Muchas gracias a todos por sus opiniones... por favor, no dejen de opinar, es realmente importante saber qué es lo que piensan del fic, qué les gusta y qué no...
NUEVA VIDA
– es perfecto... ¡simplemente perfecto! – se quejaba Harry mientras entraba a su oficina.
– ¿qué es perfecto? – le preguntó Ron, quien estaba sentado en la silla de Harry.
– ¿qué haces aquí? – le contestó Harry con otra pregunta, frunciendo profundamente el entrecejo.
– te esperaba... pero, dime ¿qué es perfecto? – le volvió a preguntar mientras se levantaba de la silla, alejándose de Harry.
– ¡Hermione va a salir con un tal Chris!... parece que ya se olvidó de mi... – dijo con tono molesto.
Ron se rió sarcásticamente – parece que ya olvidaste que tú fuiste el que se acostó con otras cuando según tú la querías... – le dijo cambiando su sonrisa por un gesto molesto.
– ¿piensan recordármelo para siempre?... ¡fue un error que jamás volveré a cometer! – dijo cabizbajo, mientras se sentaba en su silla.
– Hermione te lo recordará mientras esté molesta... pero sabes que no es rencorosa, te perdonará antes de lo que crees... y yo, bueno, te lo recordaré siempre, para que no le vuelvas a hacer algo así a mi mejor amiga – le dijo con tono serio, haciendo que Harry lo volteara a ver sorprendido – ni te sorprendas, Hermione está sufriendo demasiado por tu culpa y no voy a permitir que la hagas sufrir de nuevo... en cuanto al tal Chris, yo me encargo de él, no te preocupes... –
– ¡es un imbécil!... ¿cómo se le ocurre invitar a Hermione a salir cuando ella está conmigo? – dijo enojado, haciendo reír de nuevo a Ron.
– ¿amigo, estás ciego?... Hermione no está contigo, está furiosa y no quiere verte, eso no es estar contigo... – le dijo intentando contener su sonrisa.
– pero pasamos la noche juntos... ¡y yo sé que me ama! – dijo con tono seguro, recibiendo una mirada desaprobatoria de Ron.
– ¡déjate de egocentrismos!... tú deberías demostrarle que la amas, no sólo aceptar que ella te ame... ¡ese ha sido tu error desde siempre!... – dijo antes de salir de la oficina azotando la puerta.
Harry se maldijo mentalmente, siempre había tenido la oportunidad de estar con ella y nunca la había aprovechado, Hermione siempre estuvo ahí para él, cuando Harry lo quisiera y él se había dado el lujo de dejarla ahí, esperando; y cuando por fin tomó su oportunidad, lo había echado todo a perder.
Tenía que encontrar la manera de ganarse el perdón de Hermione, talvez debía esperar un poco para que las cosas se calmaran entre ellos, pero no demasiado, pues Chris podía ganarle el amor de Hermione. Y si se trataba del corazón de una chica, sólo podía acudir a dos personas...
– ¿Liza?... ¿Liza, podrías llamar a Ginny y a Luna?... sí sabes en qué departamentos trabajan¿verdad? – le decía a su secretaria con gesto ansioso, y la chica negó un poco apenada – Ginny trabaja en el Departamento de Deportes y Juegos Mágicos, en la Oficina de Patentes Descabelladas y Luna en el Departamento de Regulación y Control de las Criaturas Mágicas... – dijo con calma, antes de regresar a su oficina.
Esperó varios minutos en los cuales pensaba en todo lo que había pasado, en lo mucho que había lastimado a Hermione, y en la horrible posibilidad de perderla.
– ¿Harry?... – una rubia de ojos azules asomó su rostro por la puerta entre abierta – ¿me hablaste? – le preguntó un poco confundida y Harry asintió.
– pasa... necesito hablar contigo y con Ginny... – le dijo con tono serio, mientras se levantaba para recibirla.
– ¿qué pasa?... ¿han ocurrido ataques?... – le preguntó Luna, pero Harry negó.
– nada de eso, todo ha estado tan tranquilo como hace un año... hasta presiento que nos correrán a todos los del departamento de Aurores... – dijo con un poco de preocupación en la voz – lo que quiero tratar es.. bueno de Her... – decía, pero se quedó callado, pues alguien había llamado a la puerta.
La puerta se entreabrió dejando ver un rostro pecoso de cabellera roja – hola... ¿ocurre algo? – preguntó Ginny preocupada al ver a Luna ahí.
– pasa, por favor... – dijo Harry volviéndose a levantar observando a Ginny entrar, y se sentó después de que ella lo hizo.
– ¿Harry, qué pasa?... ¡me estás preocupando! – dijo Ginny al ver que no hablaba.
– no, calma, no hay de qué preocuparse... bueno, yo sí debo preocuparme... – dijo con gesto decaído.
Luna y Ginny se observaron preocupadas – Hermione – dijeron al mismo tiempo, observando con seriedad a Harry.
– la estoy perdiendo... – dijo cubriéndose el rostro con las manos.
– ¡vaya, pensé que jamás te darías cuenta – le dijo Ginny con tono sarcástico.
– ¡agh! Es que yo... sé que me equivoqué, pero... ahora... ¡Hermione comenzará a salir con un tal Chris! – decía con tono desesperado, volteando a ver a las chicas.
Ginny y Luna se voltearon a ver de nuevo, bastante sorprendidas – ¿Christopher? – preguntó Luna.
– ¿el chico lindo de la Oficina Internacional de Ley Mágica? – preguntó Ginny sorprendida.
– es un chico muy atento... ¡y bastante guapo! – decía Luna emocionada mientras Ginny asentía.
Harry las observó exasperado – no me están ayudando – dijo cansado – Hermione comenzará a salir con ese tipo y... y talvez me olvide... y yo... ¡yo la quiero! –
– bueno, tú tienes la culpa de todo – le dijo Luna con calma – parece que no has aprendido nada acerca de las mujeres... – lo regañó.
– pero es que... yo no lo hice con la intención de que pensara que la había olvidado... jamás la olvidé, pero creí que ya no tenía ninguna posibilidad, ella siempre me recordó que era sólo mi mejor amiga... y yo... yo intenté no quererla más – decía sin poder más con su desesperación.
– muy bien... dime ¿qué hubieras sentido si Hermione te decía en "ese" momento que se la pasó mejor con otro chavo? – le dijo Luna con tono serio – sé que no quiere decir lo mismo que lo que tú le dijiste... – dijo interrumpiéndolo al ver que iba a alegarle – pero lo que tú hubieras sentido en ese momento es igual a lo que ella sintió... –
Harry la observó bastante sorprendido – Cielos... – dijo revolviéndose el cabello con ambas manos – ¡lo arruiné todo!... ¡debo hablar con Hermione! – dijo decidido, levantándose de su silla dispuesto a ir a buscarla, haciendo que la reacción de Ginny y Luna fuera inmediata, pues no tardaron en levantarse para evitar que saliera.
– ¡calma! – dijo Luna tomándolo de la camisa, mientras Ginny lo tomaba por un brazo – primero piensa lo que le vas a decir... y ni se te ocurra reclamarle o pedirle que no salga con Christopher, es su decisión... si te perdona te aseguro que no saldrá con él –
Harry asintió y se volvió a sentar – ¿cómo puedo convencerla de que realmente la quiero que estoy arrepentido de hacerle creer lo contrario?... ¡he sido un tonto, siempre fue lo mismo, Hermione se preocupaba por mantener las cosas en orden, mientras yo hacía un desastre de todo... ¡y ahora la voy a perder! – decía desesperado, sin darse cuenta que la puerta tenía abierta los segundos necesarios para aclarar todo.
– mgh... perdón... yo... creo que debí tocar antes... – decía apenada, dispuesta a irse, pero Harry no tardó en acercarse a ella para detenerla.
– ¡Hermione¡no te vayas por favor! – dijo tomándola de la mano, Hermione intentó soltarse, pero Harry se interpuso en su camino.
– lo siento... necesitaba información sobre... sobre... lo siento, debí tocar antes – decía apenada, mientras sus mejillas tomaban un tono rosado.
– no importa... me da gusto que hayas escuchado porque así sabrás que es verdad lo que digo... te quiero, Hermione, jamás debí decir esa estupidez y... y... lamento haber sido tan idiota cuando... bueno... Hermione, me importas... eres lo único que importa en mi vida... te... te... – decía mientras se acercaba a ella, pero no continuó hablando pues la había besado. La rodeó por la cintura sintiendo el cuerpo de Hermione temblar contra el suyo, mientras ponía sus manos inseguras sobre su pecho y, para sorpresa de Harry, estaba respondiendo a su beso.
Se separó de ella mientras acariciaba su mejilla – lo siento... en verdad... – le dijo en susurro, casi rozando sus labios con los de ella.
– ¿prometes que todo será diferente? – le dijo acercándose más a él y poniéndose de puntillas para hablarle al oído.
Harry asintió, abrazándola mientras sentía la mano de Hermione acariciar su mejilla – todo será diferente... yo seré diferente... – le dijo con tono seguro y la volvió a besar, sin darse cuenta que a unos metros de donde estaban ellos los observaba alguien más.
– ¡vaya, después de tantos años por fin los vemos juntos – dijo Ginny emocionada, observándolos desde la oficina de Harry, al igual que Luna.
Hermione se rió al escuchar a su amiga mientras abrazaba a Harry por el tórax y él la rodeaba de manera protectora.
– bueno, nosotras los dejamos... – decía Luna mientras pasaban a su lado.
– un placer ayudarlos – dijo Ginny sonriendo, antes de alejarse de ellos.
Harry sonrió y le dio un beso en la sien, antes de guiarla dentro de su oficina – bien... ahora creo que debemos hablar... te debo muchas explicaciones... – le dijo con tono serio, haciéndola sentarse en la silla que había ocupado Luna, y él se sentó en la que usó Ginny, acercándola más a la de Hermione.
– ¿quiero saberlo? – le preguntó observándolo con seriedad, mientras él acariciaba sus manos – no me interesa saber con cuántas saliste ni con cuantas te acostaste... – decía con tono serio.
Harry negó rápidamente – no son cuántas, si no las que me importaron, y fue sólo una... tú... – le dijo sin apartar su mirada de la de ella.
– olvidemos lo que pasó antes... iniciaremos desde cero... – le decía Hermione, pero Harry volvió a negar.
– no quiero olvidar lo que pasó, fue mi mejor año en Hogwarts y no pienso olvidar eso – le dijo con tono serio ante de besarla – no olvidaré nada que tenga que ver contigo – dijo sonriendo mientras la abrazaba atrayéndola a él.
– te amo... – le dijo Hermione observándolo a los ojos mientras acariciaba su mejilla, y Harry sonrió antes de besarla profundamente, pero Hermione se separó de él – de verdad no... – decía pero se quedó callada al escuchar que llamaban a la puerta.
– Potter... disculpa, no quería interrumpir, pero necesito los archivos de todos los mortífagos conocidos del extranjero – decía Christopher con tono serio, sin siquiera prestar atención a Hermione, quien lo observaba bastante apenada.
Harry asintió y se levantó de su lugar sin inmutarse ante la presencia de Christopher y sacó de su archivero una caja del tamaño del contorno de una hoja, pero bastante delgada, entregándosela al chico.
– ¿es todo lo que tienes? – le preguntó con el entrecejo fruncido y Harry asintió con calma.
– no creo que quieras más... – dijo antes de volver a sentarse frente a Hermione, escuchando cómo el chico azotaba la puerta.
– ha de creer que sólo jugué con él... – dijo Hermione bastante preocupada.
– ¿qué?... ¡oh, Christopher!... bueno... pues... debo serte honesto, no me importa... – dijo sonriendo un poco apenado, haciendo reír a Hermione.
– sé que no te importa, pero debo hablar con él... – le dijo volviendo a su tono serio.
– pero... – dijo intentando convencerla de no ir a hablar con el chico.
– debo hablar con él... no quiero que piense que jugué con él, sólo le explicaré que estoy contigo ahora, que no puedo salir con él – le explicaba Hermione, y Harry sonrió.
– oh, si es para eso ¡me parece perfecto! – dijo sonriendo ampliamente, antes de volverla a besar – cenaremos juntos¿no es así? – le preguntó acariciando su mejilla y Hermione asintió.
– ahora me debo ir, necesito regresar a trabajar... nos vemos... – dijo reincorporándose y estuvo apunto de salir, pero Harry la detuvo arrinconándola contra la puerta.
– no te vayas sin mi... – le dijo antes de darle otro beso. Hermione sonrió un poco atontada por el beso y salió de la oficina.
Habían pasado un par de horas desde que había salido de la oficina de Harry y le era imposible apartar la sonrisa de su rostro. No podía evitar sentirse feliz, todo volvía a estar en su lugar.
– disculpa... – dijo una voz profunda luego de que escuchó la puerta abrirse – toma, aquí tienes la relación de los mortífagos que ya están prisioneros o han muerto... – le dijo Christopher con tono serio, dejando los papeles sobre el escritorio de Hermione, sin observarla.
Hermione lo volteó a ver un poco contrariada, tardando en entender qué era lo que pasaba, hasta que lo vio dirigirse a la puerta – ¡Chris! – lo detuvo algo alterada – necesitamos hablar – dijo intentando calmarse.
Christopher negó – no hay nada de qué hablar, estás con Harry por eso no querías hablar con él... seguro se pelearon y querías hacerlo enojar... entiendo – dijo con calma, pero seguía sin voltear a ver a Hermione.
– no es eso, Chris... Harry y yo tuvimos una discusión, pero yo ya no pretendía volver con él, hasta que me di cuenta de que todo había sido un malentendido... – decía bastante apenada.
– ¡perfecto!... y yo fui el primer idiota que se te puso enfrente para que te pudieras consolar – decía comenzando a molestarse.
– claro que no, yo quería que las cosas salieran bien entre nosotros... no iba a iniciar una relación contigo porque las cosas no son así de "sencillas" para mi, pero me habría gustado que todo saliera mejor... –
– sí, lo comprendo perfectamente... todo sería más sencillo para ti y seguirías siendo la perfecta Hermione Granger – dijo con tono serio antes de salir del cubículo de la castaña, azotando la puerta de nuevo.
Hermione observó la puerta bastante asombrada, esperando que el enojo de Chris fuera algo pasajero, pues estaba segura de que el Chris que había conocido horas atrás era un chico noble y no quería darse cuenta de que se había equivocado de nuevo.
Sabía que no podría volver a concentrarse así que guardó los papeles en su maletín y, ordenando su cubículo, salió de él con dirección al ascensor del ministerio. Los pasillos y cubículos estaban casi desiertos; se detuvo frente al ascensor esperando a que este llegara, esperó unos momentos en los cuales observó sus zapatos un poco maltratados mientras rascaba el tirante de su maletín con la uña de su índice izquierdo; un tic que había adoptado desde su séptimo curso y que sólo se presentaba cuando...
Las puertas se abrieron ante ella encontrándose con un mago ya entrado en años, que bajó del ascensor ahí; entró en él y esperó a llegar al segundo nivel mientras volvía a rascar el tirante de su maletín.
El elevador no tardó en llegar al segundo nivel y Hermione salió de él caminando con pasos apresurados por los pasillos mientras las pocas miradas que se encontraban en los diferentes cubículos la volteaban a ver. Estaba nerviosa, nerviosa de volver a empezar a salir con Harry, nerviosa como cuando andaba con él a escondidas en su séptimo año, nerviosa como cuando ansiaba volver a besarlo.
Se detuvo frente a la puerta de su oficina, Liza ya no estaba ahí, y estuvo apunto de entrar, pero la voz de una mujer la detuvo.
– ¡no puedo creer que estés con esa! – decía molesta – aunque estoy segura que sólo es una aventura¿o me equivoco? – le preguntaba usando una voz coqueta.
– hazte a un lado... Hermione no es ninguna aventura... yo la quiero y las cosas van a ser diferentes desde ahora... ya no voy a verte de nuevo¿está bien?... no me interesa saber de ti otra vez... con Hermione soy feliz y no necesito nada más – decía Harry con tono serio, hablando cerca de la puerta, por lo que Hermione se alejó un poco.
– ¡claro!... te doy una semana, después vendrás a buscarme, estoy segura... – le dijo con tono altivo.
Hermione los escuchaba sorprendida, y se sorprendió aún más al ver la puerta abrirse, encontrándose con una chica rubia, bastante más alta que ella; estaba segura que era de la estatura de Harry; sus ojos grises la observaron de pies a cabeza con altivez, sonriendo de lado al ver su ropa, Hermione dio un paso hacia atrás chocando con la pared al ver el vestido ceñido que llevaba la rubia marcando cada una de sus prominentes curvas.
Harry la observó sorprendido y a la vez bastante preocupado, pues temía de lo que se fuera a imaginar Hermione – Hermione, yo... ven... – dijo tomándola de la mano y haciéndola entrar a la oficina, pues la rubia los observaba desde el pasillo con una sonrisa de triunfo en los labios – ella era una chica con la que salía... – decía comenzando a sudar, luego de haber cerrado la puerta – vino a ver si salíamos de nuevo, pero yo no quiero... yo... yo estoy contigo, Hermione, y no quiero estar con nadie más... – le decía tomando sus manos observándola con ansiedad, y Hermione le sonrió.
– lo sé... escuché lo último de su conversación... sólo espero que no tenga razón... – le dijo sin dejar de sonreír y Harry negó inmediatamente.
– ni una vida me hará separarme de ti – le dijo sonriendo antes de besarla.
Eso era todo lo que necesitaba Hermione, saber, de alguna forma, que Harry sí la amaba, que sólo era cuestión de tiempo para que pudiera expresarlo con palabras, ahora sólo le bastaba con darse cuenta de que la amaba.
Harry sonrió mientras terminaba el beso – vamos, o se nos hará tarde... – le dijo sin dejar de sonreír dándole un beso corto. La tomó de la mano y con un simple movimiento de varita, sin siquiera voltear hacia su oficina, la ordenó, mientras salía junto con Hermione de ella.
– y ¿a dónde vamos a ir a cenar? – le preguntó Hermione sonriendo, mientras Harry la rodeaba por los hombros, atrayéndola hacia él.
– pues te llevaré a donde tú quieras ir – le dijo sin dejar de sonreír – te dejo elegir, no importa qué tan caro esté, tú te mereces todo – dijo antes de darle un beso en la sien mientras se detenían frente a la puerta del ascensor.
– bueno, no estoy vestida para ir a un lugar elegante, así que podemos ir a cualquier lugar – dijo sin dejar de sonreír, pero Harry la observó con seriedad.
– tú te ves hermosa traigas lo que traigas puesto... – dijo antes de volverla a besar, abrazándola contra él, mientras Hermione lo rodeaba por el tórax – no sabes lo que significas para mi... – le dijo en susurro, con sus frentes unidas, antes de darle un beso en la punta de la nariz.
Sin decir nada más subieron al elevador y salieron del Ministerio, sólo comunicándose con esos silencios que eran tan cómodos cuando estaban juntos.
Estuvieron dando vueltas por la ciudad por casi una hora y terminaron en casa de Hermione, que solía ir al Ministerio en metro en las mañanas y en las noches usaba la Red Flu o simplemente se aparecía en su casa, mientras Harry iba en su coche, por comodidad.
Harry la rodeó por la cintura acariciando su vientre mientras Hermione abría la puerta de su casa, dispuestos a pasar una tranquila velada.
Hermione caminaba con pasos apresurados por los pasillos del Departamento de Cooperación Mágica Internacional, habían pasado casi tres semanas desde que se habían reconciliado ella y Harry, semanas en las que se habían visto casi todos los días, pues sus trabajos a veces se los impedía; y ese día, más que ningún otro, estaba saturada de trabajo y necesitaba tanto hablar con alguien.
Todos le decían que no era necesario que estuviera dando vueltas por todo el departamento, pues podía usar los Memorándum Interdepartamentales, pero ella alegaba que prefería el trato directo, así todo era más preciso.
– ¡Hermione!... hola¿cómo estás? – la sorprendió Harry a medio pasillo, a unos cuantos pasos de llegar a su cubículo, antes de darle un beso en los labios.
Hermione le sonrió a medias – Hola... un poco apurada... – dijo simplemente.
– ¿mucho trabajo? – le preguntó Harry sonriéndole, mientras la rodeaba por la cintura y Hermione sólo asintió – está bien, sé que te gusta ser responsable, así que te dejo... sólo venía a saludarte – dijo antes de volverla a besar rodeándola por la cintura con un brazo y acariciando su mejilla con su otra mano, y profundizó un poco más el beso, separándose sólo para sonreírle y decirle – te quiero –
Hermione lo observó alejarse, últimamente un "Te quiero" le parecía insuficiente, necesitaba escuchar algo más para saber que las cosas entre ellos estaban bien; para saber que, sucediera lo que sucediera, todo estaría bien; pero parecía que esas dos palabras no llegarían nunca y eso la desalentaba demasiado.
Regresó a su cubículo, debía olvidar todas esas "tonterías" y concentrarse en el trabajo, eso la ayudaría a distraerse.
– ¿Hermione?... ¿estás ocupada?... disculpa, te iba a mandar un memorándum, pero sé que los odias demasiado, así que mejor viene, no te quitaré mucho tiempo... – le decía Luna un poco apenada, hablando desde la puerta.
Hermione le sonrió a medias mientras le indicaba que entrara – estoy un poco ocupada, pero estoy segura que tengo tiempo para ti... – le dijo sonriéndole amablemente, aunque Luna pudo detectar la preocupación en su mirada.
La rubia asintió mientras se acomodaba frente a Hermione observándola seriamente – ¿quieres hablar? – le preguntó con un deje de preocupación y Hermione asintió antes de cerrar la puerta con un movimiento de varita – ¿qué pasa? –
Hermione la observó un poco nerviosa y no tardó en bajar la mirada intentando pensar en cómo explicarle lo que estaba pasando.
– ¿te peleaste con Harry?... – le preguntó intentando ayudarla a decir lo que pasaba, pero Hermione negó.
– las cosas están bien con él, aunque no sé qué vaya a pasar después de esto... – dijo bastante preocupada, estrujándose las manos constantemente.
– ¿qué es lo que pasa? – la cuestionó Luna sin poder más con su preocupación.
Respiró profundamente – yo... yo... talvez estoy embarazada... – dijo bajando la mirada mientras sus manos comenzaban a temblar.
Luna la observó boquiabierta, manteniéndose callada por varios segundos en los cuales intentaba procesar la información y buscaba algo qué decirle – ¿Harry ya lo sabe? – le preguntó turbada, y Hermione negó – debes decirle... – le dijo con tono serio.
– ¿cómo crees que lo va a tomar?... no puede ni decirme "Te amo"... – decía Hermione entre nerviosa y preocupada.
– eso no importa, Harry debe saber¡él es el papá! – le dijo a modo de regaño, sin darse cuenta que la puerta se había abierto segundos antes.
– ¿estás embarazada? – preguntó en un susurro sorprendido una pelirroja que no tardó en entrar y cerrar la puerta detrás de ella – Hermione¿estás...? – decía sin caber en su sorpresa y Hermione asintió bastante ofuscada.
– no he ido al doctor... fue con una prueba casera... pero todo indica que sí... – decía pasándose las manos constantemente por el cabello, y no tardó en volver a estrujarse los dedos.
– necesitas ir al doctor... vamos, recoge tus cosas... Luna, acompáñala a la calle yo iré a avisarle a John – dijo Ginny decidida, mientras Hermione negaba constantemente.
– ¡tienes que ir al doctor! – la reprendió Luna, pero Hermione volvió a negar.
– si me voy Harry se dará cuenta y me preguntará porqué me fui y yo no puedo decirle nada todavía... – decía nerviosa.
– y ¿cuándo le dirás?... ¿cuando estés en labor de parto? – le preguntó Ginny con tono sarcástico – mira, si Harry te pregunta algo le dices que nosotras te hicimos salir para ir a comer o algo... – decía mientras la obligaba a acercarse a la puerta, pero esta se abrió antes de que ella siquiera tomara la manija.
– ¿qué pasó?... ¿hay fiesta? – les preguntó Ron sonriendo al ver a las chicas ahí.
Hermione negaba, mientras Ginny observaba a su hermano con desesperación y Luna hablaba – iremos al doctor... – dijo con calma, recibiendo la total atención de su esposo.
– ¿estás enferma?... o ¿alguna de ustedes está enferma? – les preguntó preocupado, pero las tres negaron al mismo tiempo.
– Hermione está embarazada... – dijo Ginny sin soltar la muñeca de Hermione, pero enseguida se llevó ambas manos a la boca, recibiendo una mirada asesina de la castaña, mientras Ron la observaba con los ojos bastante abiertos.
– ¿estás...¿estás...? – decía apenas articulando.
– Ron... por favor, no digas nada – le decía Hermione con tono suplicante, antes de verlo llevarse las manos a la cabeza.
– ¿tenemos fiesta? – – ¿ESTÁS EMBARAZADA? –
La tensión se formó inmediatamente; la sonrisa del recién llegado se desvaneció en segundos, Luna y Ginny observaban expectantes a Harry, Ron retrocedía nervioso y Hermione sentía que en cualquier momento sus piernas dejarían de mantenerla en pie.
– ¿e-e-e... es v-verdad? – le preguntó mientras su rostro adquiría un tono amarillento, y Hermione asintió provocando que el aire en sus pulmones fuera escaso, comenzando a negar mientras intentaba respirar con normalidad – no... no puede ser cierto... tú... ¡yo!... yo aún soy muy joven, y no pensaba tener hijos hasta dentro de unos cuantos años... ¡esto no puede ser cierto¡debe haber un error! – le decía cambiando su gesto asustado por uno serio.
– ¿te falta aire en el cerebro o qué te pasa? – le preguntó Ginny con tono enojado, recibiendo una mirada molesta de Harry.
– ¡no me falta nada!... ¡así como estoy me siento perfecto! – dijo con tono decidido, antes de ver de reojo pasar a Hermione por su lado.
– ¡eres un imbécil! – le dijo Ginny quitándolo de su camino con un empujón, para ir en busca de Hermione.
– ¿a caso crees que Hermione se puede deshacer del bebé sólo porque tú lo quieres o porque no estás preparado?... – le preguntó Luna con tono serio – no hacía falta tu estupidez para hacérselo más difícil, con tu pequeña ayuda tuvo más que suficiente – dijo antes de pasar a su lado, siguiendo los pasos de sus amigas.
Harry las observó salir bastante sorprendido y enseguida se llevó las manos a la cabeza – ¿qué hice?... – preguntó contrariado.
– no tengo al menor idea, pero te puedo asegurar que fuiste un idiota... ahora sí has perdido a Hermione – le dijo Ron con tono serio antes de salir del cubículo.
– ¿Hermione?... ¡Hermione, espera! – la seguía Ginny fuera del Ministerio – no dejes que te afecte lo que diga Harry... es un idiota, no importa –
Hermione se detuvo volteando a ver a su amiga – ¿no importa?... ¡claro! olvidaba que sólo es el padre del bebé que estoy esperando, no importa... – dijo con tono sarcástico, intentando contener su enojo y sus ganas de llorar.
Ginny se acercó a ella y la abrazó – vamos, debes ir al doctor... después pensaremos qué hacer¿está bien?... no te dejaremos sola – le decía mientras acariciaba su cabello intentando consolarla y Hermione asintió separándose de ella.
