Una idea recurrente de Fascinación
Summary: Harry lo odio. Calló unos momentos y dijo "Te amo". Slash HxD. One shot.
Disclaimer: Nada de esto es mío. Todo es de J.K. Rowling y de la Warner Bros. (Sí…caleta…). Espero que no me demanden Es todo un hobby.
Comentarios y Advertencias: Bueno, esto es como un pequeño entremés mientras terminó el sexto capítulo de "The way things are" P. Gracias por leer. Y ¡ATENCIÓN! Este fic está lleno de escenas muy subidas de tono entre hombre y hombre…así que cuidado con los homofóbicos o personas sensibles.
Cosa final: Todo nació de la inspiración de un tema…el fic inicia con un fragmento de dicha canción…no daré más datos, si quieren la buscan xD
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"Yo seré tus deseos hechos piernas,
el que dicte una sentencia a tu imaginación.
Yo seré un complot para tu mente,
el objeto y la causa de tu perdición,
y tu buena suerte."
Avanzaba torpemente en una dirección que sus pies ya conocían bastante bien.
Sus pisadas retumbaban contra las paredes en las cual su hombro derecho buscaba apoyo en fracciones recurrentes. Su respiración era ahogada y sus ojos cerrados en una resignación asumida, a ese juego que su carne morena exigía como una droga adictiva.
Una que no da cuartel. La peor de todas.
Palpaba las paredes delicadamente, marcando el ritmo de alguna canción que venía a su mente en un momento no indicado. Y comenzaba a tararear, sin darse cuenta, aunque no del todo, en una frecuencia que le indicaba a cierto sediento aristócrata, unos metros más al fondo y a la derecha, que su presa iba en camino.
Al llegar a tan ansiado destino, tocó lo que era una puerta entre abierta del corredor del séptimo piso y abrió sus ojos verdes. Apartó su rebelde pelo azabache de ellos, y echó un vistazo a aquel hermoso cuarto meticulosamente amueblado. Obra capaz solo de una persona.
– Pensé que los Gryffindor tenían más fuerza de voluntad. – dijo un rubio perfectamente engominado, sobre un sofá, todavía sin mirar el par de ojos parados en la puerta. – No sé que significado tienes para "no volveré", Potter.
– Hola Malfoy. – dijo por toda respuesta el moreno, como si no hubiera escuchado una palabra de su acompañante.
Trataba de buscar esos ojos grises que lo hacían volver por más cada noche, cada semana. Oculto por la sombra que daba el fuego de la chimenea, Harry vio al objeto de su deseo ponerse de pie y caminar lento hacía él. Su sangre circulaba con rapidez y calentaba su cuerpo a una velocidad alarmante. Quería dejar de sentirlo, pero no podía. Quería dejar de volver, pero tampoco podía.
El rubio sonrió satisfecho. Se paró en frente del visitante y mirándolo a los ojos, pasó la mano izquierda por sobre su hombro para cerrar la puerta. Escuchaba la respiración de Potter. Agitada, ansiosa. No podía disimular una sonrisa de complacencia, que para Harry, no era nada más que otra prueba de que se estaba volviendo loco.
– ¿Cuándo vas a aceptarlo Potter?
– ¿Aceptar qué?
– Que te traigo loco.
– Cállate Malfoy.
Y sin objeciones, Draco apoyó el cuerpo de su amante contra la pared, y comenzó a besarlo. Su rodilla buscando su entrepierna, sus manos sujetando sus caderas. Harry por otra parte, mientras trataba de respirar en ese irregular compás que eran los impulsos del rubio, le sacaba la capa con manos torpes y la arrojaba a un costado.
Malfoy tiró de las caderas del moreno para sentirla contra la suya, y deslizó las manos hacia ese culo, que estaba seguro, solo había sido suyo.
– Ven. – dijo entre jadeos por los besos en el cuello que le daba un descontrolado Potter.
Lo llevó hasta el sofá en el cual había esperado pacientemente por más de media hora, cosa que nunca confesaría, le sacó la capa y lo tendió sobre este. Le sacó la corbata y mientras lo besaba tomó sus manos y las amarró a la abrazadera con ella.
– ¿Qué haces? – preguntó Harry, recién percatándose que ya no era libre.
Por toda respuesta recibió un calido apretón en su entrepierna, que lo hizo gemir y tensar sus músculos, provocándole daño a sus muñecas.
Draco sonrió y se sentó encima del moreno, desabrochándole la camisa y dando besos en cada pedazo de pecho que descubría poco a poco. Sacó de su bolsillo un trozo de tela negra y rodeó los ojos del amarrado y lo vendó.
Harry no dijo nada.
– Disfruta. – dijo Malfoy en un excitante susurro a su acompañante, mientras seguía frotando esa dura parte del pantalón que se retorcía de placer.
Se levantó y sacó los zapatos y calcetas de Harry. Luego vino el pantalón, dejando al descubierto unos boxers tensos de la presión que ejercía su prisionero. El rubio besó el miembro cubierto y disfrutaba uno a uno los gemidos del niño que vivió. Su propia excitación no daba a basto, y no pudo reprimir las ganas de estimularse a la vez que jugueteaba con su boca en la parte más delicada del moreno.
Bajó un poco los boxers y comenzó a besar el órgano de Harry, y este movía la pelvis tratando de lograr más placer. Seguía jalando de sus ataduras. Draco comenzó a desvestirse y decidió dejar los rodeos metiendo sin previo aviso toda la extensión de virilidad de su compañero que le fue posible en la boca.
Potter mordía sus labios conteniendo pequeños gritos y su respiración iba en aumento. Draco terminó de desvestirse y se volvió a subir sobre el moreno, totalmente desnudo. Harry podía sentir el contacto de la entrepierna del rubio con su estómago, y el de su dura verga con el culo de este.
– Malfoy, desátame. – exigió Harry tirando aun más de sus amarras. El dolor no era nada, sino las enormes ganas que tenía de usar sus manos en aquellos momentos.
El rubio ignoró la petición y puso dos dedos en la boca de Harry, los cuales fueron muy bien recibidos.
– Si mal no recuerdo – dijo mientras metía y sacaba sus dedos de la boca de Potter – Esta vez te toca a ti.
Harry no respondió, era la primera vez desde sus encuentros que le daba el placer, en cambio pasó su lengua con mayor fuerza por los finos dedos en su boca y los mojó con saliva lo más que pudo. Draco retiró los dedos empapados y los dirigió a la entrada de su trasero. Cerró los ojos, e intentando captar como se hacía, introdujo uno lentamente, para luego seguirle con el otro.
A pesar de no ver, podía sentir. Y lo que sentía, no dejaba de gustarle cada vez más.
El rubio bajó un poco más los boxers de su acompañante y tomó firmemente el húmedo miembro de Harry, pasándolo delicadamente por su ya dilatada entrada.
Una vez que vio en la cara del moreno que no daba más, se ajustó lo mejor que pudo, y se sentó encima de aquel exquisito trozo de carne. El dolor se hizo presente y agarró con fuerza en costado de Harry con su mano izquierda, mientras apoyaba la derecha en su tierno pecho.
– Mierda Potter, no tenías por qué empujar.
Después de esto nadie dijo nada. Draco se movía silenciosamente, soltando sus gemidos en forma de fuertes exhalaciones frunciendo los labios. Harry en cambio ya tenía sus muñecas rojas, y la cabeza hacia atrás con la boca abierta, de la cual se arrancaban pequeños gemidos constantes.
El rubio se agachó y besó apasionadamente a su amante, y sin dejar sus movimientos dijo al oído de este:
– Si lo aceptas te desato. – Su compañero calló, y este comenzó a moverse más lento y con acometidas más fuertes. – Vamos. No todos los días tienes el privilegio de cogerte a Draco Malfoy.
Harry lo odió. Calló unos momentos y dijo:
– Te amo.
No era la respuesta que esperaba. Para nada. No pudo suprimir sus emociones como siempre solía hacerlo y disimular que aquello no le había afectado. No podía. Dejó de moverse y se quedó mirando en silencio a ese moreno expectante que de pronto ya no le parecía el mismo de siempre. Al cabo de unos segundos que logró incorporarse, se inclinó sobre Harry, lo besó mientras sacaba sus amarras y le dijo "Te lo ganaste Potter".
El niño que vivió no pudo evitar una sonrisa y sacó la venda de sus ojos, miró el pálido cuerpo de Draco, ese cuerpo que no lo dejaba conciliar el sueño. Con su miembro erecto, las manos sobre su pecho, y un mechón de pelo cayéndole sobre el ojo. Trató de enderezarse lo más que le fue posible y besó al rubio con fuerza, como pocas veces. Tomó firmemente las bien formadas nalgas de este y comenzó a embestirlo con toda la potencia que le fue posible. No todos los días tienes el privilegio de cogerte a Draco Malfoy.
Esta vez el Slytherin no pudo contener los gemidos, que sin darse cuenta iban para gritos. Pero no se quejó. Se comenzó a masturbar mientras que con la otra mano abrazaba a Harry, enterrándole las uñas de vez en cuando.
Depositando pequeños besos en el pecho de Malfoy, Harry estaba en el punto culmine del placer. Apretaba con lujuria ese par de nalgas, al igual que sus ojos, y de un momento a otro, entre la confusión de gemidos y movimientos, sintió caer sobre su pecho la eyaculación de Draco, y esas piernas lampiñas estremecerse más de lo habitual.
No se hizo esperar y aumentó la velocidad y los besos. Se recostó por completo sobre el sofá y miró a Draco, quien le asintió con la cabeza en un tácito acuerdo. Harry cerró los ojos y llegó al mejor orgasmo de su vida hasta ese entonces dentro del rubio.
Cuando terminó, abrió esos verdes y buscó aquellos grises que lo miraban fijamente sobre él. Inexpresivos.
– ¿No piensas decir nada? – preguntó Harry.
– ¿Para qué? Creo que tú ya dijiste lo suficiente por los dos juntos. – Dicho esto, se levantó y tomó una toalla que tenía en la cama. Se secó y secó a Harry que aún yacía en el sofá. Una vez que hubo terminado lo miró fijamente unos segundos.
– El que pone las reglas del juego soy yo Potter. Recuérdalo. No lo arruines.
Harry desvió la mirada y esperó hasta que el rubio estuviera lejos. Se levantó, se vistió velozmente, y se dirigió hacia la puerta.
– Creo que lo mejor será que no regrese.
– Si tú lo dices… – respondió Malfoy sentado en la cama, poniéndose su camisa de seda.
No dijo nada más, pero una vez que escuchó la puerta cerrarse, dejó su trabajo y se quedó ahí sentado. La sombra que daba el fuego de la chimenea contó más de quince minutos.
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Fin.
Bueno…yo quería hacer un one shot…pero cuando terminé me dieron ganas de seguirlo, y es que odio los cuentos cortos.
Pero no sé, si les gustó y quieren que lo siga…lo haré. Si les gusta tal como está, bien también.
Saludos a todas.
Dejen Reviews, necesito animito. )
