Capítulo V: Descifrando un difícil misterio

Harry metió la mano en el bolsillo de su túnica y extrajo de este el collar que habían encontrado en la escena del crimen. Lo comparó con el dibujo. Era idénticos.

-¿Qué diablos…-comenzó a decir Derek, pero pronto se calló. Potter dio vuelta y se dirigió hacia el mapa de Hogsmade. Buscó la calle Merlín y la Avenida Principal, y marcó con la varita en aquella esquina un punto rojo. Luego, comenzó a trazar las mismas líneas naranjas que Marian había trazado anteriormente, hasta formar una figura: una estrella de cinco puntas, unidas por líneas rectas, y en el centro, un redondel.

-Catherine, lee lo que dice el Libro Blanco sobre esta estrella.-ordenó Harry. Cathy tomó el libro y leyó en voz alta.

-Los Cuatro Demonios fueron encerrados y escondidos a los ojos del mundo, a través de la Boca del Encierro, portal desconocido por el hombre. Sus poderes terrenales fueron encerrados en cuatro collares idénticos con forma de una estrella en la cual las puntas se unen por líneas rectas, y en el centro, una piedra negra. Se los llamó Los Dairmon. Y los collares, a su vez, fueron escondidos en cuatro lugares de la tierra.-leyó Cathy. Hubo un silencio.

-Así que eso es lo que traman-exclamó Harry.

-¿Qué es lo que traman?-preguntó Derek, sin comprender. Cathy se encontraba en la misma situación.

-Liberar a los Cuatro Demonio. Seguramente quieren abrir la Boca del Encierro. Y apuesto cien galeones a que estos collares son cruciales en el operativo.

-Entonces, van a venir a buscarlos.-exclamó Cathy, horrorizada.

-Y los estaremos esperando

-Increíble. Fascinante. –decía Marian mientras releía las hojas del Libro Blanco, con el Dairmon en la mano, y de vez en cuando, mirando el mapa.- Así que eso es lo que quieren. Liberarlos. ¿Por qué?-preguntó. Todos cruzaron miradas. Nadie sabía la respuesta.

-Debemos visitar a Natasha-dictó Harry.

-¿Para?

-Ella sabía de todo esto antes que nosotros. Por algo nos dio este libro. Ella sabe más. Estoy seguro. Sabe algo más, y no nos lo ha dicho. Talvez, si le mostramos que avanzamos en la investigación, nos de alguna pista

-No perdemos nada con probar.-dijo Derek, recostado sobre el respaldo de la silla, tratando de descansar. Se veía agotado, y arrastraba las palabras, al mismo tiempo que bostezaba. No era el único. Todos parecían cansados. Habían pasado toda la noche despiertos.

-¿Averiguaste algo Marian?-preguntó Harry. La muchacha levantó la vista del libro.

-Nada. Son muy buenos. No dejaron rastros.-contestó ella. La decepción se reflejó en los ojos de Harry-Sin embargo, descubrí que ellos no desaparecen a través de la niebla, sino que detrás de la niebla.

-Explícate-le dijo Potter.

-Cuando se fueron la muchacha que perdió al hermano me confesó que él había visto un destello rojo detrás de la niebla, y que por eso se había internado en ella. Y supongo que aquel destello es un hechizo de trasladación inmediata.-explicó Marian. Harry sonrió ante la viveza de la muchacha.

Harry tocó a la gran puerta. Se abrió mágicamente. Entraron. Era horario de clases, y el lugar estaba desierto. Caminaron los cuatro juntos, escaleras arriba, hasta llegar ante las puertas rojas. Harry dio un paso hacia delante. Las estatuas cobraron vida y sacaron sus espadas amenazadoramente.

-Ehh… ¿ Corvenilus Credius?-dijo Harry dudoso. Tuvo que tirarse hacia atrás rápidamente para esquivar la espada que una de las estatuas balanceó en dirección a Potter. Miró a sus compañeros. Catherine, Marian y Derek lo miraron, sin saber que hacer. Permanecieron allí, quietos, durante unos segundos, y repentinamente, la puerta roja se abrió, dejando a la vista a una mujer de pelo largo, ojos verdes, alta y delgada, frágil, y de un liviano caminar. Vestía en tonos de rosas, todos claros.

-Entren.-dijo Natasha, sonriendo. Los cuatro se miraron entre ellos, y entraron. Cruzaron el pasillo, la segunda puerta, y entraron nuevamente en la habitación bordó. Natasha hizo señas para que tomaran asiento en las sillas de una esquina, y con un chasquido de dedos, varias tazas y una jarra de agua caliente aparecieron sobre la mesa ratona. -¿Té?-preguntó amablemente. Todos asintieron. La dama movió su mano y la jarra de agua se elevó en el aire, y comenzó a servir su contenido sobre las tazas, las cuales tenían dentro unas hojas de té.-Los escucho.-dijo una vez que todos habían bebido un sorbo del té, tomando ella también asiento.

Harry metió la mano en uno de los bolsillos de su túnica, y extrajo el Dairmon. Natasha dejó de tomar té y miró el colgante atentamente. Harry creyó percibir un extraño brillo en los ojos de la dama. Su rostro se oscureció, como si una terrible noticia acabara de ser dicha. Extendió la mano, y Potter dejó el Dairmon sobre su palma. Ella lo tomó y lo examinó minuciosamente, deteniéndose en cada detalle. Finalmente, lo dejó sobre la mesa, y miró nuevamente a Harry.

-Sabemos que Bondrek y Dolbour intentan abrir la Boca del Encierro para liberar a los Cuatro Demonios. Pero no sabemos cómo lo están haciendo, ni por qué.-se explicó Harry. Natasha cerró los ojos pensativamente, tomó aire, y cuando volvió a abrirlos, parecían brillar de manera inhumana. Juntó sus manos blancas como la nieve y las examinó durante unos segundos, antes de volver a hablar.

-No puedo hablar demasiado Harry, aunque así quisiera, porque un juramento me une al silencio. Pero te diré algo que no encontrarás en ningún libro.-hizo una pausa, y toda la fragilidad que alguna vez había aparentado, desapareció por completo, dejando a la vista  una dama increíblemente poderosa, y temible -No fueron ustedes, los magos, quienes encerraron a los Demonios. Fuimos nosotros, los Kaidath. Para luchar contra una fuerza sobrenatural, se necesita otra fuerza sobrenatural. La Boca del Encierro no es un lugar exacto. Es, como su nombre lo dice, la boca a otra dimensión, si así lo quieres llamar; una puerta hacia un lugar perdido en el tiempo y en el espacio. La Boca del Encierro es el portal que te permite entrar o salir de esa dimensión.

-Entonces… los Demonios están perdidos en el tiempo y en el espacio-dedujo Catherine

-Sí y no. Están atrapados, pero no perdidos. Saben muy bien donde están, y cómo salir. Pero no tienen los recursos. Cuando los enviamos a la otra dimensión a través de La Boca del Encierro, guardamos casi todos sus poderes en cuatro de estos collares, elementales para liberar a los Demonios.-dijo, tomando el Dairmon que estaba en la mesa-Este poder, por grande y fantástico que sea, sólo puede ser usado por sus mismos dueños.

-Entonces, Bondrek y Dolbour no están tras los collares.-dijo Derek.

-No. Están tras el poder que los Demonios les darán, una vez que ellos los liberen.

-¿Y cómo saben que los recompensarán?-preguntó Catherine.

-Los cuatro Demonios fueron en un momento Kaidath, que sucumbieron ante la oscuridad. Sin embargo, conservan cosas de los Kaidath. Una de ellas, es la deuda. Una vez que sean liberados, estarán en deuda con sus libertadores. Y les darán una recompensa.-explicó tranquilamente Natasha

-¿Y cómo piensan liberarlos?-preguntó Harry.

-Los Demonios perecieron ante su propio poder. Fueron las artes oscuras inventadas por ellos las que los enviaron a través de la Boca del Encierro. Y sólo esas fuerzas los traerán de vuelta-dijo Natasha.

-Supongo que todas las desapariciones suceden en cada lugar por un motivo en especial,¿no es cierto?-dijo Harry, tratando de conseguir algo mas de los labios de Natasha. Ella tan sólo sonrió.

-Sigan las huellas de la niebla. Yo ya les di toda mi ayuda en nuestro primer encuentro. El futuro, esta a veces, escondido en los recuerdos del pasado.-se limitó a decir Natasha. Harry, nuevamente comprendió que su visita había llegado a un fin. Se puso de pie, fue hasta donde se hallaba Natasha, y hizo una elegante reverencia.

-Muchísimas gracias.

-Gracias a tí. –le dijo Natasha, y tomándolo de los hombros, lo besó en la frente.

Los demás se pusieron de pie, saludaron con una reverencia, y juntos salieron todos de la habitación. Antes de cerrar la puerta tras de si, Harry volvió la mirada hacia atrás. Natasha estaba de pie, frente a uno de los ventanales, de espaldas a Harry. Cerró la puerta.

-Bueno, al menos sabemos algo mas… ¿no?-dijo Catherine, tratando de levantar el ánimo.

-Si… algo-contestó Harry, pensativo.-Y varias pistas.

-¿Pistas?-preguntó Marian

-Sí. Pistas. Tenemos que prestar mucha atención a las desapariciones en la niebla. Es esencial. Debe de tener algo que ver con los Demonios…

-Ah! Estas hablando de lo que ella dijo, ¿no?-preguntó Marian, emocionada. Harry asintió con la cabeza.-Yo lo anoté todo.

-Léelo-ordenó Potter.

- Las huellas de la niebla. Yo ya les di toda mi ayuda en nuestro primer encuentro. El futuro, esta a veces, escondido en los recuerdos del pasado-leyó la muchacha, tomando el librito en el cual solía hacer anotaciones.

-Bien… Así que nos dio toda su ayuda en el primer encuentro…-razonó Cathy. Harry levantó la vista, y se encontró con los ojos claros de su novia.

-¡EL LIBRO BLANCO!-gritaron los dos al mismo tiempo. Cathy se encaminó hacia el dormitorio de Harry, y a los pocos segundos volvió con el libro en la mano. Lo dejó sobre la mesa.

-Vamos bien-dijo Derek, quien estaba tirado nuevamente sobre la silla, sonriendo.

-Puedes hacer algo, cuando quieras-lo criticó Cathy.

-De acuerdo-dijo él, y volvió a cerrar los ojos. Catherine soltó un suspiro.-Si quieres, te puedo decir que para resolver cómo piensan liberar a los Demonios, Harry tiene que buscar las pistas en sus recuerdos del pasado.

-¿Eh?-exclamó Starblair, sorprendida

-Es claro. Natasha le dijo que el futuro está a veces, en los recuerdos del pasado. Si Harry busca en su pasado, va a encontrar la manera en la cual estos dos mafiosos piensan liberar a los Demonios.-explicó Marian, quien había entendido a lo que Derek se refería.

-Ya lo entendí Marian. –le dijo de mala manera Cathy. La muchacha rubia se sonrojó.

-Estoy cansado… ¿qué les parece si nos vemos hoy a la tarde?-dijo Harry, quien estaba ahora parado junto al mapa de Hogsmade, donde horas antes había unido los puntos hasta formar el Dairmon.

Los tres compañeros se pusieron de pie, se despidieron de Potter, y salieron de la casa, dejando a Harry absorto en sus pensamientos. Él lo comprendía todo. Sabía a lo que Natasha se había referido. La noche en que Hermione y Ron habían desaparecido. Comenzaba a entender la manera en la que Bondrek y Dolbour pensaban liberar a los Demonios. Pero faltaban datos… Se sentó en la mesa y tomó el Libro Blanco. Lo abrió en la página donde lo habían dejado la última vez y reanudó la lectura. Algo allí tenía que servirle.

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Bueno, terminé el capítulo cinco. Perdón por la tardanza, pero me deprimió un poco no recibir reviews... claro, a excepción de mis queridísimas lectoras Bellatrx88 y Hcate. Gracias chicas! Bella, muchas gracias por todo tu aliento. Me hace muy bien leer tus reviews, siempre me levantan el ánimo.Hcate, siii!! Cathy es bastante celosa, incluso de la pobre Marian. Jeejej. Adelante, sigue con tus teorias amiga! De seguró adivinarás todo sobre el título.