Ángel Demoníaco.

Capitulo II

Por: Tiff

¿En que momento fue? ¿Qué año era exactamente?

Lo recuerdo. 1999... Un año inolvidable para mi y los de mi especie, aunque debería de haber sido recordado hasta por la misma humanidad. Un año en el que se vio en peligro el mundo de los vivos y de los muertos, por una amenaza ancestral y maligna, que había estado profetizada desde hacía miles de años.

El regreso de Caín. El señor de todos los vampiros.

No me preocupaba yo en esos momentos por una posibilidad del fin de la civilización humana; ni me preocupaba por los asuntos de sangre de inmortales. No pensaba en la eventualidad de batallas titánicas entre seres eternos, ni en la venida al mundo de la destrucción personificada, a través de la sangre de un ser que se creía inferior. No pasó por mi mente en ningún momento, la muerte y destrucción que ese acontecimiento traería a mi nuevo mundo, y como me pasearía tranquilamente entre los cadáveres mutilados de los de mi especie, después de haber sobrevivido milagrosamente de las manos ansiosas del creador principal.

Jamás me imaginé que yo vería todo eso a través de los ojos inmortales de un neonato. Jamás pensé que me enfrentaría a tanto, poco después de ser abrazado... no estaba preparado para eso...

En aquel entonces, yo vivía en un hermoso Londres de caminos y moradas antiguas, donde las orquestas, operas, teatros y pinacotecas, eran las atracciones principales de los turistas. Las personas con sus extrañas ideologías de la venida del nuevo milenio, aún desde el primer día del año anterior, empezaban a aparecer en la televisión, en las radios, en los periódicos de mayor difusión del país; con un objetivo más bien lucrativo que de fe.

Yo vivía a las orillas del majestuoso río Támesis, en una hermosa casa de acabados góticos, en donde se notaba nuestra fuerte influencia del siglo XIV. Había sido heredada a los primogénitos varones de la familia desde hacía quien sabe cuantos años, y en ese momento, me vi con la gran suerte de verme como su propietario.

Viví ahí por mucho tiempo, al lado de mi prometida.

Mi prometida... Aún puedo recordar su hermoso cabello rojizo esparcido sobre la almohada. Aún puedo ver su belleza sobrenatural a la luz de las velas. Puedo recordar su pasión, su cariño, su dulzura, su amor. Amor puro y tierno que jamás le fue correspondido.

Su nombre era Kaho Mizuki. Si, ese era. Aún me recuerdo a mi mismo susurrándoselo al oído con ternura; todavía me acuerdo de las noches interminables que pasábamos enredados en las sabanas de mi cama, fundidos en un caluroso abrazo hasta ver el amanecer en sus colores violáceos...

Recuerdo cada detalle a la perfección. Los colores de los embozos, la caída de las cortinas, el tapiz de la pared, los majestuosos colores del amanecer... pero no puedo recordar su rostro con nitidez. Siempre que veo la llegada de la mañana, su nombre aparece en mi memoria, como un dibujo adherido a los cristales de la imaginación; recuerdo su belleza extraordinaria, pero no recuerdo nada más. No sé como era su sonrisa, no sé cual era el color de sus ojos, no logro evocar el timbre melodioso de su voz... nada me queda de ella, nada en realidad.

Porque escondí todos los recuerdos en lo profundo de mi mente, cuando un remordimiento recóndito empezaba a acechar mi ser con frecuencia. Recuerdo sus sollozos desgarradores, amortiguados por la fina nieve del invierno, suplicando de rodillas que no la abandonara, y aún me hace alterar la poca conciencia que me queda. ¿Cómo iba a saber yo en ese entonces, joven y con deseos de libertad como era, lo mucho que podía lastimar una simple despedida? Yo no sufrí. Yo nunca lloré por ella. Jamás. Y sin embargo, ella terminó con sus lagrimas, mientras se iba marchitando en la oscuridad de su refugio de invierno infranqueable, sumida en su propia agonía y desesperación...

Talvez hubiera regresado con ella. Talvez hubiera terminado mis días a su lado, rodeados de recuerdos enmarcados y dulces olores primaverales. Así debería de haber terminado... sino hubiera encontrado a alguien más...

¡Como describir el sentimiento de vértigo y emoción entremezclados, al ver simplemente a una mujer! ¡Como poder olvidar esa sensación tan sublime y fantástica! Y es que si la hubieras visto como la vi yo, en esos momentos de increíble aburrimiento, hubieras experimentado lo mismo en tu cuerpo y hubieras tenido en la mente, un indescriptible deseo de posesión.

¿Quién había visto nunca criatura más hermosa y angelical? ¿Quién se atrevía a cuestionar su naturaleza sensual y provocativa?

La primera vez que puse mis ojos sobre su exquisita forma, estaba iluminada débilmente por una luz fantasmal que acentuaba una palidez extrema en sus rasgos, y confundía sus negros cabellos entre la oscuridad de su alrededor. Con largos dedos sostenía una delicada copa de vino tinto que pasaba una y otra vez por sus labios, aspirando con deleite el delicado aroma, pero sin paladear su distinguido sabor en ninguna ocasión.

Así fue la primera vez que la vi. Así fue como empezó a arder mi profundo deseo humano. Así fue como por primera vez, en mi mente, engañaba a mi prometida con aquella mujer.

¡Que descaro tenía al imaginar situaciones en la alcoba con una mujer desconocida, mientras tenía a la persona que me amaba a mi lado, sosteniéndome la mano con ternura! En ese momento no sentí ningún remordimiento. ¿Quién lo sentiría al llevar una vida tan monótona y simple? Ahora sé que no puedes culpar a un ser humano por su sed de aventura, no puedes juzgar algo que has vivido en carne propia.

Desde ese momento y en adelante, no pude vivir tranquilo. Cada noche, sin excepción, inventaba una excusa nueva, con el fin de escaparme unos momentos de casa para ir a aquel recóndito lugar, con el único objetivo en la mente de volver a verla. No hablarle, ni siquiera rozar su mano en un descuido voluntario al sentarme a su lado en la barra, no... simplemente admirar su escultural perfil, rodeada de esa hermosa aura de misterio que la envolvía.

Se había convertido en una obsesión. No puedo llamarlo de otra manera. Obsesión por una mujer de la que ni siquiera conocía el nombre, ni el pasado... una que para mi era nada más un simple entretenimiento que aliviaba en un instante, los sufrimientos de toda una vida.

Sentía ese calor tan característico en mi interior todas las noches, hasta que ella se marchaba. Una vez por semana con una persona diferente. Un hombre, a veces una mujer... simplemente con su mirada los seducía, y ellos, anonadados por su belleza y erotismo, aceptaban sin titubeos.

¡No saben como deseaba ser yo aquel afortunado que la acompañara en su vigilia nocturna! ¡No hubiera faltado ni una palabra para que hubiera caído rendido a sus pies, siguiéndola a donde le dictaran los sentidos! Pero al terminar la velada, cuando ella salía del lugar con una persona detrás que no era yo, podía sentir el ansia de salir corriendo tras ella para exterminar a aquel que se había atrevido a robarme tan vulgarmente un lugar que por derecho me pertenecía...

Pero nunca tuve el valor. Siempre que se marchaba sin una palabra, sin siquiera una mirada, me quedaba sentado en mi lugar, guardando una cólera secreta, para después vaciar el vaso que tenía enfrente, largándome con una expectativa infundada de: 'La semana que viene será.'

¿Cuántas noches fueron pasando? ¿Cuántas veces había acudido a su encuentro a la misma hora, día tras día sin que ella misma lo notara? Ahora no lo recuerdo. Hay cosas que simplemente desaparecen de la memoria para dar paso a algo nuevo cada vez... supongo que no le concedí a ese dato demasiada importancia. Sin embargo sí logro recordar, que fue en una noche sin luna en la que por fin mi deseo, obsesión, y talvez un cariño infundado hacia aquella desconocida, me hicieron tomar el primer paso.

Si no me atrevía a acercarme a ella, al menos averiguaría lo que pudiera de su vida.

Me senté como muchas otras veces en la barra sin voltear en su dirección. Un hombre viejo, de alegres ojos azules y sonrisa desfigurada, se me acerco como siempre ofreciéndome algo para tomar. Pero yo no estaba ahí para vaciar las copas que me ponía enfrente como acostumbraba, sino para conocer los secretos de aquella persona que ocupaba mis pensamientos cada vez más constantemente.

-¿Quién es ella?- recuerdo que pregunté sin titubeos, haciendo una discreta seña en su dirección. –La he visto aquí todas las noches.-

El anciano volteó a verla reservadamente, y al regresar sus ojos a mi, note que su semblante se había transfigurado de la alegría a la incertidumbre.

-Nadie sabe su nombre en este lugar, y creo que nadie nunca se a preocupado por intentar descifrarlo. Ha venido a este sitio desde hace cinco años, sentándose en el mismo lugar, tomando la misma bebida, y llevándose a alguien diferente cada semana.-

-¿Cinco años y nadie conoce su nombre?- pregunté incrédulamente, recibiendo una mirada extraña por parte del viejo.

-Nadie que se ha ido con ella a regresado jamás. O no les he vuelto a ver.-

Recuerdo que un escalofrío recorrió mi espalda, mientras mi mirada vagaba involuntariamente hasta posarse en el perfil de la mujer.

-¿Cómo?-

-Si, la han investigado muchas veces, pero nunca han encontrado nada, y por ello se han rendido . Siempre escoge a personas solitarias que nada tienen que perder. Sin futuro, sin familia, aburridos de la vida, y jamás se les vuelve a ver.-

Esa sentencia me acarreó muchos pensamientos en un instante. ¿Sería un ángel aquella mujer, ó un demonio acechando su próxima presa?

¿Qué hubieras hecho tú, amigo mío, al conocer la terrible realidad de su pasado? Estoy seguro de que te hubieras alejado al instante arrepentido por haber caído en las redes de tan baja criatura, para marcharte, regresar a casa a saciar tus instintos, y no volver jamás.

Eso hubiera hecho yo. Si hubiera estado en mis cinco sentidos, me habría esfumado de ese lugar, volviendo con la cola entre las patas con mi prometida para olvidar.

Perdona y olvida. Sabio consejo que me proporcionaron, pero que nunca aprendí a practicar.

Por ello me quede ahí. Sentado como estaba en la barra, observando la copa inalterada que me habían servido. Pensando... solamente pensando.

Y hubiera permanecido en ese estado hasta que los ojos se me cerraran, a no ser por una extraña sensación que vaciló en mi nuca.

¿Nunca has sentido como se te erizan los vellos del brazo, cuando una corriente de aire helado sin procedencia alguna, te pega de lleno en la espalda? Yo sentí eso aquella noche. Y sin saber porque, mi mirada vago hacía la mujer que tanto deseaba como por arte de magia.

Y entonces la vi. Ahí estaba ella en toda su gloria. Pero no admirando al espacio vacío que se ceñía frente a sus ojos cada noche... sino dirigiéndose esta vez hacia mi.

No podría decir con exactitud la sensación que sus ojos produjeron en mi al mirarme tan fijamente. Una revolución en el estómago, y a la vez una sensación caliente que viajo sin inhibiciones desde el pecho hasta el pantalón. Sus ojos en mi causaron una alegría y regocijo como nunca antes, pero también cierto remordimiento y angustia que no tenían cimientos. Su historia y la mujer que me esperaba en casa, me hicieron apartar la mirada un momento.

Instante que basto para querer admirarla una vez más.

Y esta vez decidido, mientras ella sonreía maliciosamente al ver mi rostro de convencimiento autónomo, me acerque sin vacilación.

Y fue esa decisión la que cambio mi vida de ese momento en adelante...

Continuara...

Hola! Pues la verdad no pensé que esta historia tuviera esta clase de aceptación, pero veo que aparte de Gambler y yo, hay muchas otras personas interesadas en seres tan fascinantes como los vampiros. Aquí ya saben que encontrarán la historia verdadera (bueno, considerando su realidad) sobre estos entes. Ahora que también los invito a buscar información, y corregirme en algunos aspectos, si es posible. Toda la ayuda que sea proporcionada será agradecida totalmente. Muchas gracias a todas las personas que dejaron algún comentario, y que se tomaron un momento en leer esta historia, estoy segura que no los descepcionara. Sobre todo ahora que se acerca la llegada de Shaoran... jejeje un vampirillo por demás sexy dejenme contarles. Espero que sigan leyendo este fic, y que les siga agradando, y ya saben que cualquier otro comentario, será muy agradecido!!

Por cierto, gracias también por el apoyo a mi otra historia, no seguiría con esta sino tuviera la otra terminada. Después de un capítulo de ella, viene uno de esta.

Tiff.

Clan Trémere.

"Inmortales, mortales, inmortales. Nuestra vida es la muerte de los primeros y su vida es nuestra muerte."

Heráclito