4. Sorpresas
-Harry¡despierta¡Han llegado!
¿Ron¿Qué ocurre?
¡Vamos, levántate¡Han llegado!
¿Qué pasa¿Qué ha llegado?
¡Las notas¡Las notas de los TIMOS!
Harry abrió los ojos perezosamente, y vio una mancha naranja encima de él. Se puso las gafas y distinguió el rostro emocionado de Ron.
¿Las notas?
Se incorporó y salió de la cama. Con todo lo que había pasado, había olvidado que las notas de los TIMOS se entregaban en verano. Iba a coger el sobre con el emblema de Hogwarts que su amigo le ofrecía, cuando se abrió la puerta, y una muy emocionada Hermione entró en pijama, dando saltitos de emoción. Harry vio por el rabillo del ojo que los ojos de Ron se agrandaban al ver a Hermione en pijama.
¿Los habéis abierto ya-preguntó, con una voz algo más aguda de lo normal.
-Aún no. Primero tú, Harry.
Éste no se hizo esperar. Con manos temblorosas, rasgó el sobre amarillento y dejó caer sobre la cama tres pergaminos.
El primero era la típica carta informándole de que el curso empezaba el 1 de septiembre. El segundo era la lista de los libros. El tercero eran las notas. Harry lo cogió temblando de emoción y leyó:
TIMOS ………….…………….. Resultados
Transformaciones …………………………… Supera las Expectativas
Encantamientos ……………………………. Extraordinario
Defensa Contra las Artes Oscuras ……………………….…… Extraordinario
Pociones ……………………………. Extraordinario
Herbología ……………….…………… Supera las Expectativas
Historia de la Magia …………………..……….. Insuficiente
Cuidado de Criaturas Mágicas ……………..……………… Extraordinario
Astronomía ………………….…………. Aceptable
Adivinación ……………………………… Desastroso
Harry levantó la vista, sonriendo, y miró a Ron, que se había colocado detrás suya para leerlo, y también sonreía.
¡Sólo has suspendido dos!
¿ Sólo ? Harry¡has suspendido Historia de la Magia! Y… ¡un Aceptable en Astronomía¿Qué te pasó?
-Lo que me extraña-dijo Ron, aún sonriendo e ignorando completamente a Hermione-es que te hayan puesto un Extraordinario en Pociones.
-Bueno, la verdad es que me salió bastante bien sin Quejiquis cerca-dijo Harry sonriendo. Había pensado que Pociones iba a ser el obstáculo que le impediría ser Auror, y se había llevado una grata sorpresa al descubrir que no sería eso lo que le impediría cumplir su sueño.
¿Quejiquis? Me gusta¿de dónde lo has sacado-preguntó Ron. La sonrisa de Harry se ensanchó. Sin darse cuenta había utilizado el nombre que su padre usaba con Snape.
-Los Merodeadores lo llamaban así-dijo lentamente. La sonrisa de Ron se esfumó, y Hermione lo miró preocupada, como temiendo que se echara a llorar de un momento a otro-. Tranquilos, estoy bien. Pero ¡si aún no habéis abierto vuestras notas¡Vamos, quiero reírme un poco de vosotros!
Ron abrió su sobre y sacó los tres pergaminos. Respiró hondo y miró sus resultados. Harry esperó a que él terminara de leer y luego le arrancó el pergamino de la mano. Su amigo había sacado prácticamente las mismas notas que él, aunque en Encantamientos había sacado un Supera las Expectativas, en Historia de la Magia un Desastroso y en Astronomía un Supera las Expectativas.
¡Me has superado en Astronomía-exclamó, sonriendo. Pero vio que su amigo estaba con la boca abierta mirando el pergamino de Hermione-. ¿Qué pasa?
Ron le tendió las notas de Hermione, y Harry también se quedó con la boca abierta:
TIMOS…………..………………. Resultados
Transformaciones …………………….……… Extraordinario
Encantamientos …………………….………. Extraordinario
Defensa Contra las Artes Oscuras ………………………..…… Extraordinario
Pociones ……………………….……. Extraordinario
Herbología ……………….……….……. Extraordinario
Historia de la Magia …………………..……….. Extraordinario
Cuidado de Criaturas Mágicas ……………..……………… Extraordinario
Astronomía ………………….…………. Extraordinario
Runas Antiguas …………………………….. Extraordinario
Aritmancia ……………………………... Extraordinario
¡Hermione!
La chica se sentó en la cama de Harry, con la mano en el pecho y una sonrisa dilatada en el rostro.
-Vaya, Harry, este curso sí que nos va a costar aguantarla… Nos lo estará restregando continuamente.
Harry rió, pero Hermione no se movió, aún en estado de shock.
-Bueno, Hermione, con estas notas puedes hacer lo que te plazca-dijo, sonriendo-. ¿Qué piensas ser¿Sanadora-Harry sabía que para ser sanador había que sacar muy buenas notas.
-No…-respondió ella, algo aturdida-. La verdad es que aún no lo he pensado bien… Pero me gustaría entrar en el Ministerio… Tal vez pueda hacer que mejore un poco su nivel, quién sabe… ¡Pero puse una palabra mal en Runas antiguas¡Extraordinario!
¿De qué te extrañas, Hermione? Eres la mejor de todo Hogwarts, no esperarías sacar menos de eso…-dijo Ron, y Hermione se puso algo roja.
Entonces oyeron un agudo grito en la puerta contigua. Los tres salieron corriendo y entraron en la habitación de Ginny y Hermione. Ginny, también en pijama, tenía el sobre del colegio en una mano, y se miraba incrédula la otra, en la que tenía…
¡Prefecta-chilló, con una voz muy aguda-. ¡Soy prefecta-les puso en las narices la insignia, amarilla y roja, que tenía en la mano.
¡Wow, felicidades, Ginny-Hermione se acercó y le dio unas palmaditas en la espalda.
-Genial, Gin, podrás ayudarnos a Hermione y a mí.
-Felicidades, Ginny.
La señora Weasley se asomó por la puerta.
¿Qué pasa ahí¿Por qué hacéis tanto ruido?
¡Soy prefecta-exclamó Ginny al instante.
¿QUÉ?
Ginny le enseñó la insignia. La señora Weasley se quedó con la boca abierta unos segundos, y luego fue corriendo a abrazarla, derribando a Ron por el camino, que no cayó porque Hermione lo sujetó. Ella le ayudó a incorporarse delicadamente, mirándolo directamente a los ojos. Luego lo soltó, algo colorada, y se alejó del pelirrojo. Mientras tanto, la señora Weasley abrazaba a Ginny, dando saltos de pura alegría. Luego la soltó, le dio un sonoro beso y salió corriendo de la habitación, saltando y gritando ¡Es prefecta¡Es prefecta
Los chicos se quedaron mirando la puerta, con la boca abierta. Luego, todos a la vez, se echaron a reír a carcajadas, sin poder controlarse.
Harry y Ron fueron a su habitación a cambiarse (todos llevaban aún el pijama), dejando a Ginny abrillantando su insignia con la manga y a Hermione hablando como una cotorra, contándole a la pelirroja todas las ventajas de ser prefecta.
Harry terminó de vestirse y se puso a leer distraídamente la carta, esperando a Ron. Cuando éste terminó de abrocharse las zapatillas, fue hacia la puerta.
-Vamos, Harry, ya estarán todos desayunan… ¿Qué ocurre-preguntó con el ceño fruncido al ver la cara de su amigo.
Harry abrió la boca, pero la tenía completamente seca. La cerró y la volvió a abrir, intentando vocalizar, pero parecía habérsele olvidado cómo se hablaba. Ron se acercó y le quitó el pergamino de las manos.
-Señor Potter, bla bla bla, el 1 de septiembre, bla bla bla…-exploró el papel rápidamente, buscando lo que había sorprendido de ese modo a su amigo. De pronto se quedó blanco. Luego pasó a un amarillo pálido, seguido por el blanco de nuevo. Igual que Harry, abrió la boca un par de veces. Luego leyó, pronunciando despacio cada palabra-. Le informamos de que el anterior capitán le ha designado a usted portavoz del equipo de quidditch de su casa .
Harry y él se sentaron a la vez en sus respectivas camas, los dos en un grave estado de shock, incapaces de permanecer en pie. A Harry la mente se le había bloqueado. ¿Él, capitán de quidditch? Tenía que ser un error, no podía ser… ¿En qué estaría pensando Angelina cuando lo designó?
Miró a Ron, que le devolvió la mirada con los ojos como platos.
-Wow… capitán…-Harry no dijo nada. Por alguna razón, no le gustaba estar así con Ron. Aunque no le gustara pensar en ello, sabía que él lo envidiaba, y aquello no le hacía ninguna gracia. Le hubiera gustado que fuera Ron el capitán.
-Aún puedo renunciar…-dijo despacio, aun sabiendo que no iba a resultar.
¿Estás loco-exclamó Ron, saliendo inmediatamente del trance-. ¡No puedes renunciar a una oportunidad así, es lo mejor que te puede pasar!
Harry sonrió amargamente. Aquello era precisamente lo que quería: más publicidad, más atención. Le encantaba el quidditch, pero ser el líder del equipo, con toda la responsabilidad sobre él… No sabía cómo lo llevaría.
-Tranquilo, amigo-dijo Ron, sentándose a su lado y poniéndole el brazo alrededor de los hombros-. Eres el mejor. Lo harás genial, estoy seguro.
Harry sonrió. Ron no sabía cuánto significaban para él esas palabras. Ambos se levantaron y, sin parar de hablar de las tácticas que pensaban usar ese curso en quidditch, fueron a desayunar.
Harry pasó unos días muy agradables allí, con la gente de la Orden. Se notaba que todo el mundo estaba más nervioso debido a las dos pérdidas sufridas. Sturgis Podmore, que había salido hacía poco de Azcaban, estaba mucho más pálido y se sobresaltaba con cualquier ruido fuerte. La señora Weasley parecía muy estresada, y estaba más pálida y delgada que de costumbre. A Harry le extrañó mucho verla comerse las uñas muy nerviosa cuando Mundungus Fletcher, al que solía despreciar, desapareció un día entero sin dejar rastro. Se recuperó inmediatamente al descubrir que Dung había estado traficando con calderos robados, y pasó media hora gritándole casi sin respirar, parando sólo cuando su voz se quebró y no le permitió seguir insultándolo.
A pesar de todo, la gente intentaba vivir con alegría, procurando no pensar en que ahí fuera Voldemort iba reuniendo más aliados y haciéndose más fuerte cada día.
Harry estaba muy preocupado con el asunto de la profecía, porque estando allí, entre los miembros de la Orden del Fénix, se daba cuenta de que él era la única esperanza de toda aquella gente. El mundo mágico estaba, de una forma u otra, en sus manos. Sabía que si él fracasaba a la gente no le quedaría esperanza. Se había propuesto ganar, esforzarse al máximo por salvar al mundo mágico, que sufría con la idea de que Voldemort estaba suelto y recobrando fuerzas. Aun así, no le gustaba la idea de que la comunidad mágica en pleno dependía de él.
Sin que apenas se dieran cuenta, quedaban de pronto cinco días para el 1 de septiembre, y todos se preparaban para dejar la casa.
Harry, Ron y Hermione estaban desayunando en la oscura y lúgubre cocina (aunque ahora al menos estaba limpia, y la señora Weasley pensaba colocar velas y lámparas para que pudieran verse las caras), charlando sobre la limpieza. El timbre sonó, dejándolos a todos sordos por un instante, y al momento la señora Black dejó oír su voz encima del jaleo de la puerta.
Como siempre, los tres amigos se levantaron y se asomaron a la puerta, para ver quién había llegado.
-Harry, cariño¿podrías venir un momento al salón, por favor? El profesor Dumbledore quiere hablar contigo-dijo la señora Weasley, asomándose por la puerta entreabierta y asustándolos a los tres.
Harry miró con sorpresa a Ron y Hermione y luego siguió al salón a la señora Weasley, que salió y cerró la puerta, dejándolo solo con el director.
Albus Dumbledore estaba cómodamente sentado en uno de los sillones, observándolo atentamente a través de sus gafas de media luna. Con un majestuoso movimiento de su mano lo invitó a sentarse en un sillón enfrente del suyo, y Harry se sentó, algo incómodo.
-Bien, Harry, supongo que te preguntarás para qué te he llamado-el aludido asintió, mirando los ojos azules del director-. El caso es que quería hablar contigo de cierta profecía que te incumbe.
Harry apartó la mirada al instante y la fijó en sus zapatillas. De pronto la boca se le había quedado completamente seca.
-Comprendo que te sientas incómodo, pero es necesario estudiar ciertos puntos referentes a ello. No sé tú, pero yo voy a hacer lo que sea necesario para ayudarte a ganar. Llevamos demasiado tiempo sufriendo, y, quieras o no, tú eres el único medio para acabar con esto. ¿Piensas poner de tu parte o vas a hundirte en la desesperación sin intentar siquiera luchar?
Harry se quedó callado, observando sus zapatillas, meditando lo que acababa de decirle Dumbledore. No podía rendirse, pero no se creía capaz de luchar. No quería luchar. ¿Por qué me tiene que pasar esto a mí¿No podía esa maldita profecía escoger a otro
Pero sabía que quejándose no conseguiría sino asustarse aún más de lo que estaba. Sabía que nada podía librarlo de aquel destino. Sabía que de nada serviría huir o esconderse. Que lo que más sentido tenía era luchar, luchar como habían hecho su padre y Sirius. Por infinitésima vez, se prometió a sí mismo no rendirse y seguir los pasos de los dos hombres a los que más había apreciado y querido. Y, mostrando más valor del que sentía, levantó de nuevo la mirada hacia la anciana cara del director.
-Lucharé.
Dumbledore parpadeó sorprendido ante la mirada de Harry, una mirada de decisión y odio contenido. Odio hacia todos aquellos que le habían destrozado la vida, que le habían arrebatado a las personas que más quería. Ya estaba harto de quedarse quieto, iba a luchar… iba a ganar.
-Lucharé…
Dumbledore asintió despacio, como aceptando la declaración del chico. Se quedaron un momento en silencio, mirándose el uno al otro.
-Bien, entonces estamos de acuerdo en lo esencial. Ahora… tu preparación.
¿Preparación-preguntó Harry, sin comprender.
-Exacto. Para vencer al mago más tenebroso de todos los tiempos debes ir más preparado. Aunque hasta ahora la suerte ha sido tu amiga, no debemos confiarnos y dejárselo todo a ella. Quiero que trabajes duro, debes aprender a batirte en duelo, a cerrar tu mente en condiciones, a usar magia sin varita… En fin, vas a tener un curso movidito-el director sonrió levemente, sus ojos brillando como sólo ellos podían hacerlo.
-Ya sé batirme.
-Sí, pero ahora vas a aprender con profesores cualificados, conocerás más hechizos, te enseñaremos a no despistarte, a aprovechar los puntos débiles de tu contrincante… Incluso estoy pensando enseñarte a aparecerte antes de tiempo.
Harry se quedó mirándolo. Así que iba a recibir una educación especial para matar a Voldemort… Interesante. Además, eso lo ayudaría a superar las pruebas que debería hacer después de terminar Hogwarts para ser Auror… Si llegaba vivo a eso, claro. Sus labios se curvaron en una amarga sonrisa.
-Suena bien.
Dumbledore también sonrió.
-Entonces sólo queda decidir los horarios. Por ahora creo que unas dos clases por semana serán suficientes. Empezaremos más fuerte con la Oclumancia, y cuando la vayas dominando nos centraremos en la Defensa. Ya te avisaré cuando acordemos la primera sesión.
Harry asintió.
-Por cierto…-la sonrisa del director se hizo más amplia, haciéndolo parecer algo más joven-. Sólo por curiosidad¿piensas continuar con el ED este curso?
A Harry esta pregunta lo cogió por sorpresa.
-La verdad es que no lo había pensado…-dijo Harry, meditando-. Pero con estas clases adicionales y el quidditch no tendré mucho tiempo libre…
-Seguro que puedes encontrar un momento. Además, yo puedo mover algunos cables para volverlo legal, y no tendríais que andar a escondidas… Cornelius es ahora algo más sociable, y tal vez podría convencerlo…
Los dos sonrieron, y los ojos de Dumbledore mostraron el brillo que en ellos era característico.
-Bueno, Harry, creo que ya nos veremos el 1 de septiembre. Pásalo bien estos días.
-Hasta pronto, profesor.
Dumbledore le dirigió una última sonrisa y salió para entrar en la sala de reuniones, donde el resto de los miembros de la Orden lo esperaban.
¿Qué tal? Espero que estéis disfrutando de mi humilde historia. Si tenéis alguna duda, queréis charlar, mandarme howlers, pus de bubotubérculo sin diluir o cualquier cosa que se os ocurra, mi correo y msn es amandamolasarrobahotmailpuntocom(No sé por qué, el programa no me deja escribirlo bien).
Algunos agradecimientos:
jarlaxe-Bregan: Muchas gracias, ha sido mi primera crítica y significa mucho para mí. Gracias por los consejos. He cambiado el summary y, aunque es un poco tonto, supongo que está mejor. Lo de los rrs anónimos es que no me había dado cuenta de que lo había activado, pero ya lo he quitado. ¡Gracias!
Aidee: Gracias, intentaré actualizar a menudo.
Celina: Muchas gracias, me alegro de que te guste.
sanarita31:Gracias, seguiré pronto.
Amy Black: Muchas gracias. En realidad, los Dursley no tienen mucha importancia aquí. Pensé hacer que se escaparan, pero al final no lo hice, no sé por qué. Sería más trabajo, jeje.
Prongs: Gracias, lo seguiré.
surprisinglyhmtc: Gracias por el seguimiento por capítulos, jeje. Desde el principio tenía pensado hacer como tú dices, es decir, Harry se da cuenta y pasa bastante tiempo antes de que ambos lo admitan. Lo voy a hacer bastante lento porque pienso que JKR lo hará así, y quiero imitarla, porque ella es la mejor. En cuanto a lo de Sirius, créeme que a mí también me gustaría que lo hiciera JKR. Él es mi personaje favorito, y necesito saber más de él. ¡No puede matarlo, eso es asesinato¡La pienso denunciar!
