Cápitulo 2: La herencia
Aterrizó en un suelo barroso y lleno de gusanos. Nadie ni nada parecían estar cerca. Harry Potter se encontraba en un lugar que nunca había visto en su vida: era una colina llena de pasto y barro.
Esperando divisar a Charlie, tal como Dumbledore le había dicho, se sentó y esperó. Temiendo que algo hubiera salido mal, le dirijió una mirada impaciente hacia el camino que dirigía hacia abajo. Unos minutos despues, divisó una figura que se acercaba hacia él.
Era Charlie, el mayor de los hermanos Weasley. No había cambiado mucho desde la última vez que lo había visto: su cara estaba tan llena de pecas que parecía que estuviera bronceado, era de contextura corpulenta, con brazos musculosos, pero ahora se podían observar unas cicatrices en su rostro que Harry no había visto nunca.
" Hola Charlie " lo saludó Harry estrechando su mano.
" ¿Cómo andas, Harry? " dijo a su vez éste, dandole al muchacho un fuerte apretón de manos.
" Asi que tú eres el Guardian Secreto, ¿eh? " dijo el joven intentando romper el hielo " debe ser una gran responsabilidad... "
" Eh .. Sí, mas o menos... Bueno, ¿quieres pasar?"
" Pero nos dirigimos a La Madriguera, ¿no?"
" Harry... Tú ESTAS en La Madriguera." dijo Charlie y luego agregó sacandose un papel del abrigo y entregandoselo " Toma... esto te hará las cosas un poco más claras"
Harry estiró el brazo para tomar el papel de Charlie, que se encontraba arrugado. Dentro, solo estaban escrito dos palabras de color verde brillante. Lo único que decía era: "La Madriguera"
" Pero qué es es- " empezó Harry, pero al darse vuelta no pudo terminar la oración.
Ya no se encontraba la antigua colina, ahora, en su lugar, estaba una casa de lo más extraña. Poseía varios pisos, apilados uno arriba del otro desordenadamente, tanto que parecía a punto de derrumbarse. Su techo era de color rojo, del que emergian cinco humeantes chimeneas. Cerca de la entrada, clavado en el suelo, había un letrero torcido que decía "LA MADRIGUERA" pintado con pintura brillante.
En seguida, Harry vislumbró varias luces rojas, las cuales primero pensó que eran lenguas de fuego, pero luego comprendió que eran las cabelleras de los Weasley. La primera era sin lugar a duda la de Ron, uno de sus mejores amigos. Detras de él venían los padres de Ron, el señor y la señora Weasley. Fred y George los seguían riendose de algo, y por último estaban Bill y Ginny.
Harry sintió que su corazon se aceleraba al acercarse esa muchacha de cabello colorado, pero diciendose a sí mismo que solo era la emoción de ver a su segunda familia de nuevo, se acercó rápidamente.
" Harry, querido," le dijo la señora Weasley cálidamente, abrazandolo con fuerza "¿cómo has estado, ¿te han alimentado bien, ¿te maltrataron?"
" ¡Basta mamá, lo vas a matar tú con tus preguntas. " lo salvó Ron " Al fin llegaste Harry"
" Hola Ron " dijo Harry, contento de ver a su amigo, pero antes de que pudiera ponerse al día con su compañero se le abalanzaron más figuras para saludarlo.
" Harry Potter " lo saludó a su vez el señor Weasley
" Señor Weasley " repitió Harry estrechando su mano tal como había hecho con Charlie.
" Hola Harry, " bramó George atrás de su padre, "Hola Harry" le gritó Fred detrás de su madre.
Y así siguió la tarde, los Weasley no paraban de hacerle preguntas a Harry sobre cómo había pasado el verano, esperando que les contase sobre cualquier cosa extraña que le hubiese pasado.
Pero fue a la noche cuando Harry se sorprendió. Era la hora de la cena, Molly y Ginny Weasley se encontraban en la cocina poniendo la mesa. Fred y George estaban en el Callejón Diagon preparando su local (Bromas Mágicas de los Weasley). En la sala de estar estaban solo Harry y Ron, hablando sobre cualquier cosa y jugando al ajedrez mágico.
" Jaque Mate " dijo triunfante Ron al mover su reina unos casilleros y ver cómo esta destrozaba al rey enemigo " ¿Asi que serás capitán de Quidditch?"
" Sí, o por lo menos eso es lo que escribió McGonaggal..." le respondió inquieto Harry
"Harry...no es por ser molesto ¿sabes? pero... ¿has vuelto a pensar sobre esa noche en el Departamento de Misterios?"
Una expresión sombría cruzó el rostro de su amigo. Apartó su cara de la luz para irse a sentar en el sillón, ahí, abrió un libro que estaba leyendo y empezó a buscar algo en el índice.
" Harry, yo no quise..."
Pero Harry no se inmutaba.
" Escucha, amigo..."
Seguí moviendo el dedo entre la primera página.
" Harry, Sirius está muerto... no hay nada que se pueda hacer."
" Escucha.. ya sé que Sirius está muerto pero... es que simplemente no puedo dejar de pensar que es mi culpa. De no haber sido por mi intromisión él estarí todavía vivo, disfrutando de los placeres de la vida. Es mi culpa. "
" No, amigo. No es tu culpa, fue un engaño ideado por... por... Vo-... Volde-...Voldemorrt "
Harry salió de su ensimismamiento en ese preciso instante. Era la primera vez que escuchaba a Ron decir el nombre de Lord Voldemort. Toda su vida se había referido a él con la frase "Quien-Tú-Sabes" o "El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado". El haber pronunciado un nombre tan temido demsotraba que Ron era realmente una persona valiente, y que demostraba una gran cualidad de Gryffindor.
" Harry, yo sé que debe ser muy dificil para tí el haber perdido a la única persona que era de tu familia. "
" Pero Ron, no te preocupes."
"¿De qué estás hablando? SOY TU AMIGO, ¿RECUERDAS?. Y eso es lo que hacemos los amigos. "
Pensar en la amistad que tenía con Ron lo reconfortó. Pero dentro suyo sabía que él no actuaba como un verdadero amigo, ya que le guardaba un secreto muy importante: jamas le había dicho sobre la profecía.
"Ron, hay algo que quiero decirte, " empezó Harry, pero en ese momento la puerta principal se abrió con un estruendo, y la voz de Bill resonó en el cuarto. "Estoy en casa... y traje a mi querida noviesita"
Ron se puso colorado mientras por la entrada al salón entraba su hermano con no otra persona sino Fleur Delacour. Era una de las personas más bellas que Harry hubiera visto jamás. El cabello plateado le caía armoniosamente sobre los hombros, combinandose con el azul de sus ojos intensos. La piel era de lo más suave y a su alrededor se sentía un aura de amor, quizás en parte porque era descendiente de veela. Seguramente Ron no había podido olvidar el embarazoso momento que había pasado frente a ella hacía dos años, cuando se encontraban en el cuarto curso.
" ¡Hagui! " lo saludó la muchacha con un acento sobrepronunciado, pero su voz era hermosa " es un gusto volveg a vegte "
" Harry, esta es mi novia Fleur " los introdujo Bill "Fleur este es... bueno, es Harry. Pero parece que ya se conocen "
" Eh.. sí.. Bill, queguido, Hagui y yo competimos en el Togneo de los Tges Magos"
" OH! sí... ya lo recuerdo "
Era una sorpresa para Harry ver a esta inusual pareja. " Pero," pensó, al mismo tiempo que la imágen de Sirius cayendo a través del Velo pasaba en su mente " al menos se tienen el uno al otro. Yo, en cambio, ya no tengo a Sirius"
En ese instante la señora Weasley apareció detrás de Bill, y haciendó una floritura en el aire con la varita, aparecieron flotando en el aire unas palabras "A COMER". Riendo a carcajadas, Harry entró al comedor junto con Ron, Bill y Fleur. En la mesa ya se encontraban Ginny, la señora y el señor Weasley, Charlie con una muchacha que se había presentado con el nombre de Agnes y como "amiga" de Charlie, Fred y George. En el centro de la mesa se econtraba un delicioso pavo asado con papas al horno y un pastel de Yorkshire que realmente parecía apetitoso.
" Sientense " invitó Molly a los recién llegados.
Nada interesante pasó en la cena, excepto cuando Ron comió una de las nuevas Barritas Elefante de Fred y George (su nariz se alargó como una trompa y en vez de hablar solo emitía un chillido).
A la mañana siguiente, Harry despertó bañado en sudor. Había tenido una pesadilla horrible en la que, él, Ron y Hermione se adentraban en una cueva para encontrar a Voldemort, quien lanzando varias maldiciones asesinas lograba acabar con sus amigos. Una vez que se calmó, echó un vistazo a su reloj para ver qué hora era: las 10:00.
Vistiendose rápidamente bajó las escaleras que conducían a el comedor, donde lo esperaba un delicioso desayuno, sentado en la mesa estaba un muchacho de su edad y pelo color rojo. Ron le hecho una mirada apesadumbrada, y Harry, curioso, ocupó la silla que se encontraba a su lado. Fue en ese instante cuando Hedwig, su lechuza mensajera, entró a la habitación dando aleteos muy fuertes. Harry fue a su encuentro para ver qué era lo que ocurría.
Hedwig le dió un picotazo de alegría cuando Harry le quitó de su pata la carta que le habían enviado. La lechuza se encaminó hacia su jaula para tomar un merecido y prolongado descanso. Mientras desenrrollaba el pergamino, Ron se le acercó y se le quedó mirando. La carta estaba firmada por un tal Barlovento Barwell.
A Harry Potter, el niño que vivió:
Yo, Barlovento Barwell, director del Departamento de Herencia y Envíos Mágicos, considero importante tener una cita con usted para hablar sobre el testamento de:
Sirius Alphard Black. Hoy, martes 8 de agosto, ire a su establecimiento a las quince horas para discutir su herencia.
Deseoso de verlo
Barlovento Barwell
Director del Departamento de Herencia y Envíos Mágicos.
" ¿Sirius dejó un testamento? " inquirió Ron mientras tomaba el pergamino de las manos de Harry y la leía velozmente
" Supongo que todos los que trabajan en la Orden tienen uno. Nunca se sabe, uno podría recibir una maldición mortal en cualquier momento. "
" Debe ser horrible, eso de vivir en constante peligro. "
" Si..." Harry se sentía mal cada vez que hablaban sobre la muerte, la imágen de Sirius... intentó cambiar de tema y quitar esas imágenes de su cabeza " Asi que... ¿Cuándo llega Hermione?"
" Debe de estar por llegar. Dijo que estaría aquí a las 11:00. Charlie la fue a buscar a Ottery St. Catchpole"
Y tal como Ron había dicho, Hermione, que se había ausentado duante el día anterior debido a la muerte de una abuela suya, arribó a La Madriguera a las 11:00 y de bastante buen humor. Harry le dedicó un fuerte abrazo, mientras Ron lo miraba con cara de pocos amigos. " Hermione y Ron" pensó Harry " no hacen una mala pareja" y, soltando a su amiga, vio como Hermione le dedicaba a su pecoso amigo un abrazo especialmente fuerte.
" Harry, espero que hallas leido el libro que te regalé" comenzó a hablar ella, una vez que los saludo hubieron terminado " tiene un monton de hechizos maravillosos que podríamos practicar y enseñar en el ED y-"
" Pero Hermione," lo interrumpio el muchacho de ojos verdes" no sé si seguir con el ED. Después de todo seguramente éste año tendremos un profesor decente de Defensa."
" Vamos, Harry" le dijo Ron " yo también esperaba seguir con el ED"
" Yo no he dicho que no seguiríamos"
"Lo pensaste" le reprochó su amiga
" Harry," continuó Ron" hay muchos estudiantes de Hogwarts que realmente progresaron con el grupo, mira a Neville. ¿Crees que es justo para ellos?"
" Tienes razón" concluyó Harry
" Bueno," comenzó de nuevo Hermione " como estaba diciendo... En el libro hay muchas maldiciones y hechizos y encantamientos excelentes. Hay uno que me gustó en particular: se llama hechizo Cegador, es utilizado para hacer que el oponente quede ciego po unos momentos"
" Hemione," le espetó Ron " ya habrá tiempo"
Así pasó toda la mañana. Hermione seguía hablando sobre magia que podrían practicar una vez en el castillo; Ron no paraba de molestarla diciendo que estaba confundida de tiempo y pensaba que las clases ya habían empezado. Harry,en cambio, esperaba a que fueran las tres para terminar de una vez por todas con el asunto de la herencia de Sirius.
Una vez que el reloj de los Wealsey tocó las tres, la puerta principal se abrió de par en par. Por ella entró un hombre canoso, vestido de con una túnica de color azul marino. Detrá de él se encontraba Albus Dumbledore.
Barlovento Barwell era una de esas personas que no soportaba quebrantar una regla. Se parecía mucho, de hecho, a Bartemious Crouch senior. Era un hombre con barbilla cuadrada y rasgos prominentes. Sus ojos eran color azabache, parecidos a los de Hagrid, aunque su estatura no era de las más grandes.
"Hola Harry " lo saludó Barlovento
" Señor Barwell " le estrechó la mano Harry
" Sientate, Harry" le indicó su director.
" Eh - sí. "
" Bien señor Potter, " empezó el funcionario, sacando de un portafolio unos papeles " el señor Black, recientemente absuelto de sus cargos de homicidios, ha dejado a su cargo todas sus pertenencias"
" ¿En serio?" comentó el muchacho con un aire irónico
" Lamentablemente" prosiguió Barwell, sin hacerle caso a la pregunta de Harry " usted no podrá acceder a ellos hasta que cumpla los diecisiete años de edad, edad en la que pasará a ser legalmente mayor. En ese listado de objetos se encunetra entre otros: su residencia, su mascota, su elfo domestico y todas sus posesiones."
" Pero yo no-"
" Como comprobante aquí le dejo una copia de la escritura de su padrino"
" Yo no quie-"
" Espero volver a verlo." terminó Barlovento
Y con un sonoro ¡crack! Desapareció. Si a Dumbledore le había extrañado esa conversación, no lo aparentó. En su boca se dibujó una gran sonrisa.
" Harry, ese fue el cuento corto. Yo estoy aquí para explicarte las cosas un poco más detalladamente"
" Ah. Profesor, ese Barlovento es una persona muy extraña"
" Solo estaba apurado Harry. Últimamente, con todas la muertes provocadas por Voldemort su Departamento ha estado muy movilizado"
" Sí, claro, comprendo. Yo lo único que quería decir es que no deseo las cosas de Sirius."
" Pero esto excede tus deseos, Harry. Los testamentos mágicos son diferentes a los muggles" le explicó Albus " Sirius, como ya te han explicado, te ha dejado todas sus cosas. Esto es, principalmente, porque tú eras como un hijo para él. James y él fueron muy unidos en vida. "
" ¿Asi que no hay nada que pueda hacer para deshacerme de sus cosas? "
" Desgraciadamente, no."
" Pero ¿qué haré con todo eso?"
" Bueno, Hagrid estará más que feliz de recibir a Buckbeack. Kreacher puede trabajar en las cocinas de Hogwarts. Puedes abrir una boveda en Gringotts para guardar las cosas de Sirius, y con respecto a Grimmauld Place.."
" Pueden seguir usandolo como cuartel"
" Entonces está arreglado. Yo haré todo lo necesario, no te preocupes. "
" Profesor, no tiene por qué hacerlo. Yo abriré la cuenta en Gringotts mañana, y con respecto a Kreacher puedo ordenarselo ahora mismo." sugirió Harry " ¡Kreacher!
Se escuchó otro ¡crack! y en el sofá apareció una criatura con orejas de murcielago.
" ¿Llamó el amo?" dijo la última palabra con un acento especial
" Sí Kreacher. El amo te ordena trabajar en las cocinas de Hogwarts, asi que obedecerás desde ahora todo lo que te diga el profesor Dumbledore"
"Kreacher no-"
"Kreacher hará lo que diga el amo. Y el amo ha hablado"
El elfo doméstico desapareció del mismo modo en que había aparecido.
" Ahora Harry, es momento de que yo también me vaya"
" Eh, sí. Adiós profesor"
" Adiós Harry"
Y fue el sonido que emitió Albus Dumbledore al desaparecer, el último del día.
El día siguiente era el elegido para ir al Callejón Diagon y comprar lo necesario para el curso escolar. Harry no había revisado su lista de libros y materiales, por lo que enseguida se puso a buscar en su baúl, y no paró de revolver sus cosas hasta que la hoja de pergamino arrugada estuvo en su mano.
Abajo, los Weasley y Hermione lo esperaban todos vestidos y preparados. Hermione, como era de esperar, aferraba en sus manos un pergamino mucho más largo que el suyo y el de Ron juntos.
" ¡Qué horror! " comentó ella llevandose las manos a la cara " ¡el profesor Tofty nos ha mandado tres libros para estudiar!"
Ron, según creyó escuchar Harry, emitió una risita por lo bajo. A él le encontaba ver a su amiga llena de libros y tareas mientras él no tenía nada para hacer. Por supuesto que a Harry tampoco le hacía gracia los dos libros de Transformaciones que tendrían que comprar.
" Vamos, vamos" los apuró la madre de Ron "es tarde, debemos apurarnos."
" Señora Weasley," comenzó a hablar Harry
" ¿Si querido? "
" ¿ Iremos por polvos Flu? "
" Pero que tonterías dices... ¡la red Flu es demasiado peligrosa, Albus cree que lo más conveniente es Aparecernos."
" Pero, ni Ginny, ni Hermione, ni Ron, ni yo podemos aparecernos."
" Ya lo sé, querido. Haremos una Aparición Contigua. "
" ¿Aparición Contigua? "
" ¡Caray! Todvía me olvido de que no conocías el mundo mágico hasta los once... " le dijo la señora Weasley luciendo preocupación " La Aparición Contigua es un método de transporte igual que la Aparición, aunque por medio de ésta ustedes podrán viajar conmigo, mientras se aferren bien. Es como viajar por Transportador"
" Ah..."
Para viajar se reunieron todos en un círculo. Junto a Harry, Hermione, Ron y Ginny, viajaría la señora Weasley, ya que solo ella había podido hacerse tiempo para ir con ellos. Cada uno se tomo las manos con los de al lado y Molly les explicó lo que pasaría. Dijo que nadie debería soltarse o podría escindirse.
" 1, 2..." comenzó a contar, pero Harry no llegó a escuchar el número tres.
Sintio que era succionado, que su cuerpo ya no era material estable, sino que se había convertido en material líquido que viajaba a través del aire. Definitivamente fue una de las peores sensaciones que jamás había sentido.
Pero aterrizó. Su cuerpo volvió a convertirse en cuerpo, y sus ojos le mostraron la ya conocida calle del Callejón Diagon. Mas algo salió mal, intuyó Harry, porque no se encontraban solos. A su alrededor estaban al menos diez encapuchados.
