Capítulo 12. Háblame de ti.

Daniela se encontraba en el hotel de lujo que su representante había escogido. Se mordía las uñas, nerviosa, y tanto se las arruinó que optó por encender un cigarrillo. ¿Quién rayos era esa chica y por qué Genzo le había hablado con tanta ternura? Lo único que Daniela sabía era que esa chica era un riesgo para ella... De alguna manera o de otra tenía que quitarla de su camino...

- ¿Qué te pasa, emperatriz?.- preguntó su representante, al verla tan fuera de sí.- ¿Te pasó algo con tu galán japonés?

- Es un idiota.- Daniela le dio una gran fumada a su cigarro.- Pero no es él quien me preocupa...

- ¿Entonces?

- Hay una chiquilla ingenua que anda con él. No creo que sean novios, Genzo no saldría con una muchacha como ésa pero se nota a leguas que a ella le gusta él.- Daniela sentía en el estómago un reconcomio de alacranes.

- ¿Por qué estás tan segura?.- el representante miró a Daniela con cierta aburrición.

- Porque si Genzo no quiso andar con una mujer como yo, no andará con una chiquilla mocosa como ésa.- Daniela se acabó el cigarro de una chupada.

El representante ya no contestó. Hacía mucho tiempo que se había hartado de los caprichos de Daniela Dietrich, pero pues la chica era una famosa cantante y le daba buenas ganancias, así que no le quedaba más remedio que soportarla... El joven había visto cómo Daniela se encaprichaba de Genzo Wakabayashi, aunque afortunadamente éste no había cedido ante las presiones de la muchacha. Curiosamente, Genzo y el representante de Dietrich se habían convertido en muy buenos amigos y mantenían contacto de vez en cuando, cosa de la cual Daniela no estaba enterada, obviamente.

- Esa chiquilla me las pagará.- repitió Daniela.

- Sí, como tú digas... .- el representante suspiró.

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Saki Aiza y Tess Shadows recibieron muy amablemente a Lara cuando ésta llegó con su hermana a las clases de canto, aunque Saki le hizo saber a Lily que no podía estar llevando visitas muy seguido.

- Perdóneme, sensei Aiza.- se disculpó Lily.- Pero mi hermana es algo... Mandona y muy preocupona, suponiendo que esa palabra exista. No podía decirle que no me acompañara aquí porque entonces iba a pensar que estoy haciendo algo malo... Le prometo que no volverá a venir conmigo, de alguna manera me libraré de ella.

- Eso espero.- suspiró Saki.- No es que me caiga mal tu hermana pero no me gusta que alguien más te distraiga.

Sin embargo, Lara no se quedó mucho rato. Dijo que lo único que quería era saber en dónde y con quién practicaba su hermana y ya, pero que no pretendía estar presente en todos los entrenamientos, así que se salió y le dijo a su hermana que iría a conseguir casa, ya que no esperaba quedarse a vivir con ella en la mansión Wakabayashi. Al final de sus prácticas, Lily se alegró de poder volver sola a la mansión, ya que no soportaba la presencia de Lara las 24 horas, sin importar que se tratase de su hermana. Al salir del departamento de Saki, Lily se topó casualmente con Kenji Wakabayashi.

- ¿Qué haces aquí, bombón?.- preguntó él, aludiendo a los miles bombones que se comió Lily en la fiesta de compromiso de Touya.

- ¡Ah! Vengo a... Vengo a mis clases de japonés... .-respondió Lily, algo aturdida.

- ¿Aquí? ¡Qué raro! Tengo entendido que en este departamento viven Saki Aiza y Tess Shadows, los famosos compositores... .- Kenji miró a la chica con sorpresa.

- ¿Los conoces?.- Lily estaba sorprendida.

- Sí. Tess es un buen amigo mío.- sonrió Kenji.

"¡Me lleva!", pensó Lily. "Ya me cayó el chahuislte... ".

- No vienes a tomar clases de japonés, ¿verdad?.- inquirió Kenji, en voz baja.- Ya dime la verdad... ¿A qué vienes aquí?

- Por favor, no se lo vayas a decir a nadie.- suplicó Lily.- Es un secreto...

- Confía en mí.- Kenji le guiñó un ojo.

Lily le contó a Kenji de su gran secreto, desde su promesa a Chiara hasta las clases de canto con Saki Aiza. Kenji escuchó todo con interés y prometió guardar silencio. Lily sintió que se había ganado un nuevo amigo, aunque Kenji se esperaba algo más. A él lo había cautivado la chica, y aunque sospechaba que Genzo estaba enamorado de Lily, no sabía si ella sentía también algo por su hermano, de manera que se decidió a probar suerte con la mexicana. Ganarse su confianza sería el primer paso.

Lily volvió a ir a los entrenamientos de Japón, pero no lo hizo sola. Aparte de Hana, iban con ella Lara y, para gran sorpresa de la mexicana, de Samael. Ésta no había querido decir las razones por las cuales iba al entrenamiento del equipo japonés, pero Lily sospechaba que Hikaru Matsuyama tenía que ver en el asunto...

Por cierto que Hana y Ken Wakashimazu se llevaban cada vez mejor. A Lily le daba mucha risa verlos juntos, no solo porque en definitiva el suplente del equipo japonés no le caía, sino también porque su relación era algo así como la de Romeo y Julieta, pero sin el odio acérrimo entre familias y sin el suicidio de los enamorados. Nadie desconocía que Wakashimazu y Wakabayashi eran rivales en el campo de juego, incluso Ken había abandonado hacía poco la selección debido a que el entrenador se negó a ponerlo como titular (el que indiscutiblemente se merecía ocupar ese puesto era Genzo) y había decidido largarse en vista de que su capricho no fue cumplido. Quizás Lily lo juzgaba con mucha severidad, pero ese acto había causado que el muchacho terminara de caer de su gracia, cosa que le dejaba bien en claro a Hana. Ésta siempre defendía a Ken diciendo que debería ser frustrante el no poder tener la titularidad debido a que había alguien más a quien le habían apartado ese puesto. Lily entonces decía que ese puesto "apartado" era de Genzo y que era de él no porque se lo hubiesen apartado sino porque se lo merecía por ser mejor portero que Ken, y de paso le recordaba que Genzo era su propio hermano y que debería de defenderlo a él y no al otro.

En fin, Lily ya se había dado cuenta de que Hana se había enamorado de Ken. Y de paso, se notaba también que al portero karateca no le era indiferente la chica Wakabayashi...

Háblame de ti, te quiero conocer...

Hana le contaba a Ken de todas sus frustraciones. De lo mal que a veces le iba en el colegio, no porque no fuera inteligente sino porque le fastidiaban las reglas estrictas que la asfixiaban. Ken la escuchaba atentamente, no solo porque a la chica le hacía falta desahogarse, sino porque ella le hacía sentirse un tanto extraño... Más específicamente, lo hacía sentirse menos solo... Hana siempre le dedicaba a Ken una dulce sonrisa, viniera del humor que viniera. Se portaba dulce y tierna con él, de una manera en como nunca lo hacía ni siquiera con sus propios hermanos.

Si comprendes que el amor es todo...

Si me acompañas cuando yo estoy solo...

Hana, curiosa como era, quería saber toda la historia de Wakashimazu. Éste le contó todo, desde su padre karateca dueño de un dojo* hasta sus deseos de convertirse en futbolista y de lo que tuvo que hacer para convencer a su padre.

- Fue hasta que mi padre me vio jugando la final del Tercer Torneo de Secundarias contra el Nankatsu cuando él por fin comprendió cuál era mi deseo.- contaba Ken.- A partir de entonces, me permitió continuar con el deporte que amo, aunque no olvido el karate.

- Ya veo.- decía Hana, fascinada con su historia.

Al principio, Ken comenzó a hablarle a Hana por contrariar a Genzo. Wakashimazu había visto cómo aquél había discutido con su pequeña hermana la primera vez que ella le habló, y debido a eso a Ken le dieron ganas de molestar aún más a Genzo hablándole a la pequeña Wakabayashi. Sin embargo, con el paso del tiempo Ken se fue prendando de Hana...

Así que Hana y Ken se fueron convirtiendo en confidentes, después en amigos y después... Bueno, no se sabía qué iba a pasar después. Hana ya no negaba que estaba más que loca por el portero, tal y como Lily lo estaba por su hermano. Fue en ese momento cuando Hana comprendió cómo debía de sentirse la mexicana al suspirar por un amor no correspondido y se preguntó si ella estaría en la misma situación. ¿Ken la vería solo como una chiquilla mocosa? Hana estaba por cumplir los 16 años, pero Ken ya tenía 19 y la diferencia podía llegar a ser abismal. Quizás a él solo le interesaran las chicas mayores...

"Lo daría todo por él", suspiró Hana. "Lo que fuera, con tal de formar parte de su vida de una manera más permanente". Lo que Hana no sabía era que Ken también estaba deseando lo mismo de ella...

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Lara había causado cierto revuelo entre la selección. A muchos les pareció que era una mujer muy atractiva, al igual que su hermana. Pronto las dos hermanas Del Valle se convirtieron en la sensación de los entrenamientos, cosa que ponía de mal humor a la porra japonesa, sobre todo a Sanae ya que parecía ser que Tsubasa se llevaba demasiado bien con Lara...

- Mira la cara de baboso que pone Tsubasa cuando ve a Lara.- gruñó Sanae.- Pareciera que le gustara...

- No seas tonta, Sanae.- replicó Kumi.- Bien que sabes que Tsubasa está enamorado de ti...

Hacía unos cuantos años, antes de que Tsubasa se marchara a Brasil, Kumi Sugimoto le había confesado sus sentimientos a Tsubasa. Éste la rechazó, diciendo que estaba enamorado de Sanae, y antes de marcharse a Brasil, él le confesó a esta última que la quería, aunque las cosas no habían pasado de allí...

- Lily y Tsubasa son buenos amigos, ¿no?.- dijo Yukari.- Igual y también se lleva bien con Lara...

- Si, quizás... .- Sanae se encogió de hombros.

Pero Tsubasa y Lara hablaban mucho, quizás demasiado... Al final de cada entrenamiento el japonés buscaba a las dos mexicanas y se ponía a charlar con ellas, pero Lily no tardaba en marcharse para irse con Genzo, de manera que Lara y Tsubasa seguían hablando a solas...

- Es verdad que me dijo que me quiere.- susurró Sanae.- Pero a veces se comporta como si ya lo hubiera olvidado...

Ninguna de sus amigas tuvo una respuesta para eso.

Genzo acompañó a Hana y Lily a casa al final del entrenamiento. Lara había vuelto a marcharse pretextando que seguía buscando un departamento.

- Deberíamos invitarla a quedarse en la casa, hay mucho espacio.- comentó Hana.

- Ya lo hice, pero no aceptó.- contestó Lily, aunque después se corrigió, algo avergonzada.- Es decir... Me refiero a que la invité a compartir mi habitación, por supuesto que iba a pedirles permiso pero pensé que no habría problema si ella se quedaba conmigo, no es que me esté aprovechando de su hospitalidad...

- No te preocupes, sensei.- Hana soltó una carcajada.- No hay problema, podemos darle a tu hermana su propia habitación con baño...

- ¡No, cómo creen!.- gritó Lily.- Es demasiado, ella puede quedarse conmigo... Aunque bueno, está entercada en vivir en su propio apartamento, así que no sé para qué discutimos sobre esto.

- Menos mal, no hubiera aguantado que la Señorita Petulante viviera en mi casa.- gruñó Genzo, malhumorado.

- No seas descortés.- Hana golpeó a su hermano en las costillas.- Ni malagradecido. Lo menos que podemos hacer es ofrecerle alojamiento a la hermana de mi sensei, que tan bien se ha portado conmigo.

- No es eso, es solo que... .- Genzo se interrumpió.

- ¿Qué cosa?.- lo animó Lily.

- Es solo que no me parece correcto que tú y Lara vivan en la misma casa... .- respondió Genzo.- Tú misma me contaste cómo Lara te ha molestado desde niña, incluso las cosas que me dijiste que te hizo era para que tú la hubieras amarrado a un árbol o algo peor. No me niegues que la relación entre tu hermana y tú es algo tensa, porque no te la voy a creer.

Lily no contestó. Era cierto que Lara y ella tenían sus problemas... Chiara había intentado infructuosamente el unir a sus pequeñas hermanas, sin éxito. Y la pobre murió sin tener el gusto de ver que sus hermanas se llevaran bien...

- Cambiando el tema.- Lily ya no quiso seguir hablando de Lara.- Espero que no les molesta la presencia de Andrómeda...

Por supuesto que a los Wakabayashi les había sorprendido que Lily tuviera como mascota a un águila real, pero nadie se opuso a que Lily conservara el ave. Genzo incluso había dispuesto que se le construyeran varias perchas y que se le diera la oportunidad de volar a sus anchas por la enorme finca. Al principio Mine y James estaban temerosos, pero Lily mantenía bien controlada al ave y no había motivo alguno para temer. Con Andrómeda cerca, Lily se sentía menos lejos de su hogar.

- Si a ti te hace feliz tener a Andrómeda contigo, no hay problema.- respondió Genzo.- Lo que sea se te dará, con tal de que seas feliz.

Lily se puso colorada con la respuesta. Hana sonrió por lo bajo. Al llegar a la mansión, ya Kenji los estaba esperando, aunque mejor dicho, a quien estaba esperando era a Lily.

- Tengo una sorpresa para ti.- anunció Kenji, feliz.

- ¿Para mí?.- Lily se sorprendió.- ¿Y eso?

- ¿Qué vas a hacer ahora, Kenji?.- habló Genzo severamente.- No vaya a ser una broma de mal gusto...

- Claro que no, pero es algo que no te importa.- retó Kenji

- ¿Y eso por qué?.- a Genzo no le agradó la respuesta.

- Porque es una sorpresa para Lily.- respondió Kenji. Y sin esperar respuesta a eso tomó a Lily del brazo y se la llevó con ella.

- ¿Qué es esa sorpresa de la que me hablas?.- Lily estaba invadida por la curiosidad.

- Bueno, verás.- Kenji se rascó la cabeza.- La otra vez estaba pensando en que deberías de tener un equipo adecuado para practicar... Algo así como un sitio en donde puedas grabar tu propia voz y continuar ensayando aquí.

Lily lo pensó. No, no tenía nada de eso. Se había llevado a Japón todos sus instrumentos musicales: sus guitarras acústica y eléctrica, su violín electrónico, su teclado y el bajo, pero no tenía ningún aparato en el que pudiera grabar sus canciones. Saki Aiza y Tess Shadows sí lo tenían, pero ellos eran músicos profesionales y podían darse el lujo de tener todo un equipo de grabación a su disposición.

- Pues no, no tengo nada similar, aunque ese equipo del que hablas cuesta varios miles de dólares que aun no tengo.- suspiró Lily, resignada.

- Pero no necesitas algo tan grande.- la contradijo Kenji.- Yo estaba pensando en algo más sencillo, algo así como un karaoke. Bueno, algo así...

Kenji sacó una computadora portátil y se la entregó a Lily.

- Espero que sea suficiente.- dijo.

- ¿Qué es?.- Lily estaba más que sorprendida.

- Una computadora con micrófono y software especial de grabación que te permitirá grabar tus canciones en discos compactos y hacerles las modificaciones que desees. Es algo sencillo, pero te permitirá grabar tus primeros "singles".

- Yo... Yo no puedo aceptar algo así... .- Lily habló en susurros.

- ¡Claro que puedes!.- la contradijo Kenji.- Quiero ayudarte con tus sueños. Has hecho tanto por Hana que es lo mínimo que podemos hacer por ti.

Lily se sintió tan conmovida que dejó la computadora en una mesita cercana y abrazó a Kenji. Éste se sorprendió pero, nada tonto, correspondió al gesto.

- ¿Qué es lo que estás haciendo?.- Genzo interrumpió al ver la escena.

- ¡Ah!.- Lily soltó a Kenji inmediatamente.- Perdón, es que yo... Es que él... Es que...

- ¿Qué se te ofrece, hermanito?.- preguntó Kenji, muy sonriente.- ¿Por qué interrumpes?

- ¿Qué demonios haces abrazando a Lily?.- gritó Genzo, muy enojado.- ¿Ésta era la sorpresa de la que hablabas?

- No te enojes, hermanito.- Kenji seguía sonriendo.- Yo nomás quería darle un regalo a la señorita...

- ¡No engatuses a Lily con tus regalos!.- volvió a rugir Genzo.- ¡Ya te dije que ella no es otra de tus conquistas!

Lily se sorprendió. ¿Por qué Genzo estaba tan enojado?

- Quizás no deba aceptar tu regalo.- murmuró Lily.

- No digas tonterías. El regalo es mío y Genzo no tiene nada que ver con él.- Kenji tomó la computadora y se la entregó a Lily.- Le diré a James que te ayude.

- No, así está bien, gracias.- Lily subió las escaleras con su presente, después de lanzarle a Genzo una mirada de disculpa.

- No seas tan celoso, hermanito. Solo quería darle una ayudadita a Lily con sus sueños.- dijo Kenji, antes de salir de la habitación.

Genzo supo entonces que Lily tenía un secreto que solo Kenji conocía.

"Quizás Lily ya comenzó a confiar en Kenji. ¿Por qué eso me da tanta rabia?".

Genzo seguía negándose a sí mismo sus propios sentimientos.

Y Lily se preguntó, por primera vez, si lo que Genzo acababa de hacer no había sido un acto impulsado por los celos...

Notas:

- ¿Vieron la película de "Coyote Ugly"? Bueno, la computadora que le regalaron a Lily es más o menos igual a la que tiene la protagonista.