Oki doki, como ya vieron, voy lento y explicando, llevo capitulo cortos, pero do not worry, soy así en casi todas mis historias, y lo emocionante ya empezo, bueno¿cómo iba?... Ah, bueno, ya teníamos a nuestros protas de viaje, y ya tenemos nuevo jinete, pero no se emocionen no es Sam, es algo que me va a costar el capitulo entero explicar, pero lo vale creanme.
Ahora si, a lo mio, este capitulo trata tanto de Eragon como del nuevo Jinete, en especial sobre lo que Saphira piensa, por que ya sabe de la existencia del Jinete.
(Fe de erratas: en el capitulo dos puse Alagaësia, pero es Algaësia, una disculpa please)
3.- ¿Quién es el nuevo Jinete?
De regreso al lugar de los hechos, Sam estaba algo preocupado por lo que acababa de ver, aunque también estaba facinado, no todos los dias se precencia en nacimento de un dragon, bueno, por lo menos ya no muy seguido en Algaësia, la criatura que tenía en frente había decidido salir justo cuando Galbatorix cruzaba la puerta, era una dragon de color amarillo con ojos rojos, permanecio en el suelo durante un momento, nadie ahí presente dijo una solo palabra (bueno, seamos claros, ni Sam ni Galbatorix hablaron), el dragon miro la habitación como buscando algo, cuando al fin su mirada se detuvo tomo la decorosa desición de caminar hacía uno de los dos compañeros de viaje de Ohen...
Saphira no le había dirigido la palabra a Eragon en todo el día, cosa que tenía preocupado al muchacho que hacía inútiles intentos por comunicarse con la dragona, era la hora de la cena y Saphira ni siquiera lo miraba, ella veía la luna, miraba al cielo como esperando ver algo, ... o como si su mente estuviera a varios kilometros de ahí.
En realidad la mente de Saphira seguía en su lugar, lo único que había cambiado era su froma de pensar, no sabía exactamente donde estaba su hermano, pero sabía que uno mas hacía una muy buena diferencia, si el nuevo dragon había nacido lejos de Galbatorix ya tenían mas esperanzas de vencer, pero en cambio, si este había nacido en Urû´baen podía comenzar a despedirse, por que sabía muy bien que Shuruikan, el dragon de Galbatorix también podía sentir la precencia del otro y si averiguaba donde estaba no dudaría en decirselo a su amo.
Pero aún le quedaban esperanzas y el planear antes de tiempo, formas para actuar en cosas que pudieran llegar a suceder, era mejor que quedarse a esperar que dos dragones la atacaran, noto que Eragon intentaba entrar en su mente y la cerro en seguida, mientras pensara en el otro dragon Eragon no debía enterarse, por lo menos no hasta que fuera priori decirselo; el muchacho siguio intentando mirar a su dragona en busca de respuestas, pero lo único que obtuvo de Saphira fue un "Buenas noches" que le sono demasiado preocupado, aún así decidio dormir aquella noche sin interrogar a Saphira, si algo le había enseñado Brom era que debía tenerle paciencia a su amiga, ella se lo diría con el tiempo, fuese lo que fuese y ahora le preocupaba también que Murtagh, la reserva de ese chico hacia él lo hacía desconfiar.
El rey Galbatorix había salido de la celda de Sam satisfecho, había logrado obtener lo que quería, ahora tenía bajo su mando y sin escapatoria a otro Jinete, debía servirle aunque no quisiera, por lo menos (pensaba él) ahora tendría mas ventajas sobre los vardenos, al fin obtendían aquellos siervos rebeldes lo que era meterse con Galbatorix, el rey y el último y mas poderoso Jinete de todos los tiempos, sabía que los vardenos tenían un huevo de dragon, aquel que descaradamente le habían robado, pero mientras no hubieran podido hacerlo incubar él siempre tendría la ventaja.
Ahora lo que le preocupaba, era el entrenamiento del nuevo Jinete, él (aunque le costara admitirlo) ya era muy viejo, y no tenía demasiado tiempo como para estar comprobando que su nuevo sirviente fuera bueno. Tal vez le diría a Durza que lo ayudara con eso, al fin y al cabo¿quién ademas de un sombra sabe tanto de magia como un Jinete, tenía informes de que ningun mago tenía un poder tan igualado al suyo en toda Algaësia.
Solo hacía falta que su Jinete recuperara la conciencia y su dragon lo sanaría cosa que aceleraba las cosas, sospechaba que aquellos tres eran parte de lo rebeldes así que aprovecharía para que este le diejera donde se escondían, pero primero debía matar a los otros, si no quería obstaculos, incluso podía usarlos para amenazar al Jinete.
Pero tomaría algo de tiempo que el dragon creciera y se lograran buenos resultados con alguien tan débil, algo inconforme hizo llamar a Durza al salón donde se encontraba, un lugar amplio, muy limpio, para ser de alguien como él, y con ventanas apostadas en cada uno de los muros, en el medio del salón había una gran mesa, mazisa como un árbol de roble, con simbolos pintados cuidadosamente sobre ella para darle un toque significativo, auque Galbatorix sabía muy bien que aquellos simbolos no representaban nada.
Cuando unos minutos después se anuncio la llegada de Durza, Galbatorix se levanto de su silla con pesades, el Sombra entro en la sala con paso decidido e hizo una reverencia, no dijo nada, su lealtad hacía el rey era de simple respeto, pero si a Durza no le parecía alguna orden simplemente no la cumplía.
-Durza, necesito pedirte que hagas algo por mi, es algo muy importante que te confio solo a ti, y que no dejare hacer a nadie mas- comenzó a decir Galbatorix mientras se acercaba a una de las grandes ventanas- estoy seguro de que me apoyaras, yo aún tengo varios asuntos que debo arreglar y no tengo tiempo, así que espero que tu respuesta para cumplir lo que te encomiendo sea afirmativa.
-Claro, mi señor, pero primero dime ¿de qué se trata esto a lo que me mandas? -dijo Durza con una sonrisa de pura maldad en la cara.
-Como seguramente ya te habrás enterado, hay un nuevo Jinete en el reino, y ...
-Si, se refiere a..., juro que lo encontrare...- dijo Durza, pensando en el joven Eragon, aún no podía aceptar que aquel niño lo hubiera vencido tan facilmente.
-Pero ¿de qué hablas Durza? El jinete del que te estoy hablando esta bajo este mismo techo, y necesita un entrenamiento profesional, confio en ti para hacer el trabajo, pero si tienes algo que agregar antes de que te deje ir...- dijo Galbatorix sin pasar por alto lo que el Sombra había dicho.
Durza lo medito preocupado, al parecer el rey aún no recibía informes de que había otro Jinete ademas del tan proclamado por él, penso que podría llevar acabo su venganza sin que el rey se enterara, así que dio una respuesta convincente:- No señor, no hay nada que agregar, iré enseguida a ver a su recomendación, si es posible comenzaré de inmediato el entrenamiento, dejelo todo en mis manos.
-Se que lo haras bien Durza, por que sabes que soy capaz de matarte si no es así...- dejo que la amenaza flotara en el aire hasta que una expresión de terror surguio en el rostro de Durza- Puedes irte- le dijo finalmente dandose la vuelta y sonriendo como solo alguien muy malvado puede hacerlo.
Ohen había quedado anonadado, nunca se hubiera imaginado que presenciaría lgo como lo que acababa de ver, después de un rato Nilek desperto y miro a su alredor desorientado, Brys hacía un rato que reaccionaba, pero parecía negarse a abrir los ojos, Sam miro a su compañero y después volvio a bajar la mirada, al ver como el cuarto personaje lo escudriñaba con sus ojos ambar, Naz, no tardo en reaccionar y decir lo que estaba viendo, pregunto de quien era el dragon, Ohen no pudo responderle, aún persistía en su mente aquella imagen, aún así miro a Nilek con envidia.
El otro al notar su mal humor se acerco a la chica y noto que la herida que tenía había comenzado a sanar, aunque de un lado parecía infectada, era dificil imaginar el dolor que sentía la chica, en especial siendo que también ellos habían sido golpeados.
-Debemos salir de aquí- dijo después de un rato Sam, mirando al suelo, pero con voz firme- ya estamos con Galbatorix, lo único que podemos hacer es intentar escapar, ir por los otros y después volver si es posible por Irais, no debemos dejarla, hizo deasiado por nosotros, también sacar al dragon de aquí sera un problema, vamos- dijo levantandose y mirando a Nilek que sonrio y se dispuso a ayudarlo.
No parecía logico que todo eso estuviera pasando a una sola vez, Sam no comprendía muy bien de que serviría seguir con un dragon siendo que ahora Galbatorix sabía de su existencia.
Los chicos no tardaron mucho en idear un plan para salir de ahí no era fácil la verdad, pero era un plan y no debían desaprovecharlo, la idea era esperar a ver si cuando Brys despertara era posible para ella caminar y salir, así cuando salieran podrían encontrarse con los otros que les habían encomendado salvar y después escapar con ellos por alguna de las puertas traseras del castillo de Galbatorix, lo único que los detenía era Brys, y... bueno, también el pequeño dragón rojo que los acompañaba desde hacía algunas horas.
Saphira estab preocupada por su hermano, no sabía donde se encontraba, pero estaba segura de que si llegaba a encontrarlo no le sería dificil convencerlo de pelear contra Galbatorix, era a priori que acabaran con el...
Después de mucho esperar, Brys desperto, Nilek y Ohen la miraban desde arriba, sentía la herida amedio cuarar, pero se sentía de alguna forma mejor, entonces se levanto, había notado ya donde se encontraba, en una celda (nada nuevo), debían salir de ahí, fue lo primero que penso, pero entonces Sam le dijo con una expresión de enojo:
-Diganos, señorita Jinete¿como piensa que saldremos de aqui con un dragón?
-¿Dragon?
-Así es, un dragon que resulta ser tuyo, ahora dinos como salimos con el...
