Nosotros dos
Disclamer: Los personajes son de Rumiko san, y la historia es sólo porque me fascinan jaja.
Acotaciones:
" " pensamientos
&&&&& cambio de escena.
Dedicación:
Jenys está traumada! jaja y eso q no es burla.
- Buenos días, disculpe ¿Dónde puedo encontrar a Inuyasha? –le preguntó a una recepcionista.
- El señor Tashio no se presentó hoy ¿Puedo darle algún mensaje?
- No… -respondió dudosa- Gracias.
Salió de la oficina algo afligida por no haberlo encontrado, ahora en verdad necesitaba hablar con él. Subió al auto y recordó dónde vivía el hombre que buscaba, si bien no tenía una idea exacta sí lo sabía aproximadamente.
Llegó hasta una calle familiar y bajó del auto revisando cada nombre en los timbres de las casas (N/A: las casas allá tienen los nombres en los timbres?... supongo jeje). Terminó de revisar cada una de las entradas, incluido un edificio de departamentos y no encontró nada que le indicada que ahí viviera Inuyasha. Derrotada decidió regresar a su casa, iba caminando con la mirada fija en el suelo cuando chocó con alguien de improvisto y terminó sentada en el suelo al igual que él.
- Discúlpeme iba distra… Inuyasha.
- Kagome… ¿Qué haces aquí? –se levantó y la ayudó a hacer lo mismo.
- Te estaba buscando… pero no sé dónde vives exactamente –él señaló el parque que quedaba en frente de la calle en la que estaban.
- Del otro lado.
- Bueno… -se sonrojó notoriamente- sabía que era por aquí. –él sonrió divertido.
- ¿Para qué querías verme?
- Para que hagamos las pases… sé que suena algo tonto ahora, pero como siempre estamos peleando… pues no lo sé, me gustaría que ahora que nos entendemos un poco más fuéramos amigos. –él sonrió más ampliamente.
- Claro que somos amigos, tú me has ayudado mucho con… -su mirada se tornó algo triste y vacía- con Kikyo. –ella bajó la mirada un poco pero de inmediato lo vio a los ojos de nuevo.
- ¿Estás enfermo?
- No…
- Entonces por qué no fuiste a trabajar…
- Feh! El que seamos amigos no te da derecho a meterte en mi vida y si no fui tengo mis razones, simplemente no quise hacerlo.
Kagome se quedó callada unos instantes, se perdió en la mirada del chico… era diferente a la de antes, altiva, independiente y hasta retadora; ahora lucía con un vacío que trataba de ocultar a toda costa. "Sí la ama… mucho en verdad… Kikyo ¿Por qué te fuiste? No tienes derecho a hacerlo sufrir de esa manera".
- ¿Qué te pasa¿Tengo algo raro en la cara?
- No, nada… oye por qué no vamos a comer juntos, ya que no fuiste a trabajar… le puedo decir a Sango y a Miroku que vengan con nosotros.
- No, gracias… prefiero estar solo.
- Claro que no, ahora menos que nunca te voy a dejar solo, somos amigos y sé por lo que estás pasando, así que te guste o no, me vas a tener a tu lado para molestarte. Vamos a tu casa y mientras te cambias llamo a los demás. –lo tomó del brazo y lo llevó casi arrastrando al otro lado del parque, donde por fin se resignó, o tal vez dejó el orgullo de lado, y fueron a su departamento.
Entraron en el lugar perfectamente decorado y arreglado, él fue directo a su habitación y ella al teléfono. En poco rato Inuyasha estaba listo para salir y la cita con los amigos hecha. Cuando llegó a la sala su cabello se veía bastante mojado todavía, llevaba una camisa azul cielo y unos pantalones de vestir negros, lucía bastante apuesto y Kagome no pudo evitar notarlo, sin embargo no dijo nada.
&&&&&
Despertó con los rayos del sol que se colaban por la ventana y no tardó en reconocer el lugar, estaba con él, abrazada a su espalda baja. "Tal vez aún duerma…" –pensó. Acomodó los cabellos de su maestro y lo besó en el cuello repetidas veces, con calma y delicadeza hasta que él volteó y la besó en los labios igual pausadamente.
- ¿Dormiste bien? –susurró él entre sesos.
- Sí
Respondió con un monosílabo entrecortado, hablar ahora no era su prioridad. Se acercó más a él y posó ambas manos sobre su pecho para empujarlo un poco y así recostarlo mirando al techo. En ningún momento dejó de besarlo, al contrario, intensificó las caricias de sus labios, luego buscó una posición más cómoda, casi recostada sobre Sesshomaru.
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Llegaron al restaurant donde era la cita y vieron que sus amigos ya los esperaban en una mesa para cuatro personas, se sentaron y se saludaron para luego atender al mesero que llegaba a pedirles la orden. Sango y Miroku vieron fijamente a Inuyasha, se le notaban ojeras y lucía desganado.
- ¿Cuáles son sus planes para hoy? –preguntó Kagome rompiendo el silencio.
- Estamos planeando una reunión, pero todavía no estamos seguros. –respondió Sango.
- Por el lugar, nuestros departamentos no quedan en lugares muy céntricos. –agregó su novio.
- ¿Por qué no lo hacen en el mío? No tengo planes para hoy y la ubicación no es mala.
- ¿En verdad Kagome?
- Claro –sonrió.
- Muchas gracias –respondieron los dos mientras el mesero llegaba con las bebidas y las dejaba en la mesa.
- ¿Te gustaría ir Inuyasha?
- ¿A dónde? –el chico estaba en verdad distraído pensando en quien no estaba ahí.
- Hoy por la noche a una reunión en casa de la señorita Kagome –le aclaró Miroku.
- No… no lo sé… es que…
- Es que nada Inuyasha, no nos vas a hacer el desaire a los tres –lo regañó su mejor amigo- Tienes que ir y divertirte.
- Pero… -miró a su alrededor y se topó con una mirada desconocida para él de la chica Higurashi, tierna, algo suplicante y a la vez compasiva.- Sí… iré.
El resto de la reunió pasó entre comentarios banales y algunas conversaciones personales de aquellos cuatro que tan bien se conocían. Al final se despidieron y acordaron la hora para verse en el lugar de la fiesta nocturna.
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Bajaron a desayunar un buen rato después de haber despertado, el suficiente para amarse como la noche anterior.
- ¿Qué planes tenemos para hoy?
- Ya verás…es un lugar único.
- Espero que no tengamos que ir a caballo… -rió un poco recordando su agotadora experiencia del día anterior.
- Podemos ir en el mismo caballo
- Sólo si me prometes que vale la pena. –Sesshomaru sonrió y eso fue suficiente para ella que le devolvió el gesto.
Luego de andar un rato sobre el lomo de un corcel negro abrazada a la espalda de su maestro, llegaron a un sitio que topaba con una especie de muralla de arbustos. Bajó del caballo y luego la ayudó a bajar, una vez de pie en el suelo Lin miraba a su alrededor buscando algo que le indicara que ese era el sitio sin embargo no logró hacerlo cuando él la tomó por sorpresa cargándola en brazos.
- Cierra los ojos y sostente.
Ella de inmediato obedeció escondiendo el rostro en el cuello de Sesshomaru y aferrándose al mismo con la mayor fuerza que le fue posible.
Miró la "muralla" de arbustos y luego dio media vuelta para cruzarla de espaldas desde luego protegiendo a lo que más le importaba de qué se hiciera cualquier pequeña herida. Una vez del otro lado ella preguntó si podía abrir ya los ojos y la respuesta fue negativa.
- Ahora tú tendrás que esperar. – esbozó una sonrisa algo maliciosa.
Caminó así algunos minutos con ella en brazos hasta que llegaron a una especie de lago con un hilo de cascada que caía desde más altura de la que los ojos alcanzaban a ver, sobre todo con el brillo del sol colándose entre las ramas de lo árboles.
- Ya llegamos. –le dijo mientras la dejaba bajar al suelo.
- Es… -se detuvo el no encontrar un calificativo adecuado para lo que estaba observando.
- Era el lugar favorito de mi madre. -Se puso detrás de ella y la rodeó por la espalda besando su cabello con una suave esencia única.
- Háblame de ella, de tu mamá… cómo era, qué le gustaba hacer… dime todo lo que recuerdes de ella…
Sesshomaru rompió el abrazo y la tomó de la mano para guiarla hasta unas rocas a la orilla del lago donde solía sentarse cuando era niño, ahí permanecieron por algunas horas; algunos momentos en silencio, comunicándose con la mirada y la otra parte del tiempo hablando de aquella persona que él recordaba tan bien.
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Se llegó la noche y los invitados aparecieron poco a poco en el departamento donde los tres amigos, porque Inuyasha no aparecía desde que terminaron de comer, eran los anfitriones. Casi a la media noche con la reunión casi en pleno apogeo apareció el faltante.
- Lamento la demora –se disculpó con Kagome ya que los otros dos estaban muy ocupados con otras personas.
- Me tenías preocupada ¿Dónde estabas?
- Salí a caminar un rato, necesitaba acomodar mis ideas… sobre todo antes de venir aquí… -conforme terminó de hablar su tono se entristeció.
- Está bien –sonrió- No hay ningún problema, ahora ayúdame a atender a los invitados porque creo que los otros dos ya dejaron a los demás para ir a la terraza…
- A la te… -mientras repetía la frase recordó los muebles del lugar y las mañas de su amigo, no pudo evitar sonrojarse.
- Jaja… no, no creo eso… Sango no lo haría
- Sí, tienes razón, pero más le vale a ese libidinoso que no intente pasarse de inteligente.
De inmediato ambos coordinaron las bebidas, la música, las personas y cualquier otro detalle que surgiera, así estuvieron largo rato hasta que los invitaron empezaron a retirarse, incluidos Sango y Miroku, quienes como lo sabrían después tuvieron una razón especial para retirarse antes de lo previsto.
Kagome cerró la puerta y miró a su alrededor. "Ese fue el último… ¿Inuyasha?" –pensó. Vio hacia la terraza y miró una conocida silueta afuera.
- Hace frío, deberías entrar si no quieres enfermarte. –él la miró y sonrió.
- ¿Has pensado que las estrellas que estamos viendo has sido vistas por millones de personas?
- No conocía ese lado tan filosófico tuyo.
- No es filosofía. –le entregó una copa vacía en la mano y fue a sentarse en un camastro.
- ¿Te sientes bien?
- No… - se recostó, Kagome dejó la copa en una mesita y caminó hasta él para ponerse a su altura.
- Vamos adentro, te vas a enfermar.
- Me voy a mi casa…
- No, en estas condiciones no te voy a dejar ir te quedarán en… -hizo una pausa reflexionando que la habitación vacía sería lo mejor, pero era la de Kikyo y él no querría quedarse ahí- en mi habitación, vamos, ponte de pié.
Lo tomó de las manos y de los brazos ayudándolo luego como "muleta" para ir al interior del lugar. Mientras caminaban ella intentó mirarlo a los ojos, fue necesario que alzara un poco la vista, lo que sólo la acercó a sus labios y le provocó un hormigueo en la boca del estómago. Llegaron a la habitación y lo recostó en la cama antes quitándole el sacó, la corbata y los zapatos, se arrodilló en el suelo quedando cerca de él y mirándolo consideró la posibilidad de aprovecharse de la situación y tal vez robarle un beso, sólo un roce de sus labios, sin embargo sus intenciones desaparecieron el momento en el que el chico más dormido que despierto susurró un nombre.
- Kikyo… (N/A: ok, aquí en donde me quieren matar)
Cerró los ojos resignada y fue a dormir a la ex-habitación de su hermana.
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Regresaron de noche luego de un día de campo en el lugar de la cascada, la cena les aguardaba tan romántica y dulce como la noche anterior. Luego fueron a la habitación principal a pasar la noche juntos como una pareja feliz y próspera… como lo que eran.
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Despertó casi al medio día y con un gran dolor de cabeza, miró asu alrededor y con algo de trabajo recordó dónde estaba y por qué, se puso de pie algo inseguro todavía y salió para encontrarse con la dueña del lugar en la sala mirando TV.
- Por fin despiertas… ¿Cómo dormiste?
- Bien… yo… lamento lo de anoche.
- No te preocupes… pero me debes una -bromeó.
- Ja… ¿tienes algo de agua?
- Tengo algo mejor.
Fue a la cocina y a los pocos minutos regresó con una bandeja con un desayuno muy apropiado para la ocasión por la que Inuyasha atravesaba. Terminó la comida y bebida proporcionadas por su amiga y pensó en cómo pagarle por el favor que le hizo.
- ¿Tienes planes para hoy?
- No.
- ¿Te gustaría ir conmigo a comer? Sólo que es algo lejos.
- Pero acabas de desayunar.
- No importa, quiero pagarte el favor, nos vamos en 10 minutos.
El chico fue a la habitación a ponerse los zapatos y la ropa que le faltaba mientras ella arregló lo que necesitaba y así salieron para manejar unas horas por carretera hasta que por fin llegaron a su destino, una gran casa en medio de un campo, estacionaron al auto afuera de la cochera y sin pasar por ella entraron a la mansión.
- ¿Es tuya? –le preguntó asombrada.
- De mis padres, mi padre la compró cuando se casó con su primera esposa.
CoNTiNuaRá...
Hello!
Un millón de gracias por leer el fic y sobre todo por los reviews que me dejan, siempre me hacen muy feliz, pero en especial los del capi pasadosignificaron mucho TTTT :D
Ojalá que éste no haya quedado enfadoso, el que sigue será algo... fuera de lo común pero creo que se pone interesante... jaja ¿Ahora qué problemas vendrán?... Nos vemos! Y ya saben, se aceptan todo tipo de comentarios.
