Capitulo 10: Una Selección muy movidita.

El tren paró. Entonces Harry salió del vagón como si nada y allí se encontró a Ron, Hermione y Ginny.

- ¿Qué hacéis aquí? Ya hemos llegado.

- Sí, tienes razón Harry. Adelántate tú, nosotros iremos ahora.

Cuando Harry salió a la estación, Ron y Hermione cogieron a Ginny.

- ¡Pero qué te has creído, chica! Hacernos desconfiar de Harry…

Pero en ese instante vieron a Draco Malfoy salir con Alex y Luna del mismo vagón. Draco se dio cuenta y se fue hacia la puerta trasera del tren, mientras que Luna y Alex salieron por la de delante.

Hermione se quedó con la boca abierta: Ginny tenía razón, pero ¿qué se traería Harry con Malfoy para que no se lo dijera? Pero cuando todavía estaban impactados por ello, Lilian y Noelia salieron también del mismo vagón.

- ¿Ahora me creéis? Yo no lo digo por decir, sabéis… - dijo Ginny

- Esto es muy extraño…Cuando Harry se dirigía hacia allí, Draco pasó por aquí y empezó a insultarnos. Y ahora están juntos…esto me huele muy mal, la verdad.

- Pues tendremos que esperar a que Harry nos lo explique, Ron. O eso, o buscamos a alguien de la Orden. Ya sabes, Draco está en ella.

- Creo que no. Si Harry y Lilian se han pasado, estoy seguro de que Draco también. Lo extraño es que Harry no nos haya contado nada…

- ¿No lo entendéis¡Es culpa de Lilian! Es ella la que ha hecho que Harry se olvide de nosotros.

- Pues si es así, será mejor que la separemos de Harry. Y será mejor que nos vayamos ya, los carruajes se van ya¡y sin nosotros!

Los tres salieron corriendo del tren, y estuvieron a punto de perder los carruajes, que parecían no llevar nadie, pero que en realidad eran dirigidos por thestrals. Claro que, con las prisas, no vieron que en el carruaje ya iban Harry, Lilian y… Draco.

- ¿Qué haces tú aquí? – le gritó Ron a Draco, a punto de tirarse encima de él.

- Tranquilito, Weasley, tranquilito. Potter, no te olvides. Como no llegue a tiempo nos meteremos en un lío. Lilian, recuérdaselo, porque conociéndolo…

- ¿De que lo conoces tú, Malfoy? – le gritó Ron, bastante enfadado. Ginny y Hermione le sujetaban, aunque no tenían las suficientes fuerzas como para detenerlo – Harry¿Qué tienes que ver tú con éste?

- Pues desde este verano, mucho, Ron. Por favor, no os enfadéis, pero hay algunas cosas que no puedo contaros.

- Aunque queremos, la verdad es que los superiores no nos dejan. Y eso que lo intentamos – dijo Lilian, aunque lo último, más para sí que para los demás.

- Mirad chicos, a partir de ahora me veréis mucho con Lilian, Luna, Noe, Draco y Alex. No es porque quiera olvidarme de vosotros, sino que tengo cosas que hacer, y que por ahora no puedo contaros. Espero que no os enfadéis.

- ¡No, claro que no, Harry! – dijo Hermione – Pero tendrías que habernos contado todo esto. Porque nos has puesto muy nerviosos.

Entonces Hermione y Ron se pusieron a hablar con Lilian y Harry, contándole todo lo que había ocurrido después de su marcha en el caldero chorreante. Draco parecía perdido en sus pensamientos, y Harry sabía perfectamente en qué pensaba: en su madre. Era muy duro ser un niño mimado toda su vida y de repente darse cuenta de que todo está mal, que todo lo que él creía que tenía estaba hecho a base de dolor y sufrimiento.

Y Ginny miraba por la ventana, nerviosa.

En ese momento, los carruajes se pararon. Ginny bajó corriendo, sin esperar a nadie. Draco salió después, seguido de Lilian y Harry, y por último Ron y Hermione.

Draco se fue a donde estaban sus "amigos" de Slytherin, y Lilian y Harry se fueron con Ron y Hermione. Subieron las escaleras, donde le esperaba la profesora Mc´Gonagall con Alex y Noelia.

- Buenos días alumnos. Lilian, acompáñame, debes ir con los demás y los de primero a la selección.

Lilian se despidió de los demás y se fue con la profesora. Harry, Ron y Hermione entraron en el Gran Comedor, como siempre imponente y precioso. Los tres se fueron a sentar en la mesa de Griffindor, donde se encontraron a Seamus, Dean, Neville, los hermanos Creevey y Ginny.

- Hola chicos¿qué tal el verano?

Pero cuando iban a contestar, los nuevos alumnos entraron en el comedor.

- Bienvenidos, alumnos, un año más, a Hogwarts. Para los nuevos os diré ¡Bienvenidos a la escuela! Y para los viejos ¡Bienvenidos de nuevo! Antes de empezar la selección, hay algunas cosas que creo que deberíais saber, sea la casa que sea la que os toque: Todo aquel que entre en el Bosque Prohibido tiene la advertencia de que no podrá salir… problemas con las criaturas que viven en él. Hay quinientos veintisiete artefactos prohibidos en el colegio, según me ha informado el señor Filch. Y con esto, ya podemos empezar la Selección.

- Primero se seleccionarán para sus casas los alumnos designados para 6º curso – un murmullo corrió por la sala, dado que nunca se había adelantado tanto a alumnos nuevos. Pero al verlos, comprendieron que a ellos no le había llegado la carta hasta entonces, o eso creyeron – Alexander Caredream

Alex acudió con paso firme hasta el taburete donde la profesora mantenía al sombrero seleccionador, el cual extrañamente no había cantado su famosa canción este año. Mientras Alex llegaba al taburete, muchos parecieron ver en el a Cedric Diggory, el joven alumno muerto dos años atrás. Y a Harry no le gustó nada el rumor que se escuchó también en la mesa de Griffindor.

Alex se sentó en el taburete, mientras el sombrero pensaba en que casa debía estar.

- Sí, creo que será lo mejor… ¡Hufflepuff!

Alex se levantó, contento, y se dirigió a la mesa de Hufflepuff. Le hizo una seña a Harry y otra a Draco, sin que nadie se diera cuenta. Todo estaba saliendo tal y como estaba planeado.

- Lilian Fearwood – anunció la profesora

Lilian fue al taburete, tal como había hecho Alex. Sólo fue sentarse, y el sombrero ya había decidido.

- ¡Ravenclaw!

- ¿Qué? – dijo Harry, mientras Ron y Hermione le escuchaban – Allí está Cho, le va a amargar la vida en cuanto sepa que estamos saliendo.

Pero Lilian fue hacia su mesa, saludó a sus nuevos compañeros, y también les hizo las señas a Harry, Draco y Alex, y comenzó a hablar con Luna, que ya estaba sentada.

- No te preocupes, Harry, Luna está con ella – dijo Ron

- Noelia Thompson – dijo la profesora

Noe se dirigió sin demora al sombrero. Pero esta vez tardó bastante

- Vaya, vaya, interesante – le decía el sombrero al oído – Tienes algunas cualidades de Griffindor, pero en tu sangre prevalece Slytherin

- Slytherin no, por favor. Tengo muchas cosas que hacer, y Slytherin no sería mi lugar – pensó Noe, sabiendo que el sombrero leía el pensamiento

- Lo siento jovencita, cambia tus planes. ¡Slytherin! – esto ultimo lo gritó a todo el comedor.

Harry vio su cara preocupada, pero aun así levantó los pulgares de forma que solo ella pudiera verlo. Al darse cuenta, Noelia sonrió, e hizo la misma seña a los demás, mientras hablaba con Draco.

A continuación siguió la selección, mientras Harry les explicaba algunas cosas de su estancia en la Mansión Potter

- La verdad es que no puedo contaros mucho, solo que ya no viviré en el nº 4 de Privet Drive

- ¿Y eso? – preguntó Ron

- Ahora mis tíos y mi familia vivirán conmigo allí. Resulta que lo que tanto ha odiado mi tía está en ella

- ¿El qué?

- La magia, Ron. Resulta que mi tía es una bruja, y mi primo es mestizo.

- Vaya, menuda sorpresa deben de haberse llevado.

- No creas, no parece que le haya importado, más bien a quien le molesta es a mi tío.

- Espera un momento, creo que he entendido algo – dijo Hermione – Entonces todos aquellos con los que estabas en el tren…

- Viven conmigo, sí. Y ahora, a comer – dijo, a ver que Dumbledore daba las tradicionales palmaditas y con ellas aparecía toda la comida.

Al terminar todos de comer, Ron y Hermione llevaron a los de primero a sus dormitorios. Pero Harry se demoró, y esperó que Lilian, Luna, Alex, Draco y Noe llegaran.

- No lo olvidéis, por favor. Yo me libraré de Ron y Hermione, aunque me da bastante pena…A las 9 donde vosotros sabéis.

- Espera, no tengo ni idea de donde es – dijo Alex

- No te preocupes, intenta estar en la biblioteca a las 8 y media. Draco, lleva la capa, yo llevaré la mía. ¿Entendido?

Los chicos se fueron, cada uno a sus habitaciones. Sin saber que en una habitación contigua, el profesor Dumbledore estaba oyéndolo todo. Y tampoco sabían que en la entrada había tres personas más que habían escuchado aquello, Ron, Hermione y… Cho Chang.


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