Decimotercero
Un 12 de Enero dos criaturas recién nacidas nadaban en las cristalinas y tibias aguas de la piscina en uno de los cuartos de la antigua Capsule Corp. Aunque no habían pasado los 5 minutos en que un bebe traído al mundo por parto acuático debía retirarse, Dana no pudo resistirse a ver el resultado del amor con su esposo. Tomó a la que era la niña y la acurrucó a su pecho, acompasando su corazón al de ella. Luego se la pasó al padre que permanecía fuera del agua pero muy a su lado, tomándola como una joya invaluable mientras la madre aprovechaba de asir al que sería el varón.
Pensó que se le iba a derretir el corazón al ver esos pequeños ojos abrirse y mirar los suyos. Eran dos piedras tornasol a los colores azul y turquesa; los ojos más hermosos que jamás había visto en su vida y que contrastaban con el intenso negro de su cabello. El bebé le regaló una sonrisa, lo que su padre le correspondió tiernamente por instinto y se conectaron de una vez y para siempre.
-¿Dana, cómo se llamaba tu madre?- Preguntó sin quitarle la vista de su hija.
-No querrás saberlo.- Contestó mientras mecía en su pecho al varón de la familia.
-¡Claro que quiero saberlo, vamos, ¿cómo se llamaba?-
-Ayra.-
-¿Qué, no te creo, de pronto me dio dolor de cabeza.-
Dana asintió riendo.
-Ehhh, muchachos… ¿puedo yo sugerir un nombre?- Preguntó Bulma pegada a Trunks y tomando de la manita de la recién nacida.
-Claro Bulma, dígame qué nombre le gustaría para su nieta.-
-Pues si hubiera tenido una hija me hubiera encantado haberla llamado Bra.-
El matrimonio abrió sendos ojos y el bebé se puso a llorar inexplicablemente. Trunks la miró con malicia
-¡Mama, no creas que la voy a llamar así… no sé por qué me da la impresión que ya sé por qué me pusiste Trunks…-
Todos rieron, ahora incluso la infanta. Quedaron pensativos hasta que Dana miró hacia delante y pronunció 'Hope' sin pensarlo.
-Trunks, ¿fue Hope lo que escribiste en la máquina del tiempo en la que viajaste no?
-Sí, así es, cuando tenía 17 años.-
-Dime, ¿te gustaría llamar a tu hija así?-
-¿Hope?...- Sus gestos no mentían, se concentró sin observar las aureolas del agua como si apelara a la memoria.
-Me encantaría, esa palabra tiene un enorme significado para mí.- Terminó de dirigir la mirada a su hija como si le preguntara y ella le respondiera con el suave batir de sus menudas extremidades en contento.
-De ahora en adelante te llamarás Hope, nuestra Esperanza.- Trunks la levantó en sus brazos en un simbólico acto, luego se la pasó a su abuela pidiéndole por favor que la secara y vistiera. Bulma asintió con el corazón que le iba a estallar de felicidad.
Ahora venía él, el hijo de la promesa, el descendiente que protegería la Tierra. Apenas lo cargó un poema de García Márquez se hizo realidad, elrecién nacido que aprieta con su pequeño puño por vez primera el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre.
Con ellos sería todo lo que no fue Vejita; les daría amor, tiempo, su corazón, toda su voluntad, y lo más importante; crecerían sanos del alma y del espíritu en una época de paz y radiante de futuro. Le enseñaría el verdadero espíritu de un guerrero Saiyajin, que el odio no te hace más fuerte sino el amor con que proteges a tus seres queridos. Lo alzó en sus brazos y pudo ver los mismos ojos de su hermana gemela, junto con una fuerza que no pensó sentir en un bebé que era casi tan grande cuando él apenas tenía 10 años. El bebé contestó con una suavísima patada en el mentón de Trunks.
Eres tan apasionado como tu abuelo y como yo. Estoy seguro que tu hermana será tu cable a tierra como lo es Dana para mí.
-Trunks ¿Cómo se llamaba tu padre? ¿Vejita verdad?-
El aludido asintió.
-¿Quieres llamarlo así? ¿Vejita, el orgulloso Príncipe Saiyajin que vengó la muerte de su hijo sin importar perder su propia vida?-
Trunks permaneció la mirada en su esposa y luego a ese niño heredero de su sangre. El brillo de sus ojos, su esencia, su fuerza; era todo lo mejor de su padre y lo mejor de él mismo.
-Tú te llamarás Vejita, el Príncipe de la paz que protegerá la Tierra y que no dudaría en arriesgar su propia vida para proteger a los que ama.-
El bebé pataleó más intensamente, como si entendiera el mensaje y riendo del corazón.
