No me pude aguantar, este es otro fic mío, pero va a ser cortito… Ehhh, ok, no me peguen, es mi primera comedia y no tengo mucha experiencia. Así que recibo hasta machetazos si no les gustó el fic. Aún así, dejen un review para poder mejorar. Aunque sean críticas, las recibo igual… Aviso desde ya que sólo serán cuatro capítulos.

I. Día 1 – Día 10

Hace cinco años nadie lo hubiera creído, pero hoy Hanamichi Sakuragi es considerado como el mejor amante de Kanagawa… éste se cayó de la cama y despertó.

Noooooo… Empecemos de nuevo, si no, la historia se acabaría aquí.

¡Hanamichi el mejor amante de Kanagawa! Así es, los húmedos sueños de medio distrito tenían como protagonista a ese ser tan exquisito, seductor, sensual, apasionante… y algunos calificativos que si se dicen, estarían censurados por esta página y la escritora se pondría más cachonda que una orgía entre el do'aho, Sendoh, el kitsune y mitsuito.

Todo comenzó por Sendoh, el tipo más hentai de toda Kanagawa, que persiguió a ese dios sexual por meses hasta que un día, harto del amor propio, el pelirrojo accedió a sus suplicas. Sendoh pensó que por ser virgen tendría que enseñarle todo, pero ¡SORPRESA!., Hanamichi tenía un don innato para el sexo…

- Oh, my god, quieroooo más, más, más, más, Hanaaaaaa – gemía mientras que el pelirrojo se lo chupaba.

Ese día lo hicieron cinco veces y Sendoh estaba frenético por más pero Hanamichi estaba completamente exhausto. Los otros días siguieron igual, pero el puercoespín se puso posesivo de aquel monstruo carnal, lo quería sólo para él, no lo amaba, pero cada vez que su inconsciente se lo recordaba, se iba cortado; nadie entendía que era lo que ese mono pelirrojo tenía para volver loco al que volvía locos a todos.

Sin embargo, un profesor universitario sospechó, y aprovechó una mala calificación para comprobarlo… ¡Nadie lo había follado de esa forma en sus cuarenta años de vida!

Después de eso, los rumores de que Hanamichi era un latin lover, se hicieron humo…Hanamichi en un segundo pasó de ser el tipo más popular de su universidad y en menos de una semana, de la universidad. Y al pelirrojo, le quedó gustando, haciendo el sexo su pan de cada día… o mejor dicho, de tres veces al día.

Además nunca dejo de ser buena persona… no discriminaba: hombres, mujeres, viejos, colegiales, perritos, gatitos, zorritos, gorilas, puercoespines, monitos, gamberros, escritoras y lectoras de yaoi, basketbolistas, rugbistas (esos los que más les gustaban, la tenían bien grande), nadadores, de Kanagawa, de Osaka, de Hiroshima, blancos, negros, rojos, amarillos, azules, etc, etc… en definitiva, era todo un gurú del sexo.

Pero lo que más le excitaba era experimentar. Lo que nunca olvidaría el principito de Shoyo cuando Hanamichi quería darle con el látigo.

O las esposas que le puso a Hikoichi mordiéndole el miembro hasta que éste sangrara, y el pelirrojo le dijo maquiavélicamente al oído "lo tengo anotado".

O cuando se le ocurrió la estúpida idea de ser uke con Takamiya, éste tenía la panza tan grande y el miembro tan chico, que ni le entró la punta.

Y la peor, para la desgracia del mismo Akira Sendoh, cuando Sakuragi le pidió que se lo metiera mientras chupara su miembro, nadie sabe como lo hizo; lo único que se supo es que faltó una semana a clases por el dolor a su espalda.

Pero tenía una fantasía aún no realizada… y que sólo pensarla, se le agua a la boca y otras partes de su cuerpo… una noche con su zorrito favorito, Kaede Rukawa.

Pero éste andaba en los Estados Juntos pero no revueltos desde hace 2 años, 10 meses y 4 días, y no tenía ni la más mínima gana de volver.

Un día, todos los chicos del gundam fueron al cine pero no quisieron ir con Hanamichi, porque quien sabe en que iba a terminar. Hana siempre loco y ahora sexoadicto, da más miedo el chico que en una riña, pero ¡por la madre que les gustaba!

Al ver la película se miraron unos a otros, como la apuesta era su fuerte y Hanamichi un ser débil se les ocurrió la forma más fácil de ganar dinero.

- Hanamichi, queremos hacerte una proposición – decía Yohei al chico y el pelirrojo lo miraba con una cara libidinosa.

- No estúpido, eso no, sino un reto – le decía Noma.

- ¿Has visto 40 días y 40 noches? – le preguntaba el rubio.

-¿Es una nueva posición? – pregunta Hanamuchi.

- NOOOOOOOOOOO – gritaron todos.

- ¿Es una nueva versión del Kamasutra? – vuelve a preguntar.

- TE DICEN QUE NO – gritaban los cuatro al mismo tiempo.

- ¿Es qué sólo piensas en sexo? – grita Takamiya.

- Mira Hanamichi, es una película en que el protagonista se abstiene cuarenta días por una apuesta - le explica Yohei – apostamos que tú no soportas los cuarenta días.

- Soy un tensai, aunque el miembro se me rompa de tanto amor propio o hago el candado chino si es necesario con tal de ganar, jajajajaja – se burló el pelirrojo.

- Son 2000 dólares para el ganador – le dice Yohei.

- Bien, hecho – estrecha la mano de cada uno de los gundam.

Cuando Hanamichi se fue, los propis gundam hicieron su propia apuesta, el que daba más por el tensai era Yohei, que duraría tres días…

Día 1

Pensó que no estaría mal abstenerse por un poco más si en sus primeros diecisiete años nunca tuvo nada, un mes se pasaría volando, además que otras formas de satisfacerse sexualmente…

El primer día pasó sin ningún percance, salvo por las miradas de deseos de Kyota y la nueva estudiante de intercambio, una pelirroja que le dieron ganas de ni siquiera dejarle vírgenes los hoyos de la nariz.

Día 3

Toda palabra toda bien o mal pronunciada le recordaba a follar, hasta el oír decir "Akagi desnudo" le excitaba.

Sus pedidos de películas pornográficas aumentaron considerablemente y comenzó a chupar un plátano vorazmente.

Día 7

El amor propio ya no le satisfacía, miraba como perro callejero a la carnicería, se compró un miembro de juguete para ya saben qué.

Día 10

Viviendo solo en su departamento, era libre para soltar sus fantasías "en solitario".

Era de noche y era la cuarta paja que se pegaba en el día, pensando en ese zorrito de piel sedosa, ojos azules, que le estaba dando como sex machine y no precisamente consejos.

Eran las once y media de la noche, cansados de esas agotadoras jornadas del "estudio de la anatomía humana", como quiso él llamarle, pero alguien tocó el timbre.

- ¿Quién es el maldito desgraciado que se le ocurre tocar a estas horas de la noche? – grita Hanamichi cansado y desganado, no le gustó nada tener visitas a esa hora.

Nadie contestó, pero volvieron a tocar el timbre.

- Te juro que si no es nada importante, voy a … – fue en eso cuando abrió la puerta y la única persona que no quería ver en esos cuarenta días estaba en la puerta.

- ¡AAAAAAHHHHHHHHHH! – gritó como si hubiera visto al diablo en persona y le dio un portazo en las narices de su visita y realmente comenzó a sudar.

En menos de cinco segundos se imaginó todo lo que podían hacer ellos dos solos, en un departamento y en pleno invierno.

Acto seguido, se golpeaba la cabeza con la puerta.

- Estoy alucinando, estoy alucinando, estoy alucinando, estoy alucinando – decía mientras se pegaba en la puerta.

- Abreme do'aho, que estoy congelandome de frío – dijo una voz más conocida.

Su deseo reprimido, después de casi tres años estaba en Japón… su zorrito regalón.


Para los que no saben, el candado chino es una verdadera maniobra sexual… se trata de meter el miembro en su propio ano, jejeje… ¡Pobre Hanamichi!

Un besito para todos…