CELOS, NOTICIAS, CRISIS, PENSAMIENTOS NOCTURNOS Y PROPOSICIONES

- ¡Ron!- exclamó Elise, contenta de ver a su mejor amigo de nuevo, cuando este, acompañado por Hermione hizo su aparición en el vestíbulo donde estaban sus tres amigos estado unidenses-. ¿Qué tal?- le preguntó con una sonrisa.

- ¿Elise, Henry, Mike?- preguntó un desconcertado, pero sin duda contento Ron, mientras Hermione miraba con curiosidad a los tres chicos-. ¿Qué hacéis aquí?

- Vinimos a visitarte- anunció Henry, con una gran sonrisa-. Tu madre nos dio la dirección- y añadió, como si aquello fuera una gran proeza-: No nos hemos perdido desde el aeropuerto hasta aquí.

- Vinimos en taxi- les recordó Elise, con una expresión misteriosa, como si fuera la cosa más estúpida que hubiese escuchado-. Si le das la dirección, es imposible perderse.

- Bueno, eso da igual- le restó importancia Mike, mientras Luna miraba de una forma extraña a Elise-. Pero, si todavía no nos hemos presentado...- observó Mike, con una sonrisa-. Me llamo Mike, ellos son Henry y Elise- añadió señalando a sus amigos.

- Mucho gusto, yo soy Harry Potter y ella es Luna Lo... Potter- se corrigió a tiempo Harry.

- Oh, genial, Ron nos ha hablado mucho de ti- dijo Elise, sonriendo y estrechándole la mano-. Y no sólo Ron, muchos libros hablan de ti y de tus proezas...

Si antes Luna había mirado mal a la chica, ahora lo hacía fatal, al ver la forma coqueta en la que la chica miraba a su esposo. Y para su mayor disgusto, Harry sonriso, aunque algo aturdido.

- Bueno, la verdad es que también hemos venido por otro motivo- anunció Henry, sonriendo-. Te traemos una noticia, que preferimos decirla personalmente... no sabes lo que nos costó convencer a tu madre que quería decírtela ella...

Ahora Ron lo miraba interrogante. Durante la charla, se habían desplazado al salón y estaban cómodamente sentados en los sillones. Luna no dejaba de ver a Elise fijamente, con una expresión muy extraña en la cara. Hermione parecía alegre por conocer a los amigos del pelirrojo. Harry, mientras tanto, prefería mantenerse al margen.

- ¿Qué noticia?- preguntó el pelirrojo intrigado.

- Te han elegido- empezó Elise con una gran sonrisa en la cara, y recalcando las palabras, de un modo que a una persona le resultó familiar, y, a otra, sacó de quicio-. ¡Te han elegido para jugar en el equipo de quidditch de Los Ángeles!- exclamó, muy emocionada, mientras su cara mostraba una gran sonrisa, que dirigía a Harry descaradamente, después de quiñar un ojo al joven de pelo azabache y ojos verdes.

Ahora sí que Luna no se pudo contener más. Roja de ira, se levantó automáticamente del sofá, escupiendo el zumo de calabaza que estaba bebiendo, y que amablemente, Luna le había ofrecido. Elise se separó de Ron y miró a Hermione fijamente, con una expresión de suficiencia que hizo enfurecer aún más a Hermione.

La tensión del ambiente fue rota oportunamente por Ron, que había salido ya de la impresión:

- ¿Me... me... han cogido para el equipo?- preguntó, aún sin poderse creer del todo lo que le acababa de decir la chica. Hermione ya se había sentado y recuperado su color natural de piel. Pero ahora su cara mostraba una lucha interior.

- Sí- confirmó Henry con una gran sonrisa en la cara.

- ¡Eso es genial, Ron!- exclamó Harry, muy contento por su amigo, dándole una palmada, pues parecía que él no iba a reaccionar. Cuando pareció recobrar el sentido, se volvió hacia Hermione.

- Yo... en un equipo de quidditch profesional...- murmuró, como si lo que acabaran de decir fuera la cosa más increíble que le hubiesen dicho nunca. Luego sonrió-. ¿Es genial, no?- preguntó a Hermione.

- Sí- contestó Hermione, quizá precipitadamente, y con una sonrisa bastante forzada, aunque Ron no reparó en ese detalle.

Aquella noche, Elise, Mike y Henry se hospedaban en el Caldero Chorreante, mientras, tras la insistencia de una extraña Hermione, Ron se quedó a dormir, no sin estar incomodado, en la casa que Hermione y Vicktor compartían. Vicktor, por supuesto, estaba furioso por ello, pero lo disimuló bien delante de Hermione. Sin embargo, a la hora de la cena, cuando Hermione fue a por el postre, Vicktor se dirigió al pelirrojo:

- Escúchame bien Weasley, aléjate de Herrrmíone, porrr que si no, yo mismo me encarrgarré de ocuparrrme de ti- Ron iba a conestar, pero en ese momento, apareció Hermione con un gran flan, y se cayó (N.A: Ron, no el flan... xDD), no sin antes dirigirle una mirada de odio reconcentrado a Vicktor.

El resto de la cena transcurrió casi en silencio. Hermione intentaba romper la tensión, iniciando conversaciones, pero las respuestas de los otros dos eran simples monosílabos, lo que hacía que, nuevamente, se quedaran en silencio.

Mientras tanto, en casa de Harry y de Luna, la chica estaba histérica:

- ¡¿Pero no viste cómo te miraba?!- preguntaba, muy furiosa Luna, mientras Harry alzaba una ceja, divertido por los celos de su esposa-. Y la forma idiota en la que tú le sonreías.

- Vamos, Luna, no exageres, Elise es una buen chica...- empezó Harry, intentando hacer entrar en razón a Luna, que en ese momento daba vueltas a la habitación como una posesa.

- ¿Y aún encima le defiendes?- chilló ella, ahora de verdad furiosa-. ¡Pues fíjate qué bien!- chilló-. ¡A dormir al sofá!- gritó, y con un empujón, lo echó de la habitación, cerrando la puerta de forma que él no podía abrirla.

Mientras, después de intentar en vano acceder de nuevo a la habitación, Harry se fue al salón murmurando algo parecido a: "mujeres". Se acomodó como pudo en sofá, aunque no tenía ni punto de comparación con su reconfortante cama, donde, además, tenía a Luna al lado. Pensando en que menos mal que Elise se iría dentro de poco, se quedó dormido.

Luna tardó mucho tiempo en dormirse, preguntándose si había exagerado mucho o se había pasado. Pero al recordar la forma en la que Elise miraba a Harry, una rabia muy extraña se apoderó de ella. Había hecho bien. Como ese trepadora se atreviese a acercarse a su marido, ella misma se iba a encargar de darle el merecido, si era preciso, incluso con sus propias manos.

Hermione se fue a dormir, cuando ya tenía bastante sueño. Hubiese querido irse antes, pero no le parecía prudente dejar solos a Ron y Vicktor en una misma habitación, pues al día siguiente, podría encontrarse con alguna "sorpresa". La verdad es que no llegaba a comprender porqué la actitud de ambos era tan infantil. Pero, de pronto, le vinieron a la mente problemas más inmediatos, en ese momento.

Si a Ron le habían cogido para el equipo de quidditch de los Ángeles... eso significaba que tendría que volver a Estados Unidos... Pero ahora no quería perderle... eso sería demasiado doloroso... Aunque tampoco podía pedirle a Ron que no se fuera. Eso sería muy egoísta por su parte...

Vicktor, pensaba en distintos planes para conseguir que Hermione fuera su novia de nuevo, y se olvidase del, según él, idiota de Ron (N.A: Llamar idiota a mi Ronnie... ¿a quién se le ocurre?). No tardó en dar con un plan perfecto, que llevaría a cabo al día siguiente, aprovechando la presencia de Ron en su casa... Al fin y al cabo, que él estuviera allí no iba a ser tan malo...

Y en cuanto a Ron... pues todavía no podía creer lo que le habían dicho aquella tarde sus amigos. Él, en un equipo de quidditch profesional... el sueño de su vida se había cumplido... nunca pensó que fuera posible... al fin y al cabo, no era el hijo más inútil de los Weasley. Sonriendo, sin caer en la cuenta de cuales eran las preocupaciones de su amada Hermione en ese momento, se quedó dormido (N.A: Por si os lo estáis preguntando, pues no, Ron y Hermione no compartieron cama... a la "santa" de Hermione le pareció mal, estando en la casa que compartía con Vicktor).

Al día siguiente, amaneció despejado. Luna no le dirigió la palabra a Harry en todo el almuerzo, y después se fue, dejando a Harry son la intriga de saber dónde iba.

En la casa de Vicktor y Hermione, esta vez, Vicktor hablaba todo el rato, cosa que sorprendió a Hermione e hizo desconfiar a Ron. Hablaba de lo maravilloso que había sido su romance con Hermione, de los sitios que habían visitado, de anécdotas, pero todas en las que intervenían Vicktor y Herm, por lo que cada vez estaba poniendo más furioso a Ron.

Hermione intentaba calamar al pelirrojo con miradas elocuentes, pero el chico no la miraba a ella, si no que sentía como su cara adquiría un color parecido al de su pelo. Pero no se dejó arrollar por los comentarios del jugador búlgaro de quidditch.

- Hermione- se volvió hacia ella con evidente furia-. ¿Vamos hoy a visitar el centro de Londres?- preguntó, con una sonrisa irónica.

- Weasley, eso muestrrra que no la conoces para nada- siseó Krum, con una sonrisa burlona, mirando al chico con superioridad-. Desde que un muggle sinverrgüenza le rrrobó el bolso, no le gusta irr porr el centrrro de Londrrres.

Ron se levantó, mirándolo con desprecio, pero cuando iba a hablar, ella la cortó:

- Basta vosotros dos- dijo, mirándolos con enojo-. Os estáis comportando como niños de cinco años. Así que si no queréis que me enfade de verdad, os aconsejo que dejéis de ser unos idiotas inmaduros.

Ron miró a Hermione con expresión de niño ofendido, por lo que a la chica se le escapó una pequeña sonrisa, que no tardó en apagar. Vicktor, sin embargo, sonrió burlonamente ante la situación.

El resto del día, Hermione y Ron (se había conseguido deshacer de Vicktor, porque tenía entrenamiento) estuvieron visitando Hogsmeade y el Caldero Chorreante. El chico se quedó sorprendido al ver todo lo que había cambiado aquello en su ausencia. Al atardecer, Ron envió una carta a su hermana.

Pero Hermione estaba extrañamente silenciosa y distante, detalle que no se le escapó a Ron. Cuando salían de tomar unas cervezas de mantequilla en las Tres Escobas, Ron se paró haciendo que Hermione se volviera.

- Hermione... ¿te pasa algo?- preguntó Ron, mirando muy serio a su amiga de la infancia.

- ¿A mí?- preguntó, nerviosa la chica, aunque no le pareció correcto contestar "Lo que pasa es que no quiero que te vayas otra vez a Estados Unidos, y me dejes con el corazón roto de nuevo", así que dijo-: Nada.

Ron la miró sin creerse del todo lo que acababa de decir, pero no comentó nada sobre ello, y en su lugar dijo:

- Bueno... es que yo quería preguntarte... Hermione, quiero que esta vez tú vengas conmigo a Estados Unidos... y que allí... te cases conmigo- dijo Ron, sacando un anillo de una caja, que colocó en el dedo de una sorprendidísima Hermione, que lo miraba con la boca muy abierta.

CONTINUARÁ...

Weno, spro q os aya gustao, se sient, pro no tngo tiempo d nuevo pa los reviews!! No me maten, plis!!!!! Prometo contestarlos en el cpi siguient, ok? Un besito a tos q lees mi fic, q os lo mereceis, disculpn q el capi est cortico, pro el formato es asi... Se me olvidaba...

FELIZ NAVIDAD!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!