven de ojos grises dejándose desplomar sobre las arrugadas sabanas- Eres... asquerosamente bueno en esto.

-Hubiese...- jadeó el moreno desplomándose a su lado- ... sido mejor... si no... te hubieses resistido... tanto.

-Sabes como es mi forma de ser...

-Eres... un engreído en busca de placer físico, Malfoy.

-¿Y acaso tú no, Potter?- Harry prefirió no responderle, sintiendo la mano del rubio Slytherin deslizándose como una serpiente por el aún sonrosado abdomen hasta llegar al agotado miembro.

-Déjalo descansar ¿quieres?- pidió el joven de las esmeraldas, mientras que, acariciando el pálido rostro de su reciente presa, encontraba en aquella boca el contacto de las ardientes lenguas.

Dame de tu boca aquel exquisito sabor de tenerte entre mis manos, aunque sea solo una vez, aunque sea solo cuando tú quieras...

Pero duró muy poco, típicamente lo que dura un beso en un acto en el que el cariño es poco protagonista. Malfoy había separado sus labios de él...

Harry se dio vuelta y lanzando un leve suspiro se enderezó, quedando sentado en las arrugadas sabanas, regalando al Slytherin una tentadora perspectiva de la pálida espalda.

-¿Te vas?- inquirió el rubio acariciando el níveo brazo- ¿Tan... rápido?

Maldición, tú sabes que me quedaría eternamente...

-Debo regresar a la sala común antes del amanecer, Malfoy- se explicó el moreno mientras sus brazos entraban en las mangas de la camisa, al tiempo que se erguía entallando la delgada figura entre los haces de luz de luna que se infiltraban por el húmedo cristal de las ventanas.

El muchacho de los ojos grises se deslizó por la cama hasta erguirse apoyando sus desnudos pies en el helado suelo...

-Falta casi una hora para que eso ocurra- objetó rodeándole el cuello con ambos brazos.

No insistas. No lo hagas. Sabes bien que si me exhortas no puedo negarme...

-Pero tengo que pasar por las duchas antes- aclaró el Gryffindor en un susurro. Su voz decaía de nuevo. Su cuerpo decaía ante aquel pálido muchacho.

-Y aún tendrás tiempo para hacerlo...

Las manos que habían rodeado al joven Potter lo llevaron en un santiamén hasta las suaves sabanas. Antes de que se hubiera dado cuenta ya tenía la ardiente lengua de Draco recorriéndole el sonrosado cuello.

Si tan solo pudiese negarme a ti... a tus besos... a tu cuerpo...

El muchacho dejó escapar un ahogado gemido, acariciando por quien sabe qué vez en la noche aquella pálida espalda, siendo dominado por las suaves caricias de su captor.

Los enrojecidos labios del rubio se deslizaron por el níveo pecho, rozando con los dientes la suave y húmeda piel.

Harry era nuevamente su presa.

Como siempre.

Si tan solo pudiese negarme...

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- M-Malfoy... ahh... si... sigue...

Acarició los platinados cabellos y no pudo evitar aferrarlos con fuerza. El placer, la excitación, el calor era irreparable. Bajó la vista y lo observó...

-Ahh... Draco!...

Tuvo que desviar la mirada. Apretó los ojos soltando un nuevo gemido, sintiendo un cosquilleo interno atormentador. Sus músculos contraídos. La sangre por explotarle las venas. El ardor en las mejillas. La fruición era insoportable...

El Slytherin soltó una carcajada al tiempo que su mano derecha ceñía los dedos con mas fuerza alrededor del miembro del moreno, y humedecida, la punta era excitantemente succionada con ímpetu.

-Ahh!... Mal... foy... n-mhh!

El rubio optó por incrementar la potencia de los movimientos. Estaba conciente de que el ojiverde estaba a punto de llegar al orgasmo. Y deseba oír una vez más aquella extraña forma de gemir intensamente durante el máximo estado de excitación que tenía el divino moreno.

-No... p-puedo... ahh! ... mas f... fuerte! Más... mas... M-MALFOY!

Hizo una última succión que recibió el líquido de su amante, oyendo de fondo el grito ahogado de aquel muchacho que parecía temer ser oído. Vio su cuerpo contraído. Su rostro excitado. Sus mejillas enrojecidas.

-Potter...

Él también susurró casi inaudible su nombre, regalándole una mirada de aquellas esmeraldas brillantes cubiertas a medias por los párpados. Lo tomó del mentón y lo trajo hacia si, para terminar uniendo en un acto de agradecimiento los enrojecidos belfos.

Se que no son suficientes para ti mis labios...

Aun débil, la pierna izquierda del joven Potter subió rozando el costado del Slytherin. Malfoy lo miró a los ojos, y entendió la señal. Esperaba ese momento. Deseaba eso. Y sabía que luego de regalarle algo al moreno de las esmeraldas, obtenía como recompensa el doble.

Cogió la pierna detrás de la rodilla e hizo presión siguiendo el camino que Harry le había marcado. Y al instante la otra trepó hasta su hombro y se clavó allí...

... mas yo también adoro sentirte dentro mío... ser tu presa...

Sintió algo presionar su orificio. Mordió sus labios levemente. Y finalmente apretó los dientes, notando como el miembro enemigo se abría paso en él...

-MAL...FOY!

-P-Potter...- presionó hasta hacerlo entrar completamente, y Harry soltó un gemido de dolor- Lo... haré... ahh!... len... to... s-si... quieres...- el movimiento que regalaba en Slytherin era verdaderamente pausado.

Una de las pocas veces en que demuestras cordialidad...

Harry negó con la cabeza. Malfoy sonrió, al tiempo que aumentaba un poco la velocidad de sus acometidas.

-M-Más... fuer... te!... más...

Era exquisito.

-Ahh... H-Harry!...

La estrechez del moreno era exquisita.

-Potter... me...ahh! … enlo... q-queces...

El ojiverde soltó un gemido, sintiendo que el miembro del Slytherin tocaba un punto erógeno en él.

-Mhh... s-sigue... más... Mal... foy!... Sigue... No!...

Aferró las muñecas del rubio que, con las hebras húmedas de cabello cayéndole sobre el rostro, presionó con fuerza hasta alcanzar su rostro, sus labios. El primero soltó un gemido sintiendo la presión, que fue ahogado con un corto beso.

-¿T-te... gusta?...

La respuesta fue sofocada por un gemido inentendible. Las arremetidas eran cada vez más apresuradas, mas profundas. El roce de los cuerpos hacía excitar al joven Potter, mientras que el divino Malfoy enloquecía bajo la estrechez del Gryffindor.

-Más... sigue... mas f- fuerte... más!...

-P-Potter! Ahh... ya... mhh... voy a... ahh! POTTER!

-D-Draco... mhh... más... maaaaaaas!

Ambos cuerpos se desengancharon y el rubio de los ojos grises se desplomó sobre el agitado moreno. Jadeantes, se miraron a los ojos por unos segundos, y finalmente Harry terminó todo con un corto beso en el que recorrió quizás por última vez los labios de Draco Malfoy.

-Ahora sí puedes irte...

Harry miró la ventana. Unas hebras de sol se vislumbraban en el horizonte. Aquellas palabras cortaron su sueño...

Me hiere que luego de todo esto siempre termines siendo de la misma forma...

Se puso de pie jadeando aún, recogió su ropa en silencio y comenzó a vestirse. No se volteó a mirar a su camarada de placeres. No se animaba a dirigirle la mirada luego de que lo haya rebajado así.

Prendió el cinto de su pantalón y colgó la corbata al cuello. Al caminar hacia la puerta se vio en el espejo de pie, y su ser no le atrajo para nada. Se sentía horrendo una vez más.

Cogió el picaporte y lo bajó...

Dime algo... algo antes de que me vaya... no me hagas sufrir...

-Potter...- se volteó, y no pudo evitar que sus ojos brillasen- ... lo has hecho mejor que nunca esta vez.

Sonrió con pesadez. No era lo que esperaba oír. Pero era mejor que nada. Que partir habiéndolo simplemente satisfecho.

Y aún te adoro... a pesar de todo...

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Los silenciosos pasos eran el eco del único sonido que recorría el pasillo de las mazmorras. No podía hacer ni un mísero ruido. Navidad. No, no había nadie en Navidad. Pero quizás se cruce con algún Slytherin madrugador que había quedado por allí, o peor aún, con Snape...

Pero solo debía preocuparse por sus sonidos, sus pasos, por su respiración. Pues la capa invisible que había heredado de su padre lo cubría por completo. "Úsala bien" decía el recado que leyó aquella Navidad, hace seis años, cuando solo era un niño.

Solo un niño...

¿Qué había pasado para que cambie tanto?

Una lagrima de rencor empañó sus ojos.

¿Por qué aceptar tu destino,
si sólo buscabas llenar tu corazón?
Y ese sueño se desvaneció
cuando la injusticia detuvo tu reloj.

Draco Malfoy debía estar aún acostado. Quizás durmiendo. Sin tenerlo a él en la mente, cosa contraria que sucedía con el hermoso moreno. Harry atravesó el hall de entrada con la voz del Slytherin retumbándole los oídos. Frases dolientes al final de cada encuentro que arruinaban todo un sueño, toda una noche...

Pero era él. Era Draco Malfoy.

Lanzó un suspiro clavando los pies en la helada nieve. Pensó en Ron y Hermione. En Dumbledore. Sirius. Hasta en la señora Weasley ¿qué dirían de él esas personas, si lo vieran así, demacrado, sin ganas de pisar este mundo, obnubilado por deseos inmorales?


Lo demás está muy claro,
poco vales hoy en esta sociedad.

Ya no lo llamaban por su nombre. Una serie de hechos lo habían rebajado al máximo. Y ya no se preocupó por ser el héroe de la historia. Hechos no relacionados con Malfoy. Malfoy era solo un desahogo; o más que eso, un refugio.

Recorrió la explanada sin destino alguno, sin detenerse en ver que su paso dejaba un claro recorrido en la nieve. El alcohol atontaba todavía un poco su mente. Tenía frío. Estaba solo una vez más...


Fantasma azul del camino,
tu adolescente calor
hoy se extinguió y esto nadie lo hablará,
¿Por qué por siempre lo quieren ocultar?

Su cuerpo se helaba por fuera y por dentro. El tiritar de las mandíbulas hacia un repiqueteo constante de los dientes. Necesitaba de alguien, de un abrazo, un beso, aceptación...

Y se odió. Se odió al saber que de quien esperaba aquello era de Draco Malfoy...


Te sientes algo perdido,
sólo preguntando por qué todo cambio.
Si eras tan feliz un tiempo atrás,
cuando debutaste en eso del amor.

Miró el lago, y por unos instantes deseó arrojarse a él, y morir por fin, no como un héroe, sino como un condenado.

Te arrancaron de este mundo,
poesía cruel que nadie te escribió.

Se volvió hacia la entrada del campo de Quidditch. Único lugar en donde reinaba su victoria. Victoria lejana, pues no había vuelto a montar una escoba desde hace tiempo. Pero era el único lugar en donde nadie se aparecería. Y en fin, no tenía donde ir, ninguna meta...

Apretó las mandíbulas, ahogando el llanto de la perdición.

Bufón de la muerte,
¿Por qué has derramado
sangre adolescente
sobre las piedras que serán
mudas testigos del mal?

Atravesó el campo en silencio, oyendo simplemente el eco del viento helado. Se detuvo frente a la puerta de roble. Sacó la varita, forzó la cerradura y entró.

Había olor a humedad, y el frío pareció colarse por debajo de la puerta. Se quitó de encima la capa de su padre y la dejó tirada en el suelo. Observó a su alrededor. Unos muebles añejos decoraban entre polvo la oscura habitación de los vestuarios. Encendió una vela vieja casi terminada que descansaba en el candelabro. La luz iluminó a medias su demacrado rostro, sus manos desatando la suave camisa blanca con que había visitado a Draco. Aún tenía su perfume.

Terminó por desvestirse sintiendo helada la piel, y caminó desnudo hasta las duchas. Abrió el grifo con la mano derecha, mientras que su izquierda apretaban con fuerza en un puño en el que se marcaban las venas.

¿Por qué será que a la gente
tan poco le importa saber lo qué pasó?
Si mañana les puede pasar
con su propio hijo lo que pasó con vos.

El agua caliente cayo sobre su pecho, y se deslizó por su abdomen, recorriéndolo como horas antes lo había hecho aquel Slytherin. Aquel Slytherin.

Una lagrima amarga se confundió ente las incoloras gotas...

Sólo es en carne propia
que se siente estar muriendo por amor.

-¡¿POR QUÉ!- golpeó la pared de piedra y el dolor adormeció por segundos su brazo. No quería existir.

Soltó un gemido. Apoyó ambas manos en la pared. Sus párpados se cerraron con fuerza y una exhalación dejó rienda suelta a dos lágrimas que se deslizaron por el húmedo rostro...Fantasma azul del camino,
tu adolescente calor
hoy se extinguió y esto nadie lo hablará...

Se asustó. Sintió algo acariciar su abdomen. Bajó la vista y vio dos pálidos brazos rodeándolo.

Su corazón pareció querer salir de su pecho al sentir el cuerpo de aquel muchacho pegado a su espalda, aquella respiración inconfundible...

-¿Por qué lloras, Potter?- le susurró al oído. Sus manos acariciaron los brazos ajenos que lo ceñían, y entre gotas sintió esa suavidad que tanto adoraba.

-Has vuelto.

Lo quieren ocultar.

El rubio sonrió...

-Nunca vas a admitirlo ¿verdad, Harry?

Lo quieren ocultar...

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FIN...

¿FIN? Bueno, en realidad lo escribí como un one-shot. Quisiera saber que opinan con respecto a esto, si lo sigo o no P Besos a toos y grax x leer. Dejen reviews! THANKS!

Atte: Draconiger