DESCUBRIENDO SECRETOS
Después de dos días, una lechuza entró por la ventana de la habitación de Ron. Ron la reconoció enseguida y corrió hacia ella, muy nervioso. La lechuza fue a repostar a la jaula de Pig, mientras Ron abría apresuradamente la carta. La letra de Hermione no era firme como siempre, sino que temblaba y Ron pudo distinguir borrones, mal disimulados. Seguramente, habría llorado. La leyó, sintiéndose fatal a cada palabra de su mejor amiga:
Querido Ron:
Seguramente, si ahora pudiese elegir estaría allí ahora mismo. Lamento mucho tu partida, incluso más de lo que tú quizás te imaginas. Sé que mis pensamientos son egoístas, pero desearía que no te fueras. Daría cualquier cosa en este momento por verte, y creo que quizás tenemos que hablar.
Aquí en Alemania, tenemos un tiempo un tanto frío, pero creo que ya no podré disfrutar del viaje como tenía previste. Les he pedido permiso a mis padres para saber si podemos vernos antes de lo previsto, pero se han negado. ¿Cómo se lo ha tomado Ginny? Me gustaría que sigamos en contacto, te iba a pedir que me ayudaras a hacer un regalo un tanto especial para el cumpleaños de Harry, pero visto lo visto, creo que sería mejor no hacerlo. Llego el 15 a la 1 del mediodía. Si el vuelo no se retrasa, estaré en tu casa a la hora de la comida.
Besos de
Hermione
Ron miró la carta. Se habría esperado que Hermione le recriminara no haberle escrito, o que le dijera que le iba a echar de menos, o cualquier otra cosa, pero... ¿Qué significaba "tenemos muchas cosas de que hablar"? Pero estaba mojada, ¿habría llorado? Quizá fuera la lluvia... No, era imposible, estaban en verano.
En ese momento, Ginny entró en la habitación. Estaba bastante contenta. Luna debía de estar a punto de llegar. Desde que habían recibido la noticia de su mudanza, Ginny y Ron estaban más unidos que nunca.
- Ron, Luna dijo que se retrasaría...- empezó Ginny, pero luego vio la carta que su hermano mayor aún sostenía en sus manos.
Con rapidez, Ginny le arrebató la carta de las manos y la leyó muy rápido. Luego miró a su hermano, y comprendiendo como se sentía, lo abrazó.
Aquella tarde llegó Luna, que nada más entrar corrió a abrazar a Ginny, y Ron se sorprendió viéndola por primera vez con un aire que denotaba tristeza. Luna siempre había tenido un aire misterioso e imperturbable. La chica saludó con una inclinación de cabeza a Ron, que la miró divertido. A Ron siempre le había parecido una muchacha muy simpática y misteriosa, pero por encima de todas esas cosas, divertida. Luna parecía afectada por la partida de su amiga, y decía que en Norte América abundaban los dizcos voladores (No me preguntéis que son, no tengo ni idea, cosas raras en las que cree Luna) y que le mandase una foto de uno de ellos.
Los días pasaban, y la verdad era que el ánimo de Ron no subía. La presencia de Luna en La Madriguera apenas se hacía notar, pues era una chica muy discreta, apenas hablaba y pasaba el mayor tiempo con Ginny, encerradas en su habitación. La verdad es que la llegada de la amiga de su hermana lo había desanimado aún más. Ahora ya no hablaba con ningún miembro de su familia, pues prefería dejar a su hermana pasar felizmente sus últimos días con su amiga.
Finalmente, llegó el día nueve de Julio. Ese día, Harry haría su aparición en la Madriguera. Ron sabía que era posible que aquella fuera la última vez que viese a su mejor amigo, y quería aprovechar el tiempo, pero por otro lado, su estado de ánimo hacía que no le apeteciese hacer nada... porque necesitaba verla a ella. A Hermione. Pero ella no vendría hasta el 15... Tendría dos días para hablar con ella. Y eran tantas cosas de las que tenían que hablar...
Ron estaba tumbado en el sofá, leyendo el profeta, donde anunciaban un nuevo ataque de Voldemort, cuando el timbre de la casa sonó. Su madre se apresuró a abrir.
- ¡Harry, cariño, que bien que estés aquí! ¿Cómo estás? ¡Ron, Ron, Harry está aquí!- le llamó la Señora Weasley, muy contenta.
Ron se levantó perezosamente y con aire monótono, se dirigió a la puerta. Pero su expresión cambió por completo cuando vio al joven de gafas, algo más moreno y ligeramente más alto.
- ¿Cómo estás?- le preguntó Harry con aire de circunstancias, después de que la Señora Weasley se había ido alegando que tenían muchas cosas de qué hablar.
- Bien- contestó Ron, aunque su voz denotaba todo lo contrario-. Pasa.
Ambos mantuvieron una charla amena. Ron le contó en qué consistía el nuevo trabajo de su padre, que los gemelos Weasley se iban a mudar allí también y cosas por el estilo.
Aquella tarde jugaron al quidditch, aunque Ron apenas ponía entusiasmo. Harry estaba preocupado por su amigo. Sabía que había una razón muy especial por la que Ron no quería irse... Y entonces, cayó en la cuenta.
- Ron... será mejor que lo dejemos- dijo cuando un quaffle pasó al lado de su amigo y éste ni se inmutó.
- Está bien- aceptó, mientras recogía torpemente las pelotas. Bajaron, y tras guardarlas, Harry decidió hablar con el pelirrojo de lo que llevaba dándole vueltas un buen rato.
- Ron...- dijo con delicadeza, pero prefirió no nadarse con rodeos-. ¿Te gusta Hermione?- le preguntó. Su amigo se volvió, muy sorprendido.
- ¿Qué?- preguntó Ron. Eso era lo último que se esperaría escuchar de la boca de su amigo-. ¿Por qué lo dices?- preguntó, nervioso.
- Bueno, la verdad es que lo empecé a sospechar desde cuarto, cuando en el baile de Navidad pusiste tanto interés en saber quien era su pareja, y tras enterarte, te pusiste hecho una fiera con Krum- confesó Harry, notando el nerviosismo de su mejor amigo, que confirmaba sus sospechas.
Ron bajo la vista y murmuró algo inaudible. Harry lo miró extrañado.
- ¿Qué?- preguntó ahora él.
- Que si- Ron tragó saliva-. Que me gusta Hermione.
Para sorpresa de Ron, Harry sonrió:
- ¿Y ella lo sabe?- preguntó tras una pausa Harry, mirando preocupado a su amigo.
- Creo que no- respondió Ron, aliviado por haber podido confiar a su mejor amigo ese gran secreto, que muchas noches lo había atormentado.
Ambos volvieron a La Madriguera, mientras Ron le daba vueltas en la cabeza. Hermione era muy inteligente, y si Harry se había dado cuenta de que a él le gustaba, lo más seguro es que ella también se hubiese dado cuenta. Y si ella se había dado cuenta y no le había dicho nada, eso significaba que él no le gustaba. Ron decidió dejar de sacar conclusiones precipitadas, mejor se lo preguntaría él mismo cuando la tuviera frente a frente.
Los días pasaron con una rapidez asombrosa, y cuando se quisieron dar cuenta, el día 15 ya estaba allí. Ron estaba apunto de sufrir un ataque de histeria, pero no sólo por la llegada de Hermione, sino porque ese día también llegarían sus hermanos, Fred y George.
CONTINUARÁ...
Sarah-keyko: M alegra q no ests tanto tiempo con la intriga, por eso procue actualizar lo antes que pudiera. M parece q vas a tener que esperar al proximo chap pa ver a Hermy... Pro weno, yo creo q merec la pena esperar, nop? Weno, un besito, preciosa. Besos!!
Camille Potter: Weno, sip, cortitos, pro a kmbio d eso voi a actualizar antes, ep? S q el formato q tengo ya son asi, por lo q no lo puedo hacer antes.
Leweline-hechicera: Sip, m parece q Ginny y Ron son mui desgraciados... M alegra qt gust, ya as visto la respuesta... un poko rarita. Un beso pa ti tb, actualizar lo antes q pueda. Muxos besos!!
Nos vemos pronto!!
