Hola de nuevo!!!
Me temo que este capítulo va a resultar un poco aburrido, pero intentaré que el próximo sea un poco más interesante, ok?
Aislinn, muchas gracias por tu mensaje, me encanta que te encante. No te preocupes, creo que no hay premio para el review más largo!!! ¿Fue lo bastante pronto? Besitos.
Karmein Metallium Ul Copt, esque ese libro es genial, es el típico que dejo a todo el mundo y a todos les gusta!!! Me alegra ver aceptación que ha tenido el último capítulo, no estaba muy segura de si os iba a gustar. Este va a resultaros aburrido, pero me apetecía contar estas cosas, lo que ocurre es que parece ser que lo he hecho demasiado largo, así que aunque tenía pensado meter más cosas en este capítulo lo parto en dos y lo publico más pronto. Respecto a los trios... bien, no sé si trios, pero estoy considerando seriamente hacer una escenita Blaise/Draco, visto que os gustó tanto la otra. Ya veremos, ya veremos...
Nessa Faelivrin, te pareció divertido el capi anterior? Bueno, pues mejor, no? Este no es divertido, pero me apetecía mucho escribirlo. Se que tampoco es interesante pero espero que el próximo sí lo sea. Besitos.
autista, como que no se hace? Si no os dejo en ascuas que interés tiene? Así os pico un poquito, jejeje. Si al final escribo lo que tengo pensado te gustará más el próximo capítulo (a ver como queda) Gracias por leer Fred, por ahora no está muy interesante, pero espero que eso cambie. Pronto pondré otro capi de ese fic.
Katy Malfoy , ¿te pareció interesante? Vaya, quien lo iba a decir!!! Yo que creí que por ser de conversación os íbais a aburrir un montonazo!!! Saluditos.
Isis, ejem! Una semana más bien, eso de "semanassss" en plural es un pelín exagerado, eh? Pues menos mal, porque estaba un pelín preocupada por si a alguien le parecía de mal gusto o algo así. A mí no me cuesta nada meterle mano a Draco, jejeje. Es que a mí no me da la impresión de niño solo, quizás trate un poco mal a Crabbe y Goyle y éstos no sean mega-despiertos pero eso no quiere decir que no tenga ningún amigo. Cabrona? Sí, me esfuerzo en serlo, jijiji, aquí tienes el diario pero me temo que no será lo que esperáis, Jajaja, me encanta esa palabra, "churumbel", pues no te puedo decir lo que pasará con eso, ya lo vereis en su momento. Creo que eres la única que se come la cabeza con la buena de Flo, te tengo que decir que su papel ya está trazado desde el principio. Besitos a ti tb.
DarkHermG, no te preocupes, no me molesta, me gusta saber lo que pensáis. Teoría del libro 3: es cuando Hermione le pega una ostia a Malfoy es este se queda apardalao. No hace nada en contra de ella ni nada, no parece un poco anti-Malfoy? Y también en le libro 4 Hermione se cabrea toda cuando oye que él quería haber ido a la otra escuela, eso sí que me sonó extraño. Ya digo, igual yo veo cosas que no están ahí, no lo sé. Pienso que Harry morirá en el 7 y yo preferiría que no hubiera más libros después de éstos porque entonces sería algo interminable y no es cuestión (sería como la Dragonlance, no sé si me entendéis) Como agua para chocolate es un libro, película y expresión. El agua para el chocolate tiene que estar hirviendo, así que eso es lo que significa, estar alterada. El libro es una maravilla y lo recomiendo muchísimo a todos, la película es muy floja pero tampoco está mal verla (después e libro, claro, sino no se entiende demasiado de lo que hacen los personajes) Me alegro que te gustara el capítulo, los Slys y la escena en general y que no te haya ofendido nada. Besitos.
vicu-malfoy, sí que existen las reglas, pero se las saltan!!! Así es como veo yo a los Slytherins, todos deshinibidos y muy agrupados entre ellos porque los demás les dejan de lado. Es que si Hermione se le hubiera tirado a la yugular la historia sería diferente y no se yo que reacción hubiera tenido Draco de saber que estaban allí espiándole y robándole a la vez. Más bien es el pijama el que se mancha, jejeje.
GaBrIeLa, jajaj, pero si aún no sabes cómo de abierto será el final!!! Ays, yo que sé, como últimamente la gente está en plan puritado y se ofende por cualquier cosa lo mejor es curarse en salud, no? ¿Cómo que no puse más Draco? Pero si era él todo el rato!!! Quieres decir más descripción? Es que no creí poder resistirlo jejeje. Skye ya está más que acostumbrada a verle así, recuerda que estuvieron saliendo un año entero, pero a Draco le daba corte al principio por si creía que era por ella por lo que estaba "emocionado". Después de aclarar las cosas le importaba muy poco que ella le viese. Y Ginny... ya veremos a Ginny por ahí... Sí, Draco tiene un diario, ¿no te lo imaginaste? Pero si a estas alturas ya debéis conocerme!!! ¿Cómo puede ser que aún os sorprendáis? Sí, aquí verás algo de su diario, no, de la relación con Skye no se menciona nada, se me hacía muy largo contarlo todo así que mejor lo dejamos para más adelante, ok? Además aquí también se mencionan cosas de cierta importancia... Saludos!
Draco Malfoy, no te gusta Ron? Y eso? Hombre, es que parece que gusta por estos lares la pareja Ron/Skye, y como el público manda... jajaja, bien, bien, si no te sale de las pelotas pues nada, se entiende. Gracias por escribir y no te preocupes, si no mato a Ginny al menos la haré sufrir un poquito!!!
Bulmi , gracias por dejar mensaje, me alegro que te guste. No te preocupes, si de verdad hay un concurso te aseguro que es al margen y que yo no tengo na que ver. No hace falta que escribas review kilométrico ni nada, es mas si no te apetece tampoco es obligación escribirme, pero me encanta que lo hayas hecho y que la historia te esté gustando. Besitos.
Gracias a todo el mundo por leerme. Y como hace tiempo que no lo decía allá va: no son míos, son de Rowling, solo me apropio de Skye Hidden y unos cuantos Slys que han salido de mi imaginación y por eso son tan raritos.
Y sin más, que hoy no estoy muy habladora, el capítulo. Espero que no os aburra demasiado.
VACACIONES DE NAVIDAD
Cap. 15
Hermione miró casi con temor el grueso libro de pastas negras que Ginny tenía en el regazo. Las letras de la cubierta estaban desgastadas parcialmente, haciendo imposible comprender qué inscripción habían conformado un día. Cogió el libro y lo dejó cerrado en el colchón frente a ella. Gin no había pronunciado palabra alguna desde que había leído las palabras de la primera página. Parecía tan anonadada como ella, ¿quién iba a pensar que Draco Malfoy escribiera un diario?
- Es muy impropio de él dejar algo así donde alguien pudiera cogerlo – dijo Hermione en voz tan baja que su amiga tuvo que hacer un esfuerzo para entenderla.
- Herm, es Malfoy, nadie sería tan estúpido para acercarse a sus cosas – arguyó la pelirroja. Y después de un moneto añadió en un murmullo: - Al menos ningún Slytherin lo haría.
Hermione la miró de frente. Tenía razón, Draco era muy respetado entre los Slys, a nadie se le pasaría por la imaginación robarle algo. Se reprochó mentalmente no haber revisado el libro antes de llevárselo de la habitación, era perfectamente posible que se equivocasen pero había tenido tanta prisa por salir de allí y cuadraba tan bien ese diario con el aspecto de un tomo mohoso de pociones...
Por cierto, que el libro estaba tan desgastado que Malfoy debía utilizarlo muy a menudo. Hasta Zabini habia dicho algo como que siempre lo tenía a mano. Sabía que debian devolverlo de inmediato, sabía que sería una violación de la intimidad de Draco el ojearlo siquiera... pero no pudo evitarlo. Levantó con los dedos la cubierta dejando ante sus ojos la primera página de un diario bastante extenso.
- "Mi nombre es Draco Malfoy y tengo cuatro años" – leyó de nuevo. Aquello era sorprendente, ¡llevaba escribiendo un diario desde los cuatro años! Ante la mirada atónita de Ginny cogió el libro con decisión y pasó las páginas escritas.
A lo largo de los años la letra de Malfoy pasaba lentamente de ser los torpes garabatos de un niño a la estilizada caligrafía que ahora empleaba, todo ello mezclado con recortes de periódicos, fotografías, dibujos de distintos estilos, paginas añadidas cosidas las unas a las otras... Hermione miró las fechas, marcadas en plateado en las entradas diarias. Aquella letra era distinta, seguramente era un hechizo para que se inscribiera el día en el que se hacía una anotación. En la parte inferior de las páginas, también resaltado en color plata, aparecían los números de las páginas. Hermione miró la última, numerada como "2.385". Se quedó de piedra. Cerró de nuevo el libro impresionada y lo dejó encima de la cama. Ginny la miraba esperando una reacción.
- No es tan pesado para las páginas que tiene – dijo Hermione pensativa -, seguramente debe tener un hechizo para aligerarlo.
La pelirroja parpadeó un poco confundida. ¿Pero aquello qué más daba? ¡Era el diario de Malfoy, por dios! Seguro que había cosas mucho más interesantes que un par de hechizos para hacerlo más manejable. Se acercó un poco el libro por encima del colchón y volvió a abrir la primera página. La caligrafía torpe de niño, más las extrañas expresiones simples y equivocadas que empleaba la llenaron de ternura.
- "Mamá me regaló el libro hoy a papá no le gusta mamá dijo que es de dibujar y papá rió" – leyó de corrido. Claro, el niño no tenía ni idea de los signos de puntuación, pero al parecer siguió el consejo de su madre y se limitó a hacer dibujos en él. Ginny se fijó en que la fecha de esa página estaba rodeada de un círculo y la letra infantil de un Draco de cuatro años había anotado a un costado: "mi cumple".
- Su cumpleaños es el cinco de noviembre – comentó. Hermione la miró con curiosidad y se acercó un poco más para poder ver también el libro.
En la página siguiente se pudo apreciar un borroncito de pintura verde y amarillo que parecía representar a Draco y lo que debía ser uno de sus regalos de cumpleaños, una escoba nueva. Un borrón más grande, esta vez negro y amarillo, con una sonrisa roja de oreja a oreja junto a la primera figura parecía ser Lucius Malfoy. La siguiente página intentaba plasmar la visión de Draco sobre su pastel de cumpleaños, algo un poco informe con los colores verde y marrón y cuatro velas encima. Al lado del pastel la letra de niño indicaba "chocolate y menta". Había una fotografía pegada al lado de un tierno infante de grandes ojos plateados y pestañas casi blancas e increíblemente largas que devoraba un trozo de pastel estando en las rodillas de una Narcisa Malfoy joven y sonriente que señalaba a su hijo la cámara para que volviera la vista hacia ella. Claro que el niño estaba más interesado en su pastel, con el que se manchaba toda la cara de chocolate. Buena parte del primer año de Malfoy con su dirario era así, dibujos coloridos (en los que predominaba el verde), fotografías pegadas y comentarios infantiles y apresurados.
A partir de una época Narcisa aparecía en los dibujos de su hijo aumentada de tamaño. Las chicas se preguntaron la razón de este cambio hasta que llegaron a una página en la que había un mechón de pelo rubio marfileño muy fino pegado al lado de un dibujo de una especie de pelota rosa con ojos envuelta en una manta. La letra vacilante de Draco había escrito al lado "Daira Malfoy".
- ¿Malfoy tiene hermanos? – preguntó Ginny desconcertada viendo el dibujo. Hermione negó con la cabeza mientras pasaba las páginas del libro. A partir de ese punto cada vez que Draco retrataba a su familia dibujaba a cuatro miembros en lugar de los tres que acostumbraba, claro que la niña siempre era una cosa blanca y rosa en brazos de su madre.
- Siempre creí que era hijo único. – dijo Hermione pensativa viendo los garabatos de colores. Algunas fotos estaban intercaladas y había que reconocer que el bebé era una preciosidad, claro que Malfoy parecía un angelito - Tal vez su hermana estudie en otra parte.
- O puede que sea una squib – dijo Ginny. Pero era bastante raro que naciera un squib, descendiente de magos pero sin magia, dentro de una familia como la de los Malfoy. El misterio se resolvió cuando llegando a lo que debía ser el quinto año de vida de Draco. Hermione leyó en voz alta la aún trémula letra del niño.
- "Algo malo pasa. Daira no está en su cuna y mamá llora todo el rato. Papá me mira raro y no me dice nada".
Los dibujos y las anotaciones escasearon durante una buena temporada. Parecía que los Malfoy pasaron en aquel entonces una mala época porque Draco retrataba a su padre con una dura linea recta en lugar de boca y a su madre con rayitas azules cayendo de sus ojos. Daira no volvió a aparecer por ninguna parte y los dibujos que Draco hacía de sí mismo se volvieron más oscuros y no incluían a otras personas. Dibujaba muchas veces lo que debía ser su habitación, que viendo la proporción con la figura principal sólo podía haber dos explicaciones: o Draco aún no tenía muy definido el tamaño de su entorno y lo exageraba enormemente o su cuarto era como una piscina olímpica. Conociendo a su familia Hermione encontró más razonable la segunda opción.
A partir del sexto año las cosas parecieron mejorar. Si bien ya no había dibujos sí que empezaron las anotaciones donde el escribiente hablaba de su vida. Principalmente eran aventuras infantiles compartidas con Crabbe y Goyle. Las chicas se sorprendieron al descubrir que Draco les tenía en bastante consideración. Para él eran sus mejores amigos y muchas veces le salvaban de los líos en los que los metía a todos por su afilada lengua.
Descubrieron que el niño empezó a interesarse por las pociones por aquel entonces y que Severus Snape ya estaba en su vida. Había contínuas referencias tanto al profesor como a su padre en las que Draco contaba con excitación conversaciones que habían mantenido los tres. Al parecer los adultos lo trataban como uno más y al niño eso le llenaba de orgullo. Seguramente gracias al interes suscitado por Snape, Draco contaba cómo entraba en el estudio de su padre para "tomar prestados" libros de pociones que elaboraba en secreto y luego probaba con los elfos domésticos detallando todos los efectos en su diario. Había que reconocer que pese a la imprudencia y maldad latente de sus actos se trataban de narraciones que arrancaban sonrisas en Ginny y Hermione.
Muchas veces, sin embargo, Draco hablaba sobre su madre en tono triste. Al parecer la mujer no superó la muerte de su hija de inmediato y necesitó mucho más tiempo que los demás miembros de la familia. Draco de cuando en cuando anotaba detalles recordados de Daira o pegaba alguna fotografía encontrada en el fondo de un cajón. Una vez pegó un recorte de periódico de la sección de sociedad donde se informaba de la muerte de la pequeña de los Malfoy por "enfermedad cardíaca". En este punto, Ginny y Hermione se frotaban con disimulo los ojos como si les picasen repentinamente.
Los siguientes años de Malfoy eran en la misma línea; encuentros con sus amigos (en los que ya se incluía Blaise Zabini y otros Slytherins que habían pasado o aún estaban en Hogwarts), y anotaciones de cuando en cuando que aunque no parecían tener importacia decian mucho más de lo que Draco pensó al escribirlas. Solía mencionar cosas como reuniones de "amigos de sus padres" en su casa en las que se hablaba principalmente del problema de los sangre sucia en las escuelas, algún que otro objeto de las artes oscuras que su padre le había enseñado, libros de hechizos prohibidos que había logrado que le comprasen... Solía utilizar su kit de pociones al menos una vez por semana probando combinaciones propias o siguiendo las instrucciones de algún libro oscuro que Snape le había regalado.
Para cuando entró en Hogwarts empezó lo interesante. Hablaba de su preferencia por Drumstang y de su disgusto, y el de su padre, por no poder ir a aquella escuela. Al parecer su madre no estaba dispuesta a enviarlo allí porque todo su linaje familiar había estudiado en Hogwarts y Draco iba a se un Slytherin como Lucius y ella. Draco pareció disgustarse con la noticia hasta que se dio cuenta de que Snape sería su profesor de pociones. Entonces empezó a encontrarse a gusto con el colegio.
La compra de la varita de Malfoy fue para él todo un acontecimiento. Describía cómo después de un día horroroso (en el que había conocido a Harry Potter, que aparecía descrito como "un callado crío de pelo alborotado que parecía bastante legal") había llegado a Ollivander y le había detallado al hombre lo que quería exactamente. Draco ya había utilizado en varias ocasiones la varita de su padre y él deseaba una igual que aquella. A pesar de que Ollivander no hizo en principio el menor caso al chico y le dio a probar casi todas las varitas de la tienda, Draco acabó (por elección de la propia varita y ante la incredulidad del vendedor) con lo que había solicitado: ébano, 30 centímetros, nervios de corazón de dragón, elástica, ideal para encantamientos. Casi una réplica de la de su padre. Hermione podía imaginar a la perfección la mueca de superioridad de Draco y la sonrisa orgullosa de Lucius al tener la varita en sus manos.
Contrariamente a lo que se habría esperado, una vez Draco entró en Hogwarts no hizo casi ninguna mención a Harry Potter y el resto de Gryffindors. Sí que de vez en cuando había anotaciones del tipo "Potter otra vez llamando la atención" y "Ojalá Snape no me ponga de nuevo con Weasley en clase de pociones". Sí que hubo una vez que se explayó a gusto hablando de Harry: cuando se enteró de que era buscador de Gryffindor. Le repateaba seriamente que Potter hubiera sido descubierto gracias a él. Era injusto, porque debía haberse ganado un castigo en lugar de un premio.
Terminaba diciendo, a modo de reveladora explicación: "Estoy harto de ese Potter, ojalá pudiera quitármelo de encima, pero si mi padre quiere que le tenga informado de lo que hace el-chico-de-oro no me queda más remedio que estar al tanto de todo lo que le ocurre, ¡como odio tener que vigilarlo! Hubiera sido más fácil de ser su amigo, pero me di cuenta en cuanto le ví en el tren que no le hacía mucha gracia mi presencia. Que poco diplomático, ¡podía haber disimulado un poco!" No volvía a referirse demasiado a Harry, tal vez porque estaba harto de hablar de él en las cartas a su padre ya que después de eso las páginas se llenaron de información ajena a Gryffindor.
Draco parecía centrarse más en las otras casas, sobre todo en Sly, claro. Parecía llevarse muy bien con los alumnos de años superiores que no dudaban en explicarle qué hechizo estaban estudiando o qué criatura verían esa semana. Draco en su primer año parecía una esponja; absorvía conocimientos de todo el mundo y no se privaba de hablar con nadie. Parecía ser muy popular entre los más mayores que estaban encantandos de prestarle un poco de antención, sobre todo las chicas que (como no podía ser de otra manera) le encontraban adorable.
También mantenía largas conversaciones con Snape en su despacho hasta altas horas de la noche. Se notaba que Draco le tenía mucho respeto y afecto y sus opiniones eran muy importantes para él. Snape también parecía tenerle en mucha consideración y las chicas se sorprendieron de ver el trato que le daba al hijo de su amigo.
Dada su relación con los alumnos de sexto y séptimo su grupito y él eran invitados a casi todas las fiestas privadas de Slytherin. Ginny y Hermione leyeron asombradas el relato de su primera borrachera y, no mucho después, cómo Draco aprendió a manejar productos alucinógenos con destreza, convirtiéndose de la noche a la mañana en el proveedor (o camello) de casi todos los consumidores de su casa. Antes de terminar su primer año de escuela Draco Malfoy se había vuelto un fumador empedernido y contaba cómo Pansy Parkinson era la reina de Slytherin cuando se trataba de jugar al poker.
Con tan movido curso escolar sus notas se resintieron, por supuesto. Lucius Malfoy no parecía contento con su hijo en ese aspecto y aunque Snape se había callado muchas de las cosas que había descubierto, a los oídos del padre de Draco había llegado ciertos rumores que no le gustaron nada. Parece ser que ese verano los privilegios del niño fueron reducidos severamente. Draco se pasó casi todas las vacaciones estudiando las materias en las que tenía las calificaciones más bajas. Encantamientos y pociones no estaban entre ellas, así que fue un periodo muy aburrido para el joven Malfoy que tuvo que repasar astronomía, herbología, historia de la magia y transformaciones. Sin embargo le cogió el gusto a una de las asignaturas. Cuando se percató de que en herbología se aprendía a tratar varios productos que después de empleaban en pociones se volcó en esa materia con entusiasmo. No podía decir lo mismo de transformaciones, pues al estar prohibido el uso de magia fuera de la escuela no pudo practicar las delicias de este arte teniendo que resignarse a estudiar la teoría.
Fue un dia que Malfoy padre descubrió a su hijo fumando algo que no era tabaco cuando se le metió en la cabeza que Draco jugase al quidditch. Al chico no le gustaba demasiado la posición de buscador pero puesto que era el único que quedaba vacante tuvo que jugar en él. A Lucius se le había ocurrido la genial idea de que cuanto menos tiempo libre tuviera Draco menos podría andar desmadrándose por ahí con malas compañías y no se metería en problemas. Por supuesto no podía estar más equivocado. Juntarse con los miembros del equipo de Slytherin no suponía llevar una vida más sana, sino al contario. Las fiestas eran más frecuentes y más salvajes, con un menor número de invitados y más secretas. Los entrenamientos eran escasos y ser capitaneados por Marcus Flint era sinónimo de hacer lo que les viniera en gana. Draco nunca entendió como fue que antes de la llegada de Potter Slytherin ganase siempre la copa de quidditch. Solo le quedó pensar que los Gryffindor no eran demasiado buenos en general.
Había escenas casi surrealistas con el equipo que hacían que Ginny y Hermione se asombrasen del carácter de Draco. Como aquella en la que había sido abordado en las duchas de los vestuarios por Adrian Purcey, que llevaba semanas tirándole los trastos. Haciendo gala de una excepcional sangre fría Malfoy contaba con buen humor cómo había rechazado elegántemente las rudas propuestas del Sly petrificándolo y enviando el hechizo Reducio sobre sus "partes nobles" haciéndolas casi invisibles. Lo gracioso del asunto fue que Purcey no se dio cuenta de esta reducción hasta que fue al lavabo cosa de una hora más tarde. Su grito de pánico resonó en las mazmorras. Draco contaba entre risas cómo se había ofrecido voluntario para acompañarle hasta la enfermería para que Madam Pomfrey tratase de averiguar por qué de repente parecía haberse vuelto hermafrodita. Si Purcey se había vengado en aquella ocasión no aparecía descrito. Hermione tenía la firme sospecha de que Draco ya tenía un excelente dominio del hechizo obliviate y lo había utilizado contra el Sly.
Los hechos relacionados con la cámara de los secretos se mencionaban casi de pasada, nada que Hermione no supiera ya, por cierto. No hacía más que corroborar lo que Harry y Ron habían oído de sus propios labios cuando suplantaron a Crabbe y Goyle por una hora. Draco sabía que su padre estaba al tanto de todo lo que ocurría y de que era consciente de quién estaba detrás de los ataques aunque insistiera en que era mejor que él no conociera esta información. Sin embargo en Slytherin se alteraron mucho con la cuestión de los sangre sucia y Draco no hacía más que decir "ya estan otra vez con el maldito asunto de los ataques, ¿no tendrán un tema de conversación más interesante?" Parecía aburrido de todas las teorías que se exponían en su sala común y puede que fuera a consecuencia de esas charlas que consideraba estúpidas que sus notas subieron considerablemente y su padre pareció satisfecho con ello. Tal vez el chico prefería estudiar antes que volver a oír el mismo comentario una y otra vez.
Hermione no encontró referencia alguna a ella misma en este periodo. La escenita que a ella le había alterado tanto, cuando la insultó por primera vez con aquel apelativo que utilizó muchas veces a lo largo de los años no aparecía mencionada en ninguna parte. Cuando fue petrificada por el basilisco Draco sólo escribió en su diario "esta vez han caído dos chicas, por supuesto ninguna de Slytherin". Hermione no supo por qué se sintió indignada por no tener un poco de protagonismo entre esas páginas. Esas navidades Draco las había pasado en Hogwarts por orden de Lucius, que quería que se le mantuviera informado de todo lo que ocurría en el colegio. Aprovechando que debía acudir a entregar a Dumbledore la carta del consejo que le cesaba de su puesto Malfoy padre visitó a su hijo y le contó las novedades de primera mano, siendo el chico de los primeros en enterarse de la detención de Hagrid.
El final del asunto para Draco fue cuando su padre le comentó que todo había terminado por culpa de Potter y que gracias a él Dobby había sido liberado sin su consentimiento. A Draco esta noticia le hubiera sido indiferente (tenían cientos de elfos domésticos) de no ser porque su padre estaba irritado. Fue entonces cuando le contó todo lo referente al diario de Ryddle y a quién fue el causante de todos los ataques. Incluso le enseñó el diario, parecido al suyo y con un gan agujero donde lo había traspasado el colmillo del basilisco.
Al ver ese diario, contaba Draco, había comprendido que se podía hacer de cualquier cosa un objeto poderoso. Reflexionaba acerca de la inventiva del Señor Tenebroso para ocurrírsele algo parecido y decidió estudiar el tema. Después de todo, eso de poder conservar algo de sí mismo en un objeto era algo increíble. Contaba que si sus antepasados hubieran hecho algo parecido en un momento de necesidad se podría recurrir a ellos en busca de consejo y guía. No por nada en la dinastía Malfoy había habido hombres endemoniadamente astutos y mujeres fríamente calculadoras y esta sería una buena manera de beneficiarse de los conocimientos adquiridos por las distintas generaciones de su familia. Indicó que estudiaría el tema en profundidad y no volvió a hacer referencia en adelante.
Ginny estaba ansiosa por ver las últimas anotaciones del diario, pero Hermione, cortante, dijo que o lo miraban todo o nada. La pelirroja sólo buscaba un poco de cotilleo fresco pero su amiga veía en el diario una oportunidad de oro para conocer más sobre Draco. Y se alegró mucho de no haberse saltado el tercer curso cuando vió aparecer su nombre casi en el primer día de septiembre. Es obvio que no estaban leyendo el diario entero, pero saltaban unas cuantas hojas hasta llegar a una parte que parecía interesante. Y aquella en la que aparecía su nombre lo fue.
Hermione sintió un torrente de emoción en sus venas cuando vio su apellido escrito con tinta negra y con la inconfundible letra de Malfoy. "Y allí estaba Granger con sus estúpidos amigos, el pobretón y el héroe, me pregunto como podrá hacer para soportar a esos dos". Desde luego Draco no hacía más que despotricar contra Harry y Ron y a ella sólo la nombraba por su apellido, no por el apelativo que utilizaba cuando Hermione podía oírle. No se molestaba en insultarla en sus escritos. Ginny dijo que a ella eso le parecía revelador pero Hermione no le dio demasiada importancia.
Draco también contaba cosas interesantes respecto a la situación de la escuela. Con la fuga de Sirius Black de Azkaban los terrenos del colegio se vieron "guardados" por los dementores, criaturas que absorvían tu felicidad y te dejaban con los recuerdos más tristes de tu vida. A pesar de lo que Malfoy se había burlado de Harry en ese curso cuando se enteró de que se había desmayado por la presencia de uno de estos seres, en las páginas del libro revelaba que para él tampoco resultaba agradable estar cerca de ellos. Parecía recordar la situación en su casa después de la muerte de su hermana y otras escenas que no parecían precisamente bonitas y que solo describía de forma vaga, como refiriéndose a algo que ya había contado páginas atrás aunque no había sido así.
"Al menos tengo que estar agradecido de tener esta maravillosa costitución, puedo comer todo el chocolate que necesito sin engordar un gramo. Realmente no sabría como explicar un aumento de peso sin mencionar lo que recuerdo cada vez que se acercan esos bichos" escribía. Y a continuación daba una lista detallada de todos los Slys que sí que parecían haber aumentado de peso en los últimos tiempos y cual podía ser la causa de sus recuerdos amargos.
La de Zabini era el abandono de su madre cuando tenía cinco años y la dureza con la que su padre lo trataba cuando aún solo sospechaba que podía ser gay. La vida de Blaise no parecía haber sido muy bonita, según Draco comentaba veladamente.
Pansy al parecer también había presenciado lo suyo, aunque una vez más Draco se refería a ello de forma un poco incoherente como un apunte de "aquella vez que...". Para entonces Draco ya se estaba haciendo amigo de la pequeña Skye Hidden. Contaba que a ella le sucedía lo contrario que a los demás, había adelgazado bastante desde principios de curso. Pearl Knight, que compartía cuarto con ella, le había contado que muchas veces se despertaba gritando aterrorizada. Esto había parecido intrigarlo bastante hasta llegar a un punto en el que, de buenas a primeras, dejó de referirse a ello y sólo nombraba a la chica en frases como "pobre Hidden, hoy está peor" o "se nota que ha llorado otra vez, como siga así todo el mundo sospechará algo", pero nunca aclaraba nada.
El curso se animó un poco cuando Draco se dedicó con todos sus esfuerzos a que echaran a Hagrid de su puesto. El ataque del hipogrifo había sido totalemente accidental pero por iniciativa propia, y porque el semigigante le caía fatal, decició aprovechar la situación.
Pansy se dedicó entonces a ser su enfermera a tiempo completo, y a pesar de que no le quitaba ojo de encima Draco encontró tiempo para explotar su "herida de guerra" y acabar en la cama con una Sly de séptimo que además de iniciarle le enseñó muchísimo en un par de noches y lo convirtió en un adicto a las "aventuras esporádicas". Pansy, la pobre, cuando se enteró de la repentinamente hiperactiva vida sexual de su amorcito le montó una escenita de celos digna de una gran actriz y le predijo un futuro muy negro si no se quedaba con ella. Como la chica estaba en clase de Adivinación con Trelawney no se puede decir que Draco estuviera inclinado a hacerle mucho caso pero aún así la trató con un poquito más de consideración y sus correrías fueron más discretas, aunque también fueron más detalladas en su diario.
Ginny y Hermione leyeron muy interesadas la lista de sus conquistas y la descripción de los puntos débiles de cada una (Cho Chang era hipersensible detrás de las orejas, Blanche Knight se derretía con pasar los dedos por la cara interna de sus brazos, Alicia Spinnet gritaba como una loca con mordisquearle la base del cuello...) En poco tiempo Draco se habia echo con una reputación envidiable entre el personal femenino, pero fue en una noche de borrachera en las gradas del campo de quidditch cuando Malfoy descubrió algo sobre sí mismo que le había pasado desaperdibido hasta entonces: no sólo le gustaban las mujeres.
Había estado bebiéndose una botella de tequila mano a mano con Blaise Zabini y despotricando contra McGonagall por haberles castigado injustamente. Cuando se calmaron sus ánimos un poco se pusieron a hablar de cuanquier cosa. Zabini, sin siquiera darse cuenta, estaba contándole a un Draco muy sorprendido lo mucho que el gustaba verlo ducharse cuando el rubio Sly sintió la tentación de besarle. Según su propia confesión Draco se había excitado mucho con la idea de ser observado sin darse cuenta y prácticamente se tiró encima de su amigo. Hermione se preguntó entonces qué pasaría si alguna vez se enteraba de que ella y Ginny le habían estado mirando esa tarde. Según lo que ponía en el diario (descrito con todo lujo de detalles, un capítulo que Hermione no hubiera querido leer pero que Ginny no estuvo dispuesta a pasar por alto) aquella vez con Zabini parecía haber sido una especie de violación consentida. Desde ese día ambos habían visitado la cama del otro con frecuencia.
Las aventuras que tuvo entonces con ambos sexos se hicieron un poco más salvajes. Hermione no podía creer todo lo que estaban leyendo, las cosas que hacían las chicas más modositas por complacerle y los nombres de chicos de los que nunca hubiera creído que se sentirían atraídos por integrantes de su mismo sexo. ¿Qué había podido ver Draco en ella que no había encontrado entre todas las experiencias que había tenido? Y vaya si había tenido, para todos los gustos. Y las veladas en Slytherin hacían parecer la fiesta de Gryffindor un picnic en comparación.
Después de leer todo aquello a la chica le entró un miedo terrible, nunca estaría a la altura de Draco, nunca podría ser todo lo que él esperaba. ¡Si ni siquiera era buena en la cama! Claro que eso no lo sabía bien, pues él era siempre el que controlaba la situación. Pensar en eso le hizo mirar con más detenimiento los relatos de sus conquistas y de dio cuenta de que era cierto, Draco nunca dejaba que nadie le dominase, siempre era él el que llevaba la iniciativa en todo. Una idea cruzó por su mente y decidió agarrarla. Sí, probaría a dominar a un Malfoy, a ver que tal salía.
Su determinación se hizo más fuerte cuando llegó a la parte en la que Draco había insultado a Hagrid y ella le había pegado tal guantazo que el chico casi había perdido el equilibrio. "Está histérica" había escrito Malfoy, dolido "¡No sé como se atrevió a tocarme siquiera, mucho menos a amenazarme con su varita! ¿Pero quién se ha creído que es? ¡Hay que tener agallas para tratarme de esa manera! Esto no quedará así, ¡mi venganza será terrible!" A pesar de sus palabras había como un deje de admiración en el tono que había empleado. Además, estaba el echo de que Hermione nunca supo cuán terrible podia ser su venganza porque ésta no llegó nunca. Si bien en cuarto curso hizo que Rita Skeeter publicase cosas horribles y estúpidas sobre ella esto afectó más a Harry y Ron que a ella misma. Ni hay que decir que el que todo el mundo creyera que era la novia de Harry había afectado a Ginny. La pobre lo había pasado fatal y no se había acercado a Hermione hasta que se dio cuenta de que ésta no sentía nada por su ídolo.
No se volvía a mencionar nada sobre ella hasta llegar al baile de navidad, al que Malfoy había ido acompañado de Pansy porque la chica le había insistido mucho. "Y ahí estaba Granger, con ese estúpido de Krum. No sé que demonios se había echo que le sentaba condenadamente bien. No estaba mal para ser una Gryffindor".
Una gran crítica sobre tres horas de intenso trabajo para mejorar su aspecto. Sin duda era más de lo que ninguna de las dos chicas había esperado. Malfoy había reconocido abiertamente que Hermione "no estaba mal". Casi chillaron de emoción.
Después de leer esta revelación a Hermione se le contagió la curiosidad de Ginny por conocer acontecimientos más recientes y pasaron directamente al final del diario. Alli, escrito sobre tinta imperecedera aparecía escrito todo lo que había confesado hacía un rato sumergido en su bañera. ¡Consideraba a Hermione bonita!
Lo último que aparecía escrito no dejaba lugar a vacilación alguna: "No sé que tiene esa chica que me nubla los sentidos. Ahora mismo Snape debe estar buscándome por medio castillo o rumiando el castigo que me impondrá, pero me dá lo mismo, sé que ha valido la pena" Estas palabras debían estar escritas después de la comida en el gran comedor, justo antes de la visita de las chicas al cuarto del Sly. Al final de esa frase las letras eran casi ilegibles, medio temblorosas, y un gran manchón de tinta cerraba la página. La impresión general que daba era que se había quedado dormido mientras escribía.
Se confirmó esta sospecha en la hoja siguiente, con letra firme aunque apresurada aparecía escrito lo siguiente: "¡Demonios, menudo sueño! Sé que siento algo fuerte por Hermione Granger, nunca había pensado tanto en nadie y tampoco había tenido sueños como los que tengo con ella"
Hermione sujetó la hoja con una mano temblorosa. Estaba escrito de su puño y letra, en su diario íntimo, secreto. Él nunca mentiría en su diario, ¿verdad? No, la gente no le mentía a su diario. No era una declaración lo que se dice romántica, Hermione lo sabía, pero viniendo del chico más frío de Hogwarts, del chico que había creído despreciarla durante más de cinco años, era más de lo que nadie podía pedir. Sintió que los ojos se le nublaban de lágrimas y luchó por contenerlas. No quería quedar como una idiota sensiblera delante de Ginny, quien por cierto también tenía los ojos vidriosos. Ninguna de las dos pronunció palabra alguna hasta que se dieron cuenta, casi a la vez, de que la luz en el cuarto había disminuido considerablemente. Estaba oscureciendo; habían pasado toda la tarde leyendo el diario de Malfoy.
Draco Malfoy estaba furioso. Estaba muy borracho y seguía muy excitado. Le echó un vistazo a Skye, que estaba tumbada cuan larga era (lo que no era mucho dado que medía 1'55 m) en el centro del cuarto mirando el techo mientras cantaba algún estúpido éxito de los Cuarenta Magistrales. Pensó seriamente en la posibilidad de acostarse con ella. Después de todo, como estaba borracho, su conciencia se habría dormido, ¿no?
Pues no, porque al pasar esa idea por su cabeza pensó inmediatamente en Hermione.
- Esto no puede ser posible – masculló. Se levantó trabajosamente del suelo y se dirigió a su cama, dispuesto a descargar en su diario toda su frustración, pero al apartar los cortinajes de su cama la econtró vacía. Ni rastro del libro negro. Miró a Skye de reojo preguntándose si ella podría haberlo cogido pero sabía que la chica nunca haría algo así. Blaise por supuesto que no había sido, el nunca tocaría sus cosas. ¿Y quien podría atreverse a entrar en su cuarto? No, seguramente había dejado el diario en algún otro sitio y ahora no lo recordaba. ¿Lo había protegido con los hechizos al menos? No lo sabía.
Buscó en su baúl por si lo había metido por allí, pero no encontró ni rastro. Miró también en el escritorio-licorera pero era imposible que lo hubiera dejado en ese lugar. Se arrastró bajo la cama por si había caído al suelo pero allí solo había pelusas del tamaño de una cabeza humana.
- ¿Es que los malditos elfos no limpian en condiciones? – preguntó indignado. Skye, que lo había oído, bajó de la nube en la que estaba subida y se volvió hacia él.
- ¿Qué se supone que está haciendo, Malfoy? – no esperó contestación y se arrastró junto a él para tumbarse a su lado bajo la cama. - ¿Qué? ¿Ahora coleccionas mugre? ¿o son tus nuevas mascotas? – dijo a ver a lo que se refería. A continuación empezó a hacer ruiditos como si estuviera llamando a un animalito en dirección a las pelusas pero, obviamente, ninguna acudió a su llamada – No son muy amigables, ¿no?
Malfoy bufó despectivamente para no reirse y salió de debajo de la cama. Skye lo siguió y lo miró aturdida por un momento.
- Voy a vomitar – anunció con tranquilidad. Ya continuación se levantó de un salto y salió corriendo en dirección al cuarto de baño donde el ruido de sus arcadas quedó amortiguado por la puerta.
Draco aprovechó que estaba solo y sacó su varita.
- Accio diario – recitó, y esperó a que el libro llegase solo a sus manos.
Hermione soltó un gran grito cuando el diario de Draco salió volando de sus manos en dirección a la ventana dejando entre sus temblorosos dedos la última hoja de sus anotaciones, arrancada involuntariamente del libro. Ginny miró la hoja con terror.
- Ha usado el hechizo convocador – dijo en un hilo de voz. Hermione asintió asustada.
- Tal vez no se dé cuenta de que le falta una página – dijo con esperanza, pero su amiga la miró con escepticismo y le dijo con voz grave:
- Herm, no cuentes con ello.
