TITULO: The One Day Gym leader Mimi
Capitulo: Primera parte del One-Shot
Serie: Pokemon
Resumen: A veces ocurre que caemos duramente en medio del camino, cosas pasan y terribles heridas nos impiden crecer con el miedo a fallar pero… No estamos solos y parte de madurar implica mirar hacia delante, atreviéndote a apoyarte del amor que te rodea
Parejas:
Categoria: Adventure/Angst/Romance
Calificación: PG.
Disclaimer: Pokemon no me pertenece, aunque muchos digan que sí por mi gran afición a él XD. Pokemon pertenece a Satoshi Tajiri, La Nintendo y demás agregados, solo escribí está historia sin fines de lucro para goce mío y del lector. Espero la disfruten n.n
Notes: Este fic es un one-shot pero se encuentra dividido en dos capítulos para hacer más cómoda su lectura n.n. Muchos de los personajes que aparecerán en este fic son personajes de role, originales en cuanto a personalidad pero similares en físico a ciertos caracteres de anime, doy este aviso por si se suscita alguna confusión en cuanto a su procedencia, para ayudar a la imagen mental del lector y mayor comprensión de la historia. A continuación incluyo una lista con los nombres de los personajes que podrían resultar desconocidos, el carácter de anime al que se asemejan y la serie de procedencia de esté.
Mimi - Milfuelle Sakuraba - Misha/Galaxy Angel - Pitaten
Kai - Kai Hiwatari/Beyblade
Wu Tang - Aikawa Kazuhiko/Dear boys
Ginji - Ginji Amano/Get Backers
Link - Soujiro Zeta/Rurouni Kenshin
Sakura - Sakura Clow-Kinomoto/Tsubasa no Chronicle - CCS
Sorata - Sorata Arisugawa/X the Clamp
Arashi - Arashi Kishuu/X the Clamp
Ghanesa - Yuzuriha Nekoi/X the Clamp
Remi - Botan/Yu Yu Hakusho
Haruna - Haruna Kisaragi/Corrector Yui
Takashi - Takashi Fuji/Corrector Yui
Miroku - Monje Miroku/Inuyasha
Mención especial: El personaje de Dick corresponde a Dick Noon carácter del fic "Cambios" de Martin Mystery obra original de la talentosisma Ashley-Ketchum, la cual recomiendo a aquellos aficionados al yaoi.
"Cursiva" – dialogos de los personajes.
"Negrita" – pensamientos o recuerdos
CAMPAÑA No permitamos que el PLAGIO se lleve nuestro trabajo, así que si conoces una historia Robada, por favor denúnciala a sus respectivos dueños. No es justo que nuestras horas de dedicación se vayan a la basura y se vean inmiscuidas en una total falta de respeto para el Autor y los lectores. Entre más luchemos, más saldremos adelante.
The One day Gym Leader "Mimi"
"Y extasiado admirando las perfectas formas de los jarrones
el alumno pregunto al Alfarero
– ¿Maestro como es que ha conseguido semejante perfección?
El viejo abrió un armario tras él repleto de jarrones de mala echura y formas grotescas, sonrió
respondiendo calmadamente – Equivocándome miles de veces-"
El sol asomo radiante sobre los edificios de ciudad camino dorado, elevándose lo suficiente como para iluminar la pequeña pero hermosa casita a las afueras de la ciudad. Entrando por la ventana de cierta habitación en el segundo piso el brillo solar recorrió la estancia, trepando lentamente desde el piso de madera lustrosa a los pies del buró y a la cama, cuando la débil luz rozo el despertador este comenzó a sonar sin control. Una mano sudorosa se asomo con pereza debajo de las sabanas apagándolo con marcada debilidad, la figura de cabello rosa dio media vuelta en la cama dando la cara al astro, revelando unas mejillas tan rojas como la estrella matinal.
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En medio del camino boscoso desde ciudad Azulona a Azafrán el singular grupo de entrenadores se había detenido junto a un pequeño arroyo de frescas y límpidas aguas a tomar lo que era, según palabras del gangoso monje, (llámese Sorata): "Un descanso como HO-OH manda". Y en eso estaba el grupo; divirtiéndose cada uno en sus muy personales y peculiares actividades…
- ¡¡Bala de Cañón! – La caída del cuerpo de Link azoto afanosamente las aguas del tranquilo lago, salpicando gran cantidad de líquido en las grandes piedras cercanas a la orilla y, claro está, también sobre Ghanesa y su libro que justamente se encontraba sentada sobre las rocas en busca de un momento de meditación y serena tranquilidad.
Las hojas de los capítulos 7 y 8 del texto quedaron empapadas al igual que su cabello y chaqueta. Momentos después la cabeza de Link asomo con expresión ingenua desde las profundidades.
- ¿Podrías no chapotear por favor? – arguyó ella con su neutro y educado tono, escondiendo su incomodidad de mala manera.
- Oh, lo siento – respondió Link con su inocente y luminosa sonrisa; Ghanesa lo miro de reojo y nuevamente retornaba su vista al libro cuando un: - ¡¡¡ Aquí voy yo! – La interrumpió por segunda vez, otra gran cantidad de agua arruino en esta ocasión los capítulos 9 y 10 de "Una primavera con Muk".
Ofuscada la joven se levanto de la piedra y se alejo con un aireado – ¡¡Hum! – del lugar. La cabeza de Sorata asomo junto a la de Link justo para verla retirarse.
- Eh… ¿Qué le ocurrió? – pregunto el monje con tono confundido en su graciosa voz.
- ¿Qué se yo? – Se encogió de hombros ingenuamente el ex hitokiri – Quizás detesta los clavados –concluyo lanzando agua sobre el castaño que respondió de inmediato, enfrascándose ambos en un juego de sonrisas, chapoteos y quien ahogaba a quien.
No muy lejos de allí Kai observaba cierto punto lejano del horizonte donde el bosque se fundía con el cielo; sentado placidamente con la espalda en un árbol, el brazo izquierdo apoyado sobre su pierna semiflexionada y una ramita que entretenía su boca; el flemático entrenador del fuego trataba de pasar su día apaciblemente, sintiendo la caricia de la brisa y el arrullo aromático de la pradera, en eso estaba cuando vio llegar a Ghanesa quien se sentó a poca distancia de él en busca de la ansiada paz tan necesaria para la lectura, paz, que de seguro, encontraría junto al serio y callado muchacho, sin embargo cuando este dejo escapar un - Parece que te "aguaron" la tarde - Los colores se le subieron al rostro y enojada se puso de pie nuevamente, decidida a alejarse de cualquier ser humano en kilómetros a la redonda.
Kai la observo partir de reojo con una sonrisa disimulada, había visto asolapadamente toda la escena entre la educada Ghanesa y Link, así que cuando la vio venir toda empapada no pudo resistirse a hacer el comentario. Pareciera que sus"amigos" le estaban contagiando el carácter; si es que así podía llamarlos claro, después de todo no se conocían mucho y la confianza no era lo más abundante en su relación.
Debía admitir que ellos eran buenas personas, a veces desquiciantemente irritantes (haciendo énfasis en la palabra "desquiciante") pero buenos chicos después de todo. Aunque sus personalidades no congeniasen bien él ya llevaba un buen tiempo viajando en su compañía y no todo había sido malo, cosas muy intensas habían ocurrido en su vida desde que decidió seguirlos: Conoció muchas personas, descubrió algunas cosas sobre si mismo, sobre los demás y ahora luchaba por resolver un enigma muy grande, de proporciones mundiales, que parecía girar en torno a ellos.
Y pensar que las alocadas ganas de acompañarlos habían nacido de un único motivo; un poderoso y sensible motivo. "Cuando se ama se hacen cosas impensables" había escuchado decir por allí pero nunca estuvo de acuerdo, pensó que el amor, si llegaba algún día, podría ser algo controlable como todo lo demás en su vida, sin embargo, sin saber como ni porque, ella robo su corazón (aunque para él eso sonara abominablemente cursi) llenándolo de un sentimiento que, aunque quiso, jamás pudo controlar.
Recordaba cada momento de aquel día cuando iba de paso por la, en ese momento, caótica isla Love Cup: La pelea casi ridícula que sostuvo con un muy principiante Link, el hechizo de la sonrisa de Mimi (que lo había atraído como mosca a la miel) al interponerse en su batalla, su mirada, las palabras, la invitación que él, "El señor mutismo", había echo sin pensar, guiado por algo que solo podía considerar como una especie de misterioso encantamiento; la declaración de sus sentimientos nacientes, el rubor de la pelirosa, sus labios y el martillo de Corphish en su estomago, recuerdos que arrancaban sonrisas que subían desde su corazón y asomaban a su boca en forma de ligera mueca de felicidad. ¡¡Habían pasado tantas cosas juntos! Desde sonrisas, hasta la sombra de la muerte que un rubio resplandor se encargo de alejar de él en aquella tumba misteriosa. Pero no todo era agradable, últimamente había algo que le inquietaba de sobremanera…
Dando una mirada a su alrededor para ahuyentar la preocupación, observo como el larvitar, kuriboh y eqqus de Link yacían dormidos sobre la suave piel del vientre de clefable que roncaba apaciblemente; un poco más allá los dos chimechos parecían estar en un duelo de miradas, enfrascados de seguro en alguna discusión psíquica de hermanos, mientras el trapinch de Remi lanzaba mordiscos desde el agujero que hace poco había cavado, tratando de atrapar la traviesa cola que aipom mecía descaradamente entre sus grandes mandíbulas, en tanto hurtaba la fruta que ambos venonats, una rama más arriba, recolectaban.
Al parecer "Bart" tenía todo bajo control o así era hasta que shuppet, tan travieso como él, apareció de la nada frente a su rostro espantándolo con su ataque de impresión. El mono pokemon cayo del árbol directo en las mandíbulas de trapinch que intento masticarlo rápidamente, el pequeño simio pudo apoyarse dentro de las quijadas de la hormiga león e impulsarse fuera con su cola mandando una andanada de bofetones, para después huir despavorido, por suerte dos manzanas cayeron dentro de la boca de trapinch contentándolo por el momento, mientras shuppet y los dos venonats junto al tranquilo nincada, que acaba de unirse al grupo, reían de lo ocurrido.
Bellsprout pudo contonear su finísimo cuerpo justo a tiempo, esquivando la huida del aterrado aipom que buscaba algún árbol para refugio, por desgracia chikorita, que dormía en la cama de flores al lado de la espigada campanilla no tuvo tanta suerte y fue arrollada por el pequeño Bart, ambos se hicieron un ovillo y rodaron aparatosamente. El mal humor del pokemon hoja se hizo presente amenazando al simio con sus látigos que elevo hasta su máxima altura, por desgracia las lianas interrumpieron la ruta de vuelo del pobre Hiei que paseaba por el cielo, noqueándolo, taillow cayo en picada sobre chikorita quien, más molesto aun, reclamo duramente al imprudente simio y la aturdida golondrina.
Pronto los tres se enfrascaron en una acalorada discusión que charmander y diglet intentaron calmar con cortesía, pero lejos de hacerlo solo consiguieron picotazos, bofetadas y algunos latigazos terminando unidos al creciente pleito. Staryu, qwilfish y angisperma asomaron sus cabezas desde el agua para encontrar la causa del griterío que se oía hasta las profundidades del lago donde retozaban. Al ver toda la conmoción el pez globo y la araña patinadora cruzaron una cómplice mirada de reojo que parecía decir "Yo en esto no me meto" y desaparecieron en las profundidades del lago antes de que el pobre staryu lo notara, la estrella de mar confundida volteo de derecha a izquierda repetidas veces, suspiro en derrota al no encontrarlos, él mismo tendría que calmar las cosas, así que se dirigió cabizbajo hacia la orilla en el camino emergieron frente a él los tentacools de Remi y Ghanesa quienes trataron de serenar al pokemon de Link dándole ánimos gentilmente, la estrella agradeció el gesto continuando su camino a lo que sabía seria un gran dolor de cabeza.
Ni bien hubo pisado la orilla corphish surgió frente a él desde la húmeda tierra para mostrarle triunfante dos trozos de un metal amarillo brillante que había encontrado hace poco, sin embargo al notar la preocupación de su compañero arrojo lejos las dos pepitas de oro y se dispuso a enterarse de la sucedido. La estrella solo señalo hacia la discusión que ya había involucrado a todos los demás y el cangrejo, con aires de suficiencia, golpeo su pecho con una tenaza, pavoneándose de que podría arreglarlo todo solo y que el otro solo observara como se hacia, ambos se dirigieron a la discusión: El cangrejo de rió con la confianza dibujada en el rostro y la estrella de mar más cabizbaja aún porque no presentía nada bueno.
Al llegar el pokemon de las tenazas se aclaro la garganta dispuesto a dar un gran discurso pero antes de decir una sola frase salio volando, golpeado accidentalmente por uno de los látigos que chikorita agitaba para mantener a los demás a distancia. El pequeño crustáceo cayó fuertemente de espaldas y se levanto de inmediato, rugiendo molesto empezó a perseguir a chikorita con sus tenazas tratando de darle un buen pellizco; todos los demás observaban con una gota resbalando por sus nucas como el pobre pokemon hoja huía despavorido del cangrejo rufián. Mas allá, oculto detrás de un sauce, ralts observaba curioso el espectáculo de esos amables, aunque alocados, pokemons cerciorándose de que no se acercarán demasiado como para molestar el sueño del delicado metapod arropado cuidadosamente en una cama de hojas por el pequeño pokemon psíquico. Ralts se acostó con cuidado a su lado, durmiéndose arrullado por la canción que el viento arrancaba a las hojas de aquel gran árbol.
Kai que había observado todo el alboroto se preparo para levantarse y calmar a los pequeños puesto que sus entrenadores parecían haberse esfumado en el aire o, en el caso de Link y Sorata, en el agua. Estaba punto de ponerse de pie cuando un grito irritante y bien conocido para él congelo a todos en su sitio, dranzer acaba de despertar de su siesta o mejor dicho lo acaban de despertar en medio de tanto griterío. El gran pájaro de fuego extendió toda su envergadura amedrentándolos; después de rugir algunas cosas los hizo callar y se dio la vuelta para alejarse a continuar con la siesta, pero el travieso aipom, al verlo de espaldas, no pudo resistir el deseo de revancha empezando a lanzar muecas altaneras, sin embargo no contaba con la media vuelta que el pájaro dio paralizándolo con su mirada fulgurante para gusto de todos los demás pokemons, estaban esperando hace tiempo que alguien diera una lección al irreverente simio.
El entrenador del fénix rió complacido, dranzer se veía muy bien en medio del grupo poniendo orden y haciéndolos callar, era casi como una representación de él; "Todas las cosas se parecen a sus dueños" y en el caso del ave de fuego era más que cierto. Esa comparación lo hizo regresar a sus cavilaciones anteriores: Hace mucho tiempo temía que el grupo desarrollara dependencia hacia él, sabia que su nivel de entrenador estaba muy por encima del de los demás (solo bastaba mirar a la ribera derecha donde typhlosion y feraligator sostenían una lucha estilo sumo, juzgada por magmar) y le preocupaba que eso entorpeciera el crecimiento lento y natural de los otros, pero más que nada, le preocupaba por una persona en especifico.
En cada situación adversa que habían pasado pudo notar como Mimi tácitamente parecía creer que él resolvería todo al final con su poder y eso lo inquietaba, le torturaba el hecho de que, inconscientemente, ella se estuviese haciendo dependiente y, peor aún, que por eso descuidase su entrenamiento. Le había dado muchas vueltas al asunto, sabía que hablar con ella no era una alternativa muy viable porque esa supuesta subordinación era algo no voluntario que su niña hacia inocentemente y además no quería hacerla sentir mal, después de todo por algo la quería, pensó en alejarse un tiempo quizás pero eso tampoco parecía factible, él no la deseaba dejarla (más ahora estando comprometidos) también pensó que podría estar exagerando pero las constantes derrotas de la entrenadora pelirosa parecían decir lo contrario. Fríamente hablando ella no mejoraba y en vez de ser él quien fuese honesto con ella, Miroku, un extraño, había sido el único en mostrarle los hechos después de derrotarla tan fácilmente, eso lo hacía sentir aún peor de no tener el valor suficiente: "… Quizás seria mejor que partiera para no terminar ahogando lo que hay en ti con mi presencia" suspiro con pesar.
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Kirara, growlithe y exeggcute retozaban saltando alegremente por el prado, apenas unos metros más allá de sus dueñas, oliendo las flores y observando con asombroso el bosque.
- Vaya, parece que les hacia falta una estirada – comento Arashi observando a los pequeños revolotear, mientras aún llevaba el montón de leña que crecía conforme su amiga de cabello rosa agregaba más ramas secas, estaba feliz especialmente por growlithe; desde que Misato había partido y se lo delego a su cuidado el cachorro estaba algo reticente a aceptar la situación, pero parecía que ya había recuperado los ánimos en gran parte y eso era un buen paso.
- Si es cierto n.n que lindos, mira como juegan, fue muy conveniente que nos dejarán venir a buscar leña de nuevo – Apoyo inocentemente Mimi.
- Hay Mimi… – suspiro – ¿No me digas que no te has dado cuenta?
- ¿Cuenta de qué? – respondió extrañada la pelirosada.
- ¿Porque crees tú que nos hacen a nosotras buscar leña eh? ¬¬ - pregunto la morena acusadora.
- Hum… pues porque Link, Sorata y los demás son chicos sin complejos a los que no les molesta que nosotras las chicas realicemos labores físicas n.n
- No Mimi – asevero la aventurera agitando la cabeza negativamente ante la inocente y "desacomplejada" risa de su amiga.
- ¿Ah no? – se confundió ella
- ¡Claro que no! ese pretexto de: "OH-OH y Rayquaza dicen que todos somos iguales"… - exclamo Arashi imitando perfectamente la voz de su pretendiente - …que usan Link y Sorata es solo una excusa para hacernos trabajar más!
- Vaya, jamás había pensado eso – se cuestiono la maestra de chikorita– Pero no importa a mi me da gusto, además Kai también me menciono algo así… él tampoco quiere que yo vaya al bosque.
- Pero Kai… bueno él es diferente- aseguro seriamente la entrenadora de fantasmas – El no es inmaduro como otros ¬¬ - finalizo mientras en su cabeza se formaba la imagen de cierto sujeto con gangoso acento Okinawense - Es todo un caballero y muy maduro, sabe como comportarse con una dama, tienes suerte – sonrió ligeramente Arashi.
- Ah… A veces pienso que seria mejor que fuera como los otros – suspiro quedamente la dueña de Kirara.
- ¿Pero que dices Mimi? – parpadeo confundida la otra, deteniéndose. - ¿Acaso pasa algo malo?
- No es eso, es solo que Link y Sorata hablan, hacen bromas, son lindos (cuando quieren) contigo y Sakura pero en cambio Kai… bueno él es atento pero siempre está tan distante, tan callado… no sé casi nada de él eso me frustra y quiero decirle, pero luego siento que estoy siendo muy exigente al obligarlo a decir sus cosas… a veces pienso que alguien así de bueno es demasiado para mí. – finalizo la menor mirando muy abatida al piso, en ese momento un suave arrullo la saco de su tristeza y observo a kirara que movía la cola sentada a sus pies mirándola fijamente, para saber que tenia a su sonriente entrenadora tan triste.
– No es nada pequeña n.n - sonrió Mimi - No te preocupes por mi y sigue jugando con tus amigos. – El gatito de fuego ladeo su cabeza, subió ágilmente por las piernas de su entrenadora, trepando en el infantil vestido negro de está logro hasta llegar a su hombro y froto suavemente su mejilla con la suya en un gesto de cariño. La chica acaricio tiernamente la cabecita de su pokemon – Gracias kirara.
- Hay Mimi… no pienses eso, Kai está contigo por que te quiere y ya te lo ah demostrado muchas veces, no tienes razones para dudar – la consoló Arashi, la pelirosa sonrió y ambas chicas se pusieron nuevamente en marcha.
"No tengo dudas de que me quiere, pero solo es por ahora, sé que en cualquier momento va a cansarse de andar junto a alguien que progresa tan poco como yo" se dijo secretamente a si misma.
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- ¡¡40°! ¡¡Mi Dios! Definitivamente no saldrás el día de hoy jovencita - La voz de Haruna se torno inflexible, mientras observaba con el seño fruncido como su hija mayor trataba de liberarse de las sabanas de su cama que se sentían increíblemente pesadas ese día, de seguro por la debilidad que la alta fiebre le causaba.
- Pero mamá… cof, cof– chillo Whitney, tosiendo con la voz apenas reconocible producto de su garganta inflamada – Hoy es día de semana, tengo que abrir el gimnasio o los retadores habrán venido hasta aquí para nada; es mi deber como lider el recibirlos, además hay junta vecinal hoy. No puedo dejar que una gripe me aleje de mis obligaciones.- La mujer mayor suavizo sus facciones, sabia que ante todo Whitney era inflexible con cualquiera, sobre todo con ella misma, cuando se trataba de responsabilidades y la primordial de todas era: Su trabajo como lider del gimnasio de ciudad "Camino Dorado" y portadora de la medalla "Plain".
Desde que, de pequeña, la pelirosa se enterara que ese era el camino que por herencia le correspondía, había estado preparándose con esmero para ello, sin embargo (Haruna lo debía admitir) todo exceso era malo y su hija mayor resultaba a veces demasiado exigente, nunca se relajaba más que en su único día libre, su ritmo de vida era bastante agitado pero ella no parecía notarlo. Había días en que todo indicaba que, pronto, el asunto de las "obligaciones" se le escaparía a Whitney de las manos y terminaría con un colapso nervioso u postrada en la cama por el stress, esta gripe repentina que la había atacado hoy era prueba de ello, de seguro sus defensas estaban bajas por todo el sobre esfuerzo echo y es que no era para menos; ese había sido un año duro para todas las ciudades del mundo Pokemon.
No conforme con los problemas que causaban asociaciones como el equipo Rocket, dos nuevos grupos de perpetradores, el equipo "Shadow" y el equipo "Snagem", habían traspasado las fronteras de la región Orren de donde eran originarios para extenderse por todo el mundo; la vigilancia en las demás regiones se había intensificado y era deber de los lideres de gimnasio, como los entrenadores mas fuertes de cada metrópoli, el dirigir el trabajo de la policía y estar pendientes de las posibles emergencias que se suscitarán en sus ciudades.
Aunque en un principio la amenaza de la comarca sureña no había dado grandes muestras; en los últimos meses su actividad se había triplicado coincidiendo con el enloquecimiento repentino y salvaje, o "Soul Berserk" como lo llamaban las autoridades, de los pokemons fantasmas que se estaban convirtiendo en una amenaza grave habiendo cobrado numerosas vidas y en ciudad Camino Dorado una urbe grande, turística y bastante popular no se podía bajar la guardia.
Whitney había reforzado los patrullajes junto a las alertas vecinales; a cada caso de Soul Berserk que surgía en la ciudad hacia acto de presencia, aprovechando la cualidad de sus pokemons normales de no poder ser afectados por ataques espectrales para resolver la situación. El pueblo estaba en deuda, la respetaban mucho, pero no por eso ella se permitía dormir en laureles, redoblaba sus entrenamientos cada vez que podía, se exigía al máximo para ser más fuerte, incluso pasaba numerosas noches en vela realizando guardias con su fiel miltank sin embargo ahora batallaba con un enemigo que era inflexible y la atacaba desde dentro, un enemigo que no podía ser derrotado… La gripe.
- ¡¡No me importa si la ciudad se cae hoy a pedazos, tú no saldrás de esta casa hasta que te baje la fiebre y punto final! Porque tomes un día de descanso la ciudad no va a colapsar. Cuando yo era lider se respetaba el reposo por enfermedad, no te preocupes la gente no va a morir porque te tomes un tiempo para tu salud. – Haruna trato de aplicar al recurso de "La estricta madre comprensiva" que hace mucho tiempo no había usado con su mayor hija, sin embargo Whitney ya estaba grandecita y no se la iba a dejar tan fácil.
- No se trata de eso. Yo ya tengo un día de descanso especifico y el resto del tiempo así llueva, truene o nieve debo estar en el gimnasio; no solo para batallas sino para cualquier emergencia mamá. Las catástrofes no toman vacaciones y una puede estar esperándonos a la vuelta de la esquina, sabes que estos son tiempos muy pero muy difíciles. ¿No ves que es por ti y por todos? ¡¿Por qué no me entiendes! – suspiro la frustrada lider
- Si te entiendo Whitney – La mujer abrazo cariñosamente a su hija mayor – Pero entiende tú también. Así en ese estado no puedes hacer nada, tienes que recuperar fuerzas, ofrecer una batalla así a los adversarios es falta de respeto porque no podrás darles tu 100 y mucho menos podrás encarar las emergencias.- Haruna hablo dulcemente tal como ella era, no más recursos ni mascaras maternales con su retoño, ella ya era una mujer y debía decirle las cosas de manera clara, aunque fuese a veces tan cabeza dura como su padre. Whitney aprecio el gesto, su madre tenia razón, ella ya lo sabia, pero su propia terquedad le impelía a dar más peros. Estaba enferma, irremediablemente enferma y valgan verdades no podía ni siquiera levantarse, la gripe la había golpeado fuerte, no resistiría ni un minuto en batalla, pero todo eso no quitaba el que de un momento a otro pudiese surgir una emergencia o un masivo "Soul Berserk" como el que casi arrasa ciudad cerezo meses atrás.
- Ah… mamá ¿Qué vamos a hacer? – suspiro derrotada, dejándose abrazar por su madre – Si tan solo tuviésemos alguna alternativa – Haruna acaricio los cabellos despeinados y sudorosos de su hija.
– Quizás yo podría hacerlo – declaro como recurso desesperado – Después de todo yo fui la lider ¿No?-
Whitney levanto el rostro, sonriéndole a su madre y agito negativamente la cabeza – Hay mamá… gracias… pero no… no te ofendas pero tú ya estás retirada, no conoces las reglas nuevas, el uso de habilidades y los nuevos ataques; además la mayoría de tus pokemons no han tenido batallas en años. El nivel de los entrenadores principiantes ya no es como el de antes. – Haruna asintió, lo que Whitney decía era muy cierto, aunque en un tiempo fue la orgullosa lider conocida como "El arcángel de camino de oro" miembro del trío de entrenadoras "Los Ángeles de Jhoto"; desde que fue madre por segunda vez no había vuelto a luchar y sus habilidades de seguro estaban bastante oxidadas. Ambas mujeres suspiraron, parecía que no había una solución a este problema.
- ¿Y entonces porque no llamas a un suplente? – la cabeza peliverde del hombre mayor se asomo por el quico de la puerta interrumpiendo la meditación de ambas mujeres.
- Pero papá, en estos momentos ¿De donde voy a sacar un entrenador confiable para que me reemplace? No puedo darle ese encargo a cualquiera ¡Que tal que termine siendo un infiltrado del equipo Shadow o del equipo Rocket!. – Explico la lider, algo cansada.
- La niña tiene razón Takashi es muy tarde para evaluar candidatos y no podemos darle ese trabajo a cualquiera. – Apoyo Haruna arropándola suavemente.
- Oye mi amor yo no sugerí darle esa tarea a cualquiera. – Rezongo el hombre – Digamos que tengo al candidato perfecto para el puesto –sonrió de manera enigmática – Déjenlo todo de mi cuenta, les aseguro que quedarán satisfechas con la solución - Y antes de que su esposa o hija pudiesen decir algo desapareció escaleras abajo.
- Pero… ¿Mamá y ahora que está tramando papá? – inquirió la pelirosada a su madre que se había quedado viendo las escaleras por donde su esposo había bajado.
- No lo sé querida… creeme que yo estoy tan confundida como tú – Respondió la señora Kisaragi igual de extrañada que su hija.
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- Pues creo que es suficiente leña, ya podemos regresar ¿Ne Mimi? – Arashi amarro el atado de ramas secas a su espalda dispuesta a retornar lo más pronto posible al campamento, sin embargo no recibió respuesta de su pelirosada amiga. – Mimi?... Mimi? – La morena observo como su compañera, distante, observaba a la nada "Aún debe estar preocupada por la conversación anterior"pensó y coloco una mano en el hombro de la distraída pequeña – ¿Mimi Daijobu?
- ¡Eh! - la entrenadora salto ante el contacto – Oh si, si, disculpa es solo que…
- ¡¡Giro fuego! – Un grito que parecía provenir un poco más allá alerto a ambas muchachas.
-¿Qué fue eso? – pregunto la pelirosa
- Averigüemos – se escogió de hombros Arashi. Ambas se dirigieron al pequeño claro de donde parecía provenir la voz, se asomarón por los arbustos y descubrieron a Sakura en plena sesión de entrenamiento….
- ¡Kero usa tu giro Fuego! – comando la coordinadora. El pequeño gato alado creo un aro de gruesas flamas a su alrededor. - ¡Haz lo que practicamos antes! – Impulsando su ataque, la criatura creo un látigo de llamas que se contorneaba en elegantes círculos conforme volaba.
- ¡ Magnifico! – felicito ella con una gran sonrisa – ¡Dispersa las llamas con ataque rápido!- El pequeño león disperso los círculos de flamas con la estela de brillos y luz azul que dejaba su veloz embestida, mientras ascendía rápidamente.
- ¡¡Termina todo con poder oculto! – Sakura grito a la distancia, donde su fiel compañero se encontraba. El atento Kero obedeció de inmediato preparando el ataque final que cerraría la presentación con broche de oro. Desde la distancia, donde el ataque rápido lo había llevado, se ilumino mientras acuosas esferas azules aparecían de un giro orbitando a su alrededor, con un leve movimiento las hizo salir disparadas extinguiendo las cercenadas flamas del primer ataque. El poder oculto de naturaleza acuática que Kero tenía fue un revés muy hermoso y un final perfecto.
- ¡¡Sí! ¡¡Mi primera rutina completa como coordinadota y fue un éxito! – La pequeña Sakura corrió dulcemente a abrazar a su pequeño pokemon, quien también celebro la victoria obtenida - ¡¡Eres el mejor Kero! – dijo derramando pequeñas lagrimas de emoción. Todo lo que había vivido hacia poco fue duro, algo de éxito y estabilidad no le venían nada mal "Si mi hermano, Tomoyo y Yukito me pudieran ver" pensó nostalgica "Si él… me pudiera ver" una expresión triste adorno su rostro – Ker… – El pequeño arrullo del gatito entre sus brazos la alejo del doloroso recuerdo, agito negativamente la cabeza – De seguro donde quiera que esté él nos ve Kero – afirmo mirando el cielo alto y despejado.
- ¡¡CLAP, CLAP, CLAP! – una andanada de vigorosos aplausos salio de la nada; la ojiverde quedo perpleja, tratando de descubrir de donde provenía esa misteriosa ovación. De unos arbustos cercanos las figuras de Arashi y Mimi se hicieron presentes.
- ¡¡¿Chicas estaban aquí! – exclamo muy sonrojada Sakura.
- Sip – contesto con una sonrisa la espadachin– Y lo vimos todo. ¡¡Fue fabuloso! Ne Mimi?
- Estuvo increíble, no sabía que habías progresado tanto – asintió la pelirosada.
- Us... ¿Ustedes creen? – pregunto incrédula la coordinadora principiante
- Por supuesto que sí, soy objetiva, y valgan verdades ya estoy ansiosa por ver ese acto en tu primer concurso.- Asintió expectante la dueña de shuppet.
- ¡¡Gracias! De verdad, Arashi-dono no saben lo importante que es para mí. – Sakura estaba muy motivada.
- Nada, nada, no te preocupes. Lo que sí me gustaría saber es ¿Cuando desarrollaste esa rutina? Todo este tiempo desde que salimos de tu ciudad has estado pegada a nosotros, no te eh visto ensayar nada.
- ¿Uh? – Sakura se sonrojo aún más – Bueno yo… la verdad estoy muy avergonzada, desde que decidí ser coordinadora ni siquiera me había dado una idea de como sería, estaba tan deslumbrada con ello que ni siquiera pensé que no sabia lo que ser una coordinadora implicaba… ¿Pueden creer que ni siquiera conocía los ataques de Kero?... Pero cuando hace poco estuvimos en Azulona y comunicamos a la familia de su amigo Ginji lo de su muerte, al ver la forma en que su madre y hermana lo tomaron, como trataban de salir adelante, pensé muchas cosas. Me di cuenta que desde que había salido de casa no había cambiado ni aprendido nada nuevo, solo tenia metas y sueños que no sabia como cumplir, creo que fue como examinarme, decidí dejar de lado las excusas. Yo había sufrido suficiente por lo que paso… ustedes saben… así que me propuse seguir adelante. Con eso, un poco de suerte, y la paciencia que Kero me tuvo n.n', logre crear esta rutina, aunque aún estoy consciente de que no soy una coordinadora pero es un buen paso, siempre tratare de mejorar… - Sakura siguió contando a Arashi acerca de sus desventuras y como había logrado ubicar el tipo de "poder oculto" que Kero manejaba, pero Mimi había quedado ausente, la ultima frase la sintió como una bofetada al corazón.
"Tratar de mejorar" La coordinadora tenía razón. La pelirosa lo pensó bien, la joven de ojos esmeraldas había pasado cosas mucho más dolorosas que ella, no tenía a sus padres, debía trabajar para vivir y hace poco la muerte de la persona con la que pensó compartiría su vida la llevo a la locura temporal, pero aún así logro reponerse, volver a empezar; en cambio ella… Ella tenía a sus padres, estos siempre la habían protegido, nunca trabajo y tenía a su lado a quien amaba, podía contemplarlo cada día, si bien ser testigo de la muerte de su mejor amigo había significado un punto de quiebre, eso no era excusa para el conformismo. Ambas eran muy similares, dos aves heridas por los fríos vientos de la muerte, la diferencia era que Sakura había vuelto a levantar el vuelo a pesar de las heridas, en cambio ella, solo contemplaba el cielo, esperando que alguien volviera a abrirle las alas y la hiciera elevarse.
Una expresión triste e indescifrable apareció en el rostro de la, ahora, cabizbaja Mimi.
Descubrió que ella no hacía nada por mejorar, solo vivía las cosas, le afectaban en el momento pero luego parecían olvidadas; incluso después de la derrota, cortesía de Miroku, en el gimnasio de Love Cup (aún a sabiendas de que el monje de Lugia había recalcado su fatal desempeño) ella no había avanzado nada, estaba más pendiente de que cosas hacía Kai y lo que pasaba con sus amigos que de sus entrenamientos, incluso el mismo Sorata había tenido que recordarle las clases que había prometido darle, cuando ella misma era quien debía hacérselo recordar, ahora podía entender porque Whitney le decía con sorna "Peter Pan femenino" ella nunca crecía, nunca aprendía, nunca mejoraba…
Se sintió fatal, sin intención, Sakura la dañaba, la dañaba porque ella si podía levantarse, porque ella no tenia miedo de dar los pasos, porque no tenía miedo de crecer y enfrentar la vida. Pensó en Kai, se dio cuenta de que aunque ninguno de los dos lo supiera ella ya lo estaba perdiendo, la verdad era que aunque el entrenador de fuego no hablaba, decía más cosas con sus actos de las que ella expresaba con sus palabras, ¿Acaso ella lo conocía realmente? ¿Que esperaba? ¿Qué Kai le dijera un sinnúmero de frases románticas, cuando él ya le había demostrado con creces lo que sentía a través de sus actos?
Ella nunca había podido ver lo que se escondía más allá de su frió mutismo, lo había juzgado sin conocer su interior, sin tomar en cuenta las caricias suaves en su rostro cuando se quedaba dormida, las veces que el la abrazaba, sus manos entrelazadas, la preocupación cuando algo pasaba; todas esas cosas expresaban lo que él no podía decir con palabras, solo ahora Mimi se daba cuenta de ello. Kai había le abierto su mundo aunque no dijera nada, sin embargo, aunque ella hablaba mucho, no se había echo participe de ese mundo y nunca había echo de
el callado entrenador parte del suyo, estuvo esperando una confesión de su pasado como si hubiese echo algo malo. En lugar de enamorarse de él se hizo dependiente de su seguridad, de su decisión, de su poder, esas cosas que ella no tenía.
Y ahora que lo sabía ¿Qué iba a pasar? La verdad es que no sabía como mejorar. Choco contra una pared ¿Cuántas batallas había ganado ella sola? ¿Cuántos de los retos, medallas y pokemons que tenia realmente le pertenecían por derecho? Se aterro de la posible respuesta. Realmente siempre había tenido alguien de quien depender, primero Ginji, de no ser por él se hubiese regresado a casa la primera noche, luego Arashi con quien contaba para superar sus crisis, después Link que parecía ser lo suficientemente intrépido como para que ella no tuviese que arriesgarse a nada y ahora Kai, que por su nivel avanzado le daba la seguridad que necesitaba, incluso la misma kirara tenía que levantarle los ánimos (parecía que Mimi era la entrenada y no la entrenadora) se dio cuenta de que había echo a todo el mundo girar alrededor de sus antojados caprichos, que si se deprimía, que si lloraba, que si se asustaba, sus amigos siempre estaban pendientes como sí fuera una niña chiquita a la cual cuidar. Lamento en lo que sin querer se había convertido; por esa razón no pudo proteger a Ginji, por esa razón no pudo ganarle al monje Miroku, por esa razón su viaje no tenía merito. "Lo siento, estoy tan arrepentida".
- ¿Mimi? – la voz la saco de sus cavilaciones, levanto los ojos para encontrarse con la mirada esmeralda.
- ¿Eh? – la pelirosa se desoriento. – Lo siento, no prestaba atención…
- No importa n.n …Lo que sucede es que le comentaba a Arashi lo mucho que las admiraba a ustedes dos y preguntaba si tú estabas de acuerdo conmigo.
- ¿Admirarnos a nosotras?... ¿A mi?
- Si claro, es decir, saliste de casa por decisión propia, decidiste que era momento y te aventuraste, en cambio para que yo pensara en dar un paso fuera de mi ciudad tuvieron que pasar muchas cosas – Sakura observo dulcemente a kirara que estaba sentada a un lado de Mimi, sonriendo la tomo entre sus brazos – Además todos tus pokemons te quieren y respetan mucho, tienes más de seis, por lo que eh visto muy fuertes, son tus grandes amigos. Kero y yo a pesar de pasar tanto tiempo juntos, apenas nos estamos entendiendo en esto de las batallas y ataques, en cambio tú ya tienes dos medallas, además entre reto y reto logras mantener bien tu relación con Kai incluso enfrentadote al desacuerdo de tu padre… ¡De verdad eres admirable Mimi-chan!- La pelirosa quedo paralizada observando a Sakura con su kirara en brazos ¿Admirable? Admirable era la última palabra que se le ocurría para definirse después de todo lo que había pensado y descubierto ese día.
– ¡¡Ya sé! Tengo una idea –exclamo la coordinadora– Hay que hacer un juramento las tres n.n.
- ¿Un juramento?
- ¡Sí! Ya que hemos hablado de nuestros logros y parece que cada quien va empezando su camino, les propongo que de aquí a un año estemos donde estemos nos reunamos este mismo día a esta misma hora para ver cuanto hemos progresado. ¿Qué les parece?- Sakura ofreció sonriente su dedo meñique a ambas chicas.
- Me parece genial, quizás para esta época ya seamos maestras… y yo le halla dado su merecido a Sabrina ¬¬ – sonrió Arashi y junto su dedo con el de la ojiverde. Ambas observaron a la dudosa pelirosada.
- ¿Qué te parece Mimi-chan? ¿Estas de acuerdo?- sonrió la castaña observándola junto a la aventurera. Mimi observo los dos dedos entrelazados y luego observo su propia mano.
- Chicas yo… - un ruido esquivo entre los arbustos alerto a las tres antes de que pudiera responder. El ambiente se puso tenso y los árboles se movían con el viento, entonces un gran bulto salto de entre los arbustos, provocando un fuerte - ¡¡Ah! - de las aterradas entrenadoras. El intruso se revelo como un conocido Houndour de color azul.
- ¿Paso algo compañero? – La voz varonil se hizo presente en el lugar y luego de unos momentos Dick apareció de pie junto al perro pokemon. El suspiro de alivio de las tres chicas no se hizo esperar.
- ¡¡Casi nos matan del susto! – Reclamo Arashi mientras Sakura y Mimi se recuperaban de la impresión – ¡¿Se puede saber que diablos pretenden tú y tu Houndour acechándonos!
- Yo no estaba acechando a nadie – respondió el investigador con voz parca y una mirada seria en sus ojos verde aguamarina – Solo estaba preocupado, hace mucho tiempo que ustedes salieron a recoger leña, demasiado diría yo, así que estábamos peinando la zona asegurándonos de que nada malo les había ocurrido, bien saben que debemos estar alerta, además…- dijo acercando su acusador rostro al de Sakura- Alguien violo la regla que teníamos de no alejarse del grupo sin avisar. – regaño ceñudo mientras la coordinadora sonreía con vergüenza.
- Je, je es que se me olvido n.n'
- ¡No seas tan exagerado Dick! Es nuestro día libre, relájate un poco. ¿Sabes? A tu esposa no le gustara que envejezcas prematuramente por ese carácter tan gruñón que tienes – advirtió la aventurera de manera cómplice dando de codazos al castaño. El joven investigador torció su rostro a un lado con una mueca severa - -'y suspiro.
- En primera mi vida privada no está en discusión y en segunda, señorita Arashi, los problemas no descansan ni toman vacaciones. Después de todo lo que les ha ocurrido es una imprudencia que anden así como así por el bosque, son blanco fácil y complican mi trabajo. Vamos regresemos con los otros, las escoltare de vuelta – acto seguido el castaño dio media vuelta emprendiendo la marcha, Arashi lo siguió a regañadientes.
- Luego nos dices tu respuesta ¿Ne Mimi? – sonrió la joven de ojos esmeralda y corrió junto con Kero a alcanzar a los demás.
Mimi los observo partir y sintió un tirón en su pecho, suspiro bajando la cabeza "De seguro de aquí a un año lejos de mejorar empeorare".
- ¡Señorita Mimi usted tampoco puede quedarse aquí sola! – La severa voz de su protector la saco de su ensimismamiento y decidió alcanzar al grupo, de todas formas el día de descanso apenas empezaba.
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Desde la colina Golden Sunset se podía apreciar una vista completa de ciudad Camino Dorado, era un hermoso mirador además del punto de llegada para los viajeros tal como el joven de cabello negro irisado, pantalón azul marino de estilo oriental y chaqueta negra que contemplaba el panorama desde la gran altura.
- Por fin he llegado ¡Que emoción! Este es el tercer lugar que conozco y de seguro el hogar de mi tercera medalla, aquí me enfrentaré a Whitney una de las entrenadoras mas fuertes de todo Jhoto, veremos si sus pokemons de tipo normal son tan duros como dicen. – el chico sonrió en excitación, desde que empezó su viaje había descubierto su intenso gusto por las batallas, más que nada el placer sublime que le proporcionaba ganarlas. Con las medallas del gimnasio de ciudad Violeta y pueblo Azalea en sus manos el hambre de lucha del joven entrenador se hacia cada vez más fuerte.
Le había costado mucho trabajo llegar a ese nivel y obtener ambas medallas pero gracias a su pericia y unas afortunadas casualidades poseía todo lo necesario para hacer de este, el duelo por su tercera medalla, la batalla de su vida. Había oído decir grandes cosas con respecto a Whitney, de echo el gimnasio de ciudad camino dorado tenía una gran historia de aguerridos lideres, sobre todo porque los pokemons de tipo normal que se usaban allí poseían pocas debilidades y gran versatilidad de ataques, además de una abundante salud que les brindaba gran resistencia.
- ¡¡Lo comprobare ahora mismo! ¡¡Ciudad camino Dorado aquí voy! – apretó los puños con decisión dando la vuelta rápidamente, sin quererlo tropezó con una pareja de ancianos, haciéndolos tirar algunas cosas.
- ¡¡Porque no te fijas mocoso del demonio! - La mujer de largo cabello cano, reclamo con una actitud dinámica y una voz aguda muy juvenil, algo extrañas para una señora que aparentaba tener al menos 90, pero al instante pareció notar aquello -… Eh… quiero decir… ¡Ahí mi lumbago! – gimió con un sorprendente cambio de voz y maneras.
- ¿Estásh bien mi corazónsh?- pregunto el anciano hombre, que parecía de la misma edad, mientras le ayudaba a levantarse.
- ¡¡De verdad lo siento mucho señora! Fue mi error perdóneme ¡¡ Por favor! – suplico el chico de apariencia china mientras muy apenado le ayudaba también a ponerse de pie.
- Hay que juventud tan alocada… – dictamino la mujer, mientras sujetaba su espalda, ya de pie.
- Estoy muy apenado, es que no me fije – el joven levanto las cosas del suelo y las entrego a la anciana.
- No te preocupesh hijito mi mujersh aun puede resistirsh un golpeshito je, je, je – rió el viejo de buena gana.
- Mi esposo tiene razón, sigue tu camino pero ten más cuidado – apoyo la sonriente abuela. El joven hizo una reverencia ante ambos y avanzo.
- ¡Verdaderamente lo siento, espero me disculpe, cuídense mucho! – se despidió a la distancia hondeando su mano, para luego retomar su carrera a la ciudad.
La pareja de ancianos sonrió cómplicemente, dirigiéndose a un lado del camino se ocultaron entre unos arbustos. Ambos se pusieron de rodillas sacando de entre sus cosas un pequeño monitor portátil, para luego despojarse con extrema rapidez de sus cabellos y arrugada piel; la pareja de ancianos se revelo como una pareja de jóvenes conformada por una mujer de cabello dorado largo y ojos amatistas, junto a un muchacho de rizos verde claro, corte abultado y ojos rojizos. La mujer desplegó el pequeño monitor, al instante la imagen de un hombre de gran mostacho y cabeza pelada con dos grandes matas de cabello rojizo a los lados hizo su aparición.
- ¡Butch, Cassidy reporten su posición!
- Profesor Namba, hemos llegado a ciudad camino dorado sin novedad. – respondió la chica.
- Me alegro– asintió el profesor.
- Ya tenemos todo preparado para iniciar la operación radio-madness – sonrió el muchacho de cabellos verdes.
- Perfecto ya saben bien cual es su objetivo. – asevero el hombre de la pantalla.
- Así es.
- Ya lo tenemos todo preparado – ambos se miraron taimadamente y luego levantaron la mirada, allí frente a ellos, en la distancia, se podía apreciar claramente la gran torre radial de ciudad camino dorado.
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- ¡Entrégamelos ya Sorata! – la peliazul observaba ceñuda, con la mano extendida, al muchacho frente a ella.
- Pero… -
- ¡Ahora! - Remi clavo su mirada mucho más fuerte en el monje, que estaba ante ella prácticamente desnudo.
- ¡Glup! - Sorata trago duro haciendo reverberar su garganta, con pena increíble se despojo de los bóxer que tenía, única prenda que no había perdido jugando al póquer con Remi, por suerte el pasto algo crecido y la mesa de cortas patas, alrededor de la cual estaban sentados ella, Link y él, alcanzaba a cubrir sus partes más privadas. Con mucha tristeza, acompañada de un marcado sonrojo, el castaño muchacho entrego sus "lindos" bóxer color rojo pasión que decían en grandes letras doradas "I Love HO-OH style".
- Perfecto - sonrió complacida la apostadora con la prenda en mano – ¿Quieren jugar otra partida chicos?
- ¡Por supuesto que sí! Ahora será todo o nada - exclamo Sorata.
- Pero… a ti ya no te queda nada que apostar o.o
- Claro que sí Remi… mi cuerpo n.n - sonrió señalándose, el sonrojo se apodero fuertemente de la peliazul.
- Oye… bueno… yo… es que es tan repentino… tú…nosotros…no podemos… aunque…- empezó a balbucear muy abochornada.
- Seré tu esclavo personal por un mes si ganas está n.n - sonrió inocentemente el seguidor de HO-OH.
- ¡Oh!... ¡Con que a eso te referías! Fiú… - suspiro aliviada la maestra de Charmander y Trapinch.
- Pues claro ¿De que otra "cosa" pensabas tú que hablaba él? FD – canturreo Link mirando maliciosamente a su amiga con su sonrisa socarrona, la entrenadora de azul frunció el ceño.
- De nada ¬¬ - respondió agriamente.
- Ya llegamos - anunciaron Sakura y Dick al unísono antes de quedar en shock o.0 junto a sus otras dos acompañantes. La escena no era para menos, primero Sorata completamente desnudo, ocultando sus partes más privadas con su mochila, luego Link que estaba sin espada casi en igual condición, con la diferencia de que sí tenía pantalones y finalmente Remi que ostentaba un gorro de poquerista sobre su cabeza, mientras se apoyaba en toda la ropa de los chicos, reclinando su espalda en un lloroso Clefable que parecía también haber sido apostado, los tres sentados en la mini mesa con sus cartas en mano y una mirada ensimismada.
Dick llevo una mano a su rostro golpeando duramente su frente, no entendía como sus protegidos podían ser tan… tan… y para su asombro no encontraba en todo su extenso vocabulario una palabra que los definiera, a su lado Arashi masajeaba su sien frenéticamente, con cara de furia y los ojos fuertemente cerrados, tratando de controlar el coraje que le provocaba ver a su "novio" en tan comprometedora situación, Mimi acababa de taparse la boca con la mano derecha, para no decir nada de la impresión, pero cuando reparo en que estaba viendo más de lo debido del cuerpo de ambos chicos, no dudo en taparse los ojos con la izquierda, finalmente Sakura, que acababa de desarrollar un tick nervioso en la ceja, lanzo un sonoro - ¡¡¡Ay que vergüenza! – que hizo huir despavoridos a todos los pokemons voladores de los árboles cercanos.
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- Pero no es motivo para que te pongas así nena T.T – lloriqueo por enésima vez el novio de Arashi, mientras está lo observaba de reojo, aún furiosa – Fue un jueguito nada más, perdóname – Sorata puso las manos al suelo e hizo una reverencia agachando su cabeza que mostraba los 3 chichones grandísimos que hace poco la aventurera acaba de hacerle con el mango de su espada luego de gritar ¡Que se pusiera algo de ropa por todos los cielos!
- ¡Ya te eh dicho que dejes de insistirme exhibicionista! – La muchacha lo fulmino con la mirada y se cruzo de brazos – ¡¿Así es como muestras respeto por tu supuesta deidad! - -' -.
- Oye OH-OH no tiene nada en contra del póquer ¿Sabes?– respondió ceñudo el monje mientras buscaba en su libro de preceptos, que siempre traía en el bolsillo, la sección que abarcaba ese tema - ¡Ves! Aquí lo dice, HO-OH no tiene nada en contra del juego ¬¬, y cito: "Si alguno de ustedes jugáis al azar o a las apuestas, en tanto seáis honestos, no tened vergüenza porque es vuestra manera de divertirse" – el muchacho de voz gangosa sonrió jactancioso, mientras la espadachín lo ignoraba. Le daba igual si HO-OH lo decía o no, nada justificaba el encontrarlo encuerado en publico a mitad del bosque.
Mimi observaba la escena sonriendo de medio lado, sentada al pie del lago, chapoteando, había escuchado toda la discusión de manera divertida (ella junto a Dick, Sakura, Remi y Link habían preferido retirarse para que Sorata y Arashi aclararán el mal entendido, dicho sea de paso no querían ser testigos presénciales del asesinato) sin embargo cuando volvió su vista a las aguas y contemplo su reflejo los pensamientos de antes la asaltaron nuevamente. Suspiro en derrota, no quería deprimirse porque seria volver al círculo vicioso de siempre pero era inevitable, de verdad se sentía muy mal y la quietud apacible del bosque no ayudaba a su bienestar.
Entre pensamiento y pensamiento su mirada dejo el lago para posarse en un objeto cercano, que apoyado contra un árbol dormitaba serenamente, ni el grito de Sakura había podido despertar a Kai cuando llegaron, el callado muchacho se había quedado profundamente dormido y, aunque en un principio pensó lo contrario, Mimi no tenía ni la más mínima intención de despertarlo ahora que seguía atormentada por su verdad.
Los hechos ya eran claros para ella, era claro que era dependiente, que era una mala entrenadora, que era inmadura, pero eso no bastaba para resolver las cosas, y ese era su problema precisamente, no sabía como solucionarlas, no sabía como madurar, no tenía idea de lo que una persona madura era o como llegar a serlo, estuvo pensando y llego a varias conclusiones: Tal vez seria más madura si no lloraba, pero Sakura había llorado mucho y era muy madura, luego opto por dejar de sonreír, pero Ginji sonreía todo el tiempo y era maduro, quizás si dejaba de actuar como niña… pero Link y Sorata actuaban como crios y podía ver que, a pesar de las apariencias, eran maduros ¡Quizás si imitaba a Dick! Dirigió su vista hacia el castaño y lo encontró como siempre revisando documentos holográficos con ese extraño reloj, mientras delicadamente acariciaba la cabeza de su pokemon que yacía cual cachorrito a su lado. No… no era buena idea, ella no podía ser como Dick ni como Ghanesa que hace poco acababa de preguntarle el porque de su mutismo, pregunta que solo atino a responder con un "Estoy cansada n.n" ocultando como siempre la verdad de las cosas, quizás su problema estaba en que era muy cerrada, cosa que sus actitudes parecían negar, sin embargo no podía confesar sus cosas era algo así como Arashi, pero a diferencia suya Arashi no se hundía en sus problemas ella los solucionaba "viviendo" como le había dicho una vez… ¿Viviendo? ¿Sería acaso que ella no vivía realmente? Todos sus amigos parecían disfrutar mucho la vida al igual suyo, pero en los momentos difíciles sus reacciones eran completamente opuestas, ella se ensimismaba mientras los otros afrontaban las situaciones ¿Por qué había esa diferencia? ¿Era eso parte de la madurez? Y si por azar del destino descubría como madurar ¿Quién le diría cuando estuviera ya lista? o ¿Cuando podría dejar de madurar?... Las cosas eran mas complicadas de lo que parecían y ese constante zumbido que atormentaba sus oídos desde hacia 1 minuto no la ayudaba a pensar.
- Mimi ¿Quieres hacernos el favor de contestar tu teléfono? ¡Esta sonando desde hace media hora! – el grito de Remi saco a la pelirosada de sus reflexiones y observo como todos, entrenadores y pokemons, estaban a su alrededor observándola ceñudos, incluso Kai había despertado mirándola de manera neutra.
- Lo siento, no lo escuche n.n' – eso basto para que la caída de espaldas fuera general -.
- ¡¿Cómo que no lo escuchaste! ¡¡Con el ruido que hace esa cosa que te dio tu papá podrías levantar a los muertos! – se quejo Arashi.
- Gomen ne, voy a contestar – la maestra de kirara extrajo de su bolsillo el pequeño celular rosa, regalo cariñoso de su padre la última vez que se habían visto, para que siemrpe estuvieran en contacto y el supiera si "ese sujeto", como solía llamar a Kai, se propasaba o le hacia algo a su adorada pequeña… quizás el papá de Mimi jamás aceptaría que su pequeña ya tenia 17 años y que Kai era su prometido.
La muchacha se coloco el auricular que traía integrado el aparato y alejo la pantalla un poco de manera que todos pudieran ver, la imagen reflejo a un hombre de alborotados cabellos verdes y ancha sonrisa.
- ¡¿Papá!
- Buenos días princesa – respondió el progenitor de Mimi observándola complacido
- Ho… Hola… pero no entiendo- se confundió la pelirosa – Tú siempre me llamas en cada ciudad y acabamos de hablar cuando estaba de camino en azulona.
- Que acaso tu papi ya no puede llamarte… T.T – el hombre se fingió tremendamente triste y su pequeña no pudo actuar de otra manera…
- ¡No! ¡No quise decir eso!... perdóname, es solo que me extraño recibir tan pronto otra llamada tuya.
- Si señor Mimi, hasta a nosotros nos tomo de sorpresa; sabemos que usted es metiche pero no tanto o.o – como siempre Link había metido su cuchara, junto con su cara, en medio de la pantalla y la conversación.
- Veo que lamentablemente sigues viajando "acompañada" - respondió Takashi ignorando el atrevido amiguito de su hija – Lo que me recuerda… ¡¿Estás bien!... No te ha hecho nada ese "tipo" ¬¬ - el solo pensamiento de ese sujeto hizo zapatear el hígado del hombre mayor.
- No papi … es más está aquí a mi lado – contesto ella muy animosa, volteando la pantalla para que su padre pudiese ver al susodicho quien lo observo fríamente, para luego hacer una reverencia.
- Tenga muy buenos días señor – saludo Kai con cara y voz de piedra
- Eran buenos… - murmuro por lo bajo el hombre de cabello verde – En fin, Mimi.
- ¿Si papá? – respondió sobresaltada, el tono de su padre había cambiado a uno muy grave, algo en todo esto no le daba buena espina.
- Necesito que vuelvas a casa ahora pequeña- Un "¡¿Qué!" salio de todo el grupo, no podían creer lo que acababan de escuchar, no tenía sentido, más aún cuando Mimi había prometido visitar su casa pronto tomando el expreso desde ciudad Azafrán. Mientras los demás tenían sus propias interrogantes la entrenadora pensaba lo peor.
- ¡Papá… ¡¿Acaso ocurrió algo! ¡¡¡¿Mamá, Whitney y tú están bien! ¡¡No importa lo que sea dime por favor! – exigió al borde de la angustia.
- ¡No ocurre nada¡… Bueno… verás no es tanto así, si paso algo pero no es nada malo, o eso creo… no puedo hablarte de ello por aquí, por eso necesito que vengas de inmediato a la ciudad.
- Pero papá estoy muy lejos de allí, tardare al menos una semana en llegar aún cuando partiera ahora.
- Je, Je por eso no te preocupes pequeña tu papi lo tiene todo solucionado - sonrió misteriosamente él, en ese momento una fría brisa azoto ligeramente los cabellos de todos al tiempo que una sombra pasaba en vuelo rasante sobre sus cabezas, al levantar sus miradas, descubrieron la figura de un elegante y enorme pidgeot que descendía eclipsando al sol con sus alas.
- ¡Pidgeot-o! – fue el fuerte rugido que lanzo el ave al posarse en el suelo, las alas aún abiertas, mostrando toda su envergadura.
- ¡Sugoi! – fue la exclamación general de todos, más aún de Arashi quien de inmediato recurrió a su pokedex:
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"Pidgeot, el pokemon Ave, la ultima forma en la cadena de evolución de Pidgey y Pidgeotto."
Pidgeot extiende sus hermosas alas ampliamente para intimidar a sus enemigos, cuando caza vuela a
gran velocidad rozando la superficie de las aguas en busca de presas como Magikarp, su excelente vista le permite ver las salpicaduras de este pokemon a distancias de más de 300 metros.
Es capaz de atravesar los cielos a velocidades de Match 2, sus largos talones son temibles armas y sus bien desarrollados y poderosos músculos del pecho y alas le permiten crear arrasadores vendavales con apenas un par de aleteos, posee un deslumbrante y lustroso plumaje. Muchos entrenadores son cautivados por la belleza del penacho que adorna su cabeza, obligándolos irremediablemente a escoger a pidgeot como un poderoso elemento de su equipo.
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- Papá ¿Enviaste a pidgeot por mí?- estaba demasiado impresionada, para que su padre se hubiese preocupado hasta del transporte algo muy malo debía estar pasando
- Así es princesita, Zephíro te llevara a casa y te traerá de regreso, date prisa, nos vemos.
- Pero papá…- Mimi salio muy tarde de aquel ensimismamiento, él había ya colgado.
La pelirosa observo a Zephíro que miraba a todos atenta y seriamente, con las alas abiertas parecía esperar su decisión, lo pensó: Su familia la necesitaba, ese día había sido bastante pesado para ella entre recuerdos y depresiones, alejarse un momento a cambiar de ambiente y regresar a la seguridad de casa podría ser el respiro que necesitaba para aclarar sus pensamientos además, aunque no lo quería admitir, después de todo lo que había reflexionado la presencia de los demás la hostigaba un poco, sobre todo la de su novio que le hacia sentir terriblemente apenada. Poner algo de distancia era quizás una buena forma para entender y asimilar mejor todo así que dando la cara al grupo sonrió nostálgicamente.
- Y entonces… regreso a casa – anuncio suavemente.
- Ah…cuídate mucho Mimi – Arashi suspiro triste poniendo una mano en su hombro.
- Saludos a tus padres n.n – sonrió Sorata.
- Dile hola a Whitney y su miltank n.n - agrego Link mientras una vena saltaba en la frente de Remi.
- Dale un golpe a esa bola rosada de grasa por mí ¬¬– bufo la entrenadora de charmander.
- Regresa pronto - la sonrisa de Sakura se extendió delicadamente. Mientras que Ghanesa se limito a sonreír y hacer un gesto con la mano. Ella contesto a cada saludo sintiéndose inquieta ya que, aunque no quiso darlo a notar, supo que desde que anuncio su partida los ojos de Kai habían seguido cada uno de sus movimientos, ella aún no quería mirarle y ahora que lo pensaba con detenimiento el estoico muchacho tampoco había querido acercársele. Ambos estaban actuando indiferentes por tácito acuerdo, pensó con temor que quizás Kai había llegado a las mismas horribles conclusiones acerca de ella, de ser así la distancia era lo mejor hasta que descubriera como cambiar y poder sentirse con fuerza para regresar.
- Señorita Mimi – la voz de Dick le hizo levantar la mirada, el investigador la observaba con algo de bien escondida y nostalgica pena – Le deseo suerte en su viaje con su familia. Ya que nos deja hoy no podrá estar bajo mis cuidados ni los de mi compañero, por eso le pido que guarde esto – el investigador le entrego un pequeño aparato parecido a un anillo – Cualquier cosa extraña que suceda, solo apriete el pequeño botón, hable a través de él, yo escuchare de inmediato y vendremos a ayudarla, tenga cuidado por favor – terminada esta frase Dick sonrió solo para ella y se alejo hasta quedar junto a los demás.
Mimi les lanzo a todos una ultima mirada antes de subir en el lomo de Zephíro quien se inclino para ayudarla, una vez segura sobre la gran ave el pokemon lanzo de nuevo un sonoro
– ¡Pidgeot-o! – y aleteando un par de veces se elevo cual helicóptero a poca distancia del suelo, creando una poderosa corriente que sacudía sin piedad la ropa y cabellos de sus amigos. El grupo aún sonriente ondeo sus manos, la vista de la entrenadora los recorrió, grabando cada expresión y finalmente se detuvo, cruzándose con la de aquel que tantas cosas distintas le hacía sentir.
Kai estaba unos pasos más atrás de ellos, alejado como siempre, observándola penetrantemente, la pelirosa pensó que en cualquier momento saltaría de pidgeot y se refugiaría en sus brazos, pero no podía, no ahora, necesitaba arreglar sus propios conflictos, mas que nada consigo misma, para poder regresar, entonces, sin que lo pudiera creer, el entrenador de fuego movió sus labios y susurro solo tres palabras que ella pudo leer perfectamente en sus labios – "Cuídate, regresa, te amo" – Una pequeñísima lagrima cayo de sus ojos y pidgeot se elevo completamente, arremetiendo velozmente contra el cielo desapareció en una estela de luz que se convirtió en leve destello a la distancia.
- Ten cuidado Mimi- Las palabras brotaron inconscientemente de la boca de Arashi, mientras miraba el firmamento donde su amiga había desaparecido; sin saber porque tuvo un presentimiento molesto, algo no le gusto de todo eso y en su mente ciertas remanencias de la palabra peligro palpitaban, la espadachín suspiro, quizás no por nada su padre y su hermana Sabrina tenían poderes psíquicos. Giro su cabeza de lado para observar a sus amigos encontrándose con inmensas cascadas de lágrimas cayendo de los ojos de Sorata. T.T
- ¡Oh! ¡Ya no te pongas así! Ella volverá pronto – le reclamo.
- ¡Snif! ¡Snif! No es por eso –el monje restregó su cara con una manga, mientras gimoteaba.
- ¿Y entonces?
- Es que HO-OH no tiene nada en contra del juego, pero si de perderlo… ¡Como castigo tendré que quedarme sin comer 3 díaaaassss! – berreo mostrándole su libro de preceptos a lo que la aventurera contesto indignada, dándole otra vez con el duro mango de su espada y haciendo aparecer un cuarto chichón en la cabeza del castaño.
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A increíble rapidez, cruzando el firmamento en aquella rapidísima ave, Mimi soltó un par de lagrimas; se aferro fuertemente al plumaje de Zephíro a sabiendas de que a la velocidad que iba era lo más seguro para protegerse y poder respirar, tal como su padre le había enseñado la primera vez que le permitió montarlo junto con él…
"- Papi no puedo respirar bien – Había dicho ella al experimentar dificultades luego de un rato de vuelo en el que embelesada había contemplado el mundo desde las alturas
– Entierra tu rostro en las plumas de Zephíro, verás que así ya no te ahogaras – respondió su papá" y ella se enterró en el suave y calido plumaje, mismo que ahora le reconfortaba y arrullaba.
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- Pero… nadie me había dicho nada acerca de que vendrían a revisar el sistema de cableado, además no hemos tenido ningún problema con la señal, señores. – el guardia de seguridad escruto atentamente con la mirada a ambos empleados de aquella nueva y dizque "grandiosa" compañía de seguridad. Acababan de llegar con una gran caja de herramientas y sendos maletines anunciando que se trataba de una oferta especial de mantenimiento gratuito, sin embargo el joven de seguridad era muy suspicaz y ese asunto no le daba buena espina.
- ¡Vaya hombre más terco! Si usted deja pasar esta grandiosa oportunidad sus jefes lo reñirán de seguro – asevero el "empleado" de cabello dorado y ceñudos ojos amatistas.
- Además, lo único que haremos será llevar esta torre de radio ¡Al infinito y más allá de las telecomunicaciones! – arengo su compañero de cabello verde, haciendo un gesto con los brazos y piernas que lo hacían parecer un avechucho en vuelo.
- Pues a mí no me han comunicado nada de ninguna "oferta" ni de ningún "infinito" y si no tienen autorización me temo que no pueden entrar, así que notificare a la central, si me disculpan… – El oficial sujeto su radio portátil. El hombre de cabellos verdes vio su oportunidad y disimuladamente dirigió su mano al bolsillo para apretar el botón de encendido de un extraño aparato cúbico que traía.
- 10-4 centra… ¡Ahhhhhhhh! – Antes de que el hombre pudiera comunicarse una gran descarga salio de su trasmisor recorriéndole las manos, espantado soltó el comunicador que fue a parar al suelo.
- ¡¿Pero que fue eso! – exclamo aún adolorido, no podía creer que su confiable aparato lo hubiese lastimado.
- ¡Aja lo sabia! – señalo el hombre de cabello rubio.
- Muy típico, muy típico – asintió su compañero de al lado.
- ¿Eh? :S - el oficial parecía muy confundido.
- Oh es muy fácil, vera usted, es algo que ocurre muy comúnmente en las radioemisoras, la antena hace un fuerte bloqueo en la energía cuasichambristica del integrado hiperonimico de la frecuencia parangaticuirimicaro de los aparatos como el suyo entonces… - la cabeza del guardia se empezó a llenar de miles de signos de interrogación, mientras el rubio detallaba con un puntero en una pizarra (que había sacado de quien sabe donde) su teoría, en tanto su compañero gesticulaba actuando cada parte de la explicación - … Y es por eso que veníamos hoy a solucionar ese tipo de problemas tan frecuentes con nuestro sistema de oferta especial ¿Sabia usted que de cada 100 guardias 95 mueren así? o.0 – Aunque el pobre hombre no había entendido casi nada de la explicación si pudo entender perfectamente la estadística (aún dolía su mano) y espantado abrió el portal cediendo el paso a ambos desconocidos.
- No entendí bien pero ¡No quiero morir! Pasen ustedes y hagan su trabajo, ya luego comunicare a la central – ambos empleados entraron sonrientes para alivio del guardia que pensaba recibir un ascenso por el "gran beneficio" que había realizado para la empresa.
Mientras se alejaban de la estación de seguridad ambos hombres se sonrieron astutamente.
- Cayo redondo.
- Así es - apoyo el muchacho rubio desprendiéndose de la gorra y lentes dejando ver cual largo era su cabello y cuan femeninas sus facciones – La primera parte de la operación está lista. –Ambos desaparecieron tras las puertas del edificio.
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- ¡Pidgeot-o! - El suave bramido del ave la saco de sus sueños, abrió los ojos notando que el vuelo ya no era rápido y violento sino tranquilo y pausado, casi como flotar. Mimi desenterró su rostro del plumaje del fiel Zephíro - ¿Qué ocurre? – pregunto al ave que la miraba por sobre su hombro, el pájaro señalo con su cabeza hacia adelante y una sonrisa cubrió los labios de la chica, a la vista estaban los grandísimos rascacielos de ciudad Camino Dorado.
- ¡Ya llegamos! – Exclamo jubilosa de contemplar su ciudad natal
– Pidgeot-o – contesto el ave animosamente y haciendo un giro en el aire aumento la velocidad para descender en una amplia empicada.
En poco tiempo aterrizo en el patio frontal de la pequeña y hermosa casita de las afueras, la entrenadora de Chikorita bajo de la espalda del pokemon volador, apenas toco suelo la puerta se abrió mostrando a su sonriente padre que salía corriendo a recibirla.
- ¡Papá! – grito emocionada
- ¡Princesa! – exclamo el hombre estrechándola fuertemente para luego palparla por todas partes.
- ¡¿Qué haces! – se extraño ella.
- Asegurándome de que estás bien T.T, segura que ese tipejo no te hizo nada ¬¬.
- No papá - -' y ya te eh dicho que no lo llames así.
- Oye estoy siendo considerado, creeme que tengo otros "nombres" menos "bonitos" para él – suspiro y se dirigió hacia su pokemon – Muchas gracias viejo amigo – le sonrió acariciándole tiernamente la cabeza mientras mostraba su pokebola, la gran ave desapareció en ella.
Al instante se pudieron escuchar pasos a la carrera descendiendo las escaleras, la puerta se abrió de nueva cuenta dejando ver a la mujer de largo cabello rosa oscuro.
- ¡Mamá! – sonrió Mimi
- ¿Mimi? – Su madre parecía visiblemente confundida, paso su vista desde su esposo a su hija repetidas veces, hasta que frunciendo el seño señalo a su marido - ¡Con que esto era lo que tan misteriosamente tenias planeado! ¡¿Verdad! – La cara del señor Tachikawa tenía la misma expresión que la de un niño al que descubren en plena travesura.
- ¿Qué está ocurriendo? No entiendo nada de esto - reclamo la pelirosa menor.
- Yo tampoco entendía mi amor pero estoy comenzando a entender - -'
- ¿Huh?
- No te preocupes, ya te explicaremos todo n.n - Su madre cambio de actitud y la estrecho fuertemente en sus brazos - ¿Como estás? – dijo observándola con una gran sonrisa y los ojos empañados, después de todo no veía muy seguido a su pequeña.
- Mamá no te pongas así, yo… vine a visitarlos - sonrió enternecida de ver a su progenitora conmovida, el señor Tachikawa llevo una mano tras su cabeza, sonriendo feliz con la escena – Adentro tendremos más tiempo de hablar, pasen – invito el hombre sujetando a ambas mujeres de la cintura, conduciéndolas a casa.
- ¡Extrañaba mucho estar aquí! – exclamo Mimi hundiéndose y rebotando en la barriga del gran Snorlax de su madre que, como siempre, dormía en la sala como si fuera un mueble (un gran y confortable mueble). El gran pokemon apenas si movió una ceja ante el peso mínimo de la jovencita, su madre sonrió, ya hacia mucho tiempo que su hija menor no estaba en casa. La pelirosa se levanto y camino hacia la puerta de cristal que daba al jardín trasero, abriéndola maravillada contemplo las siempre hermosas flores de su jardín.
- ¡Ahh! – suspiro inhalando el delicado aroma.
- Mimi tenemos que hablar - la voz de su padre le hizo volverse, sentado en el sofá con su madre a un lado la esperaba, la chica asintió colocándose en el pequeño sillón frente a ellos.
- Bien papá ¿Para qué me hiciste volver?
- Que acaso un padre no puede…T.T
- Ya basta Takashi ¬¬ - Haruna corto la diatriba de su esposo y observo a su hija cariñosamente. – Bueno, lo que sucede es que tenemos que pedirte un favor.
- Tu madre tiene razón, eres la única que puede ayudarnos
- ¿De que se trata?
- Eh veraz… - su padre se cruzo de brazos – No encuentro las palabras apropiadas para decírtelo pero…
- Sígueme Mimi, en un segundo te mostrare – La mujer se puso de pie y guió a su hija a través de las escaleras hacia las habitaciones. La pelirosa observo con nostalgia aquel lugar pasando sus ojos inevitablemente por la puerta de su habitación. Su habitación, hace tanto que ella misma había cerrado esa puerta por última vez, con la convicción de que regresaría triunfante, y verla ahora, aún cerrada, esperando que su "exitosa" dueña la volviera a abrir, la sumió en sus memorias tristes.
- Llegamos – anuncio su madre deteniéndose una puerta más allá. La menor se confundió, si mal no recordaba esa era la puerta de la habitación de su hermana mayor.
Haruna golpeo la puerta dos veces y entreabriéndola suavemente murmuro un quedo – ¿Se puede? - ¡¿Que hacia su madre! Mimi estaba cada vez mas confundida. ¿Cuál era el punto de tocar tan educadamente la puerta de una habitación vacía? Porque Whitney de seguro estaba como cada día en el gimnasio ¿Cierto? Eso pensó ella hasta que un ronquísimo – Si, adelante – salio de la habitación.
Madre e hija entraron casi a hurtadillas, la menor quedo con la boca abierta, entre un revoltijo de sabanas, cojines y almohadas la figura de su hermana se encontraba recostada boca arriba, con su camisa de dormir pegada al cuerpo por el sudor, mismo que había separado su siempre peinado cabello en maltrechos rizos, sus mejillas estaban muy sonrojadas, sus ojos entrecerrados y brillantes la observaban anhelantes y una pequeña sonrisa asomaba entre su húmedo rostro.
- Hola Mimi – dijo quedamente para luego empezar a toser.
- ¿Whitney? – La muchacha no salía de su estupor, tras todos estos años de convivir, nunca había visto a su hermana tan desmejorada como ahora y eso la preocupaba aún más, para sus ojos era muy claro que a Whitney la afligía algo más que un aparente resfrió. – ¿Pero que paso?-
- Pues ya vez estoy enferm… ¡Achist! – un estornudo repentino la interrumpió, seco su nariz con un pañuelo que su madre, presurosa, le alcanzo – Cogí una gripe fatal y ahora no me puedo ni siquiera mover.
- Y vaya que te ves mal - asintió aun anonadada.
- No me ayudes quieres ¬¬ - Riño la mayor, mostrando que aún no perdía ese carácter enojon–juguetón que la caracterizaba.
- Lo siento - se disculpo apenada Mimi – Mamá ¿Desde hace cuanto que Whitney está así?
- Desde hoy por la mañana, ya eh intentado bajarle la fiebre pero la gripe es un proceso, así que solo le queda descansar hasta estar mejor.
- Ya veo, es por eso que hoy no has asistido al gimnasio – La sola mención de la palabra Gimnasio causo virulentas reacciones en la enferma, quien tomándose la cabeza gimoteo desesperada. - ¡Oh! ¡Tenias que recordármelo! ¡Rayos! ¡Es tan tarde! A esta hora ya habría culminado mi rutina matutina y estaría abriendo el gimnasio. – aseguro abatida.
Hasta ese momento la pelirosa jamás había notado lo importante que era para su hermana mayor el trabajo de ser la lider, realmente pensaba que lo hacia por gusto y vanagloria ya que siempre presumía de ello, hasta podía jurar que si era la lider se debía solo a la herencia de su madre y no a un merito personal, pero ahora todo pintaba muy diferente, podía leer en Whitney el inquebrantable deseo de levantase de esa cama y cumplir con sus obligaciones, deseo inútil que la frustraba, que empeoraba su condición a través del mejor aliado de cualquier enfermedad, el stress.
- Ya basta Whitney, ya hemos hablado de esto – su madre la arropo cuidadosamente de nuevo y le puso el termómetro, junto con una bolsa de agua fría sobre la frente – Tienes razón Mimi, es por eso que tu hermana no ha asistido hoy al gimnasio, está muy desmejorada como para entablar batalla o cumplir con cualquiera de sus obligaciones.
- Entiendo, nunca pensé que eso te haría sentir tan frustrada… pero mamá tiene razón, si no descansas vas a pasar más tiempo enferma sin poder continuar tu trabajo.
- Y es por el "trabajo" que tú estás aquí –afirmo su padre, reclinado desde el marco de la puerta.
- No entiendo– La entrenadora menor empezó a hartarse de tanto misterio.
- Tu hermana necesitaba de un entrenador de reemplazo que pudiera cumplir con sus obligaciones mientras esta enferma, pero no puede ser cualquiera, necesita alguien de confianza, alguien que conozca la tradición de la familia, que sepa mantener el estilo y defender su honor… alguien como tú.
- ¡¡¡¿Yo!
-¡¡¡¿Ella! – Whitney escupió el termómetro hasta el otro lado de la habitación. Su padre solo asintió sonriente. - ¿A esto era lo que te referías con "El candidato perfecto"? ¡¿Acaso perdiste la razón papá…- y un nuevo ataque de tos doblego los reclamos de la mayor.
- ¡Oyeme! ¡Tampoco es un escándalo el que píense en mí para hacerlo! ¡Oh acaso insinúas que no puedo! ¬¬ - Mimi se sintió ofendida con los reclamos de su hermana. ¡Ni que ella fuese una imcopetente desconocida! "¿No lo eres?" Un cruel y rápido pensamiento atravesó su mente, definitivamente su depresión se estaba haciendo crónica.
- ¡Por favor! ¡Hace apenas unos meses que saliste de aquí sin saber nada de pokemons y batallas! Y aunque hallas mejorado… ¡Tú detestas todo lo que tenga que ver con la tradición familiar del gimnasio! ¡¿O acaso crees que no lo sé! No se trata de que estés calificada para el puesto, se trata de que no tienes la entrega para hacerlo. – sentencio la lider, cruzándose de brazos arecostada en la cabecera de su cama. Su madre puso una mano en su hombro.
- Takashi, debiste habernos consultado, has interrumpido el viaje de Mimi sin siquiera avisarle el porque la estabas haciendo venir aquí, además de que has dado a Whitney falsas esperanzas sabiendo que está tan angustiada por el asunto. – reprocho la mujer mayor, negando severamente con la cabeza.
Mimi se sintió vergonzosamente culpable, si bien era cierto todo lo que Whitney dijo no tuvo motivos para ser tan ruda, sobre todo estando su madre presente. Ella era la más fiel seguidora de la tradición, era algo muy importante por muchas razones y la pelirosa no quería que su progenitora pensara que lo despreciaba, porque no era así. Aunque la idea de ser lider algún día y suceder a Whitney le desagrada estaba muy lejos de aborrecer la tradición (simplemente no iba con lo que ella quería) pero de echo, muy en el fondo, era parte de su orgullo también.
- Oigan, Oigan ¡Oigan! – El señor Tachikawa estaba perplejo - ¿Me pueden explicar que está sucediendo aquí? Miren como se comportan, es decir estamos hablando de Mimi, de tu hermana, de nuestra hija, de tu futura sucesora, de…
- De alguien a quien no le interesa en lo más mínimo lo que pase o deje de pasar con el gimnasio – La voz de Whitney fue inflexible – Mira papá, yo no tengo nada en contra de Mimi, pero mamá y yo sabemos muy bien lo que piensa ella respecto a estas cosas, por eso es mejor que ella regres….
- Lo haré – La silenciosa pero determinada vocecita de la menor interrumpió sus palabras.
- ¡¡¿Qué has dicho! – A Whitney le pareció oír mal, espero que en el nombre de Latíos y Latías hubiese odio mal, ¡No! De echo tenia que haber oído mal, no era posible que…
- Dije que lo haré – la mirada de su hermanita se clavo fijamente en la suya – Si Whitney, tienes razón, no es mi sueño ser lider de gimnasio como tú o como mamá y tampoco lo deseo, pero no digas nunca que no me interesa. El ser lider y la tradición del gimnasio son importantes para ti, para mamá y para papá, era importante para la abuela, para las generaciones antes de ella y es importante para mí, así que por eso, aunque no sea lo que me gusta y no estés de acuerdo lo haré por ustedes, por ti – sentencio tímidamente, sus palabras no fueron sido autoritarias ni severas, esa no era su forma de ser, pero si habían estado impregnadas de sentimientos ya que eran la pura verdad. No pensó mucho en las consecuencias al decir lo que dijo pero algo gritaba en su interior que lo hiciera… quizás el cariño de hermanas, quizás el echo de que quería demostrar que ella podía, quizás el anhelo por madurar, que veía en esto una oportunidad única de superarse, resarcir los errores pasados, o quizá era simplemente por ver esa expresión de añoranza, ensueño y felicidad que su madre le dedicaba emocionada, casi al borde de las lagrimas.
Recordó cuando al hablar con su progenitora, confesándole su deseo de no tener que ver con la tradición familiar, ella se mostró comprensiva, la había apoyado, consentido, pero Mimi jamás se pregunto como se sentiría su mamá por dentro, ahora podía quizás resarcirla un poco dándole gusto en esto y definidamente funcionaba porque ya la estaba haciendo sonreír, aunque curioso, ese tipo de sonrisa añorante ya la había visto en otra parte…
"Je, verdad que pase lo que pase siempre salimos adelante juntos Mimi n.n" y su mente dibujo unos cabellos arrizados de color rubio brillante, un rostro de piel suave, blanca como la porcelana, una risa adiamantada que iluminaba y un par de ojos azul zafiro profundos y tan llenos de vida. El recuerdo de Ginji suspirando con alegría esas frases, mientras descendían del crucero que acaba de llegar a Isla Shell-Hélix, la golpeo fuerte. Recordó el motivo de las palabras que su amigo le había dedicado, poco antes de morir sepultado en las profundidades del océano. Su mente viajo a aquellos momentos atrás hacía apenas unos meses, cuando acaban de superar la fuerte manifestación de "Soul Berserk" que se había apoderado del barco donde viajaban.
A pesar de que un poderoso Banette se había revelado como el comandante del enjambre de shuppetts que atacaban salvajemente el crucero (sumiéndolo en aquella mística oscuridad indisoluble que siempre acompañaba el enloquecimiento de un pokemon fantasma) Mimi había logrado convencerlo de liberarlos a todos, más gracias a la suerte que a otra cosa, ya que la marioneta Pokemon (convertida en vengativo titiritero) vio algo especial en la muchacha y decidió conceder una tregua; como si fuesen un inmenso manto de seda negra que ondeaba sobre la noche, él, su ejercito y su sequito de arruinados osos de peluche desaparecieron, dejando a la pelirosa con la esperanza de volverlo a ver, para averiguar el motivo de su odio a los humanos, y un temor traumático a cualquier muñeco de felpa que se viera aunque sea un poco maltratado, por esa razón Ginji, tan intuitivo como siempre, había tratado de que se le pasara el susto acercándose a ella para hacer que se relajara, mientras el resto del grupo desembarcaba.
- "No entiendo" había contestado confundida en ese entonces ante el alegre suspiro del rubio ojiazul.
- "Bueno ya sabes" recordó como su amigo se apoyo sobre el barandal mirando ausente y profundo al mar "Hemos pasado por muchas cosas… la mayor parte divertida jajaja, pero siempre lo hemos hecho juntos y seguimos… vivos XD" – el seño fruncido de Mimi se hizo presente ¡Claro que seguían vivos! No quería ni recordar siquiera como casi Link se ahoga o como Arashi estuvo a punto de ser arrasada por la bola de sombras lanzada por el gengar que tuvieron que enfrentar aquella vez…
– "No te molestes " – Ginji la observo con su mirada profunda contrastatando con su pura sonrisa – "Lo que quiero decir es que es especial. ¿Sabes? No nos conocemos mucho tiempo pero hemos pasado por tanto… No importa que haya sido, bueno o malo siempre ha sido especial Mimi; cada cosa que vivimos juntos nos hace entrar más dentro de uno y otro. Yo siento que es algo que siempre esta allí, que no puedo olvidar, como si mis emociones estuviesen construidas con esos momentos; cada recuerdo es un sentimiento que libera mi corazón y aun con el paso del tiempo las memorias seguirán fluyendo, estremeciéndome. Aunque ustedes o yo ya no estemos, podré regresar a ese momento con solo pensarlo, podré sentir el mismo viento, el mismo aroma, el mismo sol, oír las mismas risas y derramar las mismas lagrimas… ¿No es maravilloso que, a pesar de todo, de una u otra manera estaremos siempre todos juntos?".
- Es maravilloso – susurro Mimi en el presente a aquel que ya jamás podría oírla, nunca sabría si Ginji intuyo algo de lo que pasaría en ese lugar, más aún si supo que moriría por mano de la persona que amaba, pero de lo que sí estaba segura era de que esas palabras volvían a su memoria por una razón y ahora, que él no estaba ni estaría más: Ella era quien necesitaba sentirlos a todos a su lado.
-Apoyo la moción ¡Sabía que no nos fallarías princesa! – el abrazo de su padre la sustrajo de los recuerdos.
- Mimi ¿Estás segura de esto?- su madre la miró aún con ese semblante calido.
- Si mamá, estoy segura. – Debía hacerlo, no solo por motivos de orgullo sino también porque ella quería demostrar que esos momentos en compañía de Ginji y sus amigos habían importado, que si había aprendido de esos instantes, que si significaron algo para ella, así como para el rubio… así como para Kai.
- Pues sigo creyendo que es una mala idea, pero ya que estás dispuesta…- su hermana mayor se resigno.
- Bueno entonces que no se hable más. Whitney, a partir de ahora tu hermana es la lider del gimnasio de ciudad camino dorado hasta que tú te recuperes – anuncio el hombre dando por terminada la discusión con una gran sonrisa.
- Gracias Hija – susurró su madre al pasar a su lado junto con su progenitor, ambos dejaron a las hermanas solas, tenían muchos detalles que ultimar.
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- ¡Vaya! ¡Que delicioso se ve todo esto! – el muchacho de cabello negro irisado contemplaba con verdadera hambre los escaparates repletos de comida en la sección gourmet del gran centro comercial de camino dorado.
Estaba algo perdido pero no lo lamentaba para nada. La ciudad era inmensamente grande como un laberinto de edificios que escondían maravillasen cada lugar, pasajes subterráneos, casinos, tiendas, lugares de diversión, discotecas, todo a lo que un joven pueblerino y sencillo como él no estaba acostumbrado, el lugar lo había deslumbrado tanto que se había olvidado de todo y así se lo hizo saber su estomago rugiendo abruptamente.
– Oh creo que tengo algo de hambre – consulto rápido su pokegear y su rostro se desencajo – Es tardísimo o.0, casi es hora del almuerzo y aún no eh tenido mi batalla – el ruido del aceite friendo las hamburguesas le hizo regresar la vista al escaparate – Bueno no creo que el gimnasio se vaya a ir porque yo almuerce, además no puedo luchar con el estomago vació … ¡Naaa! Basta de excusas solo quiero comer – y luego de ser sincero consigo mismo se perdió tras la puerta del local.
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- No hables demasiado en la junta vecinal de hoy, la situación está algo delicada con ese rumor de que miembros de los Rocket y Shadow fueron vistos en el bosque Ilex así que no quiero que se vaya a agravar, solo diles que escucharas las observaciones, que el plan de vigilancia seguirá como hasta ahora y que cuando yo regrese me haré cargo personalmente del asunto. También quiero que le llames al juez de batallas de nuevo; hace poco le dije que no trabajaríamos hoy, explícale la situación y dile que esté listo lo más pronto posible; cuando llegues allá le pides su identificación ¡Ni se te ocurra confiarte de cualquiera! Y ya que hablamos de eso otra cosa: Nadie atraviesa los aposentos del gimnasio; los retadores entran y salen de la arena de batallas por la plataforma del frente, fuera de ese lugar las demás áreas están prohibidas para cualquiera que no fuese personal del gimnasio ¿Entendido?
- Si Whitney- suspiro la menor por undécima vez, con expresión cansina se apoyo en el marco de la ventana y contemplo la vista desde la habitación de su hermana. Era increíble la cantidad de cosas que le había encargado hacer en menos de 20 minutos de conversación, con esto reafirmaba una vez más la idea de no querer ser lider oficial nunca -.
-Oh, una cosa más Mimi… –
- ¿Qué?- pregunto la aludida sin muchas ánimos de saber lo que era, giro hacia su hermana y observo que su sacaba un silbato de entre sus ropas de dormir. Lo soplo con tal fuerza que el estridente pitido casi rompe las ventanas y los tímpanos de Mimi, después de un rato de silencio (en el que la pelirosa menor trato de recuperar el oído) un fuerte sonido se escucho desde la parte baja de la casa, luego el segundo piso reverbero mientras aquel ruido ascendía por las escaleras. La lider provisional se sujeto a uno de los postes de la cama de su hermana para protegerse del "terremoto", en ese momento la puerta de la habitación se abrió dando paso a una gran esfera rosada que avanzaba girando vertiginosamente, el extraño objeto salto en el aire y se desenrollo con un agudo – ¡Miru, miru! - revelándose como la fiel Miltank, que callo de pie al lado izquierdo de la cama. Whitney acaricio con ternura la cabeza de su pokemon.
-…Miltank te acompañara en todas las batallas – sonrió con simpleza. La menor se puso pálida, la boca se le descolgó de la impresión °u°'.
- ¡No, por supuesto que no!- rechazo categóricamente agitando los brazos
- Oh sí claro que sí, te recuerdo que Miltank es el pokemon oficial del gimnasio, además tus pokemons aún están en entrenamiento, no puedes ofrecer una batalla decente con un desarrollo inmaduro – sentenció Whitney y giró hacia su pokemon – Miltank cuento contigo para que la vigiles.
- Miru, Miru- Respondió la vaca sonriente, con un sonido parecido al tintineo de un cascabel.
- ¿Cómo que para que me vigile?
- Pues es obvio, Miltank conoce todas las actividades del gimnasio y como dar una buena batalla, te será de gran ayuda, y se ocupara de que no lo arruines ¬¬, claro está siempre y cuando la obedezcas en todo.
- ¡Obedecer yo a la vaca! - la pelirosa hizo un gran puchero. ¿No se supone que ella era la entrenadora y lider provisional?
- Si hermanita o acaso ¿Tú sabes como se llevan a cabo las batallas de gimnasio?
- Bue… bueno yo eh estado en un par y…
- Creeme que es muy diferente ser el retador que solo se preocupa por ganar y obtener una medalla a ser el lider que debe probarte en todo sentido para que la ganes justamente, es por eso que Miltank está yendo contigo, ella te será de apoyo en ese aspecto así que trata de escucharla, pero claro, si crees que no puedes con esto le decimos a papá y ya. – La menor negó categóricamente con la cabeza, ella lo haría fuera como fuera.Whitney suspiro aliviada y cansada. – Bueno váyanse, se hace más tarde. – Dicho esto se acostó de lado, envolviéndose con las sabanas.
- Ah… de acuerdo. Que te mejores, vamos Miltank.
- Miru, Miru – fue el sonido del pokemon al seguir a Mimi hacia la salida.
- Ah y Mimi… – la nueva lider y el pokemon dieron la vuelta en el quicio de la puerta al escuchar la voz de Whitney que aún les daba la espalda.
- ¿Si?
- …Buena suerte hermana.
- Gracias – asintió ella con mirada blanda y abandono la habitación sin poder ver la gran sonrisa que adornaba el rostro de la enferma.
La lider de reemplazo descendió parsimoniosamente las escaleras.
- ¿Todo bien? – la abordo su madre, quien la esperaba en los primeros escalones, Mimi no supo si el tono de la pregunta reflejaba curiosidad o temor.
- Si mamá, Whitney ya me explico que es lo que debía hacer.
- ¡Seguro lo harás excelente pequeña! – Su padre se unió a la conversación
- Gracias por el apoyo… debo irme ya, aún tengo que llamar al juez de batallas y verificar el estado del gimnasio - -'– Se despidió algo cabizbaja por el pesado trabajo que le esperaba.
- No te preocupes por eso, hace un rato, mientras hablabas con tu hermana, tu papá y yo le avisamos, él te estará esperando en las puertas del lugar – sonrió su madre.
- ¡Muchas gracias! n.n - La menor devolvió el gesto con entusiasmo, podía sentir en sus padres el apoyo. – Entonces nos veremos luego…
- Espera Mimi – su padre la detuvo a unos pasos de casa mirándola seriamente – No puedes ser lider de gimnasio sin esto – y le extendió una pequeña caja cubierta de terciopelo color vino, la entrenadora la tomo abriéndola, al instante relucieron al sol 6 pares de medallas plain completamente nuevas.
- Recuerda que debes entregar una a cada entrenador por batalla, sin embargo no es necesario que tú pierdas el duelo para hacerlo, ahora tú eres la lider y debes usar tu criterio para saber cuando concederlas. – Asevero su madre desde el marco de la puerta. La muchacha asintió y, con una último sonrisa, emprendió el camino entre adioses y buenos deseos s, recordando con añoranza que la misma escena ya la había protagonizado antes, cuando salió en su primer día de viaje.
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El juez de batallas resulto ser un jovencito de 15 años llamado Jin, era un chico despierto y educado de piel blanca, ojos avioletados y cabello negro que la miraba con cierta admiración (después de todo ella era hermana de la gran Whitney).
Se mostró muy servicial con la pelirosa quien no podía creer que un jovencito 2 años menor que ella era ya un juez experimentado, sin embargo el muchacho se encargo de desmentir esa afirmación cuando le comento que hacia apenas unas semanas se había graduado, llegando para reemplazar al juez anterior quien había sido transferido al gimnasio de ciudad Violeta.
Ambos se pusieron a trabajar rápidamente y en menos de media hora el lugar ya estaba perfectamente dispuesto para empezar con las batallas; aunque la experta odiase admitirlo no había tenido que hacer casi nada ya que su hermana conservaba en perfecto orden todo, solamente tuvieron que recoger unos trastes además de barrer un poco. Jin se había encargado de la mayor parte del trabajo arguyendo que su deber como juez era asistirla en sus primeras labores, lo único que faltaba simplemente era abrir las puertas.
- Yo me encargare de eso – dijo la "nueva" lider tomando las llaves.
- Pero señorita Mimi… - el pequeño juez quiso oponerse
- Anda Jin tú ya has hecho suficiente, deja que yo me encargue ¿Si? Después de todo como lider debo ocuparme en algo, mínimo me corresponde la labor de abrir las puertas en mi "propio" gimnasio ¿No crees? Tú termina con las tribunas y luego colócate el uniforme.
- De acuerdo señorita – asintió el muchacho y continuo limpiando afanosamente las gradas.
Mimi contemplo el interior del lugar, lucia bastante bien, el trabajo de Whitney, ella y el joven juez no había sido en vano eso la hacía sentir emocionada, pero cuando se acerco a
la entrada el miedo empezó a perturbarla, desde el momento en que abriera las puertas, sería oficialmente la lider y sentía aterradores nervios.
Con un corto suspiro encajo la llave dentro de la cerradura, poso sus ojos en sus manos por unos instantes – Aquí vamos - resoplo finalmente y giro el objeto, las puertas corredizas se abrieron lentamente revelando el exterior e iluminado el recinto, ella cubrió sus ojos acostumbrándose a la luz que venia del exterior cuando de pronto algo opaco, de nuevo, el resplandor del sol y un choque violento la hizo caer al suelo.
El joven de cabello negro irisado frotaba su barriga complacido, mientras jugueteaba con el mondadientes en su boca.
- Que delicia, definitivamente este lugar tiene las mejores hamburguesas del mundo – dijo extasiado mientras proseguía su rumbo hacia el gimnasio que se alzaba a la distancia. Casi al llegar observo desconcertado que las puertas no estaban abiertas. "¿Acaso ya habrá cerrado este lugar? Pero aún es muy temprano" pensó horrorizado ante la posibilidad de no poder tener su batalla, echo a correr hacia las puertas sorprendiéndose al notar que estás se abrían automáticamente conforme se acercaba "Genial no me detendré hasta llegar a la arena de batalla" y aumento su velocidad sin contar con que "algo" se encontraba en su camino, la oscuridad del recinto no le permitió ver y el violento choque fue inevitable...
- ¡¡Pero porque no se fija! – Chillo Mimi adolorida desde el suelo.
- Lo siento - le respondió al instante una voz masculina – Parece ser que ando chocando con todos el día de hoy ' – La pelirosa observo una mano extendida frente a ella, sin embargo la escasa luz que filtraban las puertas no le permitió ver el rostro del sujeto; acepto la ayuda de buena gana y se sostuvo del brazo del desconocido quien la jalo con fuerza. En el momento en que Mimi quedo de pie, las puertas del gimnasio se abrieron por completo, causando que las luces del recibidor se encendieran alumbrando a su "agresor".
- Disculpa de nuevo, mi nombre es Wu Tang descendiente de la dinastía Tang, provengo de las tierras donde Arcanine es legendario y eh venido… - dijo señalando el interior dellugar –…a retar al lider del gimnasio Camino Dorado y obtener mi tercera medalla.
Un escalofrió recorrió el cuerpo de Mimi, su primer rival había llegado y ella estaba más nerviosa que nunca. Observo al chico que tenía delante: Polera blanca, chamarra negra azulada colgando del brazo derecho, pantalones bombachos estilo oriental, acompañados por zapatos de igual procedencia, una expresión de ganador congelada en el rostro y la confianza exudando por cada poro, le recordaba mucho a ese muchacho llamado Ash que había conocido en su primera visita a ciudad relámpago espiritual. Definitivamente Wu Tang era la pesadilla de cualquier lider de gimnasio principiante "Un retador seguro de si mismo". La "lider" trago saliva y sonrió tontamente.
- Vaya este lugar se ve mejor de lo que esperaba – se admiro el muchacho, quitando su atención de la chica, mientras se adentraba unos pasos y observaba a la distancia la duela de batallas– Por cierto ¿Quién eres tú? ¿También eres una retadora e ibas de salida? No me digas que a poco ya ganaste o.0 – El muchacho observo admirado a Mimi, pero esta negó furiosamente con la cabeza.
- No, nada de eso… yo soy… la lider – susurro quedito.
- ¿Eres qué? – respondió el otro empinando su oreja.
- La lider – susurro algo más fuerte, pero aún imposible de oír.
- ¿Qué dijiste?
- ¡¡Que yo soy la lider! – El grito de Mimi hizo retroceder al retador y también que las cabezas de Jin y Miltank se asomarán desde la salida de la arena de batallas al corredor.
- Vaya no tenias que gritar – respondió el muchacho frotándose el oído – Entonces ¿Tú eres Whitney? :S – Pregunto extrañado, la chica frente a él no se veía exactamente como un lider, sus modos de hablar y comportarse más parecían los de una simple entrenadora tímida.
- No yo no soy Whitney-
- ¿Eh? – La expresión del chino fue de completa confusión por lo que la pelirosa se apresuro a dispersar las dudas
– Whitney esta enferma en casa, por eso me pidió a mi que me encargara del gimnasio hasta que se recupere, soy su hermana menor Mimi.
- ¡Ya entiendo! Tu eres su hermana… ¡¡Eso quiere decir que eres su sucesora! o.0 Has de tener un nivel muy alto entonces… - La pelirosa sonrió apenada – Bien… - Un brillo desafiante apareció en los ojos de su adversario haciéndola sudar frió -… esto será mejor aún. ¡Mimi! ¡¡Yo Wu Tang te reto a ti como lider a un duelo pokemon por la medalla plain!- La muchacha tembló, el chico la había señalado muy agresiva y decididamente poniéndola, si se podía, aún más nervioso al punto de querer echarse a correr en ese mismo instante, fue entonces que recordó sus pensamientos acerca de madurar, el porque había aceptado su misión aquel día y lo que quería probarse a si misma.
- Acepto – contesto algo dubitativa.
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- Ya está – sonrió Cassidy mientras aseguraba el último cerrojo del pequeño instrumento que ella y su compañero acababan de colocar a la segunda antena de la estación de radio. Después de lograr infiltrarse, habían pasado cuidadosamente por los primeros dos pasillos hasta descubrir un armario de limpieza y cambiar los disfraces de técnicos por los de conserje, con ayuda de ellos lograron llegar hasta el cuarto de maquinas fingiendo limpiar hasta que el encargado salio a almorzar, ese fue el momento que aprovecharon para subir las escaleras, abriendo la escotilla de la azotea que daba completo acceso a las 10 antenas satelitales de la estación.
- Esté también ya quedo – anuncio Butch haciéndole señas con su llave de tuercas. "Unos pocos más y estaremos listos para empezar" sonrió la rubia y empezó la instalación en la tercera antena.
Continuara…..
