Ok ok ya sé que tardé como mil años, pero ya estoy aquí... para no perder la costumbre, inicié otro fic ¬¬° terminé unsonfic y voy a la mitad del capítulo de Nade es lo que Parece... no sé qué me pasa con ese fic pero me cuesta muchísimo continuarlo (será que ya se acerca el final y no quiero terminarlo?)Bueno, el pedacito de canción que les pongo es de una novela argentina, "Floricienta" seguro muchos la conocen... la canción se llama Los niños no mueren... está muy linda y tiene un poquito de relación con el capítulo, pero antes de que me quieran golpear o algo, lean el capítulo, por favor!Gracias por su atención...

Los niños no mueren, se nos van al cielo, quedan en el alma y se ponen alas, y vuelan muy cerca.

Los niños no mueren, se van por un tiempo a juntar estrellas y nacen de nuevo en otro pequeño.


No Te Vayas Nunca

– ¿Hermione?... ¿mi vida, cómo estás?... – preguntaba preocupado mientras se acercaba a la cama en la que descansaba la castaña.

Hermione se removió bajo las sábanas, abriendo los ojos con pesadez, y no tardó en toparse con la mirada preocupada de Harry – ¿qué haces aquí? – preguntó con tono serio, alejando su mano de la de Harry.

– yo... me enteré de lo que pasó y... –

– ¡no tienes nada qué hacer aquí! – lo interrumpió hablando con el entrecejo fruncido.

– pero... Hermione... mi bebé está... – decía intentando contener las lágrimas que venían acumulándose desde que se había enterado del accidente de Hermione.

– ¡tú no tienes ningún bebé!... el niño que... que se debate entre la vida y la muerte ¡es mío!... ¡sólo mío! – decía entre lágrimas.

– por favor... – dijo tomando su mano – yo lo quiero, Hermione... a ti también... –

– tú no lo quieres, sólo quieres recuperar lo que creíste que alguna vez fue tuyo, pero no tienes derecho a decirte su padre... ¡Draco y Ron son más papás de él, que tú! – decía furiosa, aunque no dejaban de correr lágrimas por sus mejillas.

– pero yo... –

– tú sólo estuviste ahí la tarde que te entregué mi amor... ¡fue todo lo que hiciste!... no tienes derecho a decir que ese niño es tuyo... –

– yo no sabía, Hermione... habría estado contigo... después de... de que te fuiste, yo... me imaginé varias veces cómo sería si... –

– no me hables de la ilusión de tener un hijo, porque yo viví nueve meses soñando cómo sería mi vida al lado de mi bebé... y ahora... ¡por tu culpa!... voy a perder a mi hijo... – dijo sin poder controlar más sus sollozos, y la puerta de la habitación no tardó en abrirse.

– ya le has hecho suficiente daño¡salte! – le ordenó Draco, pero Harry se negó.

– ¿no lo escuchaste?... ¡salte!... deja en paz a Hermione, ya has hecho suficiente – le dijo Ron con tono serio, dispuesto a entrar para sacarlo a patadas, pero no hubo necesidad, pues Harry salió dirigiéndole una última mirada a Hermione, quien lloraba desconsolada, y no tardaron en pasar a su lado Luna y Ginny, quienes corrieron a la cama de Hermione.

Harry se dirigió al área de incubadoras, debía verlo, no podía ser tan grave... su hijo no podía morir...

– dis... disculpe... ¿podría ver al hijo de Hermione Granger? – le preguntó a una de las enfermeras que suponía era la encargada de esa sala.

– lo siento, sólo familiares se pueden acercar a él... – dijo con tono serio.

– yo... yo soy el padre... – dijo un poco inseguro, y la enfermera lo observó escudriñadora.

– está bien... pase... pero ¡espere! – dijo deteniéndolo – debe usar esto, esto y estos... – dijo entregándole un cubreboca, una bata y unos guantes.

Harry asintió y se puso todo lo más rápido posible – ¿dónde está? – le preguntó ansioso, sintiendo que las lágrimas no tardaban en salir.

– sígame... mire, ahí, la incubadora de la derecha... – le dijo señalando hacia las dos incubadoras que estaban a su lado izquierdo.

– gracias... – dijo Harry antes de comenzar a caminar temeroso hacia la incubadora donde se encontraba su hijo... "¡es mío¡sólo mío!"... la voz de Hermione resonaba con fuerza en su cabeza, mientras la visión de su hijo comenzaba a hacerse más clara "¡por tu culpa!... voy a perder a mi hijo...". No pudo contenerlas por más tiempo y comenzaron a emanar lágrimas de sus ojos, mientras observaba el deplorable estado en el que se encontraba su hijo. Su respiración apenas era visible, y estaba bastante pálido.

Se hincó junto a la incubadora acariciando el plástico que lo separaba de su hijo – por favor... no le hagas esto a tu mamá... talvez yo me lo merezco, pero ella no... ella siempre deseó tenerte entre sus brazos... debes ser fuerte, por ella... te necesita... – le decía mientras las lágrimas seguían fluyendo de sus ojos.

– lo siento, señor... no pueden permanecer mucho tiempo aquí... – le informó la enfermera, desde el otro extremo de la sala.

– está bien, ya voy... por favor, no hagas sufrir a tu mamá... yo ya la he lastimado demasiado... – dijo antes de reincorporarse enjugándose las mejillas, y salió de la sala, dispuesto a estar todo el tiempo necesario fuera de la habitación de Hermione, hasta que ella aceptara volver a hablar con él.

– ¿no hablarás con él? – le preguntó Luna, mientras le acercaba una charola repleta de comida.

Hermione negó con gesto desencajado – no tengo nada de qué hablar con él... – dijo con tono decidido.

– podría ser mejor para el bebé... talvez ayude el que sienta el cariño de los dos... –

– lo que mi hijo necesita es que yo esté con él, sólo eso – dijo con gesto lloroso, mientras hacía a un lado la charola de su comida.

– si no comes, no podrás estar con él... anda, tú también necesitas recuperarte – le dijo Luna a modo de regaño.

– ¡lo que yo necesito es estar con mi hijo! – dijo volviendo a llorar.

– Ron y Draco están viendo la manera de conseguir que vayas a verlo... – le dijo Ginny con gesto preocupado.

– ¿ya lo vieron? – les preguntó enjugándose las mejillas, pero ambas chicas negaron.

– no nos permiten pasar... sólo Harry lo ha visto – le informó Luna.

Hermione frunció el entrecejo observando a sus amigas – ¿porqué lo vio?... ¡no tiene ningún derecho! – dijo enojada, observando hacia la puerta – ¿no entiende que es mi hijo?... él no estuvo conmigo... él... a él nunca le importó... – decía volviendo a llorar.

– te equivocas, Hermione... – le dijo Ginny con tono serio – hablé con él antes de que regresaras a Londres... él me dejó muy claro que te amaba y que quería recuperarte y tener una relación seria contigo... deseaba formar una familia contigo e iba a enmendar el daño que te había causado... –

– pero ya es demasiado tarde... no iba a esperarlo toda la vida... – dijo con el entrecejo fruncido.

– lo esperaste demasiado tiempo, Hermione, y sabes que lo seguirías haciendo porque lo amas... sólo te dolió que no fuera lo suficientemente maduro... te dolió pensar que eras sólo una aventura... – le dijo Luna manteniendo su gesto serio.

– con todo esto... yo no sé si pueda... – decía relajando su entrecejo.

– sí puedes... sólo debes darle la oportunidad... él te ama... déjale demostrarte que es verdad... – le dijo Ginny con gesto esperanzado, pero Hermione no dijo nada más, sólo cerró los ojos fingiendo querer dormir, pero sin poder controlar el correr de las lágrimas.

– con cuidado, Hermione, recuerda lo que dijo el doctor... tú también estás delicada... – la reprendió Luna, mientras ella y Ginny la ayudaban a bajar de su cama.

Habían logrado convencer al doctor de Hermione para que la chica fuera a ver a su hijo por lo menos unos minutos.

– lo sé... es sólo que... ouch... que ya lo quiero ver... – decía entre emocionada y angustiada.

Ginny le sonrió un poco preocupada y la ayudó a sentarse en la silla de ruedas que les había llevado una enfermera momentos antes – vamos... – dijo luego de acomodar la bolsita del suero en la silla, y comenzó a empujarla hacia la puerta del cuarto.

– ¿y Harry? – preguntó al salir de la habitación y no ver al chico en el pasillo – pensé que estaría aquí... como siempre... – dijo intentando no sonar decepcionada, pero no podía evitarlo, una parte de ella seguía queriéndolo.

– no sé, cuando llegamos él ya no estaba aquí, talvez fue a comer... – le decía Luna mientras caminaban por los pasillos.

– o talvez a descansar, no ha dormido desde que llegó – le dijo Ginny como si estuviera hablando de cualquier cosa.

Hermione sólo asintió, pero decidió no tomar partido de ese comentario, en esos momentos prefería no pensar en Harry y concentrarse en que por fin vería a su hijo.

Al llegar a la sala de las incubadoras, Hermione se sentía bastante nerviosa, aunque no eran sólo nervios, era una sensación extraña, una mezcla de miedo y emoción.

Luna se acercó a la puerta y la abrió con sumo cuidado, dejando a la vista diferentes incubadoras, y Ginny la ayudó a entrar empujando la silla hasta la puerta, desde la que pudo ver una cabellera negra, que estaba a la altura de una de las incubadoras, y estuvo apunto de reclamar su presencia cuando se dio cuenta de que estaba hablando en susurros hacia el pequeño que dormía dentro de aquel aparato.

– he intentado que el doctor la deje venir, pero insiste en que debe descansar y tú debes recuperarte, talvez puedas ir a visitarla tú... mamá se pondría muy contenta si te viera por primera vez y pudiera tenerte en sus brazos al mismo tiempo... – le decía intentando mantener su voz estable, aunque era bastante difícil ya que sentía que pasaba el tiempo y su hijo no tenía mejoría – prometo que la próxima vez que venga a verte será sólo para que conozcas a tu mami... es tan bonita, te sorprenderías... sé que fui un tonto, pero espero que tú me puedas perdonar... por lo que te hice y por lo que le hice a tu mamá... ella se merece sólo lo mejor... ojalá supiera que la amo... – dijo dejándose caer de rodillas luchando por no llorar – siempre fue la más hermosa, pero yo tardé demasiado en darme cuenta... ella era... ella es... pasé los mejores momentos de mi vida con ella... debes intentarlo, no hay nadie mejor que ella... – decía sin apartar la mano del plástico, enjugándose las mejillas con su otra mano – te necesitamos con nosotros... tú mamá soñó por demasiado tiempo con tenerte a su lado... es... es increíble cuánto te puede hacer cambiar una mujer... pero no te sorprendas, ellas lo pueden todo... tu mamá es la única razón por la que cambié, quería gustarle... quería ser lo suficientemente bueno para ella, pero lo arruiné todo... tanto que por poco tú y ella pierden la vida... pero no dejaré que les pase nada... haré todo lo que sea necesario para que estén juntos... haré lo que sea por que te recuperes, hijo... – dijo antes de besar la parte de arriba de la incubadora, luego de haberse reincorporado.

– haremos lo que sea por que salgas de esta, bebé... – lo sorprendió la voz de Hermione, quien tenía las mejillas bañadas por las lágrimas, y al verla de pie, Harry no tardó en tomarla por los brazos.

– no debiste venir caminando... – le dijo Harry a modo de regaño, sosteniéndola por los codos para no hacerle daño.

Hermione negó tomando a Harry del brazo, pues sus piernas comenzaban a cansarse – me trajeron Ginny y Luna, pero la silla no pasaba entre las incubadoras... – dijo sintiendo cómo Harry la rodeaba por la cintura con un brazo.

– si abrieras tus ojitos podrías comprobar que tu mamá es hermosa... – dijo Harry dirigiéndose de nuevo a su hijo, pero sin apartar la mirada de Hermione, quien observaba a su hijo debatirse entre la vida y la muerte – no te pierdas de esto... tienes la oportunidad de disfrutar de la mejor mamá del mundo... – decía sintiendo cómo, poco a poco, Hermione se iba acercando más a él, apoyándose en su pecho, y sus brazos instintivamente la rodearon por la espalda y cintura.

– te amo, bebé... no me dejes sola... – dijo entre lágrimas, acariciando con una mano la parte superior de la incubadora.

Al escucharla, Harry no pudo evitar sentir una opresión en el pecho, a pesar de estar a su lado, Hermione se seguía sintiendo sola; cerró los ojos uniendo su cabeza a la de ella – te prometo que se recuperará – le dijo en susurro, sin abrir los ojos; deseando poder abrazarla con fuerza, como lo había hecho alguna vez, cuando contaba con el amor de Hermione – tu visita lo ayudará mucho... – dijo sin poder contener los deseos de darle un beso en la mejilla.

Hermione sólo asintió y enseguida sintió sus piernas ceder ante el peso de su cuerpo, pero Harry la sostuvo tomándola en brazos – no debiste, mi vida... – dijo dándole un beso en la frente – llevaré a tu mamá a su cuarto, nos vemos mañana, pequeño... – dijo Harry antes de dirigirse a la salida de la sala, llevando a Hermione en brazos.

– ¿qué le pasó? – le preguntó Luna al verlos salir.

– se fatigó... – dijo con tono ausente, antes de seguir con su camino hacia la habitación de Hermione.

– ¿te reclamó por...? – le preguntaba Ginny, pero Harry la interrumpió.

– no... a ella sólo le importa que se recupere... – dijo cabizbajo, recibiendo miradas apenadas de sus amigas.

– verás que pronto se recuperan... – le dijo Luna intentando animarlo, y Harry asintió sin mucho ánimo.

– ¿podrías quedarte con ella? – le preguntó Ginny antes de entrar a la habitación que ocupaba Hermione, y Harry la cuestionó con la mirada – necesitamos ir a trabajar... –

– está bien... – dijo antes de entrar, dejando atrás a Ginny y Luna, acomodó a Hermione en su cama, la cubrió con la sábana y besó su sien acariciando su mejilla y cabello, luego de hincarse a su lado – te necesito para ser fuerte... te amo... – dijo rodeando su mano, volvió a besar su sien, y se reincorporó para irse a sentar al sillón que estaba al lado de la cama de Hermione.

Abrió los ojos lentamente, aún se sentía un poco cansada y la espalda le dolía, ella juraba que no era para tanto ni siquiera había estado tanto tiempo parada... al recordar que había estado en sus brazos volteó a sus lados en su busca, y lo encontró dormido en el sillón que estaba del lado izquierdo de su cama. Estaba sentado, algo torcido para poder apoyar su cabeza en el respaldo, y tenía los labios entreabiertos mientras un débil ronquido salía de ellos.

Sonrió a pesar de todo, lo quería y nadie podría arrancar de su corazón lo que sentía por él, ni siquiera él mismo, pues a pesar de todo lo que había pasado y del tiempo que habían estado separados, seguía sintiéndose enamorada.

Lo observó dormir por varios minutos, hasta que lo vio removerse en su lugar, y se sintió tentada a seguir observando los gestos que hacía, pero prefirió fingir estar dormida, talvez después, cuando todo pasara, podrían hablar de ellos.

Se estiró, aún recostado en el sillón, y observó a Hermione descansar, estaba seguro que seguiría durmiendo un par de horas más, cuando se dio cuenta de que comenzaba a despertar; no sabía si salir o quedarse ahí, pero de algo estaba seguro, Hermione no lo querría ver ahí; pero justo cuando pensaba levantarse, despertó.

La chica abrió los ojos y volteó a su izquierda observando a Harry, quien la veía preocupado – ¿qué haces aquí? – le preguntó acostándose sobre su costado, dándole la espalda.

– ehm... yo... eeh... Ginny y Luna debían trabajar y yo... no... no quería que cuando despertaras estuvieras sola... – le dijo un poco nervioso, sin saber si acercarse a ella o permanecer en el mismo lugar, pero decidió quedarse ahí.

– no sería la primera vez... – dijo con tono frío, sabía que estaba siendo infantil, pero no podía evitarlo, la había hecho sufrir demasiado.

Harry bajó la cabeza decaído, y se levantó de su lugar – ese día sólo quería sorprenderte... cometí un error... bueno, muchos, pero quiero enmendarlos... por favor, déjame demostrarte que todo será diferente, prometo que no te decepcionaré de nuevo... ni a ti ni a nuestro hijo... ¡por favor! – le dijo con tono suplicante, hincándose al lado de su cama.

Pensó en lo que había dicho, y deseaba voltear hacia él y decirle que lo seguía amando, que ahora más que nunca lo necesitaba, pero tenía miedo... temía que Harry siguiera siendo el mismo y que cuando menos se lo esperara la dejara sola de nuevo, tenía miedo de enamorarse aún más; si era posible; y al final ser sólo una jugarreta para él.

– dame otra oportunidad... por favor... quiero estar a tu lado... – decía acariciando el costado de Hermione – te amo... jamás debí guardármelo, pero tenía miedo de lo que sentía... – decía apenado.

– ¿porqué tenías miedo si yo también te amaba? – le preguntó Hermione sin voltearlo a ver.

– porque nunca lo había sentido por nadie... porque intenté negarlo por muchos años... porque no me sentía lo suficientemente bueno para ti, tú te merecías todo y yo sólo te podía dar peligro y un amor que me lastimaba el pecho... – decía cabizbajo, observando a Hermione voltear.

– yo sólo te quería a ti... – le dijo limpiándose una mejilla, mientras Harry le enjugaba la otra con una caricia.

– no podía aceptar que me quería la mujer a la que amaba... era demasiado perfecto para Harry Potter... yo no sabía de amor, Hermione... todos los seres que quería me dejaban y yo no quería perderte... preferí alejarme a perderte a ti... pero veo que no fue necesario estar a tu lado para perderte... – dijo sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas, y se levantó dispuesto a aceptar su derrota, pero Hermione lo detuvo tomándolo de la mano, y la volteó a ver con una mirada confundida.

– no me has perdido... y nunca me perderás... – le dijo en susurro, acariciando su mano, y lo sintió apretarla, antes de acercarse a ella y abrazarla.

– ¡perdóname por todo lo que te he hecho sufrir! – le suplicó hundiendo su rostro en su cuello, mientras sentía a Hermione corresponder a su abrazo – te amo, Hermione... ¡lo juro! – le dijo en susurro, besando su cuello mientras una lágrima caía sobre las sábanas.

Hermione asintió correspondiendo a su abrazo y a sus lágrimas – lo sé... – dijo con la voz entrecortada, abrazándolo con las pocas fuerzas que tenía.

– te prometo que todo mejorará... nuestro hijo saldrá de esta... – le dijo separándose un poco de ella para mirarla a los ojos, antes de darle un suave beso en la frente.

Habían pasado ya dos semanas desde que Harry llegó al hospital, y comenzaba a desesperarse pues su hijo no tenía ninguna mejoría y temía que, lo que tanto había intentado negarse, pudiera pasar.

Salió de la habitación de Hermione, mientras la castaña dormía, y se dirigió directamente al cubículo de la recepción.

Peleó con las enfermeras, exigiéndoles que hicieran algo por su hijo, echándoles en cara que sólo se dedicaban a observarlo y ver cómo iba reaccionando con el paso de los días, pero no hacían nada por él. Regresó furioso a la habitación, luego de haber escuchado un "hacemos todo lo que podemos" repetido en más de cinco ocasiones.

– ¿qué pasó? – le preguntó Hermione confundida, en cuanto entró a la habitación.

– ¡nada!... – decía enojado sin dejar de caminar por el cuarto.

– ¿hice algo?... – le preguntó preocupada, logrando que Harry detuviera su vaivén, volteándola a ver con los ojos desorbitados.

– ¡claro que no!... – le dijo acercándose a ella – tú no has hecho nada, mi vida... ¡son esta bola de inútiles! – decía mientras la abrazaba – ¿tus papás no conocen a nadie que pueda...? – decía, pero Hermione lo interrumpió negando.

– no hay nada qué hacer, Harry... todo depende de él... – decía con lágrimas en las mejillas, mientras su barbilla comenzaba a temblar.

El moreno comenzó a negar frenéticamente – ¡algo debe haber!... no se puede... ¡no!... Hermione, debemos hacer algo... yo... ¡los sanadores! – dijo abriendo los ojos notoriamente – ellos podrían hacer algo y... talvez... – decía emocionado, pero se detuvo al ver negar a Hermione.

– no hay nada... Ginny y Luna hablaron con los sanadores... Draco y Ron los amenazaron... no se puede hacer nada... lo per... – decía, pero Harry la interrumpió, cubriéndole la boca con la punta de sus dedos.

– ¡no!... él no... tú serás la mejor mamá y él crecerá a tu lado – decía con tono serio, mientras Hermione tomaba su mano.

– crecerá a nuestro lado... – le dijo Hermione limpiándole la mejilla por donde había bajado una lágrima.

– te amo, Hermione... no dejaré... no permitiré que le pase nada... – dijo con tono decidido.

– esto no está en tus manos... pase lo que pase, tú no tendrás la culpa de nada... sé que dije muchas cosas, pero... estaba desesperada, dolida... jamás debí decir nada de eso, porque no lo sentía... – le decía con gesto preocupado.

– era la verdad... jamás debí dejar que te fueras... ni una sola vez... – le dijo antes de besar su frente.

– ahora estás con nosotros... – le dijo acariciando su mejilla, antes de sentir el abrazo de Harry, ocultó su rostro en el pecho del muchacho y decidió no permitirle ver sus lágrimas, no cuando ella le pedía que fuera fuerte.

– siempre lo estaré... ¡te lo prometo! – le aseguró antes de besar su cabello con suavidad.

Permanecieron en silencio, sólo así, abrazados, hasta que escucharon cómo se abría la puerta lentamente, voltearon hacia esta y se encontraron con Ron y Luna.

– hola... – susurró Ron, mientras pasaba detrás de Luna – ¿cómo se encuentran? –

– bien... Hermione será dada de alta en un par de días... – dijo Harry hablando también en susurro, mientras se sentaba en la cama de Hermione, dejando que ella se recostara en su pecho.

– y... ¿el bebé?... ¿cómo está? – preguntó Luna preocupada.

– igual... no ha habido ningún cambio... – dijo Harry cabizbajo, sintiendo a Hermione tomar su mano con fuerza.

– Harry... si quieres puedes ir a descansar un poco, nosotros nos quedaremos con Hermione... – le dijo Luna mientras se sentaba en el sillón que había ocupado Harry los últimos días, pero el moreno negó.

– no pienso separarme ni de Hermione ni de nuestro hijo – dijo con tono serio, frunciendo el entrecejo.

– pero deberías des... – le decía Luna, pero Harry la interrumpió.

– no me voy a mover de aquí, además¿quién dijo que quería descansar?... estoy perfectamente... – dijo con firmeza.

– ¿cómo han estado ustedes? – preguntó Hermione intentando detener la pelea que se avecinaba, y Ron la observó agradecido.

– todo ha marchado bien en el trabajo... los gemelos te mandan saludos, hace unos días vinieron, pero no pudieron pasar a verte y no han podido venir de nuevo porque han estado viajando un poco por Europa... mamá también te manda saludos, y a ti Harry, dice que espera que ya hayas sentado cabeza... – dijo sonriendo con gesto burlón, haciendo que el moreno se sonrojara – y me pidió que la disculparan, no ha podido venir porque no quiere dejar sola a Cindy... – le explicó mientras Luna se recostaba en su hombro.

– gracias... – dijo Hermione un poco desanimada.

– vamos, Hermy... ha pasado mucho tiempo¡eso debe ser una buena señal! – dijo Ron intentando animarla, pero Hermione sólo asintió, refugiándose en el abrazo de Harry.

– ¿ya lo fueron a visitar hoy? – les preguntó Luna y ambos negaron.

– íbamos a ir a visitarlo en unos momentos... – dijo Harry con tono bajo, mientras acariciaba la espalda de Hermione.

– ¡pues vayan!.. ¿qué esperan? – les dijo Ron, haciendo movimientos con las manos indicándoles que salieran.

Harry observó a Hermione, quien tenía la mirada perdida, y la tomó en brazos, sorprendiéndola, y se aferró rápidamente a su cuello, mientras Ron se levantaba para pasarles la bolsita del suero, dejándola sobre el vientre de Hermione, quien seguía aferrándose con fuerza al cuello de Harry.

– mi vida, si me sigues apretando de esa manera, no llegaremos ni a la puerta – le dijo Harry intentando respirar y ver sobre el hombro de Hermione, quien fue aflojando poco a poco sus brazos, acomodándose en los de Harry, quien le sonrió.

La llevó en brazos hasta la sala de incubadoras, ignorando todas las miradas reprobatorias que les dirigían las enfermeras, no pensaba llevarla en una silla de ruedas, era innecesaria, no podía entrar con ella a ver a su hijo y Hermione no estaba tan pesada, y menos ahora que había adelgazado tanto.

– lo primero que haré cuando nos dejen salir de aquí será llevarte a cenar a tu restaurante favorito – le dijo en una mezcla de tono serio y a modo de flirtear.

Hermione frunció el entrecejo – no sabes cuál es mi restaurante favorito – le dijo a modo de reto y Harry le sonrió.

– claro que sé... es ese restaurante que está por tu casa, donde venden comida italiana... – le dijo y Hermione lo observó sorprendida – ves... no soy tan mal amigo... – le dijo sin dejar de sonreír, antes de entrar a la habitación.

– tú nunca fuiste mal amigo... – le dijo Hermione con tono serio.

– mal novio... – le dijo sintiendo cómo sus mejillas comenzaban a arderle.

– digamos que... sólo querías ser novio... no estabas preparado para algo más... – le dijo aún con tono serio.

– lo que pasó fue que yo... – decía Harry, pero Hermione lo detuvo poniendo la punta de sus dedos sobre sus labios.

– no recordemos los malos momentos... sólo quiero pensar en ti... en mi... en él... – dijo volteando hacia su hijo, y Harry se acercó a él llevándola aún en brazos, y para sorpresa de ambos, el pequeño tenía los ojos abiertos – ¿porqué... porqué...? – decía Hermione buscando a la enfermera, pero no había nadie – mi vida... – decía mientras las lágrimas bajaban rápidamente de sus ojos, atravesando sus mejillas y cayendo por su quijada.

– tiene los ojos cafés... – le dijo Harry sonriendo, mientras dejaba que Hermione se sentara sobre su pierna mientras él se apoyaba en el piso con una rodilla – quería guardarte esta sorpresa... – le dijo sin dejar de sonreír con los ojos llorosos, mientras Hermione observaba embelesada a su hijo, que los observaba como si intentara reconocerlos – háblale... – le indicó sin dejar de observarlo – Ginny me dijo que le cantabas cuando estabas embarazada... –

Hermione sólo asintió acariciando el plástico, mientras las lágrimas seguían rodando por sus mejillas – Saben que los niños son ángeles sin alas, que nos manda el cielo para ser mas buenos... son los que nos marcan dónde está el camino, donde está lo bello de nuestro destino... – cantaba con la voz entrecortada, sin dejar de observar a su hijo con ojos llorosos – Cuando ríe un niño el sol aparece y todo se aclara, el mundo florece; se enciende la vida, se encuentra el camino y nos damos cuenta que seguimos vivos... Los niños del mundo hoy sufren por hambre, por frío, por miedo, por falta de techo; y llora la tierra, también llora el cielo cada vez que un niño se queda en silencio... Pequeño chiquito, requete chiquito, no te vayas nunca, quédate conmigo que te necesito... – cantó antes de quedarse sin voz a causa del nudo en la garganta, y Harry no tardó en abrazarla.– ¿ves?... la recordó... – dijo antes de darle un beso en el cabello, y Hermione volteó a ver a su hijo, quien sonreía débilmente, mientras parpadeaba cansado – le gusta que le cantes... – le dijo dándole otro beso.Hermione le sonrió y, rodeándole el cuello con sus brazos, se fue acercando a él para besar sus labios, era el primer beso que se daban desde hacía 9 meses. Acarició su mejilla con una mano mientras con su brazo libre la rodeaba por la cintura.– te amo... – le dijo cuando se separaron, y Hermione no tardó en abrazarlo, ocultando su rostro en su cuello, luego de susurrar un débil "y yo a ti".

– Hermione... quiero pasar el resto de mi vida con ustedes... quiero cuidarlos, estar a su lado siempre... ya sé lo que es estar lejos de ti y no quiero volver a vivirlo... ¡no quiero perderlos, Hermione! – le dijo con tono suplicante, mientras Hermione lo observaba seria.

– no nos vas a perder... – le aseguró Hermione mientras pasaba los dedos entre su cabello.

– entonces cásate conmigo... seamos la familia que siempre soñé que haría a tu lado... déjame amarte hasta el fi... – decía, pero Hermione lo detuvo.

– ¿estás seguro que quieres dar este paso? – le preguntó con los ojos llorosos, y Harry asintió.

– nunca había estado tan seguro en mi vida... te amo, Hermione, y no me quiero volver a separar de ti... ¡nunca! – le decía mientras tomaba su mano, pero la castaña lo soltó justo antes de acercarse a él y darle un beso en los labios, mientras acariciaba sus mejillas – ¿esto es un sí? – le preguntó Harry sin dejar de sonreír, luego de terminar el beso, y Hermione asintió sonriendo ampliamente.


¿ya vieron? No fue tan malo... bueno, si les pareció muy malo o creo que algo debe mejorar, por favor háganmelo saber!