Capítulo 3. Mi chico prohibido.

- La cena estuvo deliciosa, Mine.- dijo Genzo, al final de la cena.

- Muchas gracias, joven Genzo.- Mine sonrió, feliz.

- Y el pastel de durazno está riquísimo.- terció Hana.- Cocinas delicioso, como siempre.

Mine sonrió e hizo una graciosa reverencia.

- ¿Qué le pareció la comida japonesa, señorita Del Valle?.- preguntó Mine, algo nerviosa. Su debilidad siempre era el querer impresionar a los invitados extranjeros con su comida.

- Estuvo muy buena, muchas gracias.- Lily sonrió levemente, algo avergonzada.

- Ha estado muy callada, señorita Del Valle.- comentó Genzo, de pronto, mirando fijamente a Lily.

- ¡Ah! Es que estoy un poco cohibida... .- reconoció Lily, poniéndose colorada hasta las orejas.- Es la primera vez que salgo del país.

- Ya veo. ¿Y de dónde es usted?.- Genzo se mostraba interesado.

- De México.- Lily no podía ni mirarlo a los ojos.

- ¿Y por qué aceptó venir a Japón?.- inquirió curiosa Hana.

- Porque... .- el rostro de Lily se ensombreció.- Hace unos cuantos meses mi hermana mayor falleció y le hice una promesa... Vine aquí con la esperanza de poder cumplirla...

- Lo lamento mucho.- dijo Genzo, con sinceridad.

- ¡Oh! ¡Qué terrible!.- Hana se mostró compasiva.

- Si hay algo en lo que podamos ayudarle... Cuente con ello.- ofreció Genzo.

- Gracias, se los agradezco de corazón.- Lily esbozó una sonrisa tierna, aunque triste.- Pero estaré bien. El cambio de ambiente me ayudará a sanar las heridas.

- De cualquiera manera, si hay algo que pueda hacer para que su estancia sea más agradable hágamelo saber.- Genzo esbozó esa media sonrisa que tanto cautivó a Lily.- Yo no estaré aquí muy seguido, casi siempre estaré en el campamento del equipo japonés, pero puede comunicarle sus deseos a mi hermana o a Mine y ellas me los harán saber.

- Gracias, lo haré... .- Lily volvió a bajar la mirada, muy apenada.

El portero japonés despertaba en la pobre chica un sentimiento tan increíble... Lily nunca había experimentado nada similar... Era como si hubiera enamorado de él a primera vista...

- Bueno, pues no quisiera hablar de esto, pero hay que hacerlo.- continuó Genzo, muy serio.- Hablemos de negocios.

Era algo sencillo: los Wakabayashi solo querían que Lily le ayudara a Hana a seguir el plan de estudios de su colegio en Londres, nada más. Bueno, aparte Hana también quería aprender a hablar el español, cosa que ya Lily sabía de sobra. Lo bueno era que Lily siempre había sido una excelente estudiante y se había graduado con todos los honores, por lo que no tendría problemas para poder cumplir con lo que le pedían. Lily tendría además su propio cuarto con baño y estarían a su disposición las instalaciones de la mansión entera y los servicios de Mine, la ama de llaves y cocinera, y de James, el chófer y mayordomo.

- No contamos con mucho personal, dado que solo Hana y usted estarán en esta casa, por lo que no vimos la necesidad de tener a otros empleados aparte de Mine y James.- dijo Genzo.

- Está bien, no hay problema.- respondió Lily.

- Bien. Entonces, ¿queda todo aclarado?

- Por supuesto. Empezaremos desde mañana con las clases.- dijo Lily, enérgicamente.- No hay que perder el tiempo, debemos aprovechar cualquier rato disponible ya que la señorita Hana perderá mucho tiempo en los partidos en los que juegue usted en el World Youth.

- Me gusta su manera de pensar.- Genzo sonrió.

- Pues a mí no tanto.- Hana bufó.- Pero ya qué.

Después de eso, los tres jóvenes se quedaron charlando un buen rato acerca de las vidas de cada uno. Lily se enteró de que los Wakabayashi eran una familia millonaria de cuatro hijos y que Genzo, el tercero de ellos, casi nunca tenía contacto con el resto de la familia debido a que era un famoso jugador de fútbol sóccer, ampliamente reconocido por sus actuaciones como portero del Hamburgo en Alemania; Lily vagamente recordó su nombre, el cual había leído hacía mucho tiempo en una revista de fútbol. Hana era una chica que había pasado casi toda su vida en internados en Londres y a Lily le dio la impresión de que le hacía falta una verdadera amiga y mentora. Por su parte, los dos Wakabayashi se enteraron de que Lily era mexicana y gran amiga de Tsubasa Ozhora, quien como ya sabemos, también era muy amigo de Genzo, y que ella pertenecía a una familia modesta y honrada del centro de México; su vida había sido más bien tranquila y sencilla hasta ese momento. Lily no ahondó sobre su hermana ni sobre la promesa que le hizo a ésta, y ni Genzo ni Hana quisieron insistir en el tema. Ya casi cerca de la medianoche, Mine condujo a Lily hasta una lujosa habitación, enorme, espaciosa y con grandes ventanales, ubicada en el ala oeste de la mansión. Al acostarse, Lily pensó que era algo fabuloso el poder conocer al menos por una vez lo que era vivir con tanto lujo. Y antes de que quedarse dormida, pensó por un momento en Genzo Wakabayashi y en la profundidad de sus ojos cafés. Lily se preguntó por qué rayos le habría causado tanto impacto el conocerlo, pero en el fondo su corazón sabía la respuesta...

Adorable, inalcanzable...

Como un sueño...

Lily pronto se acostumbró a su nueva vida en Japón, ya que tanto Hana, como Mine y James, el mayordomo, eran buenas personas y la trataban con mucha amabilidad. Hana era una chiquilla algo rebelde y malcriada, pero tenía un buen corazón. Lily pudo comprobar que, efectivamente, a la chica le hacía falta algo de atención, y es que la pobre se la había tenido que pasar casi toda su infancia en internados soportando las más estrictas reglas, en vez de estar cerca de sus padres y su familia. Hana siempre insistía en que fueran a ver a entrenar a su hermano al campamento, cosa que Lily siempre se negaba al principio, pero cuando Genzo en persona la invitó a verlo jugar, ya no pudo seguir negándose, así que ahora, todos los días, Hana y Lily buscaban la manera de aparecerse por los entrenamientos de la Selección Japonesa (y como Hana es la hermana de Genzo y es muy hábil para convencer a la gente, fácilmente consiguió que las dejaran entrar al campamento).

Lily se sorprendía mucho con la habilidad de los japoneses (Tsubasa aún no se incorporaba dado que había tenido que regresar a Brasil y Misaki se había lesionado ya la pierna*) pero el que más la impresionaba era Genzo. Su seriedad, su madurez, su tenacidad, su fortaleza... Lily lo admiraba y conforme pasaba el tiempo se fue enamorando de él. Ella nunca había conocido a un hombre que demostrara tanto amor y tanta pasión por el camino que había elegido, y Lily se dio cuenta de que Genzo amaba tanto el sóccer como ella amaba la música.

Tengo tus fotos junto a mí.

Estás hecho para sonreír.

Genzo era bastante serio y reservado, pero cuando sonreía... Vaya que era otra cosa. A Lily la volvía loca su mirada de niño tierno e inocente aunque al mismo tiempo también la enloquecían su hombría y su valor. Y bueno, ya entendimos todos que el arquero la traía más que vuelta loca.

"Soy una idiota", pensó Lily. "Mira que tenía que pasarme esto, Chiara... Me he enamorado de mi jefe... ". Porque después de todo, Genzo Wakabayashi era su jefe. "Pero por supuesto que él no piensa de la misma manera en mí... Solo me ha de ver como la profesora de su hermanita... Además, de seguro tiene una novia en Alemania, una top model, como todos los futbolistas". Sin embargo, Hana le había contado que Genzo había tenido muchísimas pretendientas, pero muy pocas novias.

- Creo que a mi hermano no le interesa el amor.- comentaba Hana.- A Genzo solo le interesa el sóccer y nada más. No deja que pequeñeces como el romance interfieran con su camino.

Hana le contó también que Genzo había andado con una famosa y cotizada cantante y actriz, llamada Daniela Dietrich, pero que él la terminó sin dar a conocer los motivos. Lily sintió tristeza. Si Genzo había rechazado a alguien tan famosa como Daniela, seguramente ni se fijaría en ella. Así que Lily se tendría que conformar con amar a Genzo en secreto. Suspiraba en silencio cada vez que el joven japonés pasaba junto a ella, aunque lo animaba cada vez que él jugaba, incluso gritaba mucho más fuerte y con más entusiasmo que la propia Hana. Y muchos jugadores, por supuesto, comenzaron a hacerle burla a Wakabayashi.

- Ya tienes enamorada nueva, Wakabayashi.- se burló Ryo Ishizaki.- ¡Qué escondidito te lo tenías!

- ¡Y vaya que es lindísima!.- dijo Urabe Hanji.- ¿De dónde la sacaste?

- Es una profesora que vino desde México a enseñarle a Hana a hablar el español.- respondió Genzo, cortante.- No es mi novia ni nada similar.

- ¡Ja! Ya te gustó andar con mexicanas, ¿eh?.- Ishizaki sonrió con malicia.

- Cállate.- masculló Genzo, al tiempo que se ajustaba los vendajes de sus lastimadas manos.

Porque da la casualidad que Daniela Dietrich era mitad mexicana y mitad alemana.

Los demás continuaron con las burlas, pero Genzo los ignoró. Fugazmente, le dirigió una mirada a Lily, quien en ese momento también miraba hacia él, y sonrió muy levemente. Sí, Genzo se había dado cuenta de que la chica lo miraba con mucha insistencia, no era ningún tonto...Lily se resignó, quizás demasiado rápido, a que nunca entraría en la vida de Genzo Wakabayashi en la forma en la que ella le gustaría. Pero estaba bien, no importaba, se conformaba con tenerlo cerca, aunque fuera por un tiempo...

¿Qué más le quedaba a Lily?

Lo que ella no sabía, era que su interés hacia Genzo era algo recíproco. La primera noche en que se vieron, a Genzo le sorprendió la luz que vio en los ojos negros de Lily. A primera vista se dio cuenta de que la chica había sufrido mucho pero que a pesar de eso estaba dispuesta a conseguir su sueño y a pelear con todo por alcanzar la estrella que tenía reservada en el firmamento. Y Genzo se sorprendió al descubrir esto con solo una simple mirada a los ojos negros de la mexicana. Él nunca se había topado con una mujer que expresara tanto con la mirada...Sin embargo, Genzo se controlaba y procuraba no hacerle caso a tan extraño sentimiento, ya que a él nunca le había interesado el amor, de hecho, él nunca se había enamorado y eso se lo había reclamado su última novia...

-FLASHBACK-

- Tienes el corazón de piedra, Genzo Wakabayashi.- le reclamó Daniela, furiosa, el día en que terminaron.- Tú nunca te vas a poder enamorar de nadie...

- Quizás tengas razón.- reconoció Genzo, pesaroso.

Y no estaba seguro de que dicha información le fuera a afectar en lo más mínimo...

-FIN DEL FLASHBACK-

Pero ahora, Lily Del Valle había llegado como si nada a su vida y eso amenazaba con cambiar su manera de pensar.

O quizás no. En cuanto el World Youth terminara, Hana volvería a Londres y Lily regresaría a México. Y Genzo nunca más volvería a verla. Y seguiría siendo un solitario sin remedio, como había sido hasta ahora. Y así estaba bien, no tenía sentido el complicarse la existencia por algo tan impredecible como el amor.

Y Lily seguía suspirando en silencio...

Mi chico prohibido...

Mi héroe ideal...

"¿Qué pensaría Hana si llegara a enterarse de que estoy enamorándome de su hermano?", pensó Lily, mirando a la chica con disimulo. "Se nota que es bastante celosita con él, cada vez que Hana habla de Daniela Dietrich se le ensombrece el rostro y siempre hace muecas".

Pero a pesar de todo, muy en el fondo Lily sentía que, quizás si Genzo llegara a conocerla bien, él podría llegar a quererla... Lily era muy tímida e insegura cuando de hombres se trataba, pero a pesar de eso... Quizás... Algo le decía que tal vez el destino la había puesto en el camino de Genzo Wakabayashi por alguna razón... (¡Ja! Siempre le hecho la culpa al destino de todo xD). En ese momento Genzo y Lily cruzaron miradas. Ella le sonrió muy avergonzada, sin desviar la mirada. Él se tocó levemente la visera de su gorra roja y esbozó su característica media sonrisa. Sin quererlo ni pretenderlo, entre ellos se estableció momentáneamente una conexión.

Hana, por su parte, ya había encontrado su propio interés...

- Mira al otro portero.- señaló Hana, de pronto. Ya se llevaba lo suficientemente bien con Lily como para hablarle de tú.- Ése al que le dicen el "Karate Keeper". Creo que se llama Ken Wakashimazu...

- ¿Qué tiene?.- preguntó Lily, distraída por estar viendo a Genzo.

- Está muy guapo.

- ¿Qué cosa? ¿Ese tipo con facha de lavacoches?.- Lily hizo una mueca de disgusto.

- ¡No tiene facha de lavacoches!.- gritó Hana, enfadada.- Es muy guapo.

- Para gustitos que te cargas.- Lily miró a la chica con cara de: hello con tu hello...

- ¡Bah! Entonces dime quién te parece guapo.- replicó Hana.

- Pues... Tu hermano, por ejemplo... .- inmediatamente, Lily se puso colorada y se tapó la boca.- Perdón, no quise... Lo siento mucho...

Pero Hana ni tuvo tiempo de responder, porque alguien llegó por detrás de ambas chicas y le propinó a Lily un buen golpe en la nuca.

- Tú nunca cambias, Anya.- dijo una chica pelirroja, más o menos de la misma edad que Lily.

- ¿Quién rayos...?.- Lily, molesta, volteó a ver quién la había golpeado.- ¡Ah! ¿Tú aquí?

- Lo mismo digo.- la chica pelirroja sonrió.

Frente a Hana y a Lily estaba Rika Ozawa, vestida con el uniforme de las asistentes de la selección japonesa.

Notas:

- Bueno, olvidé decirles que esta historia va a suceder en la época del World Youth. Y para quienes no lo sepan o no lo recuerden, Taro Misaki se lastimó la pierna antes del torneo por salvar a su media hermana de ser arrollada por un camión.

- Rika es la chica que fue la asistente de Japón en el minitorneo que se celebró en Europa en la primera serie. También apareció en las dos primeras películas de Captain Tsubasa.