Capítulo IX: El Gran Casamiento Weasley

Habían pasado dos días desde el incidente de Brida. Era una noche tranquila. Como siempre, las Tres Escobas estaba lleno de gente. Trató de encontrar un lugar donde sentarse, pero se le hizo imposible. Decidió que sería mejor volver a su casa, y descansar un poco, cuando escuchó que alguien lo llamaba.

-¡Harry! ¡Harry!-gritó una voz aguda y de mujer. Harry buscó con la mirada a aquella persona que lo llamaba. Se encontró con que Ginny Weasley se hallaba sentada en una cómoda mesa, en compañía de otros dos pelirrojos. Sonrió y fue hasta la mesa. Ya no tenía razón por la cual alejarse de los Weasley. Pronto, muy pronto, él traería de vuelta a Ron, y todo sería como antes. Caminó hacia la muchacha y la saludó con un beso en la mejilla.

-¿Acaso nosotros estamos dibujados acá?-exclamó una voz masculina, intentando parecer ofendido. Harry la reconoció al segundo. Giró la cabeza para encontrarse frente a frente con Fred y George.

-¡Muchachos!-exclamó alegremente, mientras los estrechaba en un fuerte abrazo.-¡Cuánto tiempo!

-¡Si que ha sido mucho!-le dijo George, sonriendo-¿Qué es de nuestro amigo desaparecido?

-No mucho. Estoy trabajando en un caso de desapariciones…-comenzó a decir Harry, mientras se sentaba junto a los Weasley.

-Si… hemos leído de eso en El Profeta. Parece que son brujos muy conocedores de las artes oscuras… ¿Tienes alguna idea de lo que traman?-le preguntó Fred, cambiando su alegre expresión a una más adulta.

-Pues… no, ninguna. Probablemente sean unos brujos maniáticos que disfrutan de hacer desaparecer a la gente-mintió Harry.

-Supongo que sí.-exclamó Fred, sin darle mucha más importancia.

-Y hace poco hubo otra desaparición, por lo que parece-dijo Ginny, luego de tomar un trago de su cerveza de manteca. Harry sintió una puntada en el pecho.-La de la Aurora, Brida Hairlesy. Desapareció hace dos noches.

-Ah… ella. Estamos investigando su desaparición. Terrible pérdida.-dijo Harry, tratando de parecer afectado.

-Parece que ya nadie esta libre de estos monstruos, ¿verdad?-dijo George, visiblemente ofendido.

-Pero bueno, cuéntenme, ¿qué es de sus vidas?-dijo Harry tratando de cambiar de tema.

-Me caso el 29 de Abril-le informó Fred.-¿Adivina con quién?

-Angelina-dijo Harry dándose importancia.

-¿Cómo lo supiste?-le preguntó Fred asombrado.

-Yo se lo conté-habló la pelirroja antes de que Harry pudiera decir palabra.

-Quien lo hubiera dicho. Uno de los mellizos se va a casar. –dijo Harry en broma.

-Increíble, ¿verdad?-le dijo Fred, sonriendo-Por supuesto que estas invitado-agregó codeándolo.

-Oh, no, no puedo ir. Tengo mucho trabajo que hacer, pero gracias igual Fred…-comenzó a decir Harry.

-Vamos Potter, no te des importancia y rebájate a venir a mi casamiento-interrumpió Fred en chiste. Harry rió.

-Veré lo que puedo hacer.-contestó.

-Si te decides, acá esta la invitación.-dijo Fred sacando del bolsillo un sobre color verde lima, sellado con las iniciales F. A. (Fred y Angelina).-Es para vos y para tu novia.-le dijo guiñándole un ojo.

-¿Cómo supiste?-le preguntó Harry sumamente sorprendido.

-Yo se lo conté -repitió Ginny, entre risas, aunque algo sonrojada. Harry no pudo evitar reír alegremente. Todo se hallaba tan perfecto…

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Despertó para descubrir que era un hermoso día soleado. Se estiró lentamente sobre las sábanas. Aún se sentía cansado, pero tenía que levantarse.

Se puso de pie. Fue directo hacia el baño, abrió la ducha, y tomó un baño de agua tibia. Se estaba secando cuando escuchó que alguien tocaba a la puerta. Se enroscó la toalla a la cintura y salió del baño.

-Voy!-gritó mientras caminaba hacia la puerta de entrada. Abrió la puerta. Unos ojos celestes llenos de vida lo miraban.-Buenos días Cathy-le dijo, dándole un dulce beso en los labios.

-Hola Harry, parece que te tomé en medio de un baño.-le dijo la muchacha, mientras cerraba la puerta detrás de ella.

-No, sólo me estaba secando-le respondió la voz de Harry, desde el cuarto, mientras se cambiaba. Cathy recorrió el lugar con la mirada.

-Sabes Harry… tu departamento necesita un toque mujeriego. Algo de… vida.-le dijo de manera pensativa, mientras se acercaba a ver unas estatuillas que se hallaban sobre una mesita.

-¿Eso crees?- le dijo Harry, mientras aparecía en el marco de la puerta, a medio vestir- Entonces dale ese "toque" que le falta

-Como digas-respondió Cathy dejando la estatuilla que estaba examinando.-¿Dónde esta la invitación?-preguntó.

-En el segundo cajón de la estantería que tienes a tu derecha.-le explicó Harry, quien había desaparecido nuevamente de la vista. Cathy abrió el cajón que Potter le había dicho y extrajo un sobre color lima. El sobre estaba abierto. Sacó la tarjeta que se hallaba dentro.

Los momentos felices de nuestras vidas, se vuelven mas gratos cuando los compartimos con la gente que amamos.

Por eso, te esperamos el 26 de Abril para festejar nuestra sagrada unión en matrimonio.

La ceremonia se realizará a las 10.30 en la Capilla del Señor, Hogsmade.

Te esperamos,

Fred y Angelina

-Harry, será mejor que te apures, o nunca llegaremos a horario-le dijo Cathy, mirando su reloj de muñeca que señalaba las diez.

-Ya estoy-dijo Harry apareciendo completamente vestido frente a ella. Vestía con una elegante camisa color verde oscuro, y un traje color negro; por primera vez, parecía un poco más peinado que de costumbre.-¿Qué tal me veo?

-Estas muy lindo-le dijo Catherine, sonriendo mientras lo besaba.

-No tanto como vos.-le respondió Harry, tomándola de la cintura. Catherine se había puesta un vestido color lavanda muy delicado. Llevaba el pelo recogido en un elegante rodete, y se había maquillado.-Vamos.-dijo Harry, mientras abría la puerta del departamento. Salieron juntos. Al llegar a la planta baja, Harry extrajo las llaves de la moto de uno de sus bolsillos.

-¿Vamos a viajar en la moto?-preguntó Catherine completamente asombrada.

-¿No te gusta?-le preguntó Harry fingiendo inocencia.

-No es eso… nos vamos a ensuciar-metió como excusa la muchacha.

-No ha problema. Yo tengo la solución-dijo Harry. Sacó la varita y pronunció un hechizo. Un humo turquesa los rodeó a ambos, para luego desaparecer por completo-Listo. Ahora no corremos peligro de mancharnos.-exclamó Potter, mientras guardaba la varita y se subía sobre la moto-¿vienes o no?-le preguntó a Cathy, quien todavía estaba parada en seco. La muchacha reaccionó, y caminó de manera insegura hacia la moto. Apenas había terminado de subir cuando Harry apretó el acelerador, y la moto tomó velocidad.

-HARRY, POR FAVOR! NO TAN RÁPIDO!-gritaba Cathy, mientras se aferraba fuertemente a la cintura de Harry.

-Cathy, cariño, si me sigues apretando tan fuerte, me dejarás sin aire.-le dijo Harry sin elevar la voz, disfrutando de la velocidad que la moto lograba tomar.

-ESTAS LOCO POTTER! LO-CO!-le gritaba Cathy al oído. Pero Harry sabía que ella, muy en el fondo, estaba disfrutando del paseo. Después de todo, siempre disfrutamos lo que nos da miedo.

Veinte minutos más tarde Potter detuvo su moto frente a una gran y antigua capilla. En la entrada de la misma, había varias personas conversando, niños corriendo de aquí para allá, y bastante barullo. Varias personas detuvieron sus conversaciones para admirar a los recién llegados.

-Increíble llegada Harry-le dijo una voz amiga. Harry se encontró frente a Charlie Weasley.-Fred nos avisó que asistirías. Nos alegra tenerte de nuevo entre nosotros.

-Gracias Charlie-le dijo Harry, mientras le estrechaba amigablemente la mano-Y te felicito por el bebé-agregó recordando lo que Ginny le había contado.-Te presento a mi novia, Catherine.

-Un placer-le dijo Charlie a Cathy mientras la besaba en la mejilla. Ella simplemente sonrió.-Los demás están por acá, dispersados. Mamá está adentro.-le informó Charlie, mientras iba hacia una muchacha de piel morena, escasa estatura, y el pelo corto y de color azul oscuro, lo cual llamaba bastante la atención.

-Es la esposa-le informó Cathy a su novio.

-¿Por qué estás tan segura?-quiso saber Potter.

-Porque ella está embarazada. ¿No te das cuenta?-le contestó la muchacha. Harry miró más detenidamente a la mujer morena y pudo notar que realmente estaba embarazada, aunque de poco tiempo. Esa era Lucile.-Sería bueno que saludaras a los padres.-le sugirió Catherine. Harry asintió y se encaminó hacia el interior de la capilla. Vio allí a una mujer de entrada edad, vestida con un vestido en tono canela, petisa y robusta, con una expresión muy maternal. Estaba conversando con otra mujer.

-¿Sra. Weasley?-preguntó tímidamente. Molly giró para encontrarse de frente con Harry.

-¿Harry? ¿Cariño eres tu?-le preguntó sorprendida. Él se limitó a asentir con la cabeza. Molly lo abrazó tan fuertemente que Harry sintió que no podía respirar. –Oh, Harry, estaba tan preocupada por ti. ¿Por qué te fuiste Harry? ¿Por qué no dijiste nada?-dijo la Sra. Weasley entre sollozos.

-Lo lamento mucho Sra. Weasley-le dijo Harry, también abrazándola.

-¡Pero mira que grande y que guapo que estas muchacho! Algo flaco todavía. ¿Te estas alimentando bien?-le dijo rápidamente Molly, luego del cálido abrazo.

-Si, estoy comiendo bien.-le dijo Harry sonriendo alegremente.

-Me alegra que hayas venido Harry. Ya sabes que para nosotros eres como un miembro más de la familia.-Harry no pudo evitar sonrojarse. Molly no estaba enojada con él, por el contrario, lo consideraba parte de la familia.-¿Y quién es esta jovencita tan adorable?-volvió a hablar la Sra. Weasley tomando la mano de Cathy.

-Mi nombre es Catherine Starblair.-respondió ella sonriendo.

-Es mi novia-aclaró Harry.

-Ah! Ya veo. Entonces, bienvenida a la familia Catherine.-le dijo Molly mientras le daba un cálido abrazo.-Discúlpeme pero debo seguir con todos los arreglos. Dentro de poco llegará la novia… Y espero que el novio llegue antes… -dijo frunciendo el entrecejo-¡George! ¿dónde está tu hermano?-le gritó al mellizo que acababa de entrar a la capilla.

-En mi bolsillo no lo tengo mamá-le dijo en broma, mientras se metía las manos en los bolsillos del saco gris que llevaba puesto. La Sra. Weasley adquirió una expresión tan amenazante que George se apuró a decir-Aun no ha llegado.-La señora Weasley salió de la capilla.-Hola Harry, me alegra que vinieras. –le dijo George una vez que estuvo parado junto a Potter, mientras le estrechaba la mano.-Y tu debes ser Catherine, ¿verdad?-le dijo luego a la novia de Harry. Ella asintió, mientras lo besaba en la mejilla.-Estan todos muy nerviosos, especialmente mamá, ¿no lo crees?

-Si… así parece. Por cierto, ¿y Ginny?-preguntó Harry quien se había percatado de que la pelirroja no estaba entre los invitados.

-Es dama de honor, y llega con la Angelina.-explicó George.-Bueno… será mejor que vaya a saludar a los parientes. Nos vemos más tarde-se despidió George. Cathy y Harry quedaron a solas en la capilla.

-Es un hermoso lugar, ¿no lo crees?-dijo repentinamente Cathy, mientras se abrazaba al brazo de Potter.

-Muy hermoso.-se limitó a responder éste.-¿Por qué no vamos afuera? Así saludo a los que me faltan.-dijo Harry, y besó a Cathy delicadamente. Ella sonrió y juntos salieron de la capilla.

El sol se hallaba a más altura en el cielo despejado y celeste. La gente caminaba y reía alegremente, como es de esperarse en un casamiento. Harry distinguió entre la multitud a su antiguo capitán de Quidditch en Hogwarts, Oliver Wood, quien hacía tiempo que jugaba en el Equipo de Irlanda como Guardián. También se encontró con Lee Jordan, amigo de los mellizos y cómplice en todas sus travesuras, con Katie Bell y Alicia Spinnet, amigas de Angelina, y al hermano mayor de Fred, Bill Weasley. Harry lo encontró diferente de cómo lo había visto la última vez. Se había cortado el pelo, y había dejado de usar su extraña ropa para vestirse por un prolijo traje color marfil. A su lado, una mujer de pelo rubio lacio y brillante, ojos claros y facciones muy bonitas, sostenía en brazos a un niño de unos tres años. Era Fleur. Se acercó a saludar.

-Buenos días Bill.-le dijo, tomándolo por sorpresa. Bill lo miró durante unos segundos, desconcertado.

-¿Harry?-le preguntó, e inmediatamente después lo abrazó amigablemente-Tanto tiempo. Se te extrañaba. Te presento a mi esposa, que ya la conoces. Fleur.-le dijo, haciéndole señas con una mano en dirección la rubia.

-Hola Haggy-le habló ella, luego de darle un beso en la mejilla. Aún no había perdido el acento francés.-Un placeg volveg a vegte.

-Igualmente.-dijo Harry.-Les presento a mi novia, Catherine-dijo luego. Cathy saludó al matrimonio.-Y supongo que este debe ser su hijo-volvió a hablar Harry, mirando al pequeño que Fleur tenía en brazos. Tenía los ojos tan claros como los de su madre, y el cabello del mismo tono pelirrojo que todos los Weasley. De piel clara, y expresión risueña y traviesa, el niñito era un encanto.

-Así es. Este es nuestgo pequeño bebé-dijo Fleur besando al niño en la mejilla.

-Oh, es tan lindo.-dijo Cathy acercándose al niño y acariciándole la cabeza-¿Cómo te llamas?-le preguntó dulcemente.

-Louis.-dijo el niñito tímidamente, escondiéndose entre los brazos de su madre.

-¿No es un encanto de niño, Harry?-le dijo Cathy, sonriendo tiernamente. Harry asintió.-¿Te gustaría un caramelo Louis?-le preguntó Cathy. El niñito sacó la cara de entre los brazos de su madre para mirar a Catherine. Asintió tímidamente. La muchacha metió la mano en su cartera y sacó de esta un caramelo de color blanco.-Ten-le dijo. Louis sonrió y tomó el caramelo.

-¿Cómo se dice, Louis?-le dijo Bill.

-Gacias-dijo el niñito, mientras se bajaba de los brazos de su madre. Le dio un beso a Cathy en la mejilla y luego salió corriendo hacia donde se hallaban el resto de los niños.

-Aun no sabe pronunciar muy bien, pero intentó decir un "Gracias"-le explicó Bill, mientras miraba a su hijo correr entre la gente.-Sería bueno que vayamos entrando, ¿no lo creen?-dijo luego, mientras se acomodaba el saco.

-Espega Bill, estas todo desageglado. Miga tu camisa. Y la cogbata. ¡Pog Dios, Bill, es el casamiento de tu hegmano!-le dijo Fleur mientras le acomodaba la corbata y abrochaba los botones mas altos de la camisa.

-Nos vemos adentro-dijo Harry, tomando a Cathy del brazo. Se dirigieron hacia el interior de la capilla.

En el interior de la capilla ya se estaban acomodando varias personas. Harry no tuvo problemas en reconocer a la familia del novio. En su mayoría, los Weasleys era pelirrojos. Miró a su alrededor y vio que George le hacía señas para que fue hacia donde él se hallaba.

-Ven Harry, siéntense acá. –les dijo, haciéndoles un lugar en una de las primeras filas.-te presento a mi prima, Tamara.-le dijo luego, señalándole a la muchacha que estaba sentada junto a él. Tenía el pelo largo hasta los hombros, de color pelirrojo, como era de esperar siendo una Weasley. Tenía los ojos color castaños, y estaba muy maquillada. De altura mediana, y expresión ansiosa, la muchacha no parecía ser alguien muy inteligente.

-Hola-le dijo Harry amistosamente.

-¿Tu eres Harry Potter, no? Hay, que pregunta estúpida. ¡Claro que eres Harry Potter! ¿Verdad que lo eres? Seguro que las mujeres te persiguen a todas partes, ¿no Harry? ¡Claro que sí!-dijo ella de una manera tan rápida que Harry tardó unos segundos en comprender todo lo que había dicho.-Debe ser fantástico ser tu, ¿no Harry?-Harry no supo que decir. Miró a George, completamente confundido, y el pelirrojo le hizo señas insinuando que no le hiciera caso.-Todo el mundo pendiente de lo que haces o dejas de hacer. Tanta fama debe ser algo sofocante, ¿verdad?-le dijo Tamara, pero no lo dejó responder. Apenas había terminado de formular la pregunta había empezado a hablar de nuevo.-Si, si, si, seguro que sí. Además, ¡eres Auror! Oh por diós, Harry, eres el muchacho perfecto. Valiente, inteligente, apuesto...-empezó a enumerar Tamara, contando con los dedos todas las virtudes que Harry poseía. Éste, en cambio, pudo sentir que el color subía a su rostro, posiblemente por lo que Tamara decía, o talvez porque Catherine le estaba apretando el brazo tan fuerte que no permitía que su sangre fluyera correctamente. Giró la cabeza para mirar a su novia. Lo que vio no lo complació en absoluto. Cathy parecía querer devorarse a Tamara con los ojos. La expresión que tenía en el rostro era aterradora. Pero la prima de George simplemente no parecía darse cuenta, ya que seguía enumerando todas las virtudes de Potter- además, me han dicho que eres un excelente jugador de Quidditch. ¡Amo el Quidditch! ¿lo sabías? ¡Claro que no lo sabías! ¡Que tonta que soy!-

-En eso coincidimos las dos-dijo la voz de Cathy al oído de Harry. Potter tuvo que disimular su risa con un ataque de tos. No pudieron hablar mucho tiempo más. Harry pudo ver que Fred se hallaba parado junto al altar. No lo había visto llegar, pero ahora que lo veía, empezaba a preocuparse. Weasley estaba completamente pálido, y visiblemente nervioso. Parecía inquieto, y no dejaba de mirar el reloj que llevaba en la muñeca, dirigiendo miradas nerviosas hacia su madre, quien se hallaba junto a él. Por primera vez, Harry vio al Sr. Weasley, quien supuso que había llegado con Fred. Finalmente la orquesta de la iglesia comenzó a tocar la típica melodía de casamiento. Instintivamente, todos giraron sus miradas hacia la puerta de entrada.

Allí, parada se hallaba Angelina tal como Harry la recordaba de años atrás. Tenía un vestido blanco radiante, bastante armado, y con una larga cola. Llevaba en la mano un ramo de rosas blancas. Tenía el pelo suelto, y una corona de novia muy delicada. Lucía una espléndida sonrisa, que demostraba la felicidad del momento. Estaba tomada del brazo de su padre, de quien tenía un increíble parecido. La novia avanzaba lentamente, pero segura, sonriendo a la gente. Detrás de ella llevando la cola del vestido, como dama de honor, iba Ginny Weasley. Tenía puesto un bellísimo vestido color celeste, que contrastaba con su cabellera pelirroja atada. Angelina llegó hasta donde Fred la estaba esperando, tan alegre y sonriente como ella. Él la tomó del brazo, y el padre se fue hacia un costado, dando lugar al inicio de la ceremonia. Todos tomaron asiento.

-Estamos aquí reunidos, para realizar la unión en sagrado matrimonio de estos jóvenes-comenzó el cura. Harry sintió una enorme felicidad al estar presenciando esto. Sintió que, después de muchos años, volvía a ser parte de una familia. Transcurrieron varios minutos, entre lecturas de evangelios y bendiciones del cura, y finalmente, llegaron las palabras decisivas. –Angelina, ¿aceptas por esposo a Fred Weasley en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte los separé?-preguntó el cura, un hombre de entrada edad.

-Sí, acepto-dijo Angelina, radiante, mirando a Fred y sonriendo. El cura también sonrió.

-Fred, ¿aceptas por esposa a Angelina Johnson, en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte los separe?-volvió a preguntar el cura, esta vez hacia el novio.

-Sí, acepto.-dijo Fred también sonriendo.

-Si alguien se opone a este matrimonio, que hable ahora o calle para siempre-dijo el cura, en dirección a la gente del lugar. Harry pensó que este era el típico momento de película en el cual una persona entraba a la capilla desaforadamente para interrumpir la ceremonia y oponerse al matrimonio. Sonrió ante la estúpida idea. Por supuesto, nadie se opuso al matrimonio, y segundos después el cura dijo-Entonces, los declaro marido y mujer.-miró a Fred-Puedes besar a la novia-le dijo. Fred tomó delicadamente el rostro de Angelina y le dio un dulce beso. Harry sintió que alguien a su lado sollozaba. Giró la cabeza para encontrarse con una Cathy completamente emocionada, y en el medio de un llanto.

-¿Por qué lloras? Se supone que es algo feliz-le dijo Harry, abrazándola cariñosamente.

-Porque es algo muy… conmovedor, Harry.-se explicó la muchacha, mientras se secaba los ojos con cuidado para no correr la pintura.

-Si… lo es-se limitó a decir Harry abrazándola aun mas cariñosamente.

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Las risas inundaban el salón. Miró a su alrededor para encontrarse con las caras sonrientes de aquellas agradables personas. También sonrió. La alegría era contagiosa.

-Así que tu también eres Aurora. –hablaba animadamente Ginny con Cathy, la novia de Potter, las cuales estaban sentadas una al lado de la otra en la mesa.-Y dime, ¿cómo avanza el caso de las desapariciones?-le preguntó. Harry sintió que la sonrisa se deslizaba levemente de sus labios, pero pronto lo disimuló tomando un trago de hidromiel.

-No avanza-le contestó Cathy, con expresión de perturbación.

-¿Tan mal está la cosa?-preguntó George, sentado también en la misma mesa que ellos.

-Peor que mal-dijo Harry, ingresando a la conversación-Tenemos identificados a los culpables, pero parece más posible que yo me convierta en Ministro a que los logremos atrapar.-

-Pero… ¿por qué alguien haría algo así? Digo, hay que tener una mente macabra, ¿verdad?-dijo Tamara, también sentado con ellos.

-Porque disfrutan de hacer sufrir, Tamara- se apuró a decir Harry. Cathy lo miró sorprendido. Sabía que Potter mentía, pero no entendía por qué no decirle a ellos la verdad sobre los planes de Dolbour y Pondrek. Una leve patada por parte de Harry le dio a entender que debía disimular la mentira. Rápidamente Catherine quitó sus ojos del muchacho.

-Parecen estar fuera de sí, ¿no es así?-volvió a hablar Ginny, mientras cortaba el delicioso pollo que tenía sobre el plato.-Porque saben que los están buscando, e igual se arriesgan a atacar nuevamente. Si no me equivoco, hace unos días tiraron por una de las extrañas nieblas a una aurora.

-Brida. Trabajaba de aurora desde hace ya casi diez años. Yo la conocí el año pasado, cuando me enviaron a Atenas. Ella dirigía al grupo. Una mujer muy inteligente. De seguro había averiguado algo, y por eso la tiraron-razonó Cathy, mientras se acomodaba el cabello con las manos, de manera muy femenina, y casi sin darle importancia a sus palabras. Harry notó que se sentía incómodo ante la mención de la mujer llamada Brida, pero también notó que cada día, la culpa dentro de él se hacía menor. La conversación pasó de tema en tema, y luego de apenas unos minutos, ya todos habían olvidado todo lo relacionado con las "desapariciones" para dedicarse a temas como Quidditch, el Ministerio de Magia, viajes, parejas, anécdotas, recuerdos de infancia y adolescencia...

Los minutos iban pasando tranquilamente. Harry se sentía feliz y divertido. Por primera vez en tantos años comenzaba a disfrutar verdaderamente de su vida, sin el terrible sentimiento de culpa. Porque la culpa se iría muy pronto. Porque Ron y Hermione estarían de vuelta en muy poco tiempo.

La luz del salón bajó considerablemente, la música comenzó a subir de volumen, y la gente se puso de pie, lista para bailar. Harry vio desde la mesa que el novio y la novia bailaban el tradicional Bals, y vio como de a poco, la novia bailaba con todos los hombres del lugar, y el novio con las mujeres. Sintió que estaba también en su obligación de sacarla a bailar. Y así lo hizo. Luego de que Angelina bailara con Lee Jordan, Harry se acercó y la tomó delicadamente de la cintura y de una mano.

-Felicidades-le dijo sonriendo, mientras bailaban tranquilos. Angelina rió alegremente.

-Sabes, aun no te perdono que te hayan expulsado del equipo cuando eras tan necesario-le dijo Angelina, aunque sin ningún resentimiento en la voz, más bien, en tono divertido.

-¿Aun lo recuerdas? ¡Fue en mi quinto año!-preguntó Potter, sorprendido.-¡No fue mi culpa!-dijo riendo- Umbridge me tenía calado. No importara que tan bien me comportara, ella hubiera buscado la excusa para sacarme del equipo.

-Lo se… igual no te lo perdono-repitió Angelina, sonriendo. Luego, adquiriendo una expresión más seria, dijo-Me alegro de que hallas venido, Harry.-Potter no tuvo tiempo de responder. Un muchacho se acercó y pidió bailar con la novia. Harry cedió, volviendo hacia donde Cathy se hallaba.

Luego de un largo tiempo de bals, la música cambió repentinamente. Todos, o la gran mayoría, entraron en la pista de baile, y la diversión comenzó. Cathy tomó a Harry de la mano y lo arrastró hacia la pista. Potter, acostumbrado a la pasión de su novia por bailar, se dejó llevar por ella y la música. Pero luego de varias canciones, Harry comenzó a sentirse acalorado.

-Voy a sentarme y a tomar algo, linda-le dijo a Catherine.

-No Harry! No me dejes sola…-suplicó ella.

-Pero si no esta sola, señorita! Está conmigo-le dijo George, tomándola de la mano y arrastrándola hacia el centro de la pista. Cathy sonrió, le lanzó un beso a Harry, y fue a bailar con George. Harry sonrió y fue hasta su mesa, en busca de algo para tomar.

-Es una chica muy alegre-le dijo una voz conocida, refiriéndose a Catherine. Era Ginny.

-Si… lo es.-admitió Harry, tomando un trago de vino tinto, y mirando como su novia bailaba con el mellizo soltero.-Ella es… increíble. Demasiado buena para mi-confesó Potter, tras unos segundos.

-¡No digas eso! Tu también eres increíble, Harry. Una persona maravillosa. No por nada estuve tantos años enamorada de ti…-le dijo Ginny, caminando hacia él. Harry notó que la muchacha se había sonrojado.

-Tu también eras demasiado buena para mí-dijo Harry, mirándola unos segundos, y luego tomando otro trago.

-¿Eso fue lo que pensaste durante ese año que estuvimos de novios?-le preguntó Ginny, en tono divertido.

-No. Es lo que pienso ahora

-¿Y en qué cambiaste tanto durante estos años para que pienses eso?-le preguntó Ginny, acentuando su tono divertido. Ahora soy un asesino y un loco que piensa traer de regreso a cuatro demonios que destruirán todo lo que encuentren en su camino pensó Harry. Sintió el impulso de confesarle todo a Ginny en aquel momento. Sintió que ya no podía soportar más el secreto. Pero se controló. La pelirroja aun lo miraba, esperando una respuesta a su pregunta.

-Ya no soy la misma persona que era cinco años atrás, Ginny-se limitó a decir.

-Para mi sigues siendo el mismo-confesó ella. Harry tomó un trago de vino para no tener que hablar. No sabía que decir.

Se escuchó la puerta de entrada del salón abrirse de par en par, dejando entrar a un hombre y una mujer, vestidos en túnicas negras. Alguna gente detuvo el baile, volviendo los ojos hacia los recién llegados. Harry reconoció inmediatamente a las personas. Eran Derek y Marian. El joven vio a Harry parado junto a su mesa, y fue directo hacia él. Marian en cambio, notó a Catherine entre la gente de la pista.

-¡Cathy! Ven, es urgente-le dijo, tratando de no gritar, pero lo suficientemente fuerte como para que ella entendiera. La muchacha se abrió paso entre la gente y fue directo hacia la mesa donde Harry y Derek ya estaban. Marian también se dirigió hacia esta.

-Harry, lamentamos interrumpirte, pero traemos buenas y malas noticias.-dijo Derek, rápidamente.

-¿Sucede algo malo?-preguntó la voz de Fred, quien se había acercado hacia ellos.

-No nada… solo que mis amigos me han venido a buscar. Parece que nunca tenemos día libre. Lamento tener que irme, Fred, pero te agradezco la invitación. Dale saludos de mi parte a tu nueva esposa, y a tus padres y hermanos.-le dijo Harry, estrechándole la mano.

-Lo haré. Gracias por venir, Harry. Realmente nos alegra volver a verte. Esperamos que te mantengas en contacto muchacho.-le dijo Fred, sonriendo. Harry asintió con una sonrisa y un movimiento de cabeza, Fred se dio vuelta para regresar al baile, y Harry miró a sus amigos.

-Ginny...-habló luego dirigiéndose a la pelirroja que estaba a su lado mirando a los recién llegados completamente sorprendida.-espero que nos volvamos a ver.-concluyó Potter.

-Dalo por sentado.-le dijo Ginebra, sonriendo coquetamente, y luego, lo besó en el cachete.-Nos vemos-le dijo, y se alejó. Harry la vio perderse entre la gente, y luego giró para ver a Derek y a Marian.

-Nos cuentan todo mientras vamos saliendo.-les dijo.