Nosotros dos

Disclamer: Los personajes son de Rumiko san, y la historia es sólo porque me fascinan jaja.

Acotaciones:

" " pensamientos

&&&&& cambio de escena.

Dedicación:

Jenys... jaja que conste q en lugar d dormir m vine a escribir... son las 7:02am!

Llegaron por ella y todos fueron a un lugar a bailar, el grupo lo integraban Sango, su novio, su hermano, Lin, Kagome y Kouga. Todos en una mesa pidieron las bebidas pero no pasó mucho tiempo antes de que dos parejas estuvieran en la pista de baile dejando a la chica de la coleta con Kohaku, ambos conversaron como si se conociera desde hacía mucho tiempo hasta que el tema del baile salió y Lin argumentó no saber hacerlo.

- Yo puedo enseñarte, no se mucho –le dijo con su calma habitual- pero tal vez aprendamos juntos. –sonrió con inocencia también característica de él.

Ella dudó por unos segundos y luego sonrió extendiéndole una mano, así los dos empezaron a bailar por largo rato cualquier ritmo que tocaban mientras Sango y Miroku ya habían salido del lugar para estar solos. Kagome y Kouga estuvieron un rato en la pista pero pronto regresaron a la mesa sola. El chico se mostraba cariñoso todo el tiempo intentando demostrarle cuánto le interesaba estar con ella, tener la oportunidad de conquistarla y volverse parte de su vida.

- ¿Tu hermana da clases en la universidad verdad?

El sólo recordad a Kikyo la hizo tener en la mente a Inuyasha y todos los nuevos sentimientos que se habían desatado, sin embargo fue capaz de responder con tono de normalidad.

- Sí, tal vez la hayas visto, dicen que nos parecemos.

- Entonces tiene suerte, debe ser muy hermosa. –Kagome sólo se sonrojó.

En la pista se escuchó una canción lenta para bailar y Kohaku y su acompañante se miraron esperando saber qué hacer, él la tomó de la mano y acercó sus cuerpos mientras Lin se dejaba llevar. La canción les pareció eterna pero agradable, se movían en un vaivén lento y simultáneo sonriendo y mirándose a los ojos, la canción terminó y ellos se quedaron estáticos, él empezó a acercar sus rostros para besarla, ella lo vio venir y sin pensarlo cerró los ojos esperándolo. Así se besaron pero luego de un roce de sus labios el rostro y los ojos dorados de alguien más aparecieron en la mente de Lin y se separó de él pidiéndole regresar a la mesa, volvieron tomados de la mano.

Bastante tarde era cuando la dejaron en su casa, el hermano menor de Sango la dejó en la puerta de su casa despidiéndose con un beso en la mejilla.

"Pero qué me pasa…. qué estoy haciendo… qué hago si quién me importas eres tú… por favor ayúdame a confiar en ti".

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La clase fue igual que siempre, con los mismos cuestionamientos y los mismos alumnos, con su misma indiferencia, ni una mirada ni siquiera un –Hola-. Sólo la trataba como a una más de los estudiantes que casi a diario veía.

Todos salieron pero ella estaba decidida a no irse así, las cosas no eran tan fáciles como mantener escondido lo que sucedía entre ambos. Se acercó a él que se encontraba recargado (N/A: medio sentado… no sé cómo decirlo :p) en el escritorio con la vista al frente como si supiera que ella no iba a salir del aula.

Llegó hasta estar a pocos centímetros de distancia y lo miró fijamente a los ojos miel como dos témpanos inamovibles. En un impulso puso sus manos en la espalda baja de Lin y la atrajo más hacia sí buscando sus labios pero no los encontró, ella se giró un poco para evitar ser besada, él estaba a punto de hacer algo cuando se escucharon pasos que se acercaban rápidamente y los dos se separaron por instinto, Lin fue a su lugar y estaba tomando sus cosas cuando entró un alumno que buscaba al profesor.

Ella salió nerviosa de ahí, casi temblando. Ese sería el primer recordatorio que tendrían de que más allá de sus propias dudas, si los descubrían en la universidad ella perdería la beca y él enfrentaría una demanda por incumplimiento de contrato, en el cual se estipula que no puede mantener relaciones personales con los alumnos.

Lin fue a la cafetería a encontrarse con sus amigas y para su sorpresa Sango le entregó una rosa amarilla de parte de Kohaku, se sintió apenada y no pudo decir más que –Gracias, dile que está preciosa-.

Se sentaron las tres juntas como siempre, un rato después llegó Kouga a saludar, en especial a Kagome y luego se fue, no sin antes besar el dorso de su mano, como siempre.

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Lin salía de la escuela para ir a trabajar como siempre, estaba algo agotada y decidió tomar un taxi, pero mientras lo esperaba muy cerca de ahí pasaron unos ojos dorados que observaron especialmente la flor entre sus dedos tornándose diferentes, ahora se mostraban enojados… celosos.

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Ese lunes al medio día Kagome tenía bastante tarea que hacer por lo que fue directamente a casa. Estaba sentada en la computadora con un platillo apenas probado junto a ella cuando escuchó cómo abrían la puerta, de inmediato fue a ver de quién se trataba, pues los únicos con llaves eran Kikyo y ahora también Inuyasha. Miró a su hermana entrar con su maleta y una expresión vacía.

- ¿Qué pasó?

- ¿Entre Inuyasha y yo?...

- Sí…

- Terminamos… -le respondió quebrándosele la voz a la mitad de la palabra.

- Ter… terminaron… por qué… si él iba a… pues…

- A proponerme matrimonio, en realidad lo hizo y acepté, pero sus tontos celos le importaron más que nosotros. –dejó su equipaje en el suelo y fue hasta la sala para dejarse caer en uno de los sillones y cerrar los ojos evitando que las lágrimas salieran sin control.

- ¿Quieres que hablemos de lo que pasó?

- No tiene sentido, ahora él es parte de mi pasado y el recordarlo no ayuda…

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Inuyasha entró en la mansión donde vivía sólo o con sus padres los meses que se encontraban en Japón. Creyó solo el lugar, así que pasó al despacho de su padre, dejó algo sobre el escritorio y sacó una botella de güisqui para servirse una copa cuando una voz conocida lo interrumpió.

- Esperaba tener la suerte de no encontrarte –al instante el hermano menor sintió hervir la sangre, si algo no necesitaba ahora era la presencia de su hermano.

- No te metas en lo que no te importa, Sesshomaru, en todo caso tú eres el que sobra aquí.

- Siempre tan agresivo… sabes que vengo aquí cada vez que me da la gana, te guste o no… ¿Qué es eso? –le preguntó refiriéndose a la cajita negra sobre el escritorio.

- No te importa.

- Así que le piensas proponer matrimonio.

- Ya te dije que no te importa y déjame en paz antes de que pierda la paciencia.

- Tal vez ya le dijiste y te rechazó… -se burló para luego irse sin decir más.

- Maldito –murmuró Inuyasha golpeando un mueble con el puño y sirviéndose otra copa.

Un rato después sonó el teléfono interrumpiéndolo de su estado de vacío y de servirse otra copa a la mitad de la botella.

- Si…

- Inuyasha…

- ¿Kagome?...

- Sí… oye puedo verte ahora, creo que tenemos que hablar.

- No hay nada de qué hablar.

- Sí lo hay, voy para tu casa ahora mismo, espérame. –luego colgó.

- Feh! Quién se cree esa mocosa…

La chica llegó y entró sin problemas puesto que el cancel se encontraba abierto y la puerta sin llave. Buscó a Inuyasha por todos lados hasta que dio con el estudio y lo encontró en un sillón con la cabeza entre las manos y los codos recargados en las rodillas. Lo llamó por su nombre un par de veces pero él ni la escuchó, fue necesario que se acercase y le tocara el hombro para sacarlo de sus pensamientos. Alzó la vista y al reconocerla sintió el impulso de abrazarla y así lo hizo, se puso de pie y la rodeó por la espalada escondiendo la cara entre sus cabellos, Kagome sostuvo el aire en sus pulmones un momento pero al darse cuenta de que ahora necesitaba mucho apoyo se relajó y le devolvió el abrazo con igual ímpetu. Se quedaron así largo tiempo hasta que por fin él se alejó un poco y le agradeció el gesto.

- No fue nada… pero dime por favor qué fue lo que pasó.

- ¿Con Kikyo?

- Sí, ella no me quiso decir nada

- Así que volvió…

- Claro que volvió después de lo que les ha de haber pasado cualquiera volvería.

- No pensé que ella lo hiciera ahora…las cosas iban perfectas, al verme en al aeropuerto se sorprendió pero cuando le dije que era una sorpresa se alegró mucho. Después no pude esperar mucho, tan pronto estuvimos a solas en el hotel se lo dije y le di el anillo… ella lo aceptó, sé que estaba contenta, sabía que me amaba como yo a ella… pero al día siguiente algo pasó.

FLASH BACK

(N/A: Desde el punto de vista de Inuyasha)

Llegó al restaurant donde habían quedado de verse pero ella no estaba ahí, la esperó diez minutos pero Kikyo solía ser muy puntual así que decidió ir a buscarla al hotel no sin antes dejar un mensaje para su prometida si se presentaba. Muy apresurado por un mal presentimiento llegó hasta el hotel donde se hospedaban y entró a la habitación esperando encontrarla, pero no estaba. Bajó a la recepción y preguntó por ella, le dijeron que hacía rato salió y se subió a una limosina, él se extrañó bastante y a decir verdad no lo creyó. Llamó al restaurant y redijeron que n había llegado así que fue de regreso a la habitación ya bastante preocupado y llamó por milésima vez al celular de la chica pero lo escuchó sonar ahí mismo. Presa de la desesperación empezó a caminar en círculos por toda la habitación, maldecía y pensaba en mil cosas, salir él mismo a buscarla, llamar a la policía y cualquier otra forma para localizarla, de repente pensó en ver qué traía puesto. Fue hasta el closet del lugar y no le constó trabajo deducir que lo que faltaba era un vestido ligero de color blanco, bastante apropiado para el lugar al que se suponía irían.

Inuyasha se estaba volviendo loco pensando que lo peor le pudo haber pasado, tal vez en ese preciso momento estaba en el hospital o peor… la desesperación era demasiada, no tenía idea de qué hacer pero decidió regresar al restaurant a esperarla, ya que si llegaba al hotel le avisarían y todavía no confiaba en el encargado del pequeño lugar donde deberían estar ahora los dos juntos.

Se bajó del taxi y miró a su alrededor, esperaba tal vez encontrarla aunque no de la forma en que lo hizo. La vio a lo lejos con los brazos de otro hombre rodeándole la cintura y además se estaban besando, de inmediato sintió la sangre hervirle y una descarga de adrenalina lo impulsó a ir hasta ellos, de inmediato empezó a correr y para cuando la alcanzó el sujeto había subido a su limosina y se había marchado, ella lo recibió sorprendida y con un inhabitual nerviosismo.

- Inu… yasha… pero.. qué haces aquí… ¿Te encuentras bien? Te ves alterado.

- Alterado… -le dijo con la mirada baja- Y cómo no quieres que esté alterado si te acabo de ver con otro tipo ¡En mi propia cara Kikyo! –empezó a gritar alzando la mirada.

- Inuyasha yo no… no es lo que parece… lo que pasa es que… bueno él era.

- No me interesa saber quién era –a la interrumpió- lo único que sé es quién es, que es tu amante –lo siguiente que Inuyasha sintió fue un fuerte dolor en la mejilla, ella lo golpeó.

- Cómo te atreves a decir eso, te dije que las cosas no son lo que parecen, ese tipo ya no es nada mío… y si no me crees, no tiene sentido que sigamos con esto. –acto seguido se quitó el anillo y se lo dio en la mano para marcharse.

FIN DEL FLASHBACK

- Así que eso fue lo que pasó, cuando volví al hotel sus cosas ya no estaban no supe hasta que llegaste si había regresado o se quedaba en París unos días más –con las últimas palabras sus puños se cerraron llenos de furia.

- No… quiero decir esto, pero… ¿Estás seguro de lo que viste?

- Feh! Claro que estoy seguro yo los vi –se lo quebró la voz inevitablemente- besarse y él la abrazó, además si no te quiso explicar nada es por algo…

- No, Inuyasha sabes lo cerrada que es mi hermana, es por eso que no dijo nada, pero ella sería incapaz…

Así siguieron hablando por horas, durante las cuales Kagome no pensó en sus sentimientos o en lo sucedido con Inuyasha, lo único que le importaba era arreglar las cosas, convencerlo de que un mal entendido, pero todo era para no verlo sufrir. Sentirlo así triste, enojado y decepcionado era algo que ella no soportaba, continuamente retenía las lágrimas en sus ojos para que no salieran y él no notara su estado de ánimo.

"Inuyasha, por favor ya no estés así, si pudiera hacer algo para ayudarte, mi querido Inuyasha…"

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Esa noche dos llamadas fueron hechas y ambas terminaron con citas planeadas para el mismo lugar y casi a la misma hora.

Llegó al café que estaba cerca de la universidad, lo inspeccionó y no le fue difícil dar con él, un joven de cabello castaño y pecas se encontraba sentado en una mesa con una silla vacía a su lado. Caminó hasta estar muy cerca, entonces él se levantó para saludarla y extenderle una silla.

- Lamento quitarte tu tiempo, sé que eres una mujer ocupada…

- No te..

Lin no fue capaz de terminar la frase cuando vio justo en la mesa que le quedaba enfrente a otra pareja, Sesshomaru estaba con Kikyo… conversaban y ella se veía bastante triste, inclusive vio como él le tomaba la mano.

- ¿Lin?

- Qué… a.. si.. no, no hay problema ¿Qué es lo que querías decirme?

- Es una invitación que no quise hacer por teléfono, demasiado impersonal. Este fin de semana mi hermana va a ir con su novio a una casa de campo en las afueras de la cuidad, pero para que pueda hacerlo… tengo que ir yo, ni sé si tú… quisieras… ir con nosotros.

Ella escuchó las palabras sin prestarles atención sólo se fijó en los dorados ojos que la miraron intensamente por unos segundos y luego volvieron a Kikyo otra vez. Sintió celos y se reprochó por eso, porque él le importara tanto, porque se sintiera mal por verlo con su cuñada.

"Lin no seas tonta, es su cuñada, además entre ellos no hay nada, la misma Kikyo te lo dijo… no quiero sentirme así, no quiero estar así por él, por su culpa…"

- Entonces…. ¿Aceptas? –volvió a escuchar a Kohaku.

Intentó hacer memoria de lo que le había dicho y al recordarlo a medias y por el impulso causa de los celos aceptó.

CoNTiNuaRá...

Hello! Ahora sí me pasé de mensita con Lin... jaja pero ya se compondrán las cosas... :p. Y ojalá que ya esté mejorando lo de Kikyo.. jaja...

Mil gracias por sus reviews, me hacen muy muy feliz! También muchísimas gracias por leer.

Una acotación: Algo atrasado amiga, pero FELIZ CUMPLEAÑOS!