Capítulo 6: El trabajo de Draco
La oscura noche estaba quieta. Los pajaros estaban en silencio, las plantas, quietas. Ni siquiera el viento hacía algún sonido.
La Mansión Malfoy era un edificio antiguo y desmoronado. Sus paredes habían sido alguna vez blancas, brillantes, espectaculares, pero ya no. Ahora lo único que se veía eran los muros corroídos por la acción del viento y el paso de los años. Las gargolas que habían sido atemorizantes solo se veían pintarrajeadas y rotas. No. Ya nada era como alguna vez fue.
En la verja principal se erigió una figura envuelta en ropajes largos y oscuros. Luego otra y luego otra. En total eran tres, tres figuras oscuras y encapuchadas. Uno de ellos alzó el brazo derecho, y con él, su varita mágica. Tocando con la punta la cerradura de la reja, ésta se abrió inmediatamente.
" Vamos..." siseó la figura que había abierto la puerta. En la oscuridad brillaron dos ojos rojos.
" Mi-mi seño-ñor..." balbuceó el encapuchado de la derecha "¿cree uste-ed qu-que es propicio entrar de es-sta mane-era?"
" ¿Me estas cuestionando, Colagusano? "
" N-n-no..."
" Bien..."
La figura más baja (la que había hablado) tembló de miedo y luego dio un paso hacia adelante. La que había abierto la reja le dio un empujón y caminó hacia la morada de los Malfoy con pasos rápidos.
La última sombra rio por lo bajo mientras el llamado Colagusano gimoteaba.
" Estupido " murmuró.
La oscura noche estaba quieta. Las flores y pastos se dominaban y pudrían cuando los pasos del hechizero más temido de la historia caminaba a su lado. Lord Voldemort estaba en Mansión Malfoy.
Colagusano siguió los pasos de su maestro mientras sus ojos despedían lagrimas. " No es justo" pensó "Yo, que delaté a mis propios amigos sólo para ayudar al amo no soy recompensado con nada, mientras que ese apestoso y grasiento Snape está acurrucado muy comodito a su lado"
Snape avanzó rapidamente. Lord Voldemort estaba llegando a la puerta, y él necesitaba estar con el pequeño Malfoy.
El señor de los mortífagos tocó suavemente la puerta principal. Nadie contestó. En la oscuridad se escuchó un sollozo. El señor oscuro tocó de nuevo, pero esta vez con más fuerza aún. Y contestaron. Del portón surgió un figura de mujer.
Era una muchacha joven, de pelo rubio largo. Era muy bonita, pero sus ojos reflejaban una mirada apagada y triste. Sabía qué pasaría. Desde que su esposo, Lucius Malfoy, había sido atrapado en el fiasco del Departamento de Misterios, los mortífagos habían mandado cartas vociferadoras pidiendo, ordenando, mandando que su pequeño hijo de dieciseis años, Draco, se uniera a la orden de la Magia Tenebrosa.
Ella sabía, y sin embargo calló. ¿Se calló por miedo? ¿Se calló porque deseaba que su hijo corriese el riesgo de morir?. Yo me inclino por la primera opción.
" Narcissa, querida " la saludó el Mago Tenebroso
" Mi señor " dijo ella educadamente, haciendo una pronunciada reverencia. " Y...¡Qué sorpresa verte aquí, Severus"
" Hola, Narcissa " habló tambien el hombre de pelo grasiento.
" ¿Desean pasar a tomar un té? " invitó, tratando de dibujar en su cara una sonrisa.
" Sabes por lo que venimos " le dijo la figura más poderosa con una voz decidida y firme, nada que ver con el sonido alegre con que la había saludado.
" Sí..."
" ¿Dónde está el pequeño Draco? " sus palabras había vuelto a tener ese acento bondadoso, pero todos los reunidos sabían que Él no tenía bondad.
" Debe estar durmiendo, mi señor "
" Despiertalo, Narcissa. Severus y yo deseamos hablar seriamente con él "
" Enseguida..." y sin otra palabra se marchó dejando a los tres encapuchados en silencio y a oscuras.
Snape fue el que rompió el silencio, exclamando de forma preocupada.
" Creo que no volverá, maestro. "
" Volverá... volverá porque tal es su destino "
" P-p-pero mi s-s-s-eñor..." tartamudeó Colagusano
" Qué insoportable..." pensó Severus "Silencius!" movió con ligereza su varita y Colagusano quedó mudo al instante.
" Gracias " lo felicitó Voldemort.
" En cuanto al muchacho, señor, ¿cuál es el trabajo que desea encomendarle?"
" Vamos Severus, deberías haberlo adivinado ya. Contigo y el pequeño habrá dos espías en Hogwarts a mi sevicios. Justo el número de trabajos que necesito realizar en ese lugar. Por supuesto que a tí te dare una encomienda más..." sonsideró por unos momentos las palabras que debía utuilizar y prosiguió " a tu nivel" concluyó.
" Habla usted de..." pero calló al ver que la mujer rubia volvía a abrir la puerta.
" Draco los espera." les avisó.
Los tres hombres avanzaron con rápidez. El interior de la mansión estaba repleto de retratos de ancinas personas que dormitaban o saludaban, todas tenían puestas túnicas negras bordadas con calaveras verdes. Pasaron a la sala de estar, un lugar meramente acogedor. En el centro crepitaba un fuego de color oliva, y hacia adelante se extendían dos corredores con palabras brillantes. El primero decía " Draco" y el segundo " Narcissa y Lucius". Fueron por el primero.
No pararon hasta llegar a una habitacion de gran extensión, como todo lugar de aquélla casa. Sus paredes estaba pintadas de color verde brillante. Parado y esperando, estaba un muchacho con cabello de color rubio platinado y excesivo brillo. Su túnica estaba impecable.
" Mi señor," hizo una reverencia parecida a la de su madre " estoy a sus ordenes."
Por suerte para los Malfoy, la mirada de la mujer no fue vista por Voldemort.
" Pequeño Draco, es un placer verte sano " en la cara del "hombre" se dibujó una sonrisa
" ¿Profesor Snape? "
" Buenos días, señor Malfoy"
En ese momento los tres encapuchados se sacaron la capa. Aparecieron tres hombres, dos de casi la misma edad y otro mucho más anciano, y poderoso.
El más viejo tenía ojos rojos, manchados de sangre. Su cara ya no era humana, más bien parecía una serpiente. No tenía nariz, sino que en madio de la cara había dos orificios por los cuales respiraba.
" Mamá, creo que es momento de que nos dejes solos. "
" Pero.." protestó la mujer
" ¡Narcissa! " siseó la figura anciana.
" Perdón, maestro. "
La señora Malfoy se retiró de la habitación, dejando a los cuatro hombres solos. La cara de Voldemort mostraba alegría; la de Snape, preocupación; la de Colagusano, miedo; y la del joven Malfoy, respeto.
" Mi señor, creo que es prudente explicar a Draco el motivo de nuestra presencia " indicó Snape.
" Tienes razón, Severus. Draco," llamó, y en la cara del joven hubo un dejo de temor " sientate."
El muchacho hizo lo que el hombre había dicho y se sentó en un sillon forrado de tela verde con la insignia de su casa de colegio, Slytherin.
" Mi pequeño, " continuó el anciano siseador " como seguramente sabes, tu padre fue un fiel servidor mío." el joven asintió, mientras Voldemort continuaba " sin embargo, no fue sino hasta hace unos meses que Lucius fue atrapado y sentenciado a cinco años en Azkaban. ¿Tú, muchachito, estudias en Hogwarts verdad?"
" Sí, señor"
" Excelente. Creo que es momento de proponerte algo."
" ¿Qué es, Señor? "
El hombre más viejo extrajo de debajo de su túnica un artefacto que parecía una vasija. Era, obviamente, muy antigua. En su borde superior se encontraban talladas muchas runas, y estaba llena de un líquido color negro azabache. Por su superficie se distinguía una mancha verde, que tenía la forma de una serpiente. En los laterales estaban talladas imágenes de hombres y mujeres sufriendo.
" ¿Sabes qué es esto, Draco? " preguntó con una sonrisa malvada el hombre-serpiente
" No, señor"
" Se llama Devorador de Almas. Tiene, este curioso objeto creado por mí ,obvio, muchas funciones muy beneficiosas para los mortífagos. Una de ellas es quizás la más usada en otros tiempos, y es la de torturar hasta la muerte a alguien. También es usado para marcar a los mortífagos con la Marca Tenebrosa. Creo que sabes por qué te digo esto..."
" No, maestro "
" Muchacho, a pesar de tu corta edad, tu presencia en Hogwarts puede ser muy beneficiosa para todso nosotros. Por eso hemos venido aquí, te hemos mostrado al Devorador de Almas, te lo hemos explicado. Vinimos por que... para proponerte..que... que... te unas a nosotros, como parte de nuestra Legión, que seas un mortífagos."
" Yo..." Draco Malfoy no sabía qué responder, él era muy chico para unirse a los mortífagos. Su madre ya había llorado bastante por su padre como para que ahora él también desapareciese. " estoy muy halagado de que usted me haya propuesto eso..pero yo... me temo que debo decir que no... al menos por ahora."
Lord Voldemort adoptó una expresión de enojo y rabia. Sus ojos brillaron buscando sangre, y su boca se curvó en una sonrisa malvada. A continuación tomó las manos del joven y exclamó:
" ¿Te atreves a declinarme? "
" Yo..."
" ¿Te atreves a desafiar el poder del mago más poderoso del mundo? "
" Yo..."
Cuando hubo agarrado bien fuerte sus palmas, las sumergió en el Devorador de Almas. La serpiente allí presente siseó alegremente y luego, deslizandose por la viscosa superficie se enroscó en la muñeca del muchacho. Se enroscó, y después cortó la piel. Entró en su cuerpo.
El grito de Draco perforó el silencio de la noche. Su madre, Narcissa, irrumpió en la habitación y, al ver a su hijo sufriendo los horrores de la Magia Negra, emitió un sonido de dolor.
" Por favor..." imploró el muchachito.
" Mi señor..." dijo Snape, quien abía estado viendo todo muy detenidamente " no sé si hacerlo sufrir es lo mejor."
" ¿De qué hablas Severus? "
" Bueno, si tan solo lo hiciesemos sufrir... pero de otra manera..¿Entiende? De una manera "verbal""
" Claro que entiendo."
Quitó en ese momento las manos del pequeño de la superficie del Devorador, y la Serpiente Devoradora emergió del cuerpo de Draco y se depositó de vuelta en su lugar.
" Por favor..." volvió a implorar
" Draco, Draco, Draco..." dijo Lord Voldemort " esto es muy simple. Como bien me ha propuesto tu profesor Snape, el dolor físico TUYO, no es tan placentero."
" Por favor..." repitió, con los ojos en blanco.
Voldemort alzó la varita y realizó un sencillo conjuro de curación. Draco se levantó de manera cansada. El dolor del Devorador había sido el mayor que había sentido en toda su vida. El mago tenebroso volvió a aúntar a alguien con la varita, pero esta vez no fue Draco, sino que era Narcissa.
"Crucio!"
Narcissa Malfoy se retorció en agonía. El maleficio Cruciatus le había dado de lleno en el pecho, y sentía el mismo dolor que en ese momento Harry Potter sufría a manos de Bellatrix Lestrange.
" ¡¡¡NO! " gritó Draco, pero su voz fue apagada por el grito de su madre
Al ver la cara del muchacho, Voldemort dejó de torturar a la mujer y guardó la varita debajo de sus ropajes.
" Lo haré, lo haré. " dijo, jadeando.
" Perfecto..." susurraron a la vez Voldemort y Snape.
Colagusano, por su parte, se levantó y fue a ayudar a la muchacha. Realizó hechizos curadores pero el dolor del maleficio Cruciatus no cesó sino hasta después de unos minutos, cuando todos se habían ido.
" Dame tus manos," dijo el malvado, Draco dudó, ¿acaso lo torturaría de nuevo?. Al ver la cara de duda del joven, el mago agregó " no te haré daño, vamos.
Draco extendió sus palmas para que las frías manos de dedos largos de Lord Voldemort las agarraran. Después, murmuró algo incomprensible y la serpiente del Devorador emitió un siseo agudisimo. En su boca brillaron dos colmillos blancos como la leche. El mago más anciano soltó el brazo izquierdo y, con el derecho en mano, agarró a la Devoradora y a colocó en el antebrazo. La serpiente dibujó lo que parecía una calavera. El dibujo brilló por unos segundos y luego se opacó, mostrando una calvera con una lengua bífida.
" Ahora, te marco como a uno de mis seguidores.." dijo, tapando con sus dedos la marca recién formada.
Narcissa observaba con horror lo que su hijo había hecho. Y el señor oscuro continuó hablando.
" Draco Malfoy, has entrado al círculo interno de los mortífagos, brujos oscuros. Se te encomendará un tutor, que como podrás haber adivinado es tu profesor de Pociones, y una tarea. Si la cumples serás altamente recompensado. "
" Si, señor."
" Ahora, a tu trabajo. En Hogwarts residirán dos de mis más grandes enemigos. Uno, Harry Potter, se me ha escapado ya cinco veces, el otro, Albus Dumbledore, está cera de su muerte, pero no por mi culpa, los años no vienen solo, ¿sabes?. Pero en ese colegio también hay objetos poderosos, como estuvo allí la Piedra Filosofal o el Espejo de Erised. Uno de ellos, llamado Copa de la Victoria es muy importante para nuestros planes futuros. Te encomiendo que encuentres y me traigas la Copa de la Victoria, para ello tendrás a tu disposición tantos magos adultos como quieras, solo informaselo a Severus y él me contactará."
" Si, señor"
Afuera la noche estaba quieta. Los pajaros estaban en silencio, las plantas, quietas. Ni siquiera el viento hacía algún sonido. Como si supieran en lo que se había metido un joven de dieciseis años llamado Draco Malfoy.
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Fin del 6to capítulo.
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