¿DÓNDE ESTÁ RON?
Ron vio la escena, horrorizado. Se echó un paso atrás mientras los dos muchachos se iban separando, justo cuando Luna llegaba por la chimenea. Pero Ron no estaba dispuesto a ver más, decidido, cogió un puñado de polvos flu, y murmurando algo que ninguno de los ocupantes alcanzó a oír, desapareció entre las llamas.
- ¡Ron!- murmuró Harry, apenado, pero lo suficiente alto como para que Hermione lo oyera.
- ¡Harry!- dijo, nerviosa, por haber oído lo que acababa de oír, a pesar de no haber visto al pelirrojo desaparecer por su chimenea-, ¡Qué sorpresa!- sonrió, con culpabilidad en el rostro-. ¿Qué os trae por aquí?
- Alguien que se acaba de ir- dijo una pensativa Luna, observando fijamente la chimenea por donde Ron se había ido-. Me da que no se lo ha tomado muy bien, ¿no?- preguntó, suspirando y mirando a Harry que asintió, dándole la razón.
- ¿De qué habláis?- preguntó un confuso Vicktor, mirando de reojo a Hermione, que se había puesto blanca como la pared, al creer saber la respuesta a esa pregunta.
Ron, que en un principio, había aceptado la invitación para quedarse a dormir en casa de Luna y Harry, no apareció en toda la noche.
- Harry, te dije que debiste advertirle a Ron que Hermione y Vicktor estaban juntos- le reprochó Luna-. Habría estado preparado para lo que vio- era ya entrada la noche, y los dos, preocupados por Ron, no lograban conciliar el sueño.
- Tenía la esperanza de que Hermione, con la llegada de Ron, dejara a Vicktor- suspiró Harry, apenado-. Debería de haberle dicho a Hermione que llegaba Ron.
- Sabes que no te habría dejado decirlo- contradijo su esposa-. Será mejor que intentemos dormir un poco. Mañana ya buscaremos a Ron.
Cada uno con sus pensamientos, intentaron dormir, aunque ninguno lo consiguió hasta un buen rato más.
Hermione, entre tanto, daba vueltas en círculo por su habitación. Harry y Luna le habían contado el motivo por el que Ron no había podido venir antes. Se sentía fatal. Había dudado de él, de su palabra. Y para colmo, la primera vez que la veía en muchos años, la encontraba besándose con otro. ¿Qué más podía salir mal? Tenía que hablar con él… Lo tenía claro, a la mañana siguiente, iría a casa de Harry y Luna, tenía que aclarar con él muchas cosas… Pero antes, tenía que hablar con Vicktor.
- Hermione, ¿cómo estás?- le preguntó Luna a su amiga al día siguiente, cuando esta se presentó en su casa, con cara de circunstancias.
- ¿Tú que crees, Luna?- respondió Hermione, mirando a la que se había convertido, con el tiempo, en su mejor amiga-. Después de lo de ayer, no podría encontrarme peor- murmuró, deprimida.
- Él no está aquí- dijo Luna, antes de que Hermione le preguntara por Ron-. En teoría, iba a quedar a dormirse aquí, pero no apareció ayer, después de… bueno, tu sabes de qué- acabó, al ver la mirada sombría de su mejor amiga.
- ¿Y no sabéis dónde puede estar?- preguntó, muy angustiada, Hermione-. Debe de estar enfadado conmigo- murmuró, mientras luchaba por retener las lágrimas que querían salir de sus ojos.
- No, Hermione- negó Luna, pasando un brazo por el hombro de su amiga, para reconfortarla-. No teníais ningún compromiso- la consoló-. Como tú dijiste, los dos acordasteis seguir cada uno con su vida, sin estar atados el uno al otro- le recordó-. Él no tiene ningún derecho a enfadarse, se está comportando como un crío de cinco años- afirmó, haciendo que una pequeña sonrisa se dibujara en el rostro de Hermione, que, tan rápido como había venido, desapareció:
- Pero…- sollozó Hermione-. Es que yo…- miró a su amiga a los ojos-. Yo aún le quiero- dijo y rompió a llorar, mientras Luna ya no sabía que hacer para animar a la muchacha.
- Lo vamos a buscar- dijo Luna-. Y cuando lo encontremos, hablarás con él y se lo dirás- Hermione miró fijamente a su amiga, mientras se limpiaba las lágrimas.
- Gracias- susurró, y su amiga sonrió. Había conseguido que se calmara, cosa no muy fácil, sobre todo si se trataba de Hermione Granger.
Harry llegó poco después. Hermione ya no estaba tan alterada, pero algo susceptible. Decidieron que a lo mejor, Ron se había comunicado con su madre, para volver a Estados Unidos, así que como la red Flu era únicamente de Inglaterra y no había conexión con Estados Unidos, decidieron usar un comunicador mágico, un descubrimiento reciente, en el que se podían comunicar, pues una especie de holograma de la persona que eligieras aparecería allí y podrías hablar con ella, tranquilamente.
Harry hizo aparecer el holograma de la señora Weasley allí, que lo miró, muy contenta. Estaba casi como Harry la recordaba, sólo que la edad había empezado a reflejarse en ella.
- ¡Harry, cariño, que sorpresa tan agradable!- exclamó, sonriendo, y mirando a los otros dos ocupantes de la habitación-. Ya me ha contado Ron todo, felicidades, cielo, y a ti también Luna- le dijo, dedicándole una sonrisa a la joven, que sonrió.
- Muchas gracias, señora Weasley- respondió educadamente Luna, también sonriendo, mientras la mirada de la madre de Ron se posaba en Hermione.
- Hermione, cielo, ¿qué tal estás?- le preguntó a la muchacha, sin saber si sonreír o no, pues parecía que había notado su expresión triste.
- Bien, señora Weasley- respondió la chica apartando la mirada, para luego añadir-. Aunque ha habido días en los que he estado mejor, creáme.
- Bueno, supongo que me habréis llamado para algo más a parte de saludarme, ¿no?- preguntó, después de que se hiciera un incómodo silencio la señora Weasley.
- Bueno, sí- contestó Harry, pues parecía que ninguna de las dos chicas tenía intención de responder-. Nos preguntábamos si Ron se ha comunicado con usted últimamente.
- Harry, querido, puedes tutearme- dijo a modo de respuesta-. La última vez que recibí una carta suya… Ah, sí, cuando estaba en el aeropuerto, para decirme que iba a coger un texi, o taxi, como se diga, que ya había llegado- respondió luego de pensarlo-. ¿Por qué lo decíais?- añadió.
- Es que… Ron desapareció ayer y no sabemos nada de él- respondió tímidamente Luna. La señora Weasley tomó una expresión preocupada y miró de reojo a Hermione, cosa que puso nerviosa a la joven. Parecía que había intuido la causa de su desaparición.
Después de que la señora Weasley les dijera que les preguntaría a los amigos Estado Unidenses de Ron, desapareció, dejando a Hermione chafada.
- Podría haberse quedado a dormir en el Caldero Chorreante- sugirió Luna, al ver la cara de frustración de la muchacha de pelo enmarañado.
Fueron hasta allí, donde les comunicaron que ningún muchacho de nombre Ron Weasley había pasado la noche allí, y nadie de las tiendas del Callejón Diagon recordaba haber visto ese día, ni el anterior a un muchacho de joven, pelirrojo, con pecas y alto, de dieciocho años.
La tristeza de Hermione era más que evidente. Harry y Luna estaban bastante preocupados por la chica, a la que invitaron a quedarse a comer en su casa, pero que no probó ni bocado.
- Vamos, Hermione, come algo- le dijo Luna, mirando a su amiga, que removía la comida con el tenedor, observando el plato fijamente, como si esperase encontrar allí la respuesta que le indicara dónde estaba Ron.
- No quisiera ser descortés- dijo Hermione, sin levantar la vista-. Pero es que no tengo hambre.
- Hermione- intervino Harry, que hasta entonces apenas había dirigido la palabra a la chica, como reprochándole algo, probablemente que se estuviera besando con Vicktor justo en el momento en el que apareció Ron-. Lo encontraremos, seguro- dijo.
La chica sólo asintió en silencio, mientras Harry y Luna intercambiaban una mirada preocupada.
Hermione, algo más tarde se despidió de los dos chicos, para salir a dar un paseo por el Callejón Diagon.
- Harry, cariño, creo que tenemos que ir a hablar con Vicktor- sentenció Luna, cuando Hermione se fue.
- Supongo que Hermione ya habrá hablado con él- negó Harry-. Será mejor que, por esta vez, dejemos que arreglen las cosas sólo ellos.
- Pero yo insisto en que debemos ir- negó Luna, tozuda-. Quiero que e quede claro que no debe interponerse entre Hermione y Ron.
Harry miró a su esposa, que tenía cara decidida, y comprendió que no podría impedir que la joven cumpliera su propósito… Y además, él no era capaz de negarle nada. Sonriendo, besó a Luna pillándola desprevenida, y juntos, se dirigieron hacia la chimenea, dirección a la casa que compartían Hermione y Vicktor.
Nada más llegar al Callejón Diagon, Hermione se quedó mirando fijamente el Caldero Chorreante. Si Ron no había pasado la noche allí, ¿dónde? Seguramente, en alguna posada mágica… Pero, ¿cuál? En Hogsmeade no había ninguna, al menos que ella recordara…
Y entonces, en la mente de Hermione se cruzó una idea. Una idea muy disparatada y tonta… Pero, una parte de ella le decía que esa idea era muy acertada. Sin pensárselo dos veces, se dirigió con paso decidido al Caldero Chorreante. Allí había una chimenea, estaba segura.
Cogió unos pocos polvos brillantes, con una expresión seria y decidida en el rostro. Las llamas se volvieron muy grandes y la envolvieron, justo después de que ella exclamara:
- ¡A La Madriguera!
CONTINUARÁ...
Weno, intent subirlo lo ants q pude, perdón x el retraso, oi no puedo contstar reviews, q mañana tngo examns, así q los contestar pronto, prometido!!
Muxos besos, dejen reviews!!
