Nosotros dos

Disclamer: Los personajes son de Rumiko san, y la historia es sólo porque me fascinan jaja.

Acotaciones:

" " pensamientos

&&&&& cambio de escena.

Dedicación:

Para la Jeny! Ahora sí FELIZ CUMPLE! Que cumplas 18 pronto jaja ntc... pues ya sabes, sé feliz TQ1CH

Entró a su departamento y de inmediato la vio sentada frente a la computadora leyendo algo, la saludó y ella le contestó evitando mirarla, pero Kagome de todas formas lo notó, había llorado.

- ¿Qué haces? –la preguntó ignorando el detalle.

- Estoy buscando una pensión en algún lugar pequeño de España.

- ¿Para qué?

- Me voy a ir lo que resta de las clases…

- ¡No! No te puedes ir nada más así, tú no sueles huir de las cosas, no puedes irte ahora, habla con él y explícale lo que pasó, díselo como a mí.

- Inuyasha no quiere escucharlo y aunque quisiera, ya es demasiado tarde, él debió confiar en mí desde el principio y no ahora que ya le contaste mi versión de la historia. –su tono era tranquilo a pesar de lo alterada que se sentía, se puso de pie y se quedó mirando hacia la ventana

- Yo… no Kikyo…

- No trates de mentirme –la interrumpió antes de que pudiese idear una mentira.- Estuviste muy cerca de él… hueles a su loción.

En ese instante la invadió el miedo… olía a Inuyasha… ¡Olía a él¿Y ahora qué¿Cómo negarlo¿Y si Kikyo pensaba otra cosa? Haciendo uso de todo su raciocinio y autocontrol habló con calma.

- Es que tenía que explicarle… si tú no lo intentabas y él era tan necio para no escuchar… alguien tenía que ayudarlos. –esperó un eterno silencio a que su hermana le creyera.

- Lo sé Kagome y te lo agradezco pero hay cosas que no se pueden arreglar –sintió las lágrimas de nuevo en sus ojos y se fue a su habitación siendo seguida por su hermana.

- Por favor, dale cinco minutos para que hable contigo.

- Lo siento… -luego cerró la puerta y se recostó en su cama, tal vez no sería tan mala idea escucharlo… quizás él era la respuesta a su soledad infinita y un tonto momento no valía la pena…

Kagome regresó a la sala y se dejó caer derrotada en un sillón, al parecer ayudarles era algo imposible de hacer, primero el orgullo de Inuyasha y ahora el de su hermana. "Tan culpable el uno como el otro, sólo espero que Kikyo también recapacite y lo escuche". Escuchó sonar su celular y contestó.

- ¿Ya hablaste con ella?

- Sí… pero…

- No aceptó… ¿Cierto? –el sólo escuchar el tono inmensamente triste de Inuyasha la hizo sentir un nudo en la garganta y las lágrimas agolpadas en los ojos.

- Está dolida… y es muy orgullosa… dice que se marcha a España por lo que queda de las clases.

- Ella no se puede ir así…

- Inuyasha… dame tiempo, te prometo que vas a hablar con ella antes de que se vaya –escuchó a su hermana salir de la habitación. –Me tengo que ir.

Terminó la llamada luego de darle nuevas esperanzas al chico y vio a su hermana tomar sus cosas para salir.

- ¿A dónde vas?

- Te lo diré sólo si me das tu palabra como mi hermana de que no le dirás a Inuyasha.

- De acuerdo…

- Voy a casa de nuestros padres a despedirme, luego regreso por mis cosas –salió de ahí sin decir más.

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Era una hora sin mucha clientela, así que le daba tiempo para revisas y actualizar los horarios de todas las chicas que trabajaban ahí, estaba sentada frente a una mesa llena de papeles cuando su teléfono celular sonó y contestó muy a su pesar… había evitado mucho esa llamada.

- Kohaku…

- ¿Cómo estás? –le preguntó algo tímido como siempre.

- Bien… gracias ¿Y tú?

- No tanto… es que… estoy en el hospital con mi hermana, su novio tuvo un pequeño accidente y al parecer se rompió una pierna… pero, en fin… quería decirte que mi hermana ya no quiere hacer el viaje… tal vez una semana más mientras Miroku se mejora algo… -Lin lo escuchó y sintió cómo un peso se le quitaba de encima y la liberaba.

- No te preocupes, está bien… lo siento mucho por el joven Miroku, ojala que se mejore pronto.

- Gracias, y gracias por entender, prometo que te voy a compensar, dime… ¿En qué horario estás libre el fin de semana? –de nuevo el mundo entero cayó sobre ella, no supo qué contestar, después de todo no tenía idea de sus planes para el fin de semana.

- No... no lo sé… mi jefe me tiene que decir, pero… no sé, tal vez no tenga mucho tiempo…

- Ya veo… -dijo decepcionado- Está bien, te entiendo, pero de cualquier forma seguimos en contacto…

- Claro…nos vemos

- Nos vemos.

Terminó la llamada y se sintió en parte aliviada y en parte responsable por haber mentido, pero ese no era el medio ni el momento para aclarar malos entendidos… "Qué yo provoqué" –se reprochó.

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Pasaron los días y Kagome cumplió su promesa de no revelar el paradero de Kikyo, era viernes por la tarde y la chica encontró a su hermana terminando de empacar sus cosas en algunas maletas, le preguntó a qué horas se iba, si la podía acompañar, a lo que la respuesta fue negativa – Si vas conmigo no podré irme -le dijo. Lo último que intentó hacer fue lo que de antemano sabía era una batalla perdida.

- Quédate, sólo hoy… habla con él, dale una oportunidad. –Kikyo dejó por un momento lo que hacía y la tomó de las manos para que las dos se sentaran en el borde de la cama a conversar.

- Kagome, sabes que no me gusta darle explicaciones a nadie de lo que hago, pero esta vez has tratado tanto… que creo justo que lo sepas¿Tú sabes cuántas mujeres han buscado a Inuyasha en estos dos años?

- No…

- Muchas, más de las que te imaginas, él pudo haberme engañado en cualquier momento, inclusive pasaba fines de semana enteros en una casa decampo con amigos de sus padres y sus hijas… pero sé que siempre fue leal, que nunca hizo nada malo.

- Porque te ama – interrumpió.

- Porque… no sé, tal vez me ame –una lágrima rodó por su rostro- pero lo importante aquí es que si me ama no lo hace tanto como para confiar en mi…

- Él siempre fue celoso.

- Por favor, trata de entenderme… -se puso de pie y cerró las maletas- Te voy a extrañar mucho, más de lo que crees, pero más te vale que mantengas limpio esto porque cuando empiecen de nuevo las clases voy a regresar.

Tan pronto dejó el departamento, Kagome corrió al teléfono para llamarle entre sollozos a Inuyasha y decirle que se iba y la hora de su partida, todavía había tiempo suficiente, tal vez si conseguía hablar con ella podría detenerla.

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Entró al aeropuerto, a las salidas internacionales y lo recorrió todo de un lado a otro varias veces esperando verla, viendo a los fantasmas de lo que eran…

A lo lejos distinguió una figura conocida, era su hermano que hablaba con alguien que él no veía pero supuso que era a quien buscaba, se acercó corriendo entre la gente, pero cuando llegó ella ya había cruzado la barrera sólo para pasajeros, sin embargo se detuvo al escuchar a Inuyasha que la llamaba.

Ya casi sin aliento se detuvo rozando la barrera, enfrente ella y su medio hermano mayor observando.

- Kikyo… espera, por favor no te vayas.

- Muchas gracias por venir a despedirme, te llamaré después –se dirigió con calma a Sesshomaru quien dedicó una mirada casi asesina a Inuyasha y se retiró en silencio y sin prisa.

- Déjame hablar contigo…

- Inuyasha…

Kikyo dio media vuelta y desapareció de la vista del chico sin que él pudiese hacer nada más que mirar y darse cuenta de que para bien o para mal todo estaba decidido, sintió un nudo en la garganta y se quedó ahí mucho tiempo, tal vez con esperanza de verla volver o tal vez para convencerse de que no regresaría.

Caminó con su bolso de mano y algunas lágrimas en los ojos, enseñó sus papeles y fingió sonrisas a las azafatas. "Sea como sea, por orgullo o el destino, la decisión está tomada y ya no hay nada que hacer, Inuyasha… perdóname por esto pero hay cosas que no puedo hacer".

Así se fue con intenciones de no regresar en suficiente tiempo para que las heridas de ambos estuviesen cerradas y entonces tal vez poder recuperar lo perdido.

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Terminó su turno y salió del restaurant con la idea de buscar un taxi como a diario para ir a casa, pero no le fue difícil distinguir al hombre que la esperaba en la acera de enfrente recargado en su auto deportivo, sonrió instintivamente y cruzó la calle para caer directo a sus brazos y besarlo en los labios.

- ¿Hace mucho que esperas?

- No… -la besó de nuevo pero con más pasión e inclusive algo desesperado, ella le correspondió de la misma forma. –te llevo a tu casa. –le dijo cuando rompieron el beso, luego la llevó hasta el asiento del copiloto y puso su mochila en la parte trasera del auto.

Luego de un rato de poco tráfico llegaron al departamento de Lin, detuvo el vehículo y subieron tomados de la mano hasta la puerta, ella abrió y entró sin soltarlo, caminaron hasta el comedor y le dijo que se sentara ella regresaría de inmediato. Entró a la cocina y preparó dos tes de arroz. Volvió y puso uno enfrente de él y ella se sentó a su lado.

- ¿Té de arroz? –le preguntó en tono frío.

- Nunca me preguntaste si me gustaba el champagne –rió algo burlona- sólo me lo diste, así que espero que te guste (N/A: espero que a él sí le guste porque a mi la verdad para nada jaja) .- él sólo tomó la taza y empezó a beberlo para mirarla después como si nada.

- Es un lugar algo frío. –cambió radicalmente de tema provocando a Lin una pequeña carcajada debida su derrota con el asunto del té que estaba segura no le gustaría.

- Entonces supongo que debo llevar un suéter.

- ¿Mañana a las seis de la mañana te parece bien?

- Claro, mientras antes mejor.

- ¿Estás segura?

- Sí. –entonces sonrió de una forma que sólo él conocía, con mirada inocente e inclinando un poco el rostro en un gesto ingenuo. Sesshomaru sonrió algo.

- En ese caso vamos ahora.

- ¿Ahora?

- Toma tus cosas y vámonos.

- Pero es muy apresurado.

- Mientras antes mejor –citó sus palabras haciéndola reír de nuevo y levantarse de la mesa para ir a buscar su equipaje.

"Esta blusa, y ésta… pantalones, una falda… -pensaba mientras ponía las cosas en una pequeña maleta- y para dormir… bueno, tal vez esto no sea lo más apropiado… -se sonrojó- jaja… por si se dan las cosas… ¿Qué más me falta?...". Terminó de empacar las cosas y regresó a la sala donde él la esperaba mirando hacia la ventana, como siempre lo hacía sin importar el lugar donde estuviese.

- ¿Nos vamos?

- Claro.

Partieron en el deportivo con las luces de la cuidad en pleno apogeo, Lin miró hacia la ventanilla todo el camino nerviosa, expectante por lo que vendría, por estar a solas con él. Supuso que sería un buen momento para estar…"más cerca"… pero todavía no estaba totalmente convencida. Pasó poco más de una hora de camino y los ojos de la chica se cerraron producto de todo el ajetreo diurno, Sesshomaru la miró y notó que parecía tener algo de frío mientras dormía así que puso la calefacción y siguió concentrado en el camino.

Faltando no mucho para el amanecer por fin llegaron a una casa rodeada por un jardín bastante cuidado. Se estacionó cerca de la entrada y les dijo a los empleados que cuidaban la casa que llevaran el equipaje de la señorita a la habitación principal. Abrió con cuidado la puerta del copiloto y la tomó en brazos para llevarla hasta la cama de la habitación destinada para ella, cuando entró la dejó en las cobijas listas para dormir, la cubrió para que no le diese frío en las siguientes horas y luego depositó un suave beso en su frente.

- Descansa.

CoNTiNuaRá...

Hello! Ojalá que les haya gustado el capi y que no haya quedado muy treste.

Mil gracias por todos sus reviews, me dan muchísimos ánimos para sguir, ojalá que les siga gustando la hisoria, muchísimas gracias por leer!

Si Lin y Sessho se deciden en el próximo hay lemon!