Singapur; 1857.
Las calles de la ciudad rebullían de gente a esa hora del día.
Por doquier se veían vendedores ambulantes, carromatos tirados por campesinos, transeúntes a pie o a caballo, y se distinguían sobremanera los carruajes occidentales de los extranjeros que visitaban la isla.
Las mercancías expuestas para los compradores, eran la clara apreciación de la sociedad de aquel lugar y época: mariscos, pescados, hortalizas, frutas, especias, hierbas medicinales, telas, orfebrería.hasta esclavos.
El calor era sofocante, aún en la sombra de los edificios o en el interior de las carrozas. Toda clase de turistas visitaban las ciudades orientales por aquel tiempo; desde los aristócratas europeos, hasta la clase que buscaba alguna oportunidad de trabajo en las colonias. El aspecto de la ciudad, era entonces, el del ombligo del mundo.
Dentro de uno de los carruajes más elegantes que circulaban por el muelle; se encontraban dos jóvenes de aspecto ilustre, y una jovencita encantadora, que se comía al mundo exterior con la alegría de sus enormes ojos verdes.
-¡Esto es tan emocionante!- Exclamaba entusiasmada, con el acento educado de la sociedad inglesa.
Frente a ella, los dos caballeros sonrieron condescendientes, aunque visiblemente aburridos.
-Es increíble la energía que tienes, querida prima- Respondió tranquilamente uno de ellos. Vestía con sencillez, y excelente gusto, aunque la apariencia de seriedad en su persona la quitaba el cabello, de color muy oscuro, que llevaba ligeramente despeinado, y los anteojos, que protegían unos fascinantes ojos azules, y que llevaba casi a media nariz con total desenfado.
-Recuerda que Sakura tiene la misma energía desde que era una niña.¿O es qué aún lo eres, querida?- Expresó sonriendo un joven de hermosos ojos castaños, que hacían juego con su cabello.
-Si ustedes no le encuentran la alegría a la vida; yo no tengo la culpa de ser diferente- Contestó Sakura; levemente molestada.
El segundo joven, ensanchó la sonrisa y alcanzando la mano de ella, la besó con una naturalidad que sugería, para los severos formalismos sociales de la época, una estrecha relación que iba más allá de la amistad.
- Disculpa querida; en realidad eres encantadora; es solamente que Eriol y yo a veces pecamos de apáticos; ¿No es verdad Lord Hiiragizawa?-
-Cierto, querida prima. Lo que tu prometido y yo queremos decir, es que admiramos tu pasión por la vida-
Ante esto, la joven volvió a sonreír, demostrando un carácter noble, libre de resentimientos.
-Lo sé; querido Shaoran, Eriol; es sólo que a veces quisiera contagiarles esa "pasión por la vida"-
-Sigue tratando prima; aunque estoy seguro que a Shaoran Li, le has contagiado más que pasión por la "vida"- Comentó zumbón el muchacho; logrando con esto una sonrisa de complicidad de parte de su compañero y un encendido rubor para Sakura.
Así el carruaje siguió su marcha; paseando por la algarabía de la ciudad. A veces; la joven ordenaba parar para comprar unos pocos recuerdos.
Y esos "pocos" recuerdos; acabaron por desplazar a los ocupantes del coche.
-Oh!! Lo siento tanto, en verdad; no era..-
-Descuida querida- Interrumpió caballerosamente su prometido - A decir verdad, empezábamos a fastidiarnos de estar sentados. Nada nos hará mejor que caminar, ¿verdad Eriol?-
-Claro que si. Además, no caminaba por aquí desde que era un niño. Ordenaré a Rupert que lleve las cosas a casa y que regrese por nosotros más tarde-
Sakura sonrió, fascinada por la idea de un paseo a pie; y a continuación, emprendieron la marcha, seguidos de dos de los criados de Eriol.
Y en realidad, caminar por aquellos lugares, era fascinante. Claro, eso, a consideración de la joven, que ni siquiera se fijaba en lo que a veces pisaban sus lindos zapatitos; ni siquiera le molestaba el calor. Por otro lado, Shaoran encontraba el ambiente sofocante, a diferencia de Eriol, que no se encontraba tan incomodado, porque a momentos, recordaba las vacaciones de su niñez, en compañía de su madre.
Ya habían recorrido un buen trecho, cuando un chiquillo de unos diez años se tropezó con ellos, entregándoles unos volantes hechos a mano. Estaban escritos mayormente en malayo, pero también entre líneas, se apreciaban en inglés las palabras "esclavos" y "venta".
-¿Qué es esto?- Preguntó Sakura extrañada. A su lado, su primo que leía tranquilamente el papel, explicó, con actitud indiferente:
-Una venta de esclavos-
-¡¡¡¡¿¿¿¿Qué!!!!????- La joven se horrorizó - ¿¡Cómo lo puedes decir tan.tan.como si nada?!-
-Sakura, por favor; bien sabemos que no estás de acuerdo con eso; pero recuerda que no toda la gente piensa igual que tú; y que en estas colonias, aún se conservan esas costumbres- Intervino Shaoran, tratando de tranquilizarla, pero su prometida había perdido completamente la alegría.
-¿Dónde es eso?- Inquirió con el gesto enfadado.
-¿No estarás pensando en ir? - El joven se mostró renuente a permitírselo.
-¡Claro que si! Tengo un par de cosas que decirles a esos sujetos-
-Oh! NO, eso si que no, no pienso consentir tamaña...-
-Ni creas que pediré tu consentimiento- Respondió más enojada la joven -¿Dónde es, Eriol?-
-¡Ni se te ocurra decírselo Hiiragizawa!- Exclamó Shaoran.
-¡Si no me lo dice, lo buscaré por todo Singapur!-
Eriol , que en el transcurso de la discusión no había dicho siquiera, "esta boca es mía" e incluso no sonreía de la manera que acostumbraba hacerlo, miraba al frente con ceño dubitativo.
-No será necesario que lo busques- Pronunció al fin -Porque está justo frente a ti-
Los jóvenes prometidos siguieron la vista del lord para encontrar una tarima donde se exponían como mercancía varias personas. Ya una pequeña aglomeración humana se empezaba a formar delante de esta, constituida en su generalidad por colonos europeos.
Antes que Shaoran pudiera reclamar algo o Sakura iniciar una rebelión, subió al estrado una criatura de aspecto tan lastimoso que dejó a los tres ingleses sin palabras.
Era una mujer; casi una niña, que vestía harapos tan miserables que apenas si alcanzaba a guardar el pudor. Sus cabellos estaba tan llenos de lodo que era difícil apreciar el color; al igual que su piel, que además confundía con la sangre de heridas y raspones el polvo que la cubría. Era delgadita y no muy alta; de aspecto tan frágil que pareciera que una ráfaga de viento la quebraría sin esfuerzo.
Mantenía la vista baja, fija en los destrozados piecesitos , y tampoco la levantó cuando la empujaron cruelmente hacia delante.
El vendedor, un nativo delgado de aspecto siniestro y burlón, empezó a vociferar en una mezcla burda de francés e inglés:
-¡¡¡¡Miren, observen!!!! ¡¡¡Distinguidos caballeros!!! ¡¡¡Una doncellita recién sacada de la casa paterna; trabajadora y fuerte a pesar de su aspecto!!! ¡¡¡¡Y que además, puede tener otros usos!!!!- Ofreció con ademán lascivo; tocando los senos de la muchacha. -¡¡Toda una joyita para sus necesidades!!- Prosiguió -¿Les parece bien empezar con 50 baths?- El bath; la moneda de Malasia era entonces una suma poco considerable y que aumentaba la repugnancia de la venta.
Dos manos se alzaron, aceptando, y el hombre sonrió.
-¿50 baths? ¿Sólo cincuenta? ¡¡Vamos señores!! Esta niña tiene mucho que ofrecer, ya saben a lo que me refiero. ¿Quién dice 100 baths?-
-100 baths- Rumió un gordo de semblante repulsivo que miraba con lujuria a la joven.
-110 baths- Gruñó un holandés viejo, siendo aplaudido por sus amigos-
-Muy bien, muy bien; ¿quién da más?-
-130 baths- El gordo volvió al combate, para deleite de la muchedumbre que ahí se reunía.
- 150 baths!!- Exclamó un hombre nativo.
-170!!!- Gritó el holandés, animado por los demás.
-200 baths!!!- De nuevo el gordo, que no deseaba perder. Por algunos minutos más, siguieron ofreciendo por la muchacha, mientras que Sakura empezaba a sentir ganas de llorar, Shaoran la miraba preocupado y Eriol observaba el espectáculo.
-350!!!- Rugió por último el repulsivo gordo, y ya no fue contestado por alguien más.
No es que 350 baths fuera una gran cantidad, pero al parecer sobrepasaba las posibilidades de la mayoría de los posibles compradores.
- ¡Qué bien! - Pensó el vendedor, imaginándose que había hecho una buena venta.
-¡¡350 a la una!!- Y ya el triunfador se relamía los labios expectante.
-¡¡350 a las dos!!- Entonces, por primera vez la niña levantó la vista para mirar a su futuro "amo" y un estremecimiento ligero recorrió su cuerpo. Estremecimiento que no fue notado por alguien más.
Excepto..
-¡¡350 a las...-
-1500 baths- La voz sonó clara entre el gentío que esperaba consumado el trato.
-¿1500.baths?- Repitió el hombrecillo casi serio.
-Y estoy dispuesto a duplicar la cifra; así que no creo que puedan ganarme- Sakura y su novio, observaban estupefactos a un desconocido Eriol, quien a su vez veía fijamente y de manera casi intimidante al esclavista.
El otro hombre, sintiéndose humillado, gritó.
-¡¡¡Era mía!!! ¡¡¡Yo la había ganado!!!-
Por supuesto que el joven inglés ni siquiera se dignó a mirarlo.
-1500 baths, tómelo o déjelo- Respondió sin titubear.
-Por favor, señor..por supuesto que lo tomo ¡A ver, tú!- Se volvió hacia la joven y sin miramientos la aventó de la tarima -Vete con tu amo-
Hiiragizawa mandó a uno de sus criados por ella, y al otro lo envió con el dinero para pagar. No miró a la muchacha cuando esta llegó hasta ellos, pero Sakura trataba por todos los medios de sonreírle. Después sin decir algo más, se dio la vuelta y encabezó el recorrido hasta la carroza que había llegado por ellos.
Notas.
Bueno, antes que nada, si llegaron hasta aquí, muchas gracias por leer. Esta es una historia alterna, que no tiene relación con el manga o el anime. Por eso, muchas de las actitudes de los personajes no son las mismas. Espero sinceramente que les guste. Ejem.algo más; realmente no tengo idea de cuanto valdría el bath en aquella época, así que hago sólo una apreciación imaginativa. Gracias de nuevo.
Las calles de la ciudad rebullían de gente a esa hora del día.
Por doquier se veían vendedores ambulantes, carromatos tirados por campesinos, transeúntes a pie o a caballo, y se distinguían sobremanera los carruajes occidentales de los extranjeros que visitaban la isla.
Las mercancías expuestas para los compradores, eran la clara apreciación de la sociedad de aquel lugar y época: mariscos, pescados, hortalizas, frutas, especias, hierbas medicinales, telas, orfebrería.hasta esclavos.
El calor era sofocante, aún en la sombra de los edificios o en el interior de las carrozas. Toda clase de turistas visitaban las ciudades orientales por aquel tiempo; desde los aristócratas europeos, hasta la clase que buscaba alguna oportunidad de trabajo en las colonias. El aspecto de la ciudad, era entonces, el del ombligo del mundo.
Dentro de uno de los carruajes más elegantes que circulaban por el muelle; se encontraban dos jóvenes de aspecto ilustre, y una jovencita encantadora, que se comía al mundo exterior con la alegría de sus enormes ojos verdes.
-¡Esto es tan emocionante!- Exclamaba entusiasmada, con el acento educado de la sociedad inglesa.
Frente a ella, los dos caballeros sonrieron condescendientes, aunque visiblemente aburridos.
-Es increíble la energía que tienes, querida prima- Respondió tranquilamente uno de ellos. Vestía con sencillez, y excelente gusto, aunque la apariencia de seriedad en su persona la quitaba el cabello, de color muy oscuro, que llevaba ligeramente despeinado, y los anteojos, que protegían unos fascinantes ojos azules, y que llevaba casi a media nariz con total desenfado.
-Recuerda que Sakura tiene la misma energía desde que era una niña.¿O es qué aún lo eres, querida?- Expresó sonriendo un joven de hermosos ojos castaños, que hacían juego con su cabello.
-Si ustedes no le encuentran la alegría a la vida; yo no tengo la culpa de ser diferente- Contestó Sakura; levemente molestada.
El segundo joven, ensanchó la sonrisa y alcanzando la mano de ella, la besó con una naturalidad que sugería, para los severos formalismos sociales de la época, una estrecha relación que iba más allá de la amistad.
- Disculpa querida; en realidad eres encantadora; es solamente que Eriol y yo a veces pecamos de apáticos; ¿No es verdad Lord Hiiragizawa?-
-Cierto, querida prima. Lo que tu prometido y yo queremos decir, es que admiramos tu pasión por la vida-
Ante esto, la joven volvió a sonreír, demostrando un carácter noble, libre de resentimientos.
-Lo sé; querido Shaoran, Eriol; es sólo que a veces quisiera contagiarles esa "pasión por la vida"-
-Sigue tratando prima; aunque estoy seguro que a Shaoran Li, le has contagiado más que pasión por la "vida"- Comentó zumbón el muchacho; logrando con esto una sonrisa de complicidad de parte de su compañero y un encendido rubor para Sakura.
Así el carruaje siguió su marcha; paseando por la algarabía de la ciudad. A veces; la joven ordenaba parar para comprar unos pocos recuerdos.
Y esos "pocos" recuerdos; acabaron por desplazar a los ocupantes del coche.
-Oh!! Lo siento tanto, en verdad; no era..-
-Descuida querida- Interrumpió caballerosamente su prometido - A decir verdad, empezábamos a fastidiarnos de estar sentados. Nada nos hará mejor que caminar, ¿verdad Eriol?-
-Claro que si. Además, no caminaba por aquí desde que era un niño. Ordenaré a Rupert que lleve las cosas a casa y que regrese por nosotros más tarde-
Sakura sonrió, fascinada por la idea de un paseo a pie; y a continuación, emprendieron la marcha, seguidos de dos de los criados de Eriol.
Y en realidad, caminar por aquellos lugares, era fascinante. Claro, eso, a consideración de la joven, que ni siquiera se fijaba en lo que a veces pisaban sus lindos zapatitos; ni siquiera le molestaba el calor. Por otro lado, Shaoran encontraba el ambiente sofocante, a diferencia de Eriol, que no se encontraba tan incomodado, porque a momentos, recordaba las vacaciones de su niñez, en compañía de su madre.
Ya habían recorrido un buen trecho, cuando un chiquillo de unos diez años se tropezó con ellos, entregándoles unos volantes hechos a mano. Estaban escritos mayormente en malayo, pero también entre líneas, se apreciaban en inglés las palabras "esclavos" y "venta".
-¿Qué es esto?- Preguntó Sakura extrañada. A su lado, su primo que leía tranquilamente el papel, explicó, con actitud indiferente:
-Una venta de esclavos-
-¡¡¡¡¿¿¿¿Qué!!!!????- La joven se horrorizó - ¿¡Cómo lo puedes decir tan.tan.como si nada?!-
-Sakura, por favor; bien sabemos que no estás de acuerdo con eso; pero recuerda que no toda la gente piensa igual que tú; y que en estas colonias, aún se conservan esas costumbres- Intervino Shaoran, tratando de tranquilizarla, pero su prometida había perdido completamente la alegría.
-¿Dónde es eso?- Inquirió con el gesto enfadado.
-¿No estarás pensando en ir? - El joven se mostró renuente a permitírselo.
-¡Claro que si! Tengo un par de cosas que decirles a esos sujetos-
-Oh! NO, eso si que no, no pienso consentir tamaña...-
-Ni creas que pediré tu consentimiento- Respondió más enojada la joven -¿Dónde es, Eriol?-
-¡Ni se te ocurra decírselo Hiiragizawa!- Exclamó Shaoran.
-¡Si no me lo dice, lo buscaré por todo Singapur!-
Eriol , que en el transcurso de la discusión no había dicho siquiera, "esta boca es mía" e incluso no sonreía de la manera que acostumbraba hacerlo, miraba al frente con ceño dubitativo.
-No será necesario que lo busques- Pronunció al fin -Porque está justo frente a ti-
Los jóvenes prometidos siguieron la vista del lord para encontrar una tarima donde se exponían como mercancía varias personas. Ya una pequeña aglomeración humana se empezaba a formar delante de esta, constituida en su generalidad por colonos europeos.
Antes que Shaoran pudiera reclamar algo o Sakura iniciar una rebelión, subió al estrado una criatura de aspecto tan lastimoso que dejó a los tres ingleses sin palabras.
Era una mujer; casi una niña, que vestía harapos tan miserables que apenas si alcanzaba a guardar el pudor. Sus cabellos estaba tan llenos de lodo que era difícil apreciar el color; al igual que su piel, que además confundía con la sangre de heridas y raspones el polvo que la cubría. Era delgadita y no muy alta; de aspecto tan frágil que pareciera que una ráfaga de viento la quebraría sin esfuerzo.
Mantenía la vista baja, fija en los destrozados piecesitos , y tampoco la levantó cuando la empujaron cruelmente hacia delante.
El vendedor, un nativo delgado de aspecto siniestro y burlón, empezó a vociferar en una mezcla burda de francés e inglés:
-¡¡¡¡Miren, observen!!!! ¡¡¡Distinguidos caballeros!!! ¡¡¡Una doncellita recién sacada de la casa paterna; trabajadora y fuerte a pesar de su aspecto!!! ¡¡¡¡Y que además, puede tener otros usos!!!!- Ofreció con ademán lascivo; tocando los senos de la muchacha. -¡¡Toda una joyita para sus necesidades!!- Prosiguió -¿Les parece bien empezar con 50 baths?- El bath; la moneda de Malasia era entonces una suma poco considerable y que aumentaba la repugnancia de la venta.
Dos manos se alzaron, aceptando, y el hombre sonrió.
-¿50 baths? ¿Sólo cincuenta? ¡¡Vamos señores!! Esta niña tiene mucho que ofrecer, ya saben a lo que me refiero. ¿Quién dice 100 baths?-
-100 baths- Rumió un gordo de semblante repulsivo que miraba con lujuria a la joven.
-110 baths- Gruñó un holandés viejo, siendo aplaudido por sus amigos-
-Muy bien, muy bien; ¿quién da más?-
-130 baths- El gordo volvió al combate, para deleite de la muchedumbre que ahí se reunía.
- 150 baths!!- Exclamó un hombre nativo.
-170!!!- Gritó el holandés, animado por los demás.
-200 baths!!!- De nuevo el gordo, que no deseaba perder. Por algunos minutos más, siguieron ofreciendo por la muchacha, mientras que Sakura empezaba a sentir ganas de llorar, Shaoran la miraba preocupado y Eriol observaba el espectáculo.
-350!!!- Rugió por último el repulsivo gordo, y ya no fue contestado por alguien más.
No es que 350 baths fuera una gran cantidad, pero al parecer sobrepasaba las posibilidades de la mayoría de los posibles compradores.
- ¡Qué bien! - Pensó el vendedor, imaginándose que había hecho una buena venta.
-¡¡350 a la una!!- Y ya el triunfador se relamía los labios expectante.
-¡¡350 a las dos!!- Entonces, por primera vez la niña levantó la vista para mirar a su futuro "amo" y un estremecimiento ligero recorrió su cuerpo. Estremecimiento que no fue notado por alguien más.
Excepto..
-¡¡350 a las...-
-1500 baths- La voz sonó clara entre el gentío que esperaba consumado el trato.
-¿1500.baths?- Repitió el hombrecillo casi serio.
-Y estoy dispuesto a duplicar la cifra; así que no creo que puedan ganarme- Sakura y su novio, observaban estupefactos a un desconocido Eriol, quien a su vez veía fijamente y de manera casi intimidante al esclavista.
El otro hombre, sintiéndose humillado, gritó.
-¡¡¡Era mía!!! ¡¡¡Yo la había ganado!!!-
Por supuesto que el joven inglés ni siquiera se dignó a mirarlo.
-1500 baths, tómelo o déjelo- Respondió sin titubear.
-Por favor, señor..por supuesto que lo tomo ¡A ver, tú!- Se volvió hacia la joven y sin miramientos la aventó de la tarima -Vete con tu amo-
Hiiragizawa mandó a uno de sus criados por ella, y al otro lo envió con el dinero para pagar. No miró a la muchacha cuando esta llegó hasta ellos, pero Sakura trataba por todos los medios de sonreírle. Después sin decir algo más, se dio la vuelta y encabezó el recorrido hasta la carroza que había llegado por ellos.
Notas.
Bueno, antes que nada, si llegaron hasta aquí, muchas gracias por leer. Esta es una historia alterna, que no tiene relación con el manga o el anime. Por eso, muchas de las actitudes de los personajes no son las mismas. Espero sinceramente que les guste. Ejem.algo más; realmente no tengo idea de cuanto valdría el bath en aquella época, así que hago sólo una apreciación imaginativa. Gracias de nuevo.
