Capítulo 2. Sé lo que vendrá.

- ¡Sí!.- gritó Lily, al leer el correo de Tsubasa.- ¡Ya tengo una oportunidad!

El mail decía más o menos así: Querida Lily-chan, es una coincidencia que me hayas escrito preguntándome sobre ofertas de trabajo en el extranjero, porque justo me acaba de llegar un email de un amigo preguntándome sobre una mujer joven para un trabajillo que tiene entre manos... No te preocupes, no es nada inmoral y yo creo que tú cumples con las características de la persona a quien mi amigo busca y cumples además el requisito más importante: sabes hablar español.

"Qué tendrá que ver el hecho de que sepa hablar español?", se preguntó Lily. Se encogió de hombros y siguió leyendo.

Es una gran oportunidad, mi amigo tiene grandes contactos en este ámbito y tiene una gran reputación. Vivirías en una mansión, en Tokio, con todos los lujos posibles y siempre tendrías chófer y ama de llaves a tu disposición.

"¡Chófer y ama de llaves!", Lily se emocionó mucho. "¡Guau, es demasiado bueno para ser cierto!".

Yo pienso que mi amigo te contratará al instante, ya que tienes mi recomendación. Pero debes responderme rápido porque a él le urge encontrar a alguien pronto, así que contesta inmediatamente después de que leas este email para arreglar los términos del contrato.

¡Los términos del contrato! ¡Ya tenía casi un contrato asegurado! Lily pensó que era demasiado bueno para ser cierto, que no podía ser que en tan poco tiempo ya tuviera una oportunidad en serio para poder grabar un disco... (NDA: Bueno, Lily estaba tan emocionada por la propuesta que pensó que la oferta de trabajo era como cantante). Y las palabras: mi amigo tiene grandes contactos en este ámbito, era lo que más emocionaba a Lily. Quizás después de grabar su primer disco el amigo de Tsubasa podría conseguirle una oferta como actriz... Tan conmocionada estaba, tanto por la muerte de su hermana como por la inesperada oferta, que Lily no se puso a pensar en que Tsubasa era futbolista y que "el ámbito" del que él hablaba era el sóccer y no la música.

- ¡Mamá!.- gritó Lily, emocionada y feliz, al tiempo que se preparaba para contestar el mail de Tsubasa.- ¡Me marcho a Japón!

- ¡A Japón!.- gritó la madre de Lily.- ¿Por qué hasta allá?

- Porque allá está mi oportunidad.- respondió Lily, tranquilamente.- El destino me llama.

- Ay hija.- la señora Del Valle miró a Lily con tristeza.- Hace apenas unos cuantos meses que Chiara murió. ¿Por qué deseas irte tan pronto?

- Porque no puedo perder más el tiempo llorando por su muerte cuando hay tantas cosas que ella dejó pendiente en vida.- contestó Lily, resuelta.- Y yo me encargaré de terminar lo que ella inició. Además, no podemos estar toda la vida lamentándonos.

Japón. Eso quedaba al otro lado del mundo. Sinceramente, Lily esperaba no tener que salir de América pero en fin, por alguna parte debía empezar. Si quería triunfar, debía agarrar la primera oportunidad que se le presentara y de ahí tomar impulso para poder volar más lejos.

"Querido Tsubasa: Mil gracias por la ayuda. Dile a tu amigo que acepto su oferta, que solo espero a que me diga la fecha en la cual quiere que me presente en Japón y, por supuesto, el sitio a donde debo llegar. Estoy algo nerviosa por tener que salir del país y lanzarme a lo desconocido, pero no tengo miedo porque sé que esa persona es muy allegada a ti y con eso me basta. Solo espero no arrepentirme... ".

Después de enviar el email, Lily se puso a buscar los precios de los vuelos disponibles a Tokio. Tendría que pedirle dinero prestado a sus padres para el pasaje y las primeras comidas, pero esperaba que pronto le pagaran parte del dinero que le ofrecían en el contrato (por cierto que Tsubasa nunca mencionó a cuánto ascendería) para poder devolverles la cantidad.

- Lily, querida.- su madre aun estaba preocupada.- ¿Y si es una trampa? ¿Qué tal si es una de esas ofertas que les hacen a las latinas para irse a trabajar a uno que promete ser un gran empleo en otro país y que al final terminan por obligarlas a prostituirse?

- Madre, no seas exagerada.- rebatió Lily.- Tsubasa Ozhora es quien me hizo la oferta y él no estaría involucrado en cosas como ésa.

- ¿Tsubasa Ozhora? ¿El japonés jugador de fútbol soccer al que conociste en Veracruz*?

- El mismo. Recuerda que incluso ustedes conocieron a sus padres y bien pudiste comprobar que son una buena familia.- respondió Lily.

- Bueno, en ese caso... .- su madre ya no pudo seguir protestando.

Lily sentía cómo su alma luchaba por volar muy alto. Ella sabía que si quería triunfar debía volar por cielos más altos. Ya después, cuando se convirtiera en una gran estrella, regresaría a cantarle a su hermoso país, llamado México, como agradecimiento por haberle dado vida a sus sueños.

Y por supuesto, sus padres se opusieron al viaje hasta el último momento, como era de esperarse, pero no le impidieron a Lily marchar, ya que ellos sabían que tenía que ser ella quien decidiera su destino. Y así fue como la joven Del Valle marchó a Japón, con el corazón lleno de esperanza y de sueños por cumplir.

Respiro mi destino

Sé lo que vendrá...

Al llegar a Japón, Lily sintió que estaba por comenzar una gran carrera. Respiró el contaminado aire de la ciudad (que por cierto, no le gana al de la Ciudad de México) y se preparó para enfrentar su destino.

Tsubasa le había dado una dirección en Tokio en donde le darían informes. Lo más curioso y extraño de todo era que Lily nunca tuvo contacto directo con la persona que la contrató; todo fue a través de Tsubasa. Pero ella confiaba en él, ya que los dos eran grandes amigos desde la infancia. Lily, después de mil vueltas y preguntas, llegó hasta una enorme mansión localizada en una de las zonas residenciales más lujosas de Tokio. Su corazón comenzó a latir con violencia en cuanto ella se dispuso a tocar el timbre.

"Recuerda a qué viniste", habló una vocecilla en la mente de Lily. "Recuerda tu sueño, recuerda el sueño de Chiara". Sin embargo, Lily tenía miedo. Por un momento temió que el miedo de su madre de que la obligaran a prostituirse se hiciera realidad. Pero ya era demasiado tarde para dar vuelta atrás. Y además, debía seguir adelante con su vida, crear su propia historia y no seguir lamentándose del pasado.

"Chiara, es momento de vivir el presente y construir el futuro".

Lily respiró profundo y tocó el timbre...

Respiro... Sé lo que vendrá...

Respiro... Sé lo que vendrá...

Abrió la puerta una joven mujer vestida con traje de sirvienta, cabello oscuro recogido en trenzas y lentes de media luna, quien sonrió muy gentilmente.

- ¿Sí? ¿Qué se le ofrece?.- preguntó.

- Eh... Me dieron esta dirección... .- Lily titubeó, un poco avergonzada. La mujer la miraba con demasiado interés.- Me dijeron que preguntara por... Genzo Wakabayashi...

- ¡Ah! Lo siento, pero el joven Wakabayashi no vive aquí, sino en Alemania.- respondió la mujer.

- ¿Qué cosa?.- a Lily se le fue el alma a los pies.- ¿En Alemania?

"¡Maaaaaaldiiiiiiiitoooo Tsubasaaaaaaa!", pensó Lily.

- Pero me dijeron que él vivía en Japón... Me dieron esta dirección... .- Lily habló, quejumbrosa.

- Sí, la dirección está bien, pero Genzo Wakabayashi no vive aquí, sino en Alemania.- siguió insistiendo la mujer.

- ¿Quién es, Mine?.- preguntó en esos instantes una jovencita de 15 años, cabello negro y ojos café oscuro, delgada y muy linda.

- Una chica que pregunta por el joven Genzo, señorita Hana.- respondió el ama de llaves, encogiéndose de hombros.

- ¡Ah! ¿De casualidad no será usted mi nueva profesora de español?.- le preguntó a Lily, con curiosidad, en español.

- No soy profesora de español pero me dijeron que uno de los requisitos es que sepa hablar este idioma.- respondió Lily, en la misma lengua.

- ¡Qué bien!.- la chica volvió a hablar en japonés.- Mi hermano, la persona que la contrató, vive en Alemania, eso es cierto, pero va a venir a Japón. No se ha equivocado de sitio.

- ¡Qué alivio!.- Lily sonrió, aliviada.- Por un momento pensé que todo había sido una broma de mal gusto...

- Pase por favor.- invitó el ama de llaves.

Las dos japonesas condujeron a Lily por un largo y enorme pasillo, adornado con una alfombra roja y cuadros de pintores famosos. Se notaba que en esa casa tenían mucho dinero... Muy pronto, las tres mujeres se encontraron en una sala amueblada con todo lujo. Lily se sintió intimidada.

- Siéntese, por favor.- sonrió la chica.- Mi nombre es Hana Wakabayashi y ella es Mine, nuestra ama de llaves.

- Estoy a su servicio, señorita.- sonrió Mine, haciendo una reverencia.

- Gracias.- Lily sonrió.- Yo soy Lily Del Valle, es un placer estar aquí.

- Entonces sabes hablar español.- sonrió Hana.- Me da gusto.

- Es mi lengua materna, pero también sé inglés, francés, alemán, italiano, portugués y acabo de aprender el japonés.- Lily sonrió, algo avergonzada.

- ¿En serio? ¡Qué maravilla!.- Mine aplaudió.- Tenemos a una políglota.

- Entonces, podrá enseñarme francés además de español.- Hana también aplaudió.

- Eh... Claro... .- Lily no entendía el por qué Hana seguía insistiendo en eso de "enseñarle" a hablar otro idioma.

- Iré a traer un poco de té.- Mine hizo otra graciosa reverencia y se retiró.

- Este... ¿Cuándo llegará su hermano de Alemania?.- inquirió Lily.- Hay unas cuantas cosillas sobre el contrato que quería aclarar.

- Espero que llegue hoy.- Hana se encogió de hombros.- Es un hombre ocupado. Pero cualquier duda que tenga puede preguntármela a mí.

- ¿En serio?

En ese momento, Mine llegó con el té. Lily probó el suyo y comprobó que el té japonés era delicioso.

- Sí, aunque me parece que todo quedó muy claro.- Hana suspiró.- Lo único que queremos es una buena profesora que me mantenga al tanto de mis estudios durante mi estancia en Japón para el Mundial sub-19 que se está por celebrar. Y pedimos específicamente que hablara español porque deseo que me enseñe a hablar ese idioma.

Obviamente, Lily se atragantó con el té.

- ¿Qué dijo usted? ¿Qué quieren que yo la mantenga al corriente en sus estudios mientras está aquí?.- Lily abrió los ojos como platos y miró a Hana y a Mine, como esperando que en algún momento las dos soltara la carcajada y le dijeran que todo era una broma.

- Sí. ¿No le especificaron para qué tipo de trabajo la queríamos?.- Hana también se sorprendió.

"¡Maaaaaaldiiiiiiiitoooo Tsubasaaaaaaa!".

Lily estaba a punto de decir que no, que no le habían especificado para qué tipo de trabajo la querían y que iba a renunciar, pero se detuvo. Recordó el mail de Tsubasa: mi amigo busca una mujer joven para un trabajillo que tiene entre manos, y se dio cuenta de que ella había sido la que había cometido el error, al malinterpretar las palabras de Tsubasa. Él nunca había dicho que los Wakabayashi la quisieran para grabar un disco. Fue la propia Lily quien sacó conclusiones sin conocer bien todos los datos.

- Este... .- Lily lo pensó antes de responder.- Sí me lo habían dicho, es solo que no esperaba que también fuera a mantenerla al corriente en sus estudios, pensé que solo querían que le enseñara a hablar español... Eh... ¿Me permiten un momento? Quisiera avisar a mi casa que ya llegué con bien a mi destino.

- Por supuesto.- Hana sonrió.- Mine, enséñale por favor en dónde está el teléfono. No se preocupe, profesora Del Valle, la llamada va por nuestra cuenta.

- Gracias.- Lily sonrió.

Mine la condujo al vestíbulo, en donde se encontraba un teléfono antiguo pero que aun funcionaba. Lily les llamó a sus padres para avisarles que ya había llegado al sitio a donde debía presentarse y que todo estaba bien. Lily era una mujer que siempre sacaba el mejor provecho de cada situación. Había aprendido que hasta del peor error se puede sacar algo bueno y si por equivocación había llegado hasta ahí sería por algo. Además, no daría marcha atrás para regresar a México con la cola entre las patas, al igual que un perro. Tomaría el trabajo que aceptó y lo llevaría acabo eficientemente, esperando que en algún momento tuviera una oportunidad mejor para cumplir su sueño.

Justo cuando Lily regresaba a la lujosa sala se topó con un hombre joven, alto, musculoso, de cabello negro y ojos café oscuro, muy parecido a Hana Wakabayashi. El joven llevaba puesta una gorra roja y le lanzó a Lily una mirada muy profunda, con algo de sorpresa.

- Buenas tardes.- saludó el joven.

- Eh... Bu... Buenas tardes... .- musitó Lily, atontada.

- ¡Ah, Genzo!.- gritó Hana Wakabayashi.- ¡Qué bueno que ya llegaste! Te presento a Lily Del Valle, mi nueva institutriz.

- Mucho gusto, en un placer.- Genzo Wakabayashi se quitó la gorra e hizo una galante reverencia.- Usted debe ser la mujer de quien me habló Tsubasa Ozhora.

- S... Sí... .- Lily no atinaba a decir palabra.- Yo soy ella... Es decir, que esa mujer soy yo...

- Espero que se sienta a gusto aquí.- Genzo esbozó una media sonrisa cautivadora.- En un momento hablaremos sobre las actividades que deseamos que realice con Hana, pero primero voy a darme un baño, que acabo de llegar de un larguísimo viaje desde Alemania.

- Por... Por supuesto.- Lily apenas y podía respirar.- No se preocupe.

- La cena estará lista en cuarenta minutos, joven Genzo.- sonrió Mine.

- Estaré listo antes de eso.- Genzo Wakabayashi sonrió y comenzó a subir las escaleras.

Lily lo miró irse, en estado de shock. Genzo Wakabayashi era el hombre más apuesto que había visto en su vida.

Notas:

- *Veracruz es uno de los puertos más importantes de México.

- Los nombres de los hermanos de Genzo Wakabayashi, Hana, Kenji y Touya, no son los reales, son un invento mío ya que el sensei Takahashi nunca ha dado sus nombres verdaderos.

- Jajaja, el personaje de Mine está basado la ayudante de Ayame en Fruits Basket, el manga de Natsuki Takaya. No sé por qué pero ese personaje me encantó y me pareció perfecto para ponerlo como ama de llaves de la familia Wakabayashi.