Bueno después de mucho tiempo lo he actualizado, esta a punto de terminar y quiero agradecer a todos los que han seguido este fic, Muchas gracias. Gracis por el review de Malu Snape Rickman, espero que te guste el capitulo y que no me golpees. Jejeje.
CAPITULO XIV
Huyendo
Los siguentes meses fueron una tortura para Circe, aunque había retomado su ritmo de trabajo en el estudio y había vuelto a ser la mejor en la escuela, se sentía demasiado incomoda, el mundo mágico parecía haber olvidado el daño que le habían hecho y nuevamente esperaban que se convirtiera en la mejor bruja de todo el mundo mágico. Todo era diferente para ella, esa confianza que ahora le daban la hacía sentir mal, como si sólo les importara lo que ella fuera capaz de hacer sin importar lo que sentía.
Un par de días antes de las vacaciones de navidad, ella había tomado una decisión. James, Lily y Sirius habían planeado una sorpresa para ella, todo estaba preparado para la última visita de los estudiantes a Hogsmade. Lily había ido personalmente al castillo para convencerla y Circe parecía estar contenta y animada, ni siquiera intentó negarse, Lily estaba muy contenta de ver animada a la chica. Se reunieron con James y Sirius en las tres escobas y aunque la chica rehuía la mirada del moreno, comieron alegremente. Al final de la celebración James y Lily los dejaron solos, durante un largo rato permanecieron en silencio
—Circe, necesito que me perdones—
la chica lo vió a los ojos y supo que no mentía, pero ella ya no era la misma de antes, sonrió y lo miró a los ojos
—Hace mucho que te perdoné Sirius—
—Entonces déjame estar cerca de ti nuevamente—
El muchacho se acercó a ella y muy lentamente posó sus labios en los de la chica que no opuso resistencia, sin embargo un sentimiento amargo se arremolinaba en su pecho, por un momento Circe pensó que esto podría funcionar nuevamente
—Sirius, dame tiempo, necesito pensarlo por favor—
—Haré lo que me pidas— el muchacho se veía esperanzado y por otro lado sabía que le había ganado nuevamente a Snivellus. Circe se levantó y se dirigió a la puerta, Sirius la siguió
—Por favor, déjame regresar sola, tengo mucho que pensar—
Sirius la vio salir de las tres escobas y alejarse con rumbo al castillo, al llegar a la oficina de correos se detuvo, gastó sus últimos Knuts en enviar un paquete. Retomo su camino, empezaba a oscurecer cuando vio el castillo a lo lejos iluminado por las múltiples velas y antorchas, por un largo rato lo observo, cuando la oscuridad cubrió todos los alrededores ella dio media vuelta y se alejó.
Muy entrada la noche se empezó una búsqueda por todo el castillo, muchos habían visto a Circe esa tarde, muchos la vieron camino al castillo, pero nadie la había visto entrar en el castillo. Durante horas la buscaron en el castillo y en los caminos aledaños sin ningún resultado. Dumbledore recibió un paquete durante la noche. Adentro tenía la varita de Circe con una nota que decía "lo siento pero no puedo regresar". El director guardó con cuidado la varita, esperando que la chica regresara por su propia voluntad.
Lejos de ahí, Circe caminaba bajó la nevada que se había desatado después de media noche, sentía mucho frío, aunque llevaba la capa del colegio, el frió empezaba a entumirle la manos, el frío y el cansancio empezaban a minar su resistencia, sin embargo su voluntad era más fuerte, su deseo de alejarse de Hogwarts le daba fuerzas para continuar. Después de algún tiempo encontró un granero abandonado, entró y se quedó en un rincón. Despertó antes del amanecer y siguió su camino. Por varios días caminó rumbo a la ciudad, comía lo que podía encontrar y de vez en cuando alguna persona que encontraba en su camino le ofrecía algo de comer, a todos les argumentaba que estaba buscando a una persona en algún lugar cercano y nadie le hacía preguntas.
Después de varios días de viaje, se encontraba débil, hambrienta y muy cansada, llegó a Londres, estaba haciendo frío, por un momento pensó en ir a el callejón Diagon, pero imaginó que la estarían buscando, así que desistió. Caminó un par de días por la ciudad hasta que un policía la siguió, pensó despistarlo pero estaba muy débil y hambrienta y se desmayó mientras huía, .
Cuando despertó estaba en la estación de policía, despacio se levantó, una mujer uniformada se acercó
—Te sientes bien, debes de tener hambre—
la chica la miró con desconfianza, pero estaba hambrienta, y el olor del pan recién horneado era demasiado irresistible, lo tomó tímidamente
—Dime como te llamas—
La chica se quedó en silencio no sabía que decir, entonces recordó algo a cerca de los hechizos para borrar la memoria, los muggles no podrían saber si ella realmente no recordaba nada de su pasado
—No lo se, no lo recuerdo— dijo esperando parecer desconcertada
la mujer la vio con cierta compasión
—¿Recuerdas de donde vienes o si vives con alguien de tu familia?—
—No, no recuerdo nada, sólo que estaba sola y con frió—
la mujer salió del cuarto donde habían acomodado a Circe, cerró la puerta. Circe se acercó lentamente y la entreabrió esperando oír algo; afuera la mujer hablaba con un hombre mayor
—Estas segura que no recuerda nada?—
—Por lo menos eso es lo que afirma, ¿Qué haremos con ella?—
—Bueno, sabemos que salió de alguna escuela, ese uniforme lo demuestra, pero nadie reconoce el uniforme, pero lo que me preocupa es el hecho de que se parezca a Lady Williams, aun así hemos hablado con Sir Williams y quiere verla, no cree que se parezca tanto a su difunta esposa—
—Iré a preparar a la chica—
Circe cerró la puerta y se sentó, no sabía que hacer, estaba asustada.
La chica fue llevado en una patrulla a una gran mansión, iba escoltada por dos oficiales, los recibió un mayordomo que de inmediato se quedó observando a la chica muy impresionado. El hombre se alejó dejándolos en un gran salón. Pasaron varios minutos antes de que un hombre de unos 60 años apareciera. Circe estaba nerviosa, él también la veía con insistencia, entonces vio el escudo de la capa y su expresión cambio.
—Podrían dejar a la chica aquí, me gustaría hablar con ella a solas—
—claro, estaremos esperando afuera—
los hombres salieron, el hombre se acercó a Circe
—¿Qué es lo que quieres, porque te disfrazas de esta manera para torturarme, le dije claramente que no tenía hijo, y que no volviera—
—No se de que habla, yo no quiero estar aquí, ni siquiera se quien es usted, sólo quiero irme lejos, solo déjeme salir por otra puerta y no me volverá a ver—
el hombre se acercó a ella, sabía por instinto que la chica estaba diciendo la verdad
—¿Cómo te llamas?—
Circe bajó la vista
—No lo recuerdo—
—Se que vienes de esa escuela de magia, así que dime la verdad—
ella se sorprendió, porque un muggle sabía de eso
—Mi nombre es Circe Drake, escape de Hogwarts, no quiero volver, no quiero saber nada de la magia nuevamente, sólo quiero irme lejos—
El hombre siguió observándola con insistencia, ella sentía que estaba leyendo hasta su propia alma.
—Sígueme—
El hombre se alejó hacia un pasillo cercano, ella lo siguió, entraron en una estancia elegantemente decorada con varios cuadros y tapices, al centro sobre la chimenea un gran retrato dominaba la estancia, una mujer de mediana edad con una hermosa sonrisa parecía mirar desde su marco, Circe de inmediato comprendió el asombro de todos, ella era casi idéntica a esa mujer
—Ella era mi esposa—
el hombre se alejó, sacó de un cajón un pequeño retrato y se lo entregó a Circe, ella lo vió sorprendida
—Reconoces a ese hombre—
—Si es mi padre, ¿por qué tiene esta foto de él?— dijo ella desconcertada
—El era mi hijo, hasta el día que decidió irse a esa escuela, eso destrozó el corazón de mi esposa—
Circe vio al que ahora sabía era su abuelo
—Tal vez mi padre pensó que era lo mejor, sin embargo ni usted ni yo podremos saberlo nunca porque el murió hace mucho tiempo, yo no vine aquí buscándolo, yo sólo escaba, y no quiero molestarlo, sólo quiero irme lejos y olvidar, prometo no volver, prometo que nadie me encontrara, sólo quiero alejarme de Hogwarts, de la magia, del mundo mágico, sólo quiero olvidar todo lo que he sufrido—
la chica estaba llorando, aquel hombre estaba viendo ante sí el único recuerdo que quedaba de su hijo y comprendió que los resentimientos no le llevarían a nada, y también vio el sufrimiento de aquella adolescente y pudo descubrir un alma atormentada. Sin siquiera pensarlo el hombre se acercó a la chica y la abrazó con fuerza, Circe se sintió tan bien que cerró los ojos y por primera vez en meses se sintió tranquila y segura.
