CAP.7 Batallas interiores
Harry y Lilian se habían escabullido para ir a comprar a la tienda de animales, porque ya Dumbledore les había dicho lo que debían comprar.
Buenos días jovencitos, ¿Qué buscáis? – les preguntó un mujer de aspecto cansado, pero sonriente.
Pues sería: una lechuza, una serpiente y dos fénix, aquí trae el permiso del Ministerio.
La mujer se asombró de que a dos jóvenes se les permitiera comprar fénix, hacía años que no se vendían.
Por supuesto, elijan la lechuza y la serpiente, voy a buscar los fénix.
Mientras Lilian buscaba
una lechuza que le gustara, Harry se acercó a la zona de
serpientes.
Encontró a una preciosa, de color verde con
tonos amarillos. Pero junto a su jaula ponía
Peligro:
Esta serpiente muerde a todo aquel que intenta llevársela. Su veneno es paralizante durante cerca de tres horas. Extremadamente peligrosa.
Harry se acercó la serpiente, y cuidadosamente comenzó a hablar en pársel.
Hola, mi nombre es Harry Potter, y ¿el tuyo?
¿Acaso te importa, mago? Si quieres comprarme es porque vas a ser un mago tenebroso, pero no me interesa ese mundo. Así que apártate si no quieres un mordisco
¡Oye! Yo no soy un mago tenebroso, más bien al revés. Quiero luchar contra el Mago Tenebroso.
¿De veras? En ese caso, no me importaría ir contigo.
Pero, ¿Cuál es tu nombre?
No tengo, deberás ponérmelo, amo
¿Qué te parece…Sharim?
Me gusta, mi amo.
Harry la sacó de la jaula y la llevó al mostrador, donde se encontraba Lilian con una preciosa lechuza blanca, moteada de negro, que según estaba diciendo la dependienta, era hembra, al igual que Hedwig. Pero al ver a Sharim en brazos de Harry, se sobresaltó.
Esa serpiente siempre ha atacado a todo el que ha intentado llevársela – dijo sobresaltada – Parece que tienes un don con estos animales, jovencito. Bueno, - dijo serenándose – Aquí tenéis los dos fénix, la lechuza y la serpiente. Son 90 galeones, los fénix son muy caros y… - pero se calló al ver cómo Harry sacaba 300 galeones de los bolsillos – Será mejor que salgan por detrás, da directamente al Caldero Chorreante. Que tengan un buen día.
Harry y Lilian salieron por la puerta trasera. Pero al notar que iban muy cargados, decidieron comenzar su entrenamiento desde ese momento, así que sacaron a los animales de las jaulas. Harry llevaba a Sharim enroscada y a Helios (que así habían decidido llamar al fénix) apoyado en su hombro, y Lilian llevaba a Proteo (su lechuza) y a Yuji, su fénix, cada uno en un hombro.
Al llegar a la entrada de la posada, todas las miradas fueron hacia ellos. Pero nadie preguntó porque Dumbledore había dejado instrucciones de no interferir en las cosas de los dos chicos. Así que ambos subieron a sus dormitorios. Pero en la puerta del cuarto de Harry encontraron al profesor Lupin, que parecía algo cansado.
Qué raro… todavía no se acerca la luna llena, más bien hace poco que pasó – pensó Harry, algo disgustado. El profesor Lupin era lo único que le quedaba parecido a un padre. No le gustaba nada verle enfermo.
Se acercaron a donde se apoyaba Lupin. Se le notaba nervioso.
Buenos días profesor – dijo Lilian - ¿Se encuentra bien?
Sí, sí, claro, Lilian, sólo estoy algo cansado…un largo viaje. Chicos, debo hablar con vosotros inmediatamente. Mañana ya partías para Hogwarts y Hay algo que Dumbledore no os ha contado. Pero por favor, seguidme.
Ambos le siguieron. Todavía con las mascotas a su lado, Harry estaba temeroso de lo que Lupin le contara. Más aún estaba Lilian, que ni siquiera sabía a donde iban. Pero al llegar abajo se encontraron con todos los Weasleys, junto a Tonks, Moody, algunos miembros de la Orden, y el propio profesor Dumbledore.
Remus, buenos días, ¿A dónde llevas a los chicos? – preguntó Molly Weasley notablemente nerviosa.
Dumbledore, debo llevarme a los chicos por un rato.
Remus, ¿me estás ocultando algo? – preguntó Dumbledore, visiblemente entristecido - ¿Hay algo que no me hayas contado de la convención de magos en España?
Sí, Dumbledore, pero no estoy autorizado para decírselo.
¿Cómo que no? – dijo Snape, que aunque no le disgustara, le encantaba pelearse con Lupin – Si estás en la Orden debes contarnos todo
Ese es el problema, Severus, es posible que ya no esté en la Orden del Fénix, sino en la Orden del Pegaso Español – dijo pausadamente Dumbledore
No es el caso, Dumbledore, sigo órdenes de la confederación internacional de magos, no de ningún pelele. Y ahora, si me disculpan, Harry, Lilian, síganme. Buenas tardes.
El profesor Lupin estaba muy afectado por la acusación de Dumbledore de pertenecer a otra Orden, pero aun así siguió con los dos jóvenes hasta llegar hasta la chimenea. Ron, Hermione, Ginny y Noelia, que se había hecho muy amiga de Ginny, estaban mirándolos asombrados.
Debéis decir alto y claro Mansión Griffindor. ¿Entendido?
Sí, profesor
Ambos hicieron lo mismo que el profesor les indicó. Y al momento estaban en la Mansión Griffindor, donde varias personas las esperaban.
Se encontraban en una sala enorme, decorada de color granate y dorado. Los muebles, de estilo antiguo, eran de época renacentista y algunos de época gótica. En unos mullidos sillones se encontraban mucha gente, entre la que Harry reconoció a Minerva Mc' Gonagall, profesora de Transformaciones, jefa de Griffindor y subdirectora de Hogwarts. A su lado, una mujer que reconocido como Madame Bones, quien le había interrogado durante su citación en el Wizengamot, el año anterior. Esta hablaba con un hombre alto, de pelo oscuro y piel morena. Era los únicos que parecían no haber notado la entrada de los dos jóvenes y del profesor.
Buenos días señores – dijo el profesor.
Buenos días Remus. Has llegado un poco tarde, pero veo que traes a los chicos. Bien. Pero bueno, ¿a qué vienen esas caras de miedo? – dijo un hombre pelirroja, alto, que iba vestida con lo que parecía un esmoquin después de muchos lavados. – Cierto, cierto, ahora pensando, no me he presentado, ni sabéis por que estáis aquí, ¿no? – Harry y Lilian asintieron – Pues bien, mi nombre esPierre Bonaccord, soy el supremo de la confederación internacional de magos. Vosotros no hace falta que os presentéis. Tuve el placer de conocer a vuestros padres, y sois unas copias de ellos. Y eso, para que lo sepáis, es un gran cumplido. Pero dejadme que presente a otra persona. Marcus – dijo en relación al hombre que estaba con madame Bones – Es un auror, uno de los primeros que salió de la mano de Dumbledore. Después de él todos se ablandaron, salvo cuatro personas: James Potter, Lily Potter, Sirius Black y Remus Lupin.
Esto se pone interesante…Jeje. ¿Qué los merodeadores y Lily fueron aurores?
Este capitulo va dedicado a: Noe (vas a ver como pasas campeona!) Para Dani y para Mimi (espero que todo se arregle, os echaré de menos)
