Capítulo 14. My inmortal.
Elliot Tapia. El chico se veía muy agradable y algo en él despertó una sensación desconocida en Lily, aunque ella no podía precisar qué era. El joven comenzó a hablar con ella como si fuesen amigos de toda la vida. Tan entusiasmada estaba con la charla que la chica Del Valle ni siquiera abrió su lata de refresco.
- ¿Y de dónde vienes?.- quiso saber Lily.
- De aquí y de allá. De ninguna parte.- respondió enigmáticamente Elliot.- No es importante.
- ¿Y por qué no?.- se sorprendió Lily.
- *Quieres saber de dónde soy, que te apunte algún lugar... .- comenzó a cantar Elliot con una impactante voz de tenor.- De tu propia tierra soy...
- Con la misma entrega voy... .- Lily sonrió.- ¿Cómo es que sabes esa canción?
- Me fascina la música.- Elliot se encogió de hombros.- Y por lo que sé, a ti también te encanta.
- ¿Cómo sabes eso?.- Lily volvió a asombrarse.
- Se nota en tu manera de hablar.- explicó Elliot, mirando fijamente a la chica.- Tu voz tiene una melodía impresa que solo tienen los cantantes de corazón, aquellos para quienes la música lo es todo en la vida.
Lily no podía salir de su asombro. Elliot Tapia había expresado al cien por ciento su sentir.
- ¿Quién eres?.- insistió Lily.- Pareces alguien salido de otro mundo...
- Quizás lo sea.- Elliot esbozó una sonrisa enigmática.- Y no sabes lo que me alegra el haberte encontrado...
- ¿A mí?.- Lily sentía que estaba a los límites del asombro.- ¿Y por qué?
- Porque he estado en busca de la Voz de la Esperanza.- anunció Elliot.- Durante mucho, mucho tiempo, he buscado incansablemente a aquella persona cuya voz llegue hasta los corazones de las personas para infundirles la fe en los sueños y en la vida.
- ¿Y cómo estás tan seguro de que soy yo?.- insistió Lily.
- Simplemente, lo sé.- Elliot sonrió.
- Pero si acabas de conocerme...
- En eso, Lily, estás equivocada.- Elliot sacó una vez más su misteriosa sonrisa.
En esos momentos Genzo hizo acto de presencia. Inmediatamente se estableció entre él y Elliot una corriente de rechazo extremo.
- Lily.- habló Genzo, secamente.- Te he estado buscando.
- Lo siento, no me fijé en la hora.- respondió la mexicana, aun muy sorprendida.- Genzo, él es Elliot Tapia, un... Eh... Un amigo... Elliot, él es Genzo Wak...
- Sé quién es él.- interrumpió Elliot, con un timbre de rechazo en la voz.- Y no puedo decir que me dé gusto el conocerlo.
La discordia que ya se había sentido entre ambos hombres se intensificó. Lily sintió algo de temor.
- Me retiro por ahora.- anunció Elliot.- Pero pronto sabrás de mí. No se puede detener al destino.
- ¿Detener al destino? ¿Qué eres, una adivina o algo así?.- se burló Genzo, muy molesto por el comentario de rechazo de Elliot hacia su persona.
Pero Elliot no contestó, se limitó a mirar a Genzo con cierto desprecio.
- ¡Espera!.- Lily gritó y caminó unos pasos hacia Elliot.- ¿Por qué me diste a entender que ya nos hemos visto antes?
- Quizás no lo recuerdes.- respondió Elliot, en voz baja.- Pero hace muchísimos años tú y yo tuvimos un encuentro, en una tierra lejana, al otro lado del mar. En un enorme puerto lleno de gente alegre y hospitalaria que se paseaba por una enorme avenida a orillas del mar.
Lily se quedó helada. Elliot había hecho alusión al puerto de Veracruz.
"¿Acaso...? ¿Acaso Elliot es... Mi niño de la gorra?", pensó la chica, en estado de shock.
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Rika y Lara se miraron varios minutos con odio verdadero. Parecían un par de panteras a punto de pelear por el hombre a quien amaban. Misaki se sintió el premio mayor de un concurso de lucha libre.
- Soy una estúpida, por darte ventaja.- dijo Lara.- Debí de saber que eres una aprovechada.
- En lo único en lo que has tenido razón es en lo que dijiste acerca de que eres una estúpida.- replicó Rika.
- ¡Mira quién habla! No sé por qué no has entendido que Taro nunca se va a fijar en ti.- gritó Lara.
- ¡Pues no fue a mí a quien Taro mandó a freír espárragos!.- respondió Rika, gritando también.
- Chicas, por favor... .-musitó Taro.- No discutan por mí...
Pero ni Rika ni Lara le hicieron caso. Ellas peleaban por él pero sin tomar en cuenta sus sentimientos.
- No voy a dejar que te salgas con la tuya esta vez.- anunció Lara.- Te quitaré de mi camino a como dé lugar.
- ¿Y cómo lo vas a hacer?.- desafió Rika.- ¿Me vas a atacar con los cuarenta cosméticos que usas para que no te veas tan fea?
- Ay, Dios... .- susurró Misaki, presintiendo que la pelea estaba muy cerca.- Detener a dos mujeres celosas es más difícil que para la caída de las cataratas del Niágara...
Rika y Lara seguían discutiendo, intercambiando palabras en español y japonés, con algunas frases dichas en francés. La pelea pronto comenzó a subir de tono y Taro comenzó a temer que las mujeres acabaran con la clínica cuando el doctor Shibazaki entró como un huracán en la habitación. Inmediatamente las dos mujeres se callaron.
- Suficiente.- dijo el doctor Shibazaki, con una orden terminante.- Éste no es el lugar para peleas de verduleras.
Rika y Lara agacharon la cabeza, avergonzadas. Detrás del doctor Shibazaki, algunos pacientes asomaban la cabeza por la puerta abierta. Sin embargo, el doctor cerró la puerta para evitar tanto chismorreo.
- Ésta es mi clínica y no permito que nadie perturbe la paz de mis pacientes.- anunció el doctor Shibazaki, cortante.- Que sea la última vez que esto vuelve a pasar. Si me entero de que ustedes dos vuelven a hacer un escándalo las sacaré a ambas de las instalaciones. Y lo peor de todo es que Misaki tendrá que pagar por ustedes, ya que tendré que pedirle que se busque a otro doctor.
- ¿Y yo qué culpa tengo?.- preguntó Misaki, exaltado, aunque después se arrepintió ya que, después de todo, él era el culpable de todo al haber confrontado a Rika y a Lara por no haber sido sincero con ellas.
- Lo siento mucho.- musitó Lara, cabizbaja.- No volverá a suceder.
- Lo lamento mucho.- susurró Rika.- No volveré a comportarme de esa manera...
- Eso espero.- el doctor Shibazaki suspiró.
- Será mejor que me vaya.- anunció Lara.- Con permiso.
Y salió como bólido de la habitación, sin despedirse de nadie. El doctor esperó a que la chica hubiese salido para hablarle a Rika.
- Señorita Ozawa, debo decirle que estoy muy avergonzado de usted.- le dijo a la japonesa.- Le recuerdo que, como enfermera, tiene usted un código de comportamiento muy estricto, el cual está obligada a seguir durante sus horas de trabajo. Si vuelvo a ver que pasa por alto ese código tendré que verme obligado a pedirle que haga sus prácticas en otra institución.
- Entiendo, doctor.- murmuró Rika, al borde de las lágrimas.- No volverá a suceder...
Y sin decir nada más, la muchacha salió llorando de la habitación. Misaki se sintió peor que chinche aplastada. Él había tenido la culpa de todo. Si al menos hubiese sido sincero...
-FLASHBACK-
- ¿A quién quieres en verdad, Misaki?.- preguntó Jean Lacoste, el novio de Azumi.- ¿A Rika Ozawa o a Lara Del Valle?
- ¿Para qué quieres saber?.- respondió Taro, con una sonrisa.- La curiosidad mató al gato...
- ¿Acaso vas a jugar con las dos?.- inquirió Jean, incrédulo.- No creí que fueras así de aprovechado...
- No pienso jugar con ninguna... Es solo que... .- Taro se interrumpió.
Miró la torre Eiffel que se erguía orgullosa enfrente de ellos. Ojalá el amor fuese algo más simple y fácil de entender...
-FIN DEL FLASHBACK-
Lara le gustó a Taro desde el momento en que la vio, por su manera sincera y directa de ser. No tardó mucho en pedirle una cita y por un momento creyó que se había enamorado pero... Pero entonces Rika se enteró de lo suyo con Lara y le hizo una clarísima escena de celos y fue cuando el corazón de Taro dudó. Rika siempre había sido una de sus mejores amigas y a él le encantaba molestarla y llevarle la contraria, y por eso al principio Misaki disfrutó con hacerla rabiar con Lara, pero entonces Azumi le preguntó que si más bien no hacía molestar a Rika porque más bien también sentía algo más por ella y le gustaba verla celosa por él. Fue cuando Misaki comenzó a dudar de los deseos de su corazón y se hizo el caos...
Sin tan solo hubiese sido sincero desde el principio...
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Esa tarde, durante sus clases de canto, Lily se sentía de lo más extraña. El encuentro con Elliot la había impresionado sobremanera. Una vez que el joven se hubo despedido, Lily y Genzo regresaron al campamento, sin decirse palabra. A Genzo le había molestado muchísimo la presencia de Elliot pero primero dejaba el fútbol que reconocerlo. Y Lily se había quedado impactada por las palabras de despedida de Elliot. Ella siempre había creído que Genzo podía ser su "niño de la gorra", aunque nunca se lo dijo a nadie. Las cosas más o menos coincidían: Genzo tendría más o menos la misma edad que tendría ese misterioso niño en la actualidad, le encantaban las gorras y su familia tenía el dinero suficiente como para realizar un viaje de descanso a Veracruz, además de que el puerto era un lugar muy comúnmente visitado por los japoneses. Pero por supuesto, Genzo jamás dio señales de que él en verdad fuese el niño de la gorra, así que Lily nunca se atrevió a preguntárselo de frente y prefirió seguir callando, esperando a que en algún momento él le dijera la verdad.
Pero ahora, había aparecido Elliot. Quizás Lily se había equivocado y en realidad Elliot Tapia era el niño que la había salvado hacía tantos años. Quizás él también se había pasado buscándola en el rostro de cada chica extranjera... Una prueba de ello era que Elliot le había dicho que se había pasado mucho tiempo buscándola... Pero Elliot también había despertado en Lily otro tipo de sentimientos en su interior: su deseo de ser cantante, el dolor de haber perdido a Chiara, sus miedos y temores...
Con todos estos pensamientos en su mente, Lily llegó a sus clases de canto. Ella siempre expresaba su manera de sentir en sus canciones, cosa que Saki y Tess ya sabían de sobra. Esa vez, la canción que Lily escogió cantar dejó a Saki y a Tess boquiabiertos... Pero también a alguien más...
Genzo había salido detrás de Lily, deseoso por averiguar cuál era su secreto. La siguió paso a paso, con cautela para que ella no se diera cuenta, hasta el departamento de Saki Aiza y Tess Shadows. Genzo sabía quiénes eran ellos, ya que Tess era muy buen amigo de Kenji y éste había presentado a todos sus hermanos con los jóvenes cantautores. Cuando Genzo tocó el timbre, ya Saki y Lily estaban en la cabina de canto. Tess invitó a pasar al arquero, diciéndole que bien valía la pena escuchar la voz de una futura promesa. Genzo aceptó y se ubicó en un sitio desde donde Lily no podía verlo. No quería que ella se distrajera...
Lily comenzó a cantar, con sus miles de pensamientos inundando su mente y su corazón y los cuales se reflejaban en su voz. Genzo se sintió nuevamente impresionado, pero esta vez de una manera diferente. No era la primera vez que escuchaba cantar a Lily, pero sí la primera vez que sabía lo que ella estaba sintiendo... Porque lo estaba expresando con su voz...
Saki acompañaba a la chica con el violín y Tess con el piano. El efecto era mágico... Genzo pudo conocer los temores de la infancia de Lily, sus miedos a fracasar...
But you still have… All of me…
Y fue cuando Genzo pudo entender cuán importante había sido Chiara para Lily. Ella había sido el ángel que la había estado cuidando durante toda su vida...
Lily le cantaba a su misterioso niño. Ella siempre había soñado con su rostro, el cual no había podido ver del todo bien, y en sus sueños se imaginaba que tarde o temprano él volvería a ella... No sabía por qué, pero Lily sentía que ese niño sería alguien importante en su vida...
There's just too much that time cannot erase
El tiempo no sería suficiente. Genzo lo sentía. Él supo que sin importar cuánto tiempo pasara, el corazón de Lily nunca sanaría por completo de las heridas que le causaron la muerte de su querida hermana... Ni tampoco borraría los miedos que Lara le había sembrado en su corazón, miedos que Lily nunca había querido contarle a nadie... Y quizás… Quizás… Tanto Chiara como el chico de la gorra habían abandonado a Lily... Y ella ingenuamente seguía pensando que ellos estaban a su lado cuando en realidad... Se encontraba sola...
But you still have… All of me…
Genzo le hizo una promesa silenciosa a la chica que cantaba. Él enjugaría sus lágrimas... Él ahuyentaría sus miedos... Por siempre...
Cuando Lily terminó de cantar, tenía los ojos llenos de lágrimas, pero no era la única: Saki también estaba llorando. Lily había llegado al extremo... Cuando la mexicana intentó secarse las lágrimas, unos aplausos la hicieron sobresaltarse. Lily dirigió la mirada hacia donde provenían las aclamaciones, y ahí vio a Genzo Wakabayashi, quien le dirigía la sonrisa más luminosa que ella hubiese visto jamás.
- Así que es éste tu gran secreto.- le dijo él.
Lily no contestó. Se preguntó cuántas sorpresas más le depararía la vida por ese día...
Notas:
- Los latinos tienen su fenotipo bien establecido, al igual que la gente del mediterráneo o los de oriente. Se puede notar la diferencia en el color de ojos, de pelo o de piel.
- Lily es soprano, Saki Aiza es soprano y Tess Shadows es tenor.
- Lo que canta Elliot son fragmentos de la canción "¿De dónde soy?", interpretada por Thalía.
