Capítulo 5: Audiencia en el Ministerio, otra vez

La semana pasó lenta y aburrida. Hermione ya podía hablar y comenzaba a levantarse, pero Ron todavía no podía emitir ningún sonido. Tonks, Molly Weasley y Remus ya habían sido dados de alta.

Hedwig le llevaba a Harry una carta de Dumbledore todos los santos días de la semana. En cada pergamino, el director preguntaba si Harry ya había utilizado el pensadero para extraer el recuerdo del día del ataque al Callejón Diagon. "Todavía no" contestaba él todas las cartas.

El miércoles de la semana posterior al desastre, Harry se levantó con el usual sonido de el médico acercandose. Los medimagos le habían aconsejado quedarse en cama, por la gran cantidad de hechizos y maldiciones.

" ¡Hola Harry! " lo saludó Bradivarius Alrick, el medimago con quien Harry se había amigado. " Espero que no te encunetres bién, hoy es el día en que finalmente te darán de alta"

" Todo bien por aquí, Brad," contestó éste a su vez " pero mis piernas todavía hacen un zapateo muy de vez en cuando" y hizo una mimica de estar bailando.

" Muy gracioso"

La puerta se abrió de par en par revelando a Ojoloco Moody seguido de Arthur Weasley.

" Vamos Potter, levantate" le gruñó el Auror " Arthur y yo te llevaremos a Grimmauld Place"

" Así es Harry." le indicó el calvo padre de su amigo " Es hora de irnos"

" ¿Tan temprano? " preguntó el adolescente envolviendose en sus mantas.

" Potter, son las tres de la tarde"

" Aún asi es temprano..."

" Vamos, Harry" le dijo Brad, poniendo una bolsa con artículos en el pie de su cama " aquí tienes tu ropa"

El muchacho se vistió lentamente. No quería irse, prefería estar con sus amigos (con Hermione, ya que Ron no podía modular). El único soslayo que se le ocurrió fue el de ver a Ginny, quien se había retirado el jueves anterior.

Una vez afuera del hospital se dirigieron a el subterraneo que Harry había tomado el año anterior, cuando los papeles eran diferente y había sido él el que fuese a ver al señor Wealey y no viceversa. El camino al número doce fue largo y cansador. Nadie, ni Ojoloco ni Arthur, hablaron.

Una vez que llegaron a la estructura vieja, Harry la miró con tristeza. Cuando flaqueó la puerta no le dio ni siquiera una mirada al retrato de la vieja y horribe madre de Sirius, subió directamente a su cuarto, el mismo que el del año anterior. Cada rincón del lugar le recordaba a su padrino. Y su muerte.

La casa estaba desolada. Sólo Remus Lupin vivía allí, y en cada luna llena (Harry presenció una) él se iba, valla uno saber a dónde.

A pesar de todo, Harry sobrevivió los seis días que restaban para la audiencia. El pensadero heredado de Sirius no había sido tocado desde el momento en que Dumbledore se lo había entregado. Pero ese era el día indicado para usarlo, el día en que mostraría lo que en verdad había sucedido en el Callejón.

Harry desempacó de su baúl el artefacto, que en ese momento estaba seco como una piedra. El director también le había dado un pergamino indicando los pasos para extraer el recuerdo. Desenrrollandolo, Harry leyó en voz alta el escrito, mientras realizaba los pasos que el anciano había indicado:

" Primero deberás concentrarte fuertemente en ese momento, ese lugar, en ese recuerdo (como si estuvieras a punto de realizar un encantamiento Patronus). Una vez que lo tengas bien claro en la memoria debes tomar tu varita (no te procupes, no usarás la magia) y colocalá en tu sien. Concéntrate. Canaliza tu recuerdo en la varita, usa tu mente para convertir ese pensamiento en una sustancia corporea. Extráela. Ahora lo único que tienes que hacer es colocarla en el pensadero y...listo"

Sin duda, el momento más dificil fue el de canalizar el recuerdo y convertirlo en substancia. Pero a pesar de todo, el adolescente logró sacar de su cabeza el liquido plateado tantas veces visto.

Agitando el pensadero, para ver si funcionaba, vio emergir de la superficie la figura de Bellatrix Lestrange conjuntamente con la suya. Bellatrix lanzaba maldiciones hacia el muchacho, quien no hacia otra cosa que usar el Encantamiento Escudo: Protego!.

Y también vio cómo él mismo usaba el Hechizo Cegador. Observó todo como si fuera una pelicula, todo eso ya lo había vivido, y aún así estaba ocurriendo enfrente suyo. Era, sin lugar a duda, extraño.

Llegó el día elegido por el Ministerio para su audiencia. Era una mañana gris y desteñida. El sol apenas iluminaba el cielo. Abajo, en la cocina, Albus lo esperaba para ir consigo al Ministerio de la Magia. Su larga barba plateada refulgía con el crepitar del fuego, ya que todavía estaba oscuro. Mirando su reloj, el anciano habló con vos apagada.

" Es hora "

Harry se tomó del brazo de su director y sintió, tal como ese miércoles funesto, la sensación de la Aparición Contigua. Su cuerpo se disolvía en materia molecular para volver a reunirse allí, frente a la cabina de teléfono que lo conduciría finalmente al Ministerio.

En un abrir y cerrar de ojos había abandonado Grimmauld Place, y se encontraba ahora en una sucia y fría calle de Londres. Avanzó hacia el teléfono y discó los números seis, dos, cuatro, cuatro, dos. Al instante una voz aguda le dijo:

"Bienvenido al Ministerio de la Magia. Por favor, diga su nombre y el motivo de su visita."

Dumbledore habló primero, y con voz fuerte y clara pronunció: " Albus Percival Wulfric Brian, Audiencia". Cuando hubo terminado, una chapita emergió.

" Harry Potter, Acusado en la audiencia" dijo Harry a su vez que cogía la chapita emergente.

A continuación, la cabina telefónica comenzpo el rápido descenso hacia el Ministerio. Cuando terminó, la puerta se abrió sola.

" El Ministerio de la Magia les desea un buen día " concluyó la voz del teléfono.

El Ministerio se encontraba mucho más ajetreado que la última vez que Harry había asistido, es decir, la noche en que él, Ron, Hermione, Neville y Luna se habían escapado de Hogwarts para, supuestamente, salvar a Sirius. Qué ironía... habían ido para salvarlo y terminaron matandolo.

La fuente de los Hermanos Mágicos estaba intacta, las estatuas estaban de vuelta en su lugar, los muebles en orden. Bajaron. A través de corredores conocidos, pasaron frente a la puerta del Departamento de Misterios (Harry la miró con tristeza) y llegaron a una sala diferente de la que el joven había ido para presentarse en la audiencia del año anterior.

La nueva sala era cuadrada, mucho más chica y blanca. En vez de las tribunas del Wizengamot ahora sólo se encontraba una mesita de madera con tres sillas ocupadas, y en lugar de la silla con cadenas estaba dos taburetes. Dumbledore ocupó el de la derecha.

En una silla frente a la mesita estaba una bruja de pelo rubio ensortijado, que tenía una mirada seria y autoritaria, y estaba mirando una hoja. A su lado, estaba sentado Barlovento Barwell, y a su lado un hechizero anciano.

La bruja de pelo rubio fue la primera en hablar: "Hola, señor Potter, mi nombre es Emeldda Vince y se lo ha citado aqui por la infracción de la ley contra el uso indebido de la magia en menores. En ocasiones anteriores usted también fue citado por otra infracción. Hace cuatro años usted recibió una advertencia ¿Es así?"

" Si " respondió Harry

" En esta ocasión se lo acusa de utilizar: el Encantamiento Desaramdor, Protector, Repulsor y Cegador contra una mortífaga, Bellatrix Isabella Lestrange. ¿Cómo se declara?"

" El acusado se declara parcialmente culpable " le respondió Dumbledore, antes de que Harry pudiera siquiera mover la boca

" ¿Parcialmente? " preguntó el brujo anciano.

" Exactamente. El acusado sólo usó la magia para defenderse de Lestrange. "

" ¿Puede usted probarlo, Dumbledore? " preguntó Vince, con una sonrisa malefica en la cara " No puedo declarar así como así a alguien inocente. Necesito pruebas... tangentes, ¿Me entiende? Así que.. ¿Las tiene?"

" Claro. Para eso hemos traído aquí el pensadero de Harry y el señor Barlovento Barwell. "

" ¿El muchacho tiene un pensadero?" el brujo miraba sorprendido la cara del muchacho y lugo comnezó a murmurar algo incompresible.

" Así es.. lo ha recibido recientemente como herencia de su padrino. " le informó a el brujo Barlovento

" Como ustedes sabrán los recuerdos de los pensaderos no pueden ser alterados por la magia, y espero que por eso, la verdad les resulte complaciente. " concluyó Dumbledore haciendo una floritura con su varita y haciendo aparecer el pensadero del muchacho.

Emmelda Vince se paró inmediatamente, igual que el brujo. Barwell se había quedado sentado. La bruja se acercó suavemente a la mesa en la que Harry y Dumbledore esperaban. Y, tocando la superficie al mismo tiempo que el director, el brujo y Harry fue trasladada al Callejón Diagon, en el momento en que Bellatrix estaba a punto de lanzar la maldición asesina a Ginny.

Pero en medio del recuerdo una niebla espesa bajó de la nada, y se depositó entre los visitantes.

" Debe ser por la inexperiencia del chico " susurró el hechizero

" No te precipites, Braden " le aconsejó Dumbledore. Unos segundos después la neblina se disipó mostrando la lucha entre la mortífaga y Harry.

Cuando llegó el momento en que el joven usaba el Encantamiento Cegador, una sonrisa pasó por la cara de Braden, mientras que la horrible cara de Emmelda Vince seguía curvada en una expresión de enojo.

Finalmente el recuerdo mostró el momento en que Harry caía al suelo, y luego todo se oscureció. Un segundo más tarde todos se encontraban en la pequeña habitación blanca, que seguía igual, solo que Barlovento Barwell ya no estaba sentado, ni parado, ni en ningún lugar. Omitiendo la desaparición, la Sra. Vince pronunció su sentencia.

" Si está de acuerdo conmigo Sr. Broderik, " comenzó " declaro al Sr. Potter inocente de todos los cargos. "

Braden Broderik asintió, y Harry sonrió abiertamente. Era la segunda audiencia, y en las dos había salido victoriosamente inocente.

" ¡Qué buena es la vida! " pensó.

Barlovento Barwell miro cómo los funcionarios y el muchacho, junto con el anciano, viajaban en el pensadero, luego se paró y se dirjió a la puerta. Allí, procurando no hacer ningún sonido, la abrió lentamente y miró el pasillo.

Tenía algo que hacer, algo muy importante. Cerró la puerta. Era imprescindible llegar lo antes posible al Departamento de Misterios. Atravesando corredores y escaleras parecidas a las que Harry y Dumbledore habían atravesado antes, se encontró a sí mismo frente a la puerta negra que conducía a su destino.

Otra puerta, otro obsatculo. Tocando la cerradura con su varita, y murmurando una breve palabra, el porton se abrió en silencio. Adentro, todo estaba oscuro.

" Lumos! " susurró, y despues observó desaparecer la oscuridad para ser remplazada por luz.

Se vio en la habitación circular y giratoria llena de puertas. Pero él sabía por la que debía ir. Abrió la que era de color negro brillante, con una cerradura de color rojo.

Barlovento se adentró en la espesura del cuarto. Su varita iluminó los estantes a cada lado del lugar, mostrandole cosas inimaginables: ojos de todos los colores, uñas de colores, pedazos de piel podrida y vieja, raices de árboles. líquidos cristalinos. Pero él sabía lo debía elegir. Tomó un objeto que se hallaba en el extremo derecho de la estantería última. Era negro y suave al tacto. Era una pluma de colores oscuros, pero que mostraba gran respeto.

" La Pluma de la Oscuridad " murmuró.

Afuera, seguramente todos habían vuelto y notado su desaparición, sin embargo el se quedó contemplando aquella reliquia. Le tomó un tiempo volver en sí, y cuando lo logró salió de la habitación, salió del Departamento, salió del Ministerio, y se dirigió hacia una cuava oscura.

---------------------------------

Fin del 5to capítulo.

Espero les haya gustado!

Xfavor dejen críticas/reviews... ¿acaso nadie lee mi fanfic?

HarryBlack