¡Hola de nuevo!... muchas gracias a todos los que han seguido dejándome sus mensajes, los valoro bastantes... ¡espero que lo disfruten!

Respecto a las correcciones que mi hicieron, se las agradezco, sólo que, lo del embarazo, ya tenía 4 meses y, créeme, estuve investigando, porque no me gusta escribir cosas sin fundamentos, y por los que yo encontré, sí se puede saber qué sexo es... y lo de Hedwig, siempre se me va la n... pero igual, gracias por las correcciones, me sirven para mejorar...

Ahora sí, disfruten del fic:D

DE NUEVO EN LONDRES

– Vamos, Hermione... ya no lo atrasarás más¡nos regresamos hoy a Londres! – le dijo Ginny con tono determinado mientras entraba a la habitación de la castaña – recuerda que Zack dijo que lo más conveniente es que estés allá cuanto antes, y ya es tiempo – le decía a modo de regaño mientras sacaba la ropa de Hermione del armario.

La castaña estuvo apunto de renegarle a su amiga, pero no pudo evitar sonreír al recordar todo el lío que habían ocasionado sus amigos con Zack, primero Draco haciéndole pensar que él era el padre de su hijo y luego Ron reclamándole a ella el que no lo hubiera "invitado" a su primera revisión, para luego llegar y asegurarle a Zack que él era el padre del bebé, y le exigía mostrárselo por el "etosonorama"...

– ¿y decidieron quién estará conmigo en la sala de parto? – le preguntó Hermione sin dejar de sonreír mientras se levantaba.

Ginny asintió sonriendo – Luna y yo – dijo con orgullo, haciendo reír a Hermione.

– seguro Ron y Draco están hechos una furia – decía mientras acariciaba su abultado vientre.

– no lo dudes... – le dijo la pelirroja sonriendo.

Hermione suspiró y se levantó de la cama – aún no puedo creer que ya hayan pasado 8 meses desde que me vine a vivir a la cabaña... – dijo con nostalgia, aunque sus ojos ya se habían aguado.

– él te siguió escribiendo... – le dijo Ginny como si hubiera hablado del clima.

Hermione volvió a suspirar – lo sé, pero... no es tan fácil... me demostró que no quiere madurar y yo no pienso hacer a un lado a mi hijo para que él sea feliz... – le dijo frunciendo el entrecejo, pero sin poder evitar sentir el ardor que las lágrimas contenidas causaban en sus ojos.

– yo sólo digo que debiste leer alguna de sus cartas... talvez te dabas cuenta de que había cambiado... –

Hermione negó inmediatamente – él no va a cambiar... siempre fue así... aunque creo que era más maduro cuando estudiábamos en Hogwarts... – dijo cabizbaja, antes de encerrarse en el servicio.

– tus cosas ya están listas, te esperamos en el coche – le dijo Ginny al otro lado de la puerta, y la escuchó alejarse de ahí.

No se entendía ella misma, a veces deseaba saber algo de él rogaba por recibir noticias suyas, pero cuando las tenía, se negaba rotundamente a mostrar interés. Talvez aún estaba un poco dolida por la actitud que había tomado el último día que se vieron, pero estaba segura que sólo se hacía más daño ella, pues le era imposible dejar de quererlo, después de todo, el hijo que esperaba era sólo la muestra de lo mucho que lo quería.

– muy bien... vámonos... – dijo al bajar las escaleras, encontrándose no sólo con Draco y Ginny, si no con Ron, Luna, Fred, George y hasta la señora Weasley – ¿qué pasa? – dijo un poco asustada, llevándose una mano al vientre por puro instinto.

– pasa que mi madre casi me golpea por no haberle dicho que estabas embarazada – dijo Ron mientras se acercaba a ella para ayudarla a bajar los últimos escalones.

– este... yo... – decía nerviosa, pero fue interrumpida.

– Hermione, nosotros nos sentimos muy ofendidos... ese niño será como nuestro sobrino y nosotros no estábamos enterados ni de su... bueno, de que había sido engendrado – le dijo Fred con tono bastante ofendido.

– verán... yo... – decía intentando explicar, pero volvieron a interrumpirla.

– les intenté explicar que no querías que fuera algo "público", pero no entienden razón... – intervino Ginny sonriendo con calma.

– ¿qué razón vamos a entender?... va a nacer nuestro mmm... ¿cuarto o quinto?... – decía George confundido.

– cuarto, aún no nace el segundo hijo de Bill – lo ayudó su gemelo.

– ¡oh, sí!... ¡va a nacer nuestro cuarto sobrino y nosotros no estábamos enterados! – decía igual de ofendido que su hermano.

– pero... – intentó defenderse Hermione, pero la interrumpieron de nuevo.

– vamos, ya déjenla... mejor regresemos a Londres... – dijo la señora Weasley haciendo caminar a sus hijos, mientras se acercaba a Hermione – ¿cómo has estado, hija? – le preguntó mientras la tomaba del brazo, caminando junto a ella.

– muy bien, gracias... – dijo Hermione un poco más aliviada.

– ¿y para cuándo es? – le preguntó sin poder ocultar su emoción, haciendo sonreír a Hermione.

– el doctor dice que nacerá a mediados de Marzo... – dijo sin dejar de sonreír, antes de ser llevada por Ginny a su coche.

– no dejaré que te vayas con ellos, no dejarán de molestarte en todo el camino – le dijo con tono serio mientras observaba con aprensión a sus hermanos.

– cuando tengas una panza de 20 kilos, me puedes decir si cinco cuadras no son demasiadas – le decía Hermione con tono molesto y gesto cansado, deteniéndose para apoyarse en la barda de aquel café al que la había invitado Ginny.

– lo siento... es sólo que se nos hace tarde... – dijo la pelirroja, notándose más nerviosa de lo que quisiera.

– ¿tarde?... ¿para qué? – le preguntó Hermione reincorporándose, mientras se acariciaba el vientre.

– ehm... pues... nos espera... – decía nerviosa, pero no necesitó decir más, pues, Hermione le había entendido perfectamente.

– ¡estás loca si crees que voy a entrar ahí! – le dijo molesta alejándose un poco de su amiga, pero Ginny la detuvo.

– vamos, Hermione... debes enfrentarlo un día de estos... ¡y él debe saber que estás esperando un hijo suyo! – le decía con tono suplicante – talvez habría actuado diferente si le hubieras dicho que sí estabas embarazada –

– ¡claro!... ¡seguramente ya no me habría dicho que era mentira, talvez sólo habría dicho que no era de él!... ¿no te das cuenta, Ginny?... él no quiere tener hijos... no está preparado, y yo no voy a obligarlo a nada ni a darle a mi hijo un padre que no quiere ser padre todavía – decía enojada.

– pero... el bebé lo va a necesitar... ¿qué harás cuando te pregunte por su papá? – le preguntó Ginny con tono serio.

Hermione la observó con el entrecejo fruncido y la respiración agitada – ya lo pensaré en ese momento, ahora sólo quiero que mi hijo nazca en un lugar donde sea deseado... no donde su padre no está preparado para traerlo al mundo – dijo antes de darse media vuelta dispuesta a cruzar la calle.

– ¡talvez todo es diferente ahora!... ¡ya han pasado nueve meses! – le dijo Ginny esperanzada, haciendo que Hermione la volteara a ver dando cortos pasos hacia atrás.

– él se pudo despreocupar de todo por nueve meses... y va a tener la faci... –

– ¡HERMIONE! –

La voz de Ginny la escuchó muy lejana, talvez era sólo que el dolor en su espalda era demasiado fuerte como para poder escuchar o ver algo más.

– ¿Hermione...?... ¡Dios!... por favor, Hermione... – la llamaba Ginny entre lágrimas, sin saber qué hacer – ¡por favor!... ¡alguien!... ¡una ambulancia! – gritaba desesperada, sin saber si dejar a Hermione sobre el cofre de aquel coche rojo o bajarla y acostarla en algún lugar.

– mi... mi bebé... – decía Hermione sosteniéndose el vientre a pesar del dolor, mientras intentaba mantener los párpados abiertos, que se habían vuelto más pesados que nunca, pero no tardó en quedar inconsciente.

– ¿Ginny?... ¿Ginny, qué pasó! – le preguntó Ron al verla caminar en vaivén sobre el mismo lugar – ¿cómo está Hermione! – le preguntaba desesperado, pero Ginny no podía decir nada.

– Ginny... ¿discutió con Harry? – le preguntó Luna con tono serio, aunque su gesto lucía tan preocupado como el de Ron, Ginny y Draco, pero la pelirroja negó – ¿entonces?... ¿qué pasó! – le preguntó desesperada.

– yo... nos... ¡Dios, fue mi culpa! – dijo desesperada, y se llevó ambas manos a la cabeza, sintiendo enseguida el abrazo de su esposo.

– ¿amor, qué pasó? – le preguntó Draco haciéndola sentarse en uno de los sillones que estaban en la sala de espera.

– discutimos... y... yo sólo quería que... ¡la atropellaron! – lloró refugiándose en el pecho de su esposo.

– ¡cielos, Ginevra!... ¿qué te pasa? – le dijo Ron con tono molesto – ¿porqué discutieron?... ¿cómo está Hermione? – preguntaba desesperado.

– mi vida... vamos... talvez no fue tan grave... – decía Luna intentando mantener la calma y tranquilizar a los que estaban ahí.

– pero... ¿dónde está Hermione¡tengo que estar con ella! – dijo con tono decidido, dispuesto a entrar a cualquier cuarto o lo que fuera donde estuviera Hermione.

– está en el... el quiro... – decía Ginny entre desesperada y preocupada.

– quirófano... debe haber un doctor o una enfermera que nos pueda decir cómo está – decía Draco, visiblemente preocupado – iré a preguntar – dijo levantándose dispuesto a no dejar a nadie en paz hasta que supiera de la salud de Hermione y su bebé.

Caminó por los pasillos del hospital siendo seguido por Ron, Luna y Ginny, no se iba a detener, y si era necesario entraría al quirófano para saber cómo estaban – ¡tú!... ¿cómo está, Hermione?... – le preguntó a la primera uniformada que se encontró a medio pasillo.

– ¿quién? – le preguntó confundida la muchacha.

– ¡Hermione! – dijo desesperado – una chica embarazada... la trajeron hace un rato porque la atropellaron –

– ¡oh!... bueno... ella se pondrá bien, sólo necesita guardar reposo... – le dijo con calma.

– ¿y el bebé! – preguntó Ginny acercándose a la enfermera, quien cambió su semblante tranquilo por uno preocupado.

– es muy probable que lo pierda... –

– pero... pero... ¿es seguro? – le preguntó Draco preocupado y la enfermera negó.

– hay una posibilidad de que sobreviva y sólo tenga que estar un tiempo en la incubadora, pero las posibilidades son pocas... – les dijo con gesto apenado, y dirigiéndoles una última mirada, se alejó de ellos.

– no puede ser cierto... no después de todo lo que pasó Hermione... – decía Luna preocupada, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

– ¿quién fue el idiota que la atropelló!... ¡lo voy a matar! – decía Ron con tono furioso.

– ¡el que tiene la culpa de todo esto es ese Potter! – dijo Draco con esa mirada fría que tanto lo había caracterizado cuando aún estudiaba en Hogwarts.

– ¿no podemos entrar a verla!... – preguntó Ginny intentando alcanzar a la enfermera.

– lo siento... aún la están interviniendo... pero les informaré en cuanto salga del quirófano – les dijo con tono amable, antes de seguir con su camino.

– Ron... ve a la casa, debes informarle a mamá... y... alguien debe hablarle a los papás de Hermione – le dijo Ginny, manteniendo su gesto preocupado, mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas.

– ¡yo no me moveré de aquí! – dijo con tono determinado, pero Luna negó.

– quiero que vayas a la casa y hables con tu mamá... yo hablaré con los papás de Hermione, pero tú aquí sólo te pondrás más nervioso... prometo que te hablaré en cuanto podamos estar con Hermione – le dijo Luna con tono serio.

Ron frunció el entrecejo desesperado, pero asintió – está bien... ¡pero me hablas! – le dijo a modo de advertencia y Luna asintió.

– Draco... por favor... – le dijo Ginny con tono suplicante, y no tuvo que decir nada más, pues Draco le entendió perfectamente.

– cualquier cosa que sepan, nos informan... – les dijo antes de darse media vuelta y salir del hospital junto a Ron.

– ¿qué haces aquí? – le preguntó enojado.

– eh... yo... quería saber si Ginny estaba aquí... fui a buscarla a su casa, pero no estaba... – decía nervioso, pero Ron lo ignoró regresando a la sala de su casa y dejando la puerta abierta.

– ¡Draco! – dijo Harry sorprendido al ver al rubio en la sala de su amigo – ehm... ¿no sabes dónde está Ginny?... quedamos de vernos en un café y se me hizo tarde... yo... en verdad necesito hablar con ella –

– ¡está en el hospital! – le espetó Ron, sin siquiera dirigirle la mirada.

– ¿en el hospital? – le preguntó Harry sorprendido y Draco y Ron asintieron – pero ¿qué...¿está bien? – preguntó preocupado.

– sí, ella sí está bien – le dijo Draco con tono frío, lo cual no le sorprendió a Harry, pues se había comportado así con él desde que Hermione había decidido dar por terminada su relación.

– ¿entonces¿qué hace ahí? – preguntó confundido.

– Hermione tuvo un accidente – dijo Ron con tono enojado, deseando golpear a Harry, quien lo volteó a ver bastante sorprendido.

– ¿Hermione?... pero... pero... ¡no!... no puede ser cierto, yo... Ginny iba a hacer que nos encontráramos y... y... yo le diría que la amo que... que lamento todo lo que dije... y todas las veces que me callé... – decía desesperado.

– ¡eres un imbécil!... todo esto es tu culpa, y ahora perderá a su hijo ¡sólo por ti! – decía furioso, dispuesto a irse sobre él, pero Draco lo detuvo.

– ¿su hijo?... ¿estaba...¿estaba embarazada? – les preguntó sorprendido y ambos asintieron – ¿de quién? – preguntó cabizbajo.

– ¿de quién!... ¿eres imbécil por naturaleza o te esfuerzas en cada día ser más idiota? – le preguntó Draco furioso – pues de ti¿de quién más va a ser! –

– pero ella... ella me dijo... – decía Harry sin comprender lo que pasaba.

– sí, ella te dijo que no estaba embarazada, pero ¿qué esperabas?... tú le dejaste muy claro que no querías saber nada de ningún bebé – le dijo Draco antes de pasar junto a Harry, dispuesto a irse de ahí, siendo seguido por Ron.

– ¿en qué hospital está? – les preguntó Harry caminando detrás de ellos.

– ¿crees que Hermione quiere verte? – le preguntó Ron volteando hacia él.

– necesito verla... de verdad, Ron... jamás deseé que pasara todo esto, yo sólo... en verdad lo lamento¡amo a Hermione y no debí ocultárselo nunca! – decía desesperado.

– me matarán por esto, pero.. ven, inútil... te vamos a llevar... – dijo Draco sin voltearlo a ver.