Capítulo IV
-Y termina el partido, tres cero gana el equipo de Bayern Munich, con un excelente fútbol- indica el narrador del juego
-Así es, este Bayern Munich sintió el apoyo de su público y su juego, literalmente, fue muy superior al del rival, hay que destacar la participación de la estrella goleadora de Schneider y del gran Super Great Goal Keeper que realmente se lució con espectaculares atajadas y dirigiendo a la defensa del Bayern Munich. Ahora más esperanzas tenemos de ganar la Burdesliga…- sigue el comentarista del estadio alabando la actuación de Wakabayashi y el resto del equipo.
El equipo vencedor va a las duchas, contentos de haber conseguido una victoria y satisfechos por su juego. Wakabayashi va detrás de los demás, acompañado de Scheider, cuando siente una voz conocida
-¡¡Papá!- Tenshi se suelta de la mano de Hotaru, que va acompañada junto a los padres de Genzo, y se lanza a abrazar al guardameta- estuviste genial papá- le dice entusiasmado, como si se le hubiese olvidado el tema de la mascota
-Marciano- lo toma en brazos- viniste ¿eh?
-¿Cómo estás Tenshi?- lo saluda Schneider – no hay un beso para tu tío favorito
-¡¡Si!- el niño le da un beso a Schneider y luego rodea el cuello de Genzo
Los padres de Wakabayashi felicitan por la actuación a Genzo y a Karl por su excelente desempeño en el campo, luego le dicen que se llevarán a Tenshi al hotel para cuidarlo
-Papi- comienza el niño- voy a quedarme con mis abuelitos, así que tú eres el hombre de la casa, para que cuides mucho a mi mamá – comienza el niño a "darle las instrucciones" mientras los presentes ríen festejando la gracia del pequeño
-No te preocupes marciano, a tu mamá la cuidaré como si fuese de cristal- le responde mirando a Hotaru que se coloca roja con esa observación
-Bueno hijo te irás a las duchas, porque dudo que quieras salir con tu esposa vestido de ese modo- la señora Wakabayashi toma a Tenshi en brazos y se lo lleva- mañana en la noche lo pasaremos a dejar- luego lo deja en el suelo- despídete de tus padres, pequeño, que ahora nos vamos a divertir nosotros para que ellos también disfruten su noche
-Adiós, papá, y cuida mucho a mi mami- dice el niño agitando la mano y alejándose junto a sus abuelos
-Te espero en el auto- le dice Hotaru en voz baja a Genzo dándole un beso en la mejilla
-Hoy no te salva la campana- le responde mirándola a los ojo y provocando que le regale una sonrisa
-Ya, ya, ya- dice Scheider separándolos y empujando a Genzo hacia las duchas- no es por nada Hotaru, pero no cuenten dinero frente a los pobres, se va a la ducha y te lo devolvemos limpio- y empujando a Genzo a los camarines.
Después de ir a un sitio a comer y a pasear durante el día, Genzo y Hotaru vuelven al departamento, comentando que Tenshi se quedaría con sus abuelos feliz de la vida y ellos una noche completamente solos
-¿Quieres algo?- le pregunta Hotaru que va a la cocina
-No, ¿vas a preparar té o algo así?- le pregunta algo desconcertado
-No, solamente tomaré un vaso con agua- le responde mientras se dirige a la cocina.
Cuando ella vuelve, se sienta en el sofá junto a Genzo, no se dicen nada, la atmósfera no es fría, sin embargo se sienten algo extraños
-¡Oye!- ambos se hablan al mismo tiempo
-Dime tú primero- le dice Genzo
-Es que se siente raro sin Tenshi revoloteando la casa
-Tienes razón, ya me acostumbré a sus pequeños pasos- ambos ríen recordando cada travesura o cuando Genzo pasaba gran parte del tiempo tratando de enseñarle a caminar al pequeño. En eso la conversación se detiene, ella se siente extraña y muy nerviosa, levanta la mirada que se cruzan con los ojos de Genzo que yacen bajo la visera de su gorra, dándole ese toque especial.
-No sabes que sentimientos encontrados me provoca esa mirada- le dice ella- siempre llena de seguridad de que vas a conseguir lo que quieres, pero al mismo tiempo…
-Shhhh- la silencia colocando su dedo índice sobre los labios de Hotaru- tranquila, bien dice el dicho la tercera es la vencida
-¿Qué?- Hotaru blanquea los ojos mientras recibe un beso de Wakabayashi- Pensé que estarías cansado después del partido
-Ya te dije que no te salvaría la campana- le dice mirándola a los ojos. Ella se aferra a su pecho cargándose bien en su torax - ¿qué pasa?- le pregunta sorprendido
-Nada, solamente que quería abrazarte así- le dice al sorprendido jugador que termina por rodear el cuerpo de ella- te felicito, jugaste excelente, eres el mejor portero del mundo, nadie puede superarte con facilidad, espero que cumplas todos tus sueños como jugador, porque el verte feliz, me hace feliz- se acomoda mejor para luego comenzar a platicar largo y tendido sobre el partido. Hotaru sigue atentamente todas las descripciones que hace Genzo sobre el juego, pasa así un buen rato, hasta que se les hace de noche definitivamente. Hotaru le ofrece comer algo, pero no acepta.
-Me esperas en el cuarto- le dice ella que comienza con quitarle la gorra- ahora si que no me salva la campana- le susurra con un ton irónico mientras le comienza a morder la oreja
-¿Esperarte y si no quiero?- le responde recostándose él en el sofá- acá, aprovechemos que no está el marciano
-No- le responde ella, mientras sigue mordiendo la oreja- en el cuarto y espérame si- lo levanta- vamos flojito- lo lleva al cuarto- ahora, como me lo pediste, espero que te guste mucho- dice mientras sale del cuarto
En el cuarto de baño, Hotaru se mira al espejo, observa el atuendo que ahora lleva, algo que no usa desde que se casó "bueno, he hecho varias cosas, esto era cuestión de tiempo. Portero, espero que te guste, porque yo no aguantaría un gol de media cancha ahora". En el cuarto Genzo observa hacia el techo, recostado en la cama, cuando mira hacia la puerta de la habitación
-¿Te gusta?- Hotaru yace recargada en la puerta bajo la mirada de un sorprendido Genzo Wakabayashi, que la observa de pies a cabeza. La mujer porta una especie de corsé de gasa negro con tirantes, el brasier de encaje negro que cubre sus pequeños senos, una pequeña tanga de encajes, y en sus piernas se ve un porta ligas en ambas piernas (con la correspondiente ligo, obvio) -¿no te gustó?- le pregunta ella más roja que de costumbre
-Ven- Genzo le extiende la mano, ella va hacia él y se la toma- gracias, por todo- Hace que Hotaru se siente en la cama, para que él comience a acariciarle el rostro, ella va y aprieta sus labios a los de Genzo
-Te amo, ¿te lo he dicho alguna vez?- dice ella al besarle los labios con casi desesperación
-Hoy no me lo has dicho, lo cual me tiene preocupado- le responde
Ella rodea su cuello no dejando de mirarlo, mientras Genzo le acaricia la espalda haciendo que Hotaru se estremezca con cada caricia que le da
-No sé que me pasa que estoy tan nerviosa, como la primera noche que pasé contigo, pero esta extraña sensación me agrada- ella baja una de sus manos y comienza a acariciar el tórax de su pareja- sobre todo porque es mucho lo que tengo que explorar de ti
-Ven acá, patito feo y mal genio, me gusta esa combinación- le dice colándola bruscamente sobre él- me encanta como se te ve esa ropa, lástima que me estorba un poco, sobre todo con esos dos que son tan pequeño, me gustaban bastante cuando recién nació Tenshi
-Es lo que hay, pequeñitos pero cumplidores- ambos se ríen- que raro que no comiences ahora, siempre llevas prisa, ahora estás tan pausado, solamente me estás corriendo mano y me estás provocando cosquillas
-Alguna vez debe ser diferente, ¿qué malo tiene que quiera disfrutarte de otra manera?
-Te amo- le susurra ella mientras comienza a besarle el cuello- así y todo, quiero estar contigo mucho tiempo
El toma su rostro y la observa por algunos segundos, la actitud extraña que tiene agrada a la mujer que le sonríe y sus ojos brillan al topar su mirada con la de Genzo, tímidamente acerca sus labios a los de él, como si fuese la primera vez que se uniesen, acariciando su mejilla con la yema de sus dedos. Un beso cargado de amor, más que deseo de una mujer, la respuesta que recibe es la calma, el cariño y las caricias de un hombre agradecido. Al instante que lo deja de besar se acomoda sobre él, sentándose a horcajadas y no dejando de acariciar su tórax, mientras él la observa detenidamente y acaricia su espalda bajo el corsé de gasa de encajes negro que ella compró especialmente para él. Luego, como una especie de reconocimiento previo, ella lleva el índice de una de sus manos subiendo desde el pecho de Genzo hacia sus labios, juega alrededor de ellos como dibujando su contorno, muy sonriente lo observa
-Jamás me cansaré de mirarte- dice ella con sus mejillas coloradas- La vida me ha premiado con algo que jamás pensé que tendría, le agradezco infinitamente a Dios por tenerte a mi lado y por haberte dado un hijo, yo no puedo ser más feliz en este minuto
-Te ves muy bonita, me gustas- le responde llevando su mano hacia el hombro de ella- yo tampoco me cansaré de agradecerle a la vida de tenerte conmigo, y de tener un hijo contigo
Genzo se apoya en sus codos para llegar al rostro de Hotaru, quien lo toma y lo acaricia tiernamente y comienza a jugar con su pelo
-Ahora entiendo porque me cuesta tanto peinar a Tenshi – dice ella arreglándole el cabello y acomodándose mejor alejándose un poco de él
-Ven acá, no te me arranques- Genzo intenta tomarla de la cintura, pero ella se arranca saliendo de la cama y esquivando cada vez que él la quiere atrapar- oye… deja de comportarte como una niña – le dice tratando de tomarla del brazo pero se le vuelve a escabullir
-Me alegra saber que aún mantengo buenos reflejos- ríe coquetamente- anda ven, no me atraparás con tanta facilidad – lo desafía llamándolo y haciéndole señales con los dedos para que la atrape
-Ven, condenada, no te arranques
-No, no… ven si quieres- le responde ella alejándose más de la cama- anda muévete o piensas que iré hacia ti como si nada, esfuérzate y serás premiado – dice ella en tono irónico – anda, siempre te has esforzado por lo que quieres ¿no, Que yo no sea la excepción
-No será así- sentencia él saliendo apresuradamente de la cama y yendo a donde se encuentra ella
La corretea por toda la habitación, la atrapa y la lleva a la deja entre él y la pared
-¿volviste a la infancia?- le pregunta con ironía
-No, pero quería ver que tanto estás dispuesto a seguir mis caprichos, así como yo sigo los tuyos.
Fin del "chapter" cuatro
