Hola a todo el mundo!!! Me alegra ver la acogida que ha tenido el capítulo 3, espero que este os guste (y que no me matéis mucho)
Isis, puedes rayarme todo lo que quieras, ya que soportas todos mis desvaríos tienes todo el derecho a hacerme llegar los tuyos. Eso va por todos.
DarkHermG, si en capítulos anteriores te has liado un poco con el interés que Draco demuestra hacia Ginny ahí va la explicación: Draco es un libertino y le gustan todas/os. Y si antes te habías confundido creo que en este capítulo lo harás un poquito más (solo un poquito). Me alegra que te guste Skye, auqneu no es un personaje muy pensado (ninguno de los originales lo es la verdad, vas apareciendo por rayadas que tiene una)
Aislinn, creo que te refieres a Pansy, ¿verdad? Porque aún no he empezado a explotar mucho a Blaise en estos capítulos (aún me tengo que meter en su cabeza), pero todo se andará...
marine de malfoyl, ¿quién te dijo que iba a haber una "parte D/Hr"? No te digo más, mejor que leas el capítulo, jejeje.
GaBrIeLa, aquí tienes la fiesta. Me alegro que Pansy te caiga bien, a mí es un personaje que me gustaría que se tratara un poquito más en los libros (bueno, todo Slytherin en realidad)
Gracias a todas por vuestros Reviews, espero que los próximos caps estén a la altura de lo que esperáis (ahora es cuando me pongo nerviosa por las expectativas que tenéis sobre la fiesta, AGGG) Podéis mandarme sugerencias, amenazas, adoraciones, etc, etc.
Por cierto, qué raro me resulta que nadie me haya preguntado por Florence ni por el motivo por el que Skye esté triste... Bueno, bueno, mejor así...
Todo es de Rowling, menos Skye Hidden, las hermanas Knigtht (Violet, Blanche, Rose, Pearl), Ethan Crow, Stan Adams, Florence Williams y Alex Learner que son míos (por lo tanto la culpa de que sus personalidades sean tan extrañas es sólo mía)
VACACIONES DE NAVIDAD
Cap. 4
Para cuando encontraron a Crow había una reunión de fantasmas escandalizados en torno a él centrados en un debate sobre la prohibición del alcohol en Hogwarts y Peeves llamaba a Filch a pleno pulmón.
Blanche puso un hechizo silenciador a la habitación y miró las flores que rebosaban de la escalera.
- ¡Mi color preferido! – dijo cogiendo una, se acercó hasta Crow, que estaba dormido sobre el escalón siguiente y le besó con muy poca ternura.
- Seguro que no vuelve a hacer eso en la vida – dijo su hermana con algo de lucidez mental – Pobre Crow, su única oportunidad de liarse con ella y él inconsciente.
- Sí, cuando se entere se cabreará bastante – dijo Stan con algo de pena, pero antes de que pudiera añadir algo más Draco levantó la mano.
- ¡Me pido decírselo!
Flo los miró severamente pero ellos la ignoraron olimpicamente. No se hablaban con espías.
Ayudaron a Crow a sacar el pié del escalón y trataron de hacer desaparecer las flores. Con el lío que habían armado entre todos (Peeves incluído, que seguía llamando a Filch a gritos sin darse cuenta del hechizo del Blanche) lo mejor sería desaparecer de allí cuanto antes, así que subieron por la escalera con bastante prisa y enfilaron por el primer pasillo que encontaron.
- ¿Y ahora dónde estamos? – preguntó Draco, sin reconocer el lugar - ¿Alguien sabe por dónde queda Gryffindor?
Todos negaron con la cabeza.
- Espera, Pansy sabe dónde está – dijo Rose de repente. Todos buscaron a Pansy con la mirada pero no parecía estar con ellos.
- Ups, la hemos perdido – dijo Draco. El y Stan decidieron volver a bajar para buscarla. A mitad de camino la encontraron, llamándolos a gritos y lloró como una desesperada al encontrarlos, abrazada al cuello de Stan.
Se reunieron con los demás (después de vagar perdidos durante diez minutos) y Pansy anunció que estaban cerca de la casa de Hufflepuff.
- Ah, tú nos has traído hasta aquí, ¿verdad espía? – dijo Draco apuntando con su varita a Florence. Esta sólo suspiró y le dio la espalda. Draco volvió a guardar su varita satisfecho asumiendo que la había acojonado.
Poco antes de llegar a la torre de Gryffindor oyeron gritos. Crow, despertándose repentinamente se separó de Rose y Blanche que lo habían estado sujetando y salió en pos de los gritos con la varita en la mano. Los demás lo siguieron cantando la Cabalgata de las Valkirias de Wagner. Al llegar junto a Crow, que alzaba en vilo a alguien agarrándolo por la pechera de la túnica, vieron a una chica sentada en el suelo con cara de asombrada. Draco se acercó a ella y, en un arranque de generosidad (debido o al alcohol o a las navidades, pero no a su personalidad normal) le tendió una mano para ayudarla a levantarse. Cuando estuvo de pié, apoyándose en él para no caerse de bruces, Draco se dio cuenta de que se trataba de Hermione Granger.
- ¡Granger! ¿Qué haces aquí?
- Quiero cerveza de mantequilla – dijo ella por toda respuesta. Tenía la mirada un poco perdida y se rascaba un brazo con insistencia. Malfoy la miró detenidamente. No sabía qué demonios llevaba puesto la chica, pero no le tapaba ni las rodillas, ni los brazos ni buena parte del escote. Mmmm, no estaba mal.
- No quieres más cerveza, ya has tomado bastante – dijo el chico que la acompañaba. En cuanto Rose lo reconocío ordenó a Crow dejarlo en el suelo.
- Quiero cerveza – gimoteó ella haciendo pucheros. A Draco le gustó tanto ese gesto que se echó a reir. - ¿Y tú de qué te ries? – dijo ella mirándole con seriedad. Después pareció fijarse en quién era y se alejó un paso de él. Volvió a mirar a su acompañante, que resultó ser Justin Finch-Fletchley.
- No, ya has tenido bastante – dijo Justin con un tono más firme y la cogió de la muñeca. Hermione se zafó del contacto con una mueca de desagrado.
- No voy a ir contigo – dijo. A Justin no pareció gustarle esta declaración y volvió a cogerla de la muñeca. Cuando ella se resistió la cogió también de la otra. Los Slytherin miraban la escena sin tener ni idea de lo que pasaba aunque a Rose no parecía gustarle nada.
- Vamos, si vienes te daré cerveza – dijo el hufflepuff para convercerla. Empezó a tirar de ella pero Hermione se cayó al suelo y se negó a levantarse. Justin empezó a arrastrarla por el suelo sin tener consideración a que ella barría el piso con el trasero. A Crow y Rose no les gustó la escena y decidieron intervenir haciendo que Justin la soltara. En cuanto estubo libre Hermione se puso en pié y se alejó de Justin yendo a refugiarse tras la espalda de Draco.
- ¡No pienso acostarme contigo! – gritó mientras se tambaleaba. Se agarró a los hombros de Draco para sostenerse y dijo, inesperadamente: - Malfoy, que bien hueles.
El se rió por lo bajo.
- Vamos, Justin, que no quiere acostarse contigo ni borracha. – se rió de sus propias palabras así como el resto de los Slys menos Flo, que no tenía sentido del humor, y Rose, que estaba colgada por Justin y no le hacía gracia que se acostara con otra.
- Tú no te metas, Malfoy – dijo el Hufflepuff con rabia. Aunque Draco no tenía todas sus capadidades deductivas en funcionamiento se daba cuenta de que Justin no había bebido tanto como Granger. De echo, no parecía haber bebido en absoluto. Y pensaba aprovecharse de la chica en ese estado... ¿Por qué no se le había ocurrido a él nunca? Bueno, si encontraba a Ginny Weasley en condiciones parecidas esa noche... Volvió aperder el hilo de sus pensamientos cuando distingió música a lo lejos. Un violín.
- ¡Hidden! – gritó contento al reconocer el instrumento. Se volvió hacia Hermione, que había estado olfateándole el cuello. - ¿Gryffindor está lejos?
Ella negó con la cabeza.
- No, está aquí al lado, tenemos bebida, comida y los ojos más increíbles que haya visto nunca. Son grises. – dijo muy segura. Draco tardó un rato en comprender su frase. Al parecer había incluído un cumplido hacia sus ojos, que miraba muy fijamente mientras se mordía el labio inferior.
- Ah – fue todo lo que se le ocurrió decir. Por lo visto fue bastante, porque ella sonrió y le tomó de la mano.
- Vamos a beber cerveza – le dijo mientra tiraba de él hacia Gryffindor. Draco se olvidó de los demás mientras seguía a la chica.
Draco se indignó un poco cuando descubrió que la contraseña para dar al estúpido retrato que custodiaba la torre era "Gryffindor es la mejor casa del mundo y las demás no nos llegan ni a la suela de los zapatos". Al parecer alguien se había entusiasmado con el mensaje. El Sly siempre había creído que debía limitarse a dos palabras. De todas maneras se olvidó de la fantasiosa clave (evidentemente la mejor casa era Slytherin) cuando el cuadro se abrió dejando ver la sala común de sus enemigos.
El ambiente dentro de la torre estaba más que caldeado. Parecía que todo el mundo estaba borracho, hasta la porbre Skye que tocaba frenéticamente sobre un escenario improvisado que no eran más que unas cuantas mesas juntas. Se acercó a ella de inmediato. Skye dejó de tocar y se tiró a sus brazos desde la tarima.
- ¡Malfoy! ¿Sabes qué podrías hacer por mí? Podrías embrujar algo para que toque musica porque yo estoy muerta de cansancio.
- Ya veo que te alegras de verme por mí y no por mis habilidades – replicó él molesto, pero dejó a Skye en el suelo y le dijo – Que nadie me vea hacer esto.
La chica entendió la orden y se dirigió directamente a Ginny Weasley para pegarle un puñetazo en el ojo. En el caos de la pelea que se formó a continuación (en el que el violín se Skye pudo haber salido mal parado de no ser por Pansy que se lo quitó de las manos a tiempo) nadie prestó atención a Draco y éste sacó su varita y encantó lo primero que vió (que resultó ser un candelabro de tres brazos) para que funcionase como una radio mágica, captando la emisora "Los Cuarenta Magistrales". La música llenó la habitación con timidez hasta que Draco lo reguló y aprovechó para encantar la torre con un hechizo de silencio para que el barullo no fuera tanto. En realidad, y si se hubieran detenido a pensarlo se habrían dado cuenta, nadie iba a decirles nada. McGonnagal estaba en una fiestecita navideña privada de profesores y Filch en la enfermería por haberse roto unos cuantos huesos por una caída de escalera provocada por Peeves.
Cuando la pelea terminó nadie pareció darse cuenta de que ahora sonaba otro tipo de música. Iban todos muy borrachos para fijarse en cosas como esa. Por cierto, la pelea la ganó Ginny.
Alguien le pasó a Draco una cerveza de mantequilla. Este bebió antes de darse cuenta de lo que era (poco alcohol) y de quién se la pasaba.
- ¡Blaise! – exclamó sorprendido abrazando a su amigo, que le devolvió el abrazo como si hiciera años que no se veía. - ¿Cerveza de mantequilla? – preguntó un poco decepcionado mirando al moreno. Este sonrió malevolamente.
- Le han echado algo, eso seguro. He estado vigilando por ahí y todos los que toman cerveza van más borrachos que los que beben otras cosas.
- Hombre, si por otras cosas te refieres a zumo de calabaza entonces lo entiendo – se rió Draco, pero Blaise le negó con la cabeza y le señaló a Skye.
- No han tomado otra cosa – dijo, para que Draco se fijase en cómo lloraba sobre el hombro de Ginny mientras ésta hacía lo mismo en el de su amiga. Harry Potter miraba la escena desde un rincón con el ceño fruncido. A su lado, en el mismo sillón, Ron Weasley decoraba la boca de Hanna Abbot con entusiasmo compartido.
Draco paseó la mirada por la sala común de Gryffindor. Justin discutía acaloradamente con Rose mientras no le quitaba ojo de encima a Hermione Granger que, a su vez, estaba colgada del cuello de Terry Boot al parecer contándole algo muy importante. Alex Learner, un Gryffindor de séptimo curso al que conocía de pasada se estaba enrollando con un chico de cabello castaño de su misma clase y casa.
Ernie, el novio de Blaise, estaba hablando con Pansy muy tranquilamente sin darse cuenta de que ésta estaba más interesada en ver cómo Stan le tiraba los tratos a Lisa Turpin, de Ravenclaw. Blanche y Crow bailaban un baile lento en el centro despejado de la sala sin escuchar realmente la música, que era mucho más rápida. Florence, sin vaso alguno en las manos, charlaba civilizadamente con un Hufflepuff demasiado sobrio.
Draco la miró con sosprecha. Maldita espía del demonio.
Pearl se había subido a la mesa y estaba bailando. En unos pocos minutos, sorprendentemente, Hermione Granger se unió al espectáculo seguida de Ginny y Skye. Rose se acercó a Draco y Blaise que habían estado hablando de sus sospechas sobre Florence.
- Nada, que está empeñado en llevarse a la cama a Granger – dijo molesta mirando a Justin con mirada asesina.
- Cuando podía llevarte a ti y sin ninguna resistencia – dijo Draco sonriendo. Blaise abrazó a Rose por detrás y le dijo.
- Veeeenga, si quieres yo me acuesto contigo y te olvidas de ese imbécil.
- ¿Pero tú no eras gay? – preguntó Rose extrañada. Blaise se llevó una mano a la frente.
- Anda, es verdad, no me acordaba.- soltó a Rose con fingido asco y exclamó: - ¡Aléjate de mí, perra lujuriosa!
Draco y Rose rieron mientras Blaise iba al encuentro de su amado Ernie y de paso rescataba a Pansy que tenía una cara de aburrimiento homicida bastante peligrosa.
Blanche trotó hasta ellos entonces y le plantó a Draco un beso en los labios para nada delicado.
- ¿Nos vamos a la cama? – preguntó esperanzada. Draco lo pensó un momento, pero viendo la mirada asesina que le enviaba Crow le dio la vuelta a la rubia y la envió de regreso con él con una palmada en el culo. Ella solo dijo "frígido" y se marchó corriendo con Crow seguramente a hacerle la misma propuesta.
Draco cogió de la mano a Rose y la llevó hasta la mesa donde estaban las bebidas. La verdad es que Zabini tenía razón, la cerveza de mantequilla no parecía la de siempre así que ignoró el resto de bebidas y cogió otra botella ofreciéndole una a Rose.
- ¿Por qué no me quiere? – gimoteó ésta mirando a Justin mientras bebía un trago de su cerveza.
- Vete tu a saber. A lo mejor él también es gay – conjeturó Draco.
- Malfoy, ¿tu eres gay? – preguntó Rose muy sorprendida entendiendo el "también" como refiriéndose a él y no a Zabini.
- Bueno, a ratos – concedió él sin alejarse de la verdad. Por cierto que ahora que se fijaba Terry Boot no estaba tan mal así, vestido de negro y con el pelo despeinado...
Cuatro horas después Malfoy no podía creer el aguante que tenía esta gente después de todo lo que habían bebido. Estaba sentado en un sillón, con la cabeza inconsciente de Pansy en su hombro y otra cerveza de mantequilla (¿pero cuantas había, por dios? ¿Y cuántas había tomado él?) en la mano, riéndose de algo, pero no podía recordar de qué. Bueno, puede que de Potter, que le besaba un tobillo a Ginny Weasley mientras esta comía cacahuetes tirada en el suelo. O puede que de Ron Weasley que miraba la mano de Skye entre las suyas desde todos los angulos ignorando a Hanna Abbot que estaba empeñada en desnudarle ahí mismo. O tal vez de Justin, que había recibido el doceavo guantazo de parte de Hermione Granger si no le fallaba la memoria (que lo más seguro es que sí lo hiciera).
Algunos ya se había marchado, como la traidora espía de Florence, que a saber dónde se había metido. Seguro que se había ido a Hufflepuff a darles un informe completo sobre la casa de la serpiente. Otros, como Blanche y Crow seguía por allí derrumbados en los sillones, o trataban de ligarse a alguien como hacía aún Rose, que había preguntado a todo el mundo por qué Justin no la encontraba atractiva. Y otros, como Pearl y Terry Boot, seguían bailando sobre la mesa con una cerveza en cada mano.
De repente algo obstaculizó la visión de Draco. Tardó un rato en darse cuenta de que era el ombligo de Ganger que tenía una extraña cosa de metal donde debería haber estado el agujero.
"Bueno, tal vez sea la válvula de desinflado" pensó Draco y ante su absurda idea empezó a reirse como un histérico. A Hermione pareció llamarle la atención su risa, porque se dejó caer delante suyo y le puso las manos en las rodillas.
- Qué bonita estás hoy, Ganger – dijo Draco sin poder contenerse. Luego se dio cuenta de que era verdad, pero claro, le seguía gustando más la Weasley que, por cierto ¿dónde se había metido? Ah, allá estaba, siguiendo a Potter por las escaleras mientras le pellizcaba el culo. Así que se acostaría con él. Vaya, otra vez sería enconces. Adiós Ginny Weasley, no sabes lo que te has perdido, pequeña.
Se dio cuenta con un respingo que Hermione había deslizado las manos desde sus rodillas hasta sus muslos y que notaba un cosquilleo muy conocido. Le sonrió con una pequeña dosis de "encanto Malfoy". Ella pareció entenderlo y se subió sobre él, estirándose como una gata, poniendo una rodilla a cada lado de sus piernas. Bueno, Ganger olía muy bien, muy pero que muy bien. Probó a besarla. No sólo ella no se resistió sino que le devolvió el beso casi con furia. Muy, muy bien. Le rodeó la cintura con las manos recorriendo su boca con la lengua. Ella gimió y se separó de él poniéndose en pié.
Pero bueno, ¿qué hacía? ¡si había empezado ella! ¿y ahora se iba a ir dejándolo así? ¡Esa mujer no tenía corazón!
Pero Granger no se fue. Le tendió una mano, invitándole a ponerse en pié y cuando él lo hizo, dejando caer a Parkinson cuan larga era sobre el sillón, le condujo escaleras arriba, hasta su cuarto. En un descansillo, Draco aprovechó para volver a besarla y ella metió las manos entre su pelo. No le importó demasiado que le despeinara. La verdad, no le importaría mientras pudiera seguir besándola. Cuando deslizó una mano por su estómago desnudo ella volvió a serpararse.
- ¿Pero es que no voy a poder ni tocarte? – se indignó Draco por la interrupción. Ella le lamió los labios con la punta de la lengua, enviándole pequeñas oleadas de placer, y volvió a tirar de su mano. Draco la siguió con docilidad, admirando su trasero enfundado en algo que tenía todo el aspecto de ser terciopelo color vino.
- ¿Ves? Los colores de su casa, esta sabe estar en su sitio – murmuró para sí.
Pues sí, a Hermione le quedaba muy bien su conjuntito, no por nada se había pasado más de una hora probándose modelitos esa tarde y para arreglarse el pelo había necesitado al menos otra hora más y grandes cantidades de poción alisadora. Pero desde luego, seguro que la chica no había echo todo aquello pensando en encontrarse con Draco Malfoy, y mucho menos conducirlo a su habitación, pero ahí estaban.
Cerró la puerta a sus espaldas y acorraló al rubio contra la madera. El no se resistió demasiado a su acoso, incluso parecía encantado con su actitud. Era una verdadera lástima que en condiciones normales Hermione nunca se atreviera a hacer algo como eso, y mucho menos a arrancarle la camisa como lo estaba haciendo en esos momentos.
Malfoy tuvo una llamada de su conciencia en el momento más inoportuno. Mientras Hermione le mosdisqueaba una tetilla se presentó la idea en su cabeza como un letrero luminoso: ella no estaba en sus cabales. Estaba fuera de control. No sabía lo que hacía. No podía seguir adelante con esto porque Hermine no era dueña de sus actos y en la realidad nunca querría acostarse con él.
Draco masculló un par de maldiciones. Conciencia. Maldita fuera. No había echo acto de presencia en toda su vida y ahora aparecía para estropearle un buen momento. De echo, un GRAN momento. Tomó a Hermione por los hombros y (con mucha fuerza de voluntad y algo de fuerza física) pudo ponerla a distancia. Se apoyó en la puerta para recobrar un poco el aliento. La chica lo miraba expectante.
- Granger, ¿estás segura de querer hacer esto? Soy yo, Malfoy, tu enemigo natural.
