Capítulo 32. Tratar de estar mejor.

Cuenta esa vieja historia...

Dos años han pasado ya. El disco de Lily, Voice of Hope, alcanzó una de las mayores ventas que se hubiesen registrado en la historia de la música en la primera semana de su lanzamiento. A los tres meses se había conseguido ya un disco de oro y a los seis se alcanzó uno de platino. Ian Takahashi se hizo millonario de la noche a la mañana, y pues sobra decir que Lily también. Ella y Lara regresaron a México poco antes del nacimiento del bebé de ésta última, para darles a sus padres las buenas nuevas: Lara iba a casarse con el hombre de su vida y Lily se había convertido ya en una estrella de la música.

- Pero ni creas que dejaré de ser abogada solo porque me convertiré en tu esposa.- le advirtió Lara a Ian.

- Lo que tú quieras hacer, preciosa.- respondió Ian, feliz.

Al poco tiempo nació una linda niña de ojos grises y cabello negro. Lara e Ian estuvieron de acuerdo en ponerle el nombre de Chiara, en honor a la tía que nunca conocería, pero que siempre estaría presente en su vida. Ian fundó junto con sus socios una nueva compañía disquera, Alas de Ángel, que se dedicaría a darle una oportunidad a las nuevas promesas que luchaban por hacerse un espacio en el mundo de la música. Tenían ya contrato con una banda de rock mexicana y con un cantante colombiano que no le pedía nada a Ricky Martin o Carlos Vives (ninguno de los dos es colombiano, creo, pero son solo un ejemplo de cantantes latinos). Lily se dedicó por su parte a promocionar su nuevo disco en su amado México, en donde recibió tanta acogida como la había tenido en Japón.

¿Y qué pasó con los demás? Bueno, como ya había dicho, Saki y Tess se casaron en Suiza; Lily asistió a su boda, no así Genzo quien pretextó que estaba extremadamente ocupado con los entrenamientos del Hamburgo. Los Shadows aun no tenían un hijo, pero Saki le había contado a Lily por mail que pronto esperaban tener uno. Mientras tanto, Saki y Tess seguían componiendo música e interpretando canciones a dúo, aunque de vez en cuando Saki hacía sus apariciones ella sola. Incluso, en alguna ocasión invitaron a Lily a un concierto y el público enloqueció al ver a los tres famosos en el escenario. Samael estaba en Noruega y, según lo que le contaba a Lily en sus cartas (Samael optaba por el método antiguo de comunicación), había formado ya un grupo con varios conocidos y se dedicaba a escribir música todo el tiempo posible. Pronto llegó hasta México la música de un novedoso grupo noruego, Shadows of the Soul (Sombras del Alma), que estaba causando sensación en Europa. Samael se había enterado de que Genzo había dejado a Lily, pero aunque la Princesa del Hielo amenazó al portero con golpearlo si no regresaba con aquella, Genzo se mantuvo en sus trece y se negó a cambiar de decisión.

Hana Wakabayashi regresó a Londres poco después de que su hermano volvió a Alemania. Lily supo que ella había estado tratando de ponerse en contacto con Ken Wakashimazu, pero él nunca contestó a sus llamadas. Hana ahora tenía un nuevo novio en Oxford e iba a casarse con él, y aunque ella mostraba felicidad en sus mails, Lily sabía que ella aun seguía amando a Ken. Touya y Hotaru también se establecieron en Londres, ambos abrieron sus despachos y ahora eran los papás de un par de gemelos, un niño y una niña. Kenji se quedó en Tokio, y por ahí se rumoraba que se había vuelto en un amigo muy, muy cercano, de Yoshiko Fujisawa. Por cierto que ésta se había comprometido en matrimonio con Hikaru Matsuyama, pero por alguna extraña razón aun no se casaban. Por ahí se rumoraba que era él quien le estaba dando largas al asunto.

Rika y Taro se marcharon a Francia, aunque no duraron mucho tiempo allá. Al poco tiempo Misaki se dio cuenta que no estaba listo aun para el fútbol europeo, debido a su lesión que aun se encontraba reciente, por lo que decidió volver a Japón para jugar en las filas del Jubilo Iwata, el equipo en donde también jugaban Ishizaki y Urabe. Sin embargo, Taro no dejó que Rika abandonara su especialidad por él, así que la convenció de que ella se quedara en París a terminarla. Antes de marcharse a Japón, Taro le prometió a Rika que regresaría a Francia a jugar en el PSG (Paris St. Germain) y que entonces se casaría con ella. Rika confió en él y lo dejó marcharse, con la esperanza en el corazón y la promesa de una vida juntos en el anillo de compromiso que llevaba en el dedo anular de la mano izquierda. Tsubasa y Sanae se fueron a vivir a España. Después de mucho tiempo y tras muchos esfuerzos y obstáculos, Tsubasa había conseguido convertirse en el capitán del equipo y ahora él y Sanae eran los orgullosos padres de un par de traviesos gemelos: Hayate y Daibu. Y la prensa decía que la señora Ozhora estaba esperando otro bebé, pero no era nada confirmado.

¿Y sobre Genzo? Lily sabía muy poco, todo lo que ella sabía sobre él lo conocía a través de la prensa. Que se había convertido en el portero número 1 en Europa. Que su equipo había ganado la Bundesliga. Que el Bayern Munich le había ofrecido un jugoso contrato pero que él lo había rechazado. Que no tenía ninguna novia conocida ni nada parecido o similar. Esto consolaba un poco a Lily pero no terminaba de quitarle el amargo sabor de boca. Posterior a la partida de Genzo, Lily intentó comunicarse nuevamente con él. Le envió miles de correos electrónicos y le dejó miles de buzones de voz en su celular. Pero él no le contestó ninguno. Lily pensaba que él ya la había olvidado y que solo había sido una aventura en su vida cuando Lara le confesó que Genzo constantemente se ponía en contacto con Ian para saber sobre la salud y la vida de Lily. Eso le hizo saber a ella que aun la seguía queriendo...

- Y ya que estamos hablando de tipos raros.- comentó Lara, cargando a la pequeña Chiara.- ¿Qué pasó con Elliot Tapia?

Lily sonrió. Sabía que tarde o temprano alguien iba a preguntarle por él...

-FLASHBACK-

Elliot despedía a Lily en el aeropuerto de Tokio, justo antes de que ella partiera a México junto con Lara e Ian.

- Bueno, lo lograste.- comentó Elliot.- Yo sabía que lo lograrías.

- Gracias por creer en mí.- dijo Lily, con sinceridad.- Sin tu ayuda no hubiera podido lograrlo.

- Yo no hice nada, solo recordarte cuál era el camino.- sonrió Elliot.- Siempre supe que tú eras la Voz de la Esperanza... Aquella persona cuya voz unirá las corazones de las personas.

- Pasajeros del vuelo 295 con destino a la ciudad de Los Ángeles, con escala en la Ciudad de México, favor de comenzar a abordar.- anunció una voz femenina por el altoparlante.

- Bueno, ése es mi avión.- sonrió Lily.- Debo irme. Pero antes de eso... ¿Podrías aclararme algunas cosas?

- Todo lo que quieras.- contestó Elliot.

- ¿Quién eres tú en realidad?.- inquirió Lily.- ¿Cómo es que sabías tanto sobre nosotros?

- Solo te puedo decir que yo siempre estoy aquí para ayudar a las personas a conseguir su Leyenda Personal.- respondió Elliot, enigmáticamente.

- ¿Qué cosa?.- Lily no entendía del todo.

- Nada. Si quieres ponerme un nombre, digamos que soy uno de tus ángeles guardianes.- sonrió Elliot.- Uno, porque tu hermana Chiara es otro de ellos... .- Elliot abrazó a la sorprendida joven.- Y no te preocupes por Wakabayashi. Él regresará a ti. Es inevitable... Es el destino de dos corazones que nacieron para estar juntos...

Elliot besó suavemente en la mejilla a Lily. Ésta le correspondió el gesto, con los ojos llenos de lágrimas.

- Es curioso.- comentó Elliot.- Pero creo que Genzo Wakabayashi se enamoró de ti por tu mirada de ángel. Yo lo hice por tu voz de esperanza.

- Sí, muy curioso.- musitó Lily, bajando la mirada. Aun le dolía el hablar de Genzo.

- Buena suerte, Lily.- dijo Elliot, con una sonrisa triste (vaya paradoja).- Creo que nunca más nos volveremos a ver...

- Adiós, Elliot.- Lily sabía que así las cosas debían ser.- Gracias por todo...

Elliot no se movió hasta que el avión rumbo a México partió, con Lily, Lara e Ian en él...

-FIN DEL FLASHBACK-

- ¿Y no has sabido nada de él?.- inquirió Lara, cuando Lily terminó de contar.

- No.- respondió Lily.- Ni una señal. Nada. Elliot se desapareció como si se lo hubiese tragado la tierra...

- ¿Y en dónde lo conociste?.- preguntó Ian, quien hacía caras y gestos graciosos para hacer reír a Chiara.

- Hace muchos años, en Puerto Vallarta.- contestó Lily, suspirando.- En unas vacaciones de verano. Mientras paseaba por el Malecón, vi que una niña había perdido su sombrero y estaba llorando. Yo traté de consolarla y, para calmarla, comencé a cantarle la canción tema de la película "Castillos de hielo". Recuerdo que en ese momento un muchacho se acercó a mí y me dijo que tenía una voz hermosa o algo así. Yo le sonreí. Ese muchacho era Elliot. Es chistoso, pero como a Genzo también lo conocí en un puerto, en un malecón, los confundí a los dos y creí que Elliot era el niño de la gorra.

- Ya veo.- fue lo único que dijo Ian. Evidentemente, prefirió pasar por alto la palabra "Genzo".

"Si al menos supiera lo que él está haciendo en estos instantes", pensó Lily, recordando a Genzo.

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Mientras tanto, en Hamburgo, Alemania, Genzo Wakabayashi sostiene una charla con su hermana menor, quien ha viajado a Alemania para recordarle la fecha de su próxima boda.

- Más te vale que no faltes.- gruñó Hana.- Yo no te perdonaré que faltes a la boda, como se lo hiciste a Saki.

- Estaba ocupado.- respondió Genzo, fingiendo demencia.

- Sí, como no.- replicó Hana.- Lo que pasa es que no quisiste ir porque sabías que allí encontrarías a Lily...

Genzo no contestó.

- Aun no entiendo el por qué la dejaste.- continuó Hana.- Lily y tú hacen una pareja perfecta. Y ella aun está enamorada de ti. ¿Por qué eres tan terco?

- Es lo mejor para ambos.- respondió Genzo, con voz cansada.- Nuestro amor solo iba a interponerse en nuestras vidas, iba a impedir que ambos cumpliéramos nuestras metas...

- Ay, hermanito.- murmuró Hana.- ¿Qué no sabes acaso que el amor verdadero nunca se interpone en la realización de la Leyenda Personal?

- ¿Qué quieres decir?

- Que si Lily es la mujer de tu vida, ambos estarán juntos, tarde que temprano, sin importar lo que pase.- explicó Hana.- Porque es su destino.

- ¿De dónde aprendiste todo eso?.- sonrió Genzo, dándose cuenta de que su hermanita ya había crecido.

- De ti y de Lily.- sonrió Hana.- Ustedes me enseñaron eso...

Nada puede hacerte olvidar...

Que anduvimos el mismo camino...

Genzo seguía sin responder. No importaba cuánto tiempo pasara o cuánto lo intentara. Él nunca podría olvidar a Lily...

- Bueno, pues voy a ir a México a darle la invitación de boda a Lily.- comentó Hana.- ¿Deseas que le diga algo de tu parte? ¿Algo así como que la amas y que pronto irás a pedirle que regrese contigo?

- Nadie es profeta en su tierra.- murmuró Genzo, sonriente.

- ¿Qué me quieres decir?.- gruñó Hana.

- Que me acabas de dar un sermón sobre el amor verdadero y esas cosas, cuando tú misma estás por casarte con alguien a quien no amas.- replicó Genzo.

- ¿Qué dices?.- exclamó Hana, enojada.- ¡Yo amo a Fred!

- Sí, cómo no.- se burló Genzo.- Yo también se que tú sigues amando a Wakashimazu.

- ¿Y aunque eso sea cierto, de qué me sirve, si él eligió su egoísmo a nuestro amor?.- gritó Hana, al borde de las lágrimas.- ¡Él quería que yo abandonara mis sueños para estar solo con él, como su simple criada!

- Eso no es del todo cierto.- Genzo tomó la visera de su gorra y jugueteó con ella.

- ¿Y tú como estás tan seguro?.- inquirió Hana, perpleja.

- ¿Crees acaso que hubiese dejado que Wakashimazu le rompiera el corazón a mi hermanita sin darme una explicación?.- arguyó Genzo.- No me toca a mí decir su respuesta, sino a él. Solo te digo que si te casas con Fred cometerás un grave error.

Hana se quedó muda. Su hermano le estaba diciendo que Ken no era el patán que ella creía. Y viniendo de Genzo, Hana sabía que la información era más que confiable...

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Lily recibió a Hana en el aeropuerto de la Ciudad de México.

- ¡Sensei!.- gritó Hana, emocionada, abrazando a la mexicana.- ¡Cuánto gusto de verte!

- Mi pequeña Hana, cómo has crecido.- sonrió Lily.- Ya eres toda una mujer.

- Y tu ya eres toda una estrella.- sonrió Hana.- Me da gusto.

Lily llevó a Hana a su departamento en el Desierto de los Leones, una de las zonas menos contaminadas de la ciudad.

- ¡Wow! ¡Sí te que te va bien!.- exclamó Hana, al ver el lujoso departamento.- ¡Esto está de lujo!

- Es mi humilde hogar.- sonrió Lily.

- ¿Y vives sola?

- Solo con Andrómeda.- Lily señaló una percha localizada en el jardín del departamento, en donde el águila real estaba posada.- Y también tengo a Yue.

- ¿Yue?.- inquirió Hana.

- Sí, mi perro.- sonrió Lily.- ¡Yue!

Un Labrador Retrevier color chocolate llegó corriendo de quién sabe donde y se puso a hacer cabriolas alrededor de Lily, para después dirigirse a Hana y coquetearle un poco.

- Perro facilito.- se rió Lily.- A todas las chicas le coquetea.

- Es un amor.- sonrió Hana, acariciando al can.- Pero yo quería saber si no vivías con algún ser humano.

- Lara e Ian viven dos cuadras abajo. Y mis padres vienen seguido a visitarme, además de mis hermanos.

- ¿Tienes hermanos?.- Hana se sorprendió.

- Sí. Dos.- Lily sonrió.- Ambos mayores que Lara y que yo. Los dos están casados, incluso uno de ellos tiene dos hijos. De hecho, mi sobrino más grande, Teddy, viene a verme muy seguido.

- No sabía que tuvieses más hermanos aparte de Lara y Chiara.- comentó Hana, aun sorprendida.- Casi nunca hablaste de ellos en Japón.

- Es que ellos ya tienen sus vidas hechas aparte de la mía, aunque eso no significa que no los quiera.

- Entiendo. Genzo es exactamente igual, nunca habla de nosotros... .- Hana se calló abruptamente. Lily carraspeó levemente. Hana optó por cambiar el tema.- ¿Y bien? ¿Irás a mi boda?

- No faltaría por nada.- dijo Lily.- Aunque si por mí fuera, haría hasta lo imposible por impedirla.

- ¿Por qué?.- Hana se sorprendió. Yue dejó de coquetearle para ir a ladrarle a Andrómeda. El ave miraba al perro con indiferencia.

- Porque sé que tú no amas a ese inglesito, tú amas al Señor Lavacoches.- replicó Lily, sirviendo café en dos tazas de porcelana.- Y bien lo sabes.

- ¿Por qué todos me dicen eso?.- murmuró Hana, muy triste.- Si de todas maneras no me sirve de nada que aun ame a Ken, ya que él ya no me ama a mí...

- Pero tampoco está bien que te cases con otro solo por olvidarlo... .- murmuró Lily.

- Lo sé...

Ambas chicas se quedaron calladas por varios minutos. Lily trató de cambiar el tema hacia otra conversación más alegre.

- Por cierto, en tres días daré un concierto en el Estadio Azteca ®.- anunció Lily.- ¿Quieres asistir?

- ¡Esa pregunta no se pregunta!.- exclamó Hana, emocionada.- ¿Tendré asientos en primera fila?

- No. Ya a estas alturas no hay boletos en ninguna parte.- contestó Lily.- Si consigues algo, será en la parte más lejana...

- ¡Chistosa!.- bufó Hana.

- Por supuesto que tendrás lugares en primera fila.- Lily rió.- Así que espero que vengas.

- Lo haré. No me lo perdería por nada.- Hana sonrió.- ¿Por qué no pones tu disco, para ambientar un poco?

- Por Dios, ya me harté de escucharlo todo el tiempo.- fingió Lily, con una risilla.- Mejor enciendo el radio.

Lily encendió su estéreo y buscó una estación.

- ¿Podrías buscar en la frecuencia 99.3 del FM?.- preguntó Hana, con aparente inocencia.- Me han dicho que esa estación es buena...

- Claro.- Lily obedeció.

- Y ahora, comenzamos con nuestro espacio de dedicatorias.- habló el conductor.- Y la primera canción tiene una dedicatoria de lo más extraña. Esta canción va dedicada para la Voz de la Esperanza, la nueva estrella mexicana Lily Del Valle, de parte de un hombre que a pesar de todo la sigue considerando su ángel de amor...

- ¿Qué cosa?.- Lily respingó.- ¿Una canción para mí?

- La canción se llama "Tratar de estar mejor". Lily Del Valle, si nos estás escuchando, queremos decirte que eres lo máximo. Y que esta canción le ha dado la vuelta al mundo, porque la dedicatoria que lleva viene desde el lejano Hamburgo...

- Tiene que ser una broma.- musitó Lily.- No puede ser...

- Genzo te manda esta carta.- Hana le tendió a Lily un sobre cerrado.- Me pidió que te la entregara...

Los momentos vividos, recuerdos que van a quedar...

Lily:

Han pasado dos años y a pesar de todo no he podido olvidarte. Creo que nunca podré sacar de mi alma los días que viví a tu lado en Japón...

Y las cosas que hicimos fue porque quisimos estar, de nuevo en este lugar...

Y sé que tú tampoco vas a olvidar esos días. Nada, ni el paso del tiempo, podrá borrar de tu memoria que recorrimos juntos un mismo camino...

Guardo en mí los mejores momentos...

Sé que cometí muchos errores. El primero y más grande de ellos, fue el ser un completo cobarde con mis sentimientos. Tú no hubieras sufrido tanto si yo no me hubiera aferrado a mi terquedad...

- No puede ser.- gimió Lily.- ¿Por qué me manda esta carta ahora?

- Léela completa.- pidió Hana.- Es la carta que merecías haber recibido hace mucho tiempo...

Nada puede hacerte olvidar que anduvimos el mismo camino...

A pesar de todo, a pesar de mis esfuerzos, no he podido romper la conexión que tenemos tú y yo. Y lo sé, porque muchas veces me pasó que, estando en cualquier sitio, en el entrenamiento, en mi casa, en el campo de juego, tuve la extraña sensación de que a pesar del enorme océano que nos separa, tu alma siempre estaba junto a la mía. Y sé que tú sentías lo mismo... Era algo extraño, como cuando sabes que hay otra persona cuyo corazón está latiendo a la par del de uno. Y así me pasa contigo. Nuestros corazones siguen latiendo juntos, porque nuestras almas siguen estando unidas.

Por eso te confieso que yo aun te sigo amando. Pero también sigo aferrado a mi decisión de no verte más. Así que, por favor...

Trata de ser feliz sin mí...

G. W.

Lily lloraba cuando la canción terminó. Ella sabía que, sin importar lo que Genzo le dijera, ella no podría llegar a ser completamente feliz sin él. Sin embargo, aun había un pequeño rayo de esperanza...

Notas:

- No me sé el nombre de la canción tema de la película "Castillos de Hielo", ni tampoco quién la canta.

- El estadio Azteca está en la ciudad de México y es el más importante y famoso de país.

- ¡Ahora sí! Solo falta un capítulo para el final. En él aclararé todo lo que me hace falta aclarar. Changos, espero que me alcance el capítulo, se me andaban olvidando ciertas cosillas...

- Todo eso de la Leyenda Personal y demás estupideces lo saqué del libro de "El Alquimista", de Paulo Coelho.

- No diré nada más sobre Elliot Tapia aparte de lo que ya escribí sobre él en este capítulo. Nunca aclararé quién era él en realidad.