Tengo reviews!!! No me lo creo!!!!
Bueno, este capítulo va dedicado a GaBrIeLa , Karmein Metallium Ul Copt y Aislinn por ser tan geniales de dejarme mis primeros reviews. Espero no haceros esperar mucho con el siguiente capítulo. Tengo un poco más escrito pero hay una escena que se me resiste ligeramente y no me termina de gustar cómo queda. Espero que os guste.
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VACACIONES DE NAVIDAD

Cap 3.
En cuanto Skye se alejó con Ginny Weasley Pansy ocupó su sito en la mesa.
- ¿Qué quiere esa de Hidden?
- Ni idea - contestó Draco siguiéndolas con los ojos. Tampoco le importaba saberlo aunque no iba a decirlo. Eso le daba la excusa perfecta para mirar detenidamente a la pelirroja. Ya sabía que la Weasley era bonita, pero últimamente (gracias al cambio hormonal) estaba adquiriendo unas formas nada desdeñables. Sí, no estaba nada mal. Tal vez valiera la pena el esfuerzo de conquistarla. Draco se sonrió. Tenía una caza por delante.
Pansy le miró y suspiró cansada. Ahí estaba esa mirada de nuevo en sus ojos grises, esa mirada de depredador. Y ahora la dirigía hacia la Weasley. Podía ver el cálculo reflejado en sus pupilas, las ideas cruzando raudas detrás de sus iris, especulando, rechazando, trazando un plan para hacer que esa pelirroja estuviera en su cama antes de la medianoche. Estaba demasiado concentrado en sus futuras manipulaciones para prestarle atención a ella, que se había acercado con el único fin de entablar conversación con él, intentado recuperar algo de lo que habían tenido.
No se trataba ya de su relación, hacía mucho tiempo que se había dado cuenta que él no estaba por la labor, había terminado definitivamente y sin posibilidad de vuelta. Lo que Pansy aún buscaba era su amistad. Antes la habían tenido, y una muy buena. Habían compartido mucho y Pansy se había convertido en su mejor confidente así como Draco en el suyo. Ahora él se refugiaba en Skye y Blaise para consultar sus problemas y eso dolía. Sí, dolía ser sustituida, sobre todo porque ella no había encontado reemplazo para lo que había sido Draco en su vida. Temía no encontrarlo nunca.
Había que reconocer que Blaise siempre había estado en la misma posición y Pansy siempre se había sentido celosa por eso. Después de todo compartían cuarto, Blaise estaba con Draco cuando ella no podía estar y todo el mundo sabía que más de una vez habían amanecido en la misma cama.
Sí, estaba celosa de Blaise Zabini. El había sobrevivido cuando ella pensó que no lo haría. Pansy siempre creyó que de los amigos de Draco él sería el primero en alejarse y fue una gran decepción cuando no resultó ser así, cuando la alejada fue ella y además llevada por su propia estupidez. Tal vez Draco nunca le perdonase el asunto con Hidden, le había afectado mucho su supuesta "traición". Eso también dolía y no tenía manera de evitarlo.
Después de seis años compartiendo vivienda, clases, casa y desprecios Pansy aún no había aprendido a resistirse al "encanto Malfoy". Draco era como una llama en Slytherin, resplandecía sobre todos los demás y el resto de alumnos no podía evitar ser como polillas atraídos por su luz. Pansy sabía que no era culpa de él. Sabía su árbol genealógico casi de memoria y podía decir que le venía de familia. El problema vino cuando Draco se dio cuenta de su innegable poder de seducción. Y no sólo las chicas se veían afectadas por su "encanto". Revisando su lista de conquistas se podía decir que Malfoy no discriminaba por sexo, casa, posición o sangre cuando de relaciones se trataba.
A Pansy no le gustaba estar presente cuando Draco desplegaba sus poderes de conquista, lo que hacía muy amenudo. Verle con otras personas era mucho para ella. Se decía que todo sería más fácil si pudiese olvidarlo. Ojalá pudiera hacerlo. Ojalá esos ojos grises no hicieran que los suyos brillasen de contento. Ojalá no deseara enredar los dedos en el cabello platino perfectamente cepillado. Ojalá su aroma oscuro no le produjera vértigo. Ojalá no soñara con el roce de sus manos ni la suavidad de su piel. Ojalá no amase esa sonrisa cínica que adornaba sus labios con frecuencia. Ojalá fuera más fácil olvidarle. Dolía tanto echarle de menos....
A Draco le agradó la noticia de que estaban invitados a la fiesta. A decir verdad, le agradó demasiado. Skye, que le conocía mejor de lo que él hubiera querido, le miró con sosprecha y siguió el rumbo de sus pensamientos.
- No te atrevas a acercarte a ella, Malfoy - le dijo. Draco sonrió con inocencia.
- No sé de qué me hablas, Hidden.
- No te acerques a Ginny Weasley - avisó, mirándole con severidad -. Es mi amiga y si le haces algo juro que untaré todos tus calzoncillos en pus de bubotubérculo sin diluir.
Draco y Blaise hicieron una mueca de asco y contuvieron un escalofrío ante la amenaza.
Skye estaba tan nerviosa por su primera "actuación en público" que Draco tuvo que recordarle algunos de los mantras de Slytherin ("Soy mejor que vosotros y me odiais por eso" y "sólo dicen la verdad cuando te halagan") cuando la encontró vomitando en el baño, por si el resto de las casas eran tan desagradables con ella como lo eran las serpientes con los demás. Pansy, en un arranque de amabilidad, le preparó una taza de su "ponche especial" para que se tranquilizara y le subiera los ánimos. Draco ya había probado anteriormente ese ponche y estaba muy seguro de no querer saber qué contenía, pero funcionaba a las mil maravillas pues Skye se relajó tanto que el camino hasta Griffindor lo hizo guiada por Blaise Zabini y Pearl Knight (5º curso) porque no parecía poder coordinar muy bien.
El resto de Slys: Blanche y Rose Knight de 7º y 6º curso, Ethan Crow también de 7º, Stan Adams y Florence Williams de 4ª y Pansy y Draco esperaron un poco más para salir hacia la torre. El plan era llegar cuando los ánimos ya estubieran caldeados para evitar encontronazos que no provocasen ellos. Blaise se había ofrecido a llevar a Skye porque Ernie estaría allí y Draco sosprechaba que Pearl le había acompañado para sopesar sus posibilidades durante el camino. Pobre Pearl, lo llevaba claro. Draco conocía lo suficiente a Blaise para dudar que lo que se traía con el Hufflepuf fuera una simple aventura pasajera.
A decir verdad parecía que todas las hermanas Knight tenían tendencia a encapricharse con la persona equivocada. Rose, por ejemplo, parecía muy interesada en Justin Finch-Fletchley, pero éste la ignoraba a favor de otras faldas. Blanche, más mayor, había sido la que había andado detrás de Draco por bastante tiempo, y aún ahora que él le había dejado claro que no quería nada más con ella la chica parecía no olvidarse de él. "Esque soy irresistible" solía decir con una sonrisa de superioridad cuando ella intentaba llevárselo de nuevo a la cama.
Pero por muy atractiva que le pareciese la propuesta de Blanche (y le parecía muy, muy atractiva) Malfoy tenía su corazoncito (aunque no era cosa de ir predicando por ahí y que todo el mundo lo tomase por un blando) y pasaba de la rubia porque sabía que Ethan Crow estaba colgado por ella.
Crow le parecía un tipo legal, en el buen sentido de la palabra, no en el que se aplicaría a Potter. Era a una de las pocas personas a las que Draco aún respetaba después de saberle enamorado. El amor era cosa de débiles pero Crow parecía llevarlo bastante bien, es decir, no babeaba sobre sus libros cada vez que Blanche pasaba por delante. Eran ese tipo de cosas las que podían llegar a revolver el estómago delicado de Draco Malfoy.
Y por una de esas cosas, por cierto, era por la que se había alejado de Pansy Parkinson. Aunque tenía que reconocer que la chica había ganado puntos después de haber sido amable con Skye. Y había sido una preocupación genuina la de Pansy, no forzada para quedar bien frente a él. El que era el rey de la farsa sabía reconocer una actuación cuando la veía y Parkinson no era tan buena actriz para engañarle en cuanto a eso.
Violet, la mayor de las hermanas Knight había salido el año anterior de Hogwarts. Esta se había enamorado sin remedio de Marcus Flint, el antiguo guardián y capitán del equipo de quidditch de la casa. También era tener mal gusto, por cierto, porque Flint no era ni guapo, ni listo ni demasiado despierto para darse cuenta de que Violet, que era totalmente lo contrario, le seguía a todas partes. Es más, hasta la trataba con desprecio cuando tenía la oportunidad, con lo que Draco hubiera dado por poder estar con ella. Pero claro, Violet no tenía ojos para nadie más y no captó ninguna de sus insinuaciones. A Draco no le gustó nada verse ignorado de esa forma, y además le daba un poco de rabia que Violet fuera la única de las hermanas Knigth que no hubera caido seducida por su encanto.
Cuando Flint se fue la chica quedó desconsolada porque aún le quedaba un año en Hogwarts sin la presencia del guardián. Puesto que, por cierto, Draco ganó para su alivio. Ser buscador era bastante aburrido en comparación con defender los aros, y se le daba infinitamente mejor esto último. El puesto de buscador lo ocupó Stan Adams, un chaval callado y tranquilo, con unos ojos negros que envidiaría Snape y una sonrisa capaz de rivalizar con la más cruel de Draco. Le caía bien aquel crío. Además, era un hacha en pociones, al igual que él, así que entre eso, quidditch y Draco sospechaba que Skye tenían bastantes cosas en común.
Flo Williams, por el contrario, no le gustaba nada. No parecía digna de Slytherin, sino de Hufflepuf, y eso lo alteraba bastante. No es que la chiquilla hubiera echo nada malo, al contrario, era demasiado respetuosa con las normas y parecía carecer por completo de personalidad. Además su charla era completamente banal. No, no le gustaba Florence. No parecía encajar allí.
Después de su repaso por la sala, Draco se dio cuenta de que casi todos habían elegido ir de negro, menos Pansy que, al igual que Skye, había escogido un bonito vestido verde Sly que le sentaba perfectamente. Combinaba muy bien con sus rizos rubios y sus ojos celestes y Draco, al mirarla, sintió que su enojo hacia ella disminuía un poco. Parecía triste, sentada en el sillón hablando con su amiga Rose. Se acercó a ellas y miró fijamente a Rose durante uno o dos segundos. Esta, entendiendo, se fue al otro extremo de la habitación. Se dejó caer pesadamente al lado de la rubia.
- ¿Qué pasa Pansy? - preguntó como si tal cosa. La chica lo miró sorprendida y después negó con la cabeza un poco triste, mirando al fuego para ocultar que los ojos se le habían llenado de lágrimas. Suspiró cansado. - Dejalo, ¿quieres? - dijo con frialdad. Odiaba cuando se ponía así. Ella respiró hondo y se volvió de nuevo hacia él. Sus ojos brillaban, pero no parecía haber amenaza de lágrimas.
- Echo de menos ser tu amiga - dijo con sencillez. A Malfoy se le encogió el corazón, aunque lo negaría siempre. Todo el rencor que aún podía quedarle se fundió al oir esas palabras.
- Yo también te echo de menos - confesó para su sorpresa. Claro que la había echado de menos, a pesar de lo celosa, pesada y paranoica que podía ser a veces y de que parecía pasar olímpicamente de sus cambios de humor y sus indirectas, a pesar de que muchas veces le sacaba de quicio, la extrañaba mucho. Extrañaba sus opiniones disparatadas, sus pataletas inoportunas y hasta sus cuidados maternales. Extrañaba cuando se reunían en su habitación Crabbe, Goyle, Zabini, Pansy y él a beber wiSkye y contar historias de terror frente a unos de sus fuegos portátiles. Demonios, hasta extrañaba a los mismos Crabbe y Goyle. Cuando se dio cuenta de que la había dejado muda con su confesión declaró:
- Supongo que estoy sentimental por estas fiestas - sonrió burlonamente, riéndose de sí mismo. Nadie, nunca, hubiera esperado de él algo como lo que acababa de decir.
Pansy le dedicó una bonita sonrisa y preguntó con timidez:
- ¿Y no podríamos volver a ser amigos?
Draco asintió, sino ¿para qué le habría dicho todo eso?
- Pero no vuelvas a hacerme lo del año pasado, ¿entendido? - le avisó. Ella asintió - Procura que se te pasen esos celos.
- Estoy trabajando en ello - constestó Pansy. Draco sintió algo cálido dentro de él. Ahora que había logrado disipar su irritación constante por ella se daba cuenta de que había estado incómodo con esa situación. Era antinatural no tenerla de su lado. Se inclinó hacia delante y posó sus labios sobre los de ella un momento, apenas rozándolos. Al separarse ella suspiró y su sonrisa fue la más cálida del día. Sí, ahora todo estaba bien. Todo volvía a ser como antes.
Rose vino corriendo desde el otro lado de la habitación después de haber visto la escena.
- ¿Qué? ¿Os reconciliasteis? -preguntó emocionada. Cuando ambos asintieron se tiró encima de ellos, intentando hacerse sitio con el culo entre los dos para sentarse entre ambos ignorando sus protestas (e insultos). - Bueno chicos - dijo pasando los brazos por sus hombros, las piernas por encima de las de ellos, espatarrada - , esto habrá que celebrarlo con una buena borrachera.
Por sugerencia de Rose, empezaron con la fiesta mucho antes de salir de las mazmorras de su casa. Para cuando salieron de su sector ya iban bastante alegres y estaban muy lejos de preocuparse por Filch que, de todas maneras, no asomó la nariz. Draco, junto a Pansy, iba detrás de todos riéndose de las tonterías que hacían por los pasillos. Crow embrujaba todas las armaduras a su paso para que bailasen la tarantella mientras Blanche le tiraba de la manga riéndose como una histérica. Stan había cogido a Rose por la cintura y bailaba con ella en círculos cantando a pleno pulmón y con el peligro de chocarse con las paredes. Florence, que no había tomado nada, los miraba con reproche y desembrujaba las armaduras en cuanto Crow se alejaba lo suficiente. Draco la miró frunciendo el ceño y se dio cuenta de una cosa.
- Pansy, ¿te has fijado que Williams va vestida de azul?
La rubia, colgada de su brazo, se fijó en Florence de mala gana. No le caía bien esa cría y además era más divertido ver cómo Blanche dejaba una estela de burbujas púrpura con su varita en alto mientras corría a saltos pasillo adelante.
- Huy, si. Azul, que estúpida, ¿no se da cuenta que es Slytherin? - bufó despectivamente. Miró a Draco. Claro, a él tampoco le gustaba eso. Un Sly era fiel a sus colores por encima de todo: verde, plata y negro. ¿Cómo se le ocurría ir de azul en un encuentro de casas?
- No me gusta - dijo Draco arrastrando las palabras. Es decir, arrastrándolas más de lo normal, faltaba una copa más para que dejase de pronunciar correctamente.
- ¿Crees que es una espía? - cuchicheó Pansy con tono conspirador, medio riéndose. Draco se rió también.
- ¿Serviría para eso?
- Bueno, puede que sea espía de Ravenclaw, después de todo lleva sus colores - razonó Pansy.
- Nooo, es una Hufflepuff, es demasiado estúpida para ser una Ravenclaw. - dijo Draco sin dejar de mirar a la chica. De pronto tiró del brazo de Pansy - Venga, vamos a preguntárselo.
Pansy soltó una carcajada pero no opuso resistencia. Se cercaron a Flo y Draco dijo con mucho tacto:
- Oye, espía Hufflepuff, ¿qué información esperas sacar de nosotros?
Flo lo miró como si estuviera loco.
- No somos mortífagos, ¿sabes? - continuó Draco. Stan y Rose habían dejado de bailar y se acercaban a ellos muertos de curiosidad.
- ¿Eres una Hufflepuff? - preguntó Stan para nada sorprendido - Yo ya lo sospechaba - le confió a Rose sin esperar respuesta de la pobre Florence. Rose asintió gravemente.
- Va de azul - dijo, como si eso lo confirmara todo. Blanche se acercó trotando por el pasillo.
- ¿Qué hacéis todos aquí? - preguntó en un tono demasiado chillón. Dio saltos alrededor del grupito cerrándolos en un círculo de burbujas púrpura.
- ¡Es una espía! - dijo Pansy, que tenía que apoyarse en Draco para no caerse de la risa. Le lloraban los ojos y se doblaba sobre su estómago.
Draco apuntó con un dedo acusadoramente a la chica de azul.
- Túuuu... - dijo, pero olvidó el resto de la frase, así que se limitó a apuntarla con el dedo mirándola con reproche.
- ¡Creo que me estoy meando! - dijo Pansy entre risas. Los demás estallaron en carcajadas, pero Florence los miraba desconcertada sin hacer nada más que dar vueltas a su varita entre sus dedos.
- Oyes, ¿dónde esta Crow? - preguntó Stan de repente. Todos miraron alrededor y después a Blanche, que era la que iba con él.
- ¿Tengo que saberlo? ¡No soy su niñena!
- Porque no quieres - apuntó Rose, a lo que todos volvieron a reir y Pansy volvió a reclamar su urgencia por un servicio. Blanche no pareció entender lo que decía su hermana y se dedicó a conjurar estrellitas de latón para ponérselas en el pelo a los demás.
- Vamos a buscarlo - dijo Stan, intentando quitarse la estrellita que Blanche le enganchaba en el flequillo.
- ¿Y qué hacemos con la espía? -preguntó Draco mirando a Florence, que se echó a temblar sin ocurrírsele defenderse de la acusación. Después de todo, estaba hablando con un atajo de borrachos que no parecían tenerle mucho afecto.
- ¡La encerramos en una armadura! - dijo Rose con entusiasmo dándole toquecitos con la varita en la cabeza a la acusada.
- ¡No!, Mejor... - empezó a decir Draco, pero en ese momento Pansy se soltó de su brazo y salió disparada a buscar un cuarto de baño sin parar de reir y se olvidó otra vez de lo que estaba diciendo. Eso salvó a Flo de su castigo. Eso y que el Barón sanguinario salió de la pared de al lado y anunció que Crow había hundido el pié en un escalón falso y se había quedado atrapado, y que debía tener algún problema con su varita poque no hacía más que conjurar flores para Blanche.
- Lleva media escalera llena de flores escarlata - concluyó el fantasma, y desapareció por donde había venido seguramente para vigilar a Crow hasta que los demás llegasen hasta él.