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Biografía de un Recuerdo
Capítulo 5: "Solo Un Recuerdo"
"Y tus brazos me arrastran,
evitando que me pierda.
Y capturé tus labios,
Los que eran cálidos,
ahora son fríos.
Y me aferro a tu cuello,
me aferro a la ilusión del por siempre"
- Taichi... Taichi... - allí me encontraba, allí me encontraba nuevamente, añorando tu pronta llegada.
Ya me había recuperado, dos largas semanas sin tu preciada compañía, sin mis violetas, aunque eso no era del todo cierto...
Flash Back...
Un leve escalofrío me trajo a la realidad, estaba en mi habitación, estaba amaneciendo, me sentía débil, Takeru se encontraba durmiendo a mi lado, Takeru, mi fiel hermano, debo haberlo preocupado mucho, me encontraba totalmente sudado...
- Taichi... ¿Dónde estás? – no pude evitarlo, como no me di cuenta antes, te habías vuelto una necesidad para mi.
- ¿No crees que se merece un descanso? – la voz de mi hermano me sacó de mis cavilaciones.
- Takeru... hola... - le dije débilmente, aunque no tenía la menor idea de lo que quería insinuar diciendo eso -¿Porqué dijiste eso? – al parecer mi pregunta le causó gracia, ya que no paraba de carcajearce.
- ¡Oh¡Vamos¿Acaso no lo recuerdas?- dijo entre risas- el pobre Taichi estuvo a tu lado sin dormir y casi sin comer toda esta semana- Tk no paraba de reírse, yo me encontraba pasmado, Taichi había estado conmigo todo el tiempo, Taichi, cómo puedes hacerme tan feliz – ¡No parabas de gritar su nombre y apretabas fuertemente su mano! ... si no los conociera, pensaría que son novios...- terminó diciendo Takeru, provocando un notorio sonrojo de mi parte.
La cabeza me dolía un poco, desvié la mirada hacia el costado que daba hacia mi ventana, y allá estaban, mis violetas, su dulce aroma me reconfortaba, el las había traído para mi, Taichi...
Fin del Flash Back...
Al fin te veo venir, puedo sentir mis latidos golpeando fuertemente contra mi pecho, que sensación tan grata.
Te paras frente a mi y me miras fijamente, que penetrante es tu mirada, profunda, que bella es. Después de unos minutos te recuestas a mi lado como sueles hacerlo siempre.
-...Dime... ¿Estás bien?- qué estaba sucediendo, el me estaba hablando, no lo hacía desde que éramos niños -¿Estás seguro de que puedes levantarte?- ya no era mi imaginación, el me hablaba...
- Sí, el doctor me dio de alta hoy- dije torpemente, la voz me temblaba, después de tanto tiempo, estaba hablando con Él... - Kouichi me dijo que tenía que andar abrigado, ya que es temporada de frío.
- Ya veo, así que eso dijo... – su tono de voz se volvió repentinamente frío, no entendía la razón de aquel cambio en su actitud.
- Sí, el es muy amable y siempre sonríe, me agrada mucho –le dije suavemente, mientras sonreía al recordarlo.
- ...sus ojos... son iguales a los tuyos, son diferentes- sus palabras me sorprendieron un poco, sonaban extrañamente.
- Kouichi me dijo que son especiales... que mis ojos son como el cielo... - me sentía perdido entre las nubes, ante esa plácida sensación, pero un silencio sepulcral inundó todo el ambiente...
- ... ¡El cielo es horrible!- exclamó finalmente, lo miré sorprendido, dolido, como describirlo- ¡No me gustan tus ojos¡Son extraños¡Los odio!
- Perdona... - ¿Porqué me disculpaba? Desearía que el amara mis ojos, tanto como yo amo los suyos, que a veces son indiferentes y otras veces profundos... pero el odia mis ojos.
Permanecí inmóvil, prolongando aquel desgarrador momento, en mis oídos retumbaban constantemente las palabras que hirieron hasta el fondo mi alma.
Te marchaste como siempre, en silencio, sin dirigirme ninguna mirada, ninguna, sentía el dolor retorcerse en mi pecho, luchando contra mi voluntad, burlándola, haciéndome ver vulnerable... Y el llanto se apresuró, provocando un inesperado bienestar, y permití a las lágrimas fluir lentamente por mis ojos, los que el repudiaba, pero solo eran mis ojos, nunca más permitiría que los vieras, así no me odiarías... es cierto, me privaría de observar esa hermosa expresión en tu mirada, pero si eso bastaba para evitar tu rencor, haría lo que fuera, te miraría secretamente, te amaría secretamente...
Al día siguiente corrí, corrí sin rumbo, ahogándome en el dolor que me provocaron tus palabras. No sé porque razón, pero corrí a donde ti Kouichi, allí estabas tú, con tu sonrisa inmutable, consolándome, nunca preguntaste nada, el motivo de mis lágrimas, nada, solo te quedaste junto a mi, siempre fue así, no importaba cuanto tiempo, te quedabas junto a mi.
La noche se aproximaba, al igual que nuestro encuentro, como actuar ante lo inevitable¿Cómo no mirarte Taichi?
Crucé la cerca y el río lentamente, sabía que por la tarde había ido a mi casa y que no me habías encontrado, lo sabía...
Ya te encontrabas allí, tus ojos mirando el cielo, ignoraste por completo mi llegada, que ganas de llorar ante ese gesto tan cruel.
- Fui a verte y no estabas... - tu voz estaba llena de indiferencia, me mirabas, sentía tu mirada sobre mí.
- Fui a visitar a Kouichi- dije quedamente, mis ojos contemplaban el río, evitando así encontrarse con los suyos, evitando así tu odio hacia ellos.
- ¡Deberías traerlo también! – su tono era de reproche, de enojo- ¡No te agrada tanto estar con él¡- ¿Porqué decía esas cosas¿Porqué?
- Estás... – intenté defenderme, pero el me interrumpió.
- ... equivocado¿Equivocado acaso? – se puso de pie- entones ¿Porqué no me miras¿Porqué evitas mirarme? No soy un tonto ¿Tanto me odias¿Tanto lo quieres¿Porqué te vas con el?
-... ... ... – habían tantas cosas que deseaba decir, pero no lograba hablar, solo miraba el suelo, luchando contra las lágrimas que se aproximaban.
- ¡Mírame! – Insistió tomándome bruscamente por los hombros - ¡Mírame!
- ¡No quiero!- sollozos ahogados escapaban lentamente- ¡Tu odias mis ojos!- las lágrimas se escaparon sin que pudiera hacer nada, resbalándoce en la tristeza.
Para mi sorpresa tomó mi rostro entre sus manos, obligándome a mirarlo -... Era mentira...era mentira... – repetía mientras secaba lentamente mis lágrimas.
- Pero tú... - no logré continuar ya que sus fuertes brazos se adueñaron de mi cuerpo, abrazándome, volviendo a sentir esa sensación conocida hace años, olvidada hace años.
- Yamato... aún eres un niño... – su voz sonaba tierna, sentí como profundizaba más el abrazo, como buscando algo, es cierto, aún era un niño, no importa cuando sea, siempre que estoy en sus brazos soy un niño.
Que bien se sentían sus brazos, tan reconfortantes, tan... te amo Taichi, desearía decírtelo, pero tu... no sientes lo mismo...
No recuerdo cuanto tiempo pasó, pero el estar así con él me provocaba tranquilidad, no quería que me soltaras nunca, nunca.
- Yamato... ¿Estás dormido? – Preguntó algo inseguro, mientras se separaba un poco de mí para verme a la cara- ¿Yamato? – Abrí mis ojos perezosamente, solo para encontrarme con los de el, los cuales me miraban con preocupación- ¿Estás bien¿Estás seguro de que puedes levantarte? – Taichi, claro que estoy bien, como no estarlo, si estoy junto a la persona que amo, si estoy junto a ti.
- Estoy bien... - sus ojos cambiaron nuevamente, esa mirada tan conocida se apoderó de ellos, desearía comprenderla, saber su significado – Tai... yo... – cuantas veces lo he intentado, juntar valor y decirte lo que siento, pero no puedo...
- ¿Qué sucede Yamato? – se separó de mi y perdí su calidez, me sentí tan desvalido, así que inconscientemente me aferré con fuerza a su cuerpo, suplicando que no me dejara.
- No... no me sueltes Tai... por favor... - el orgullo no cavía en mi cabeza, tampoco la vergüenza ni la humillación, solo deseaba estar con él.
- Yo nunca... lo haré... no quiero hacerlo-
- ... ... ... – me resultaba imposible detenerlas, el llanto, las lágrimas se dejaron ver en mi rostro.
- ¿Porqué lloras?- decía mientras me miraba y me mecía suavemente en su abrazo.
- yo... –acaso era malo llorar de felicidad, que más podía pedir-... estoy contigo... - te quiero tanto Tai-... tu no me odias... – como describir este sentimiento-... soy muy feliz...-
- Matt... – mi mirada se levantó sorprendida, solo para encontrarse con la de él... me llamó como la primera vez-... eres hermoso... - dijo casi en un suspiro, como actuar en esa situación¿Qué decir?
Tomó delicadamente mi rostro, y lo acercó lento hacia el suyo, podía sentir su aliento sobre mis labios, me encontraba indefenso ante él, siempre lo he estado, cerré mis ojos ante el inocente placer que me provocaba su cercanía, y entonces lo sentí... sus labios sobre los míos, rosándose sutilmente, sentí como apretó aún más su abrazo, acercándome aún más a él. Sus labios se apoderaron completamente de mi boca, inundándola de ese placer que conocemos todos los que hemos sido besados, ese placer que no tiene descripción, ese placer que esta lleno de ansiedad, de deseos, de necesidad... porque así me sentía, ansiaba aquello, ser tocado por él, deseaba tenerlo, aunque fuera una vez, lo necesitaba, todavía lo hago, te necesito Taichi...
Nuestros labios se separaron con lentitud, no quería detenerme ante esa nueva sensación -... más! ... – no sé qué cosa pasó por mi cabeza, pero me dejé llevar por mis instintos, solo tomé sus labios una vez más, Tai, quería tus besos, tu aliento, tus suspiros, tu aire, lo quería todo, lo necesitaba todo, todo.
Nos besamos durante horas, sin decir ninguna palabra, sintiéndonos mutuamente. Todo era tan extraño... parecías triste, no... como describirlo, desearía leer tus pensamientos, escuchar lo que dice tu silencio...desearía comprender...
Estaba amaneciendo, debíamos volver, me abracé fuertemente a él, podía escuchar sus latidos descompasados.
- Matt, debemos volver... – susurró en mi oído.
- Lo sé... – me ayudó a ponerme de pié.
Me incorporé algo mareado, al parecer la neumonía no había cesado por completo.
- ¿Estás bien? – me sostuvo de los costados mirándome con preocupación.
- ... Si... solo fue un pequeño mareo- traté de sonreír, pero las piernas me traicionaron y perdí el equilibrio - ¡Ups! – fue lo único que atiné a decir, Tai me miraba increíblemente preocupado, si no fuera por él me hubiese ido directo al suelo-... lo siento... – intenté parecer lo más sano posible, pero al parecer no lo convencí.
- Luego de examinarme unos momentos habló – Debemos apresurarnos... – abrí los ojos de la impresión, Tai me subió a su regazo con agilidad y comenzó a cruzar el río... él, estaba... preocupado por mí... – ¿te sientes bien?
- Si... estoy bien Tai – lo sentí temblar al momento en que le hablaba al oído-... porque estoy contigo- podía percibir el olor de sus cabellos, el aroma de su piel, era perfecto...
El ambiente que había entre los dos era extraño, estaba lleno de nostalgia, no entendía la razón, pero al llegar a mi casa, sentí miedo, un extraño sentimiento revoloteaba en mi pecho...
- Adiós Matt... – decía mientras se alejaba lentamente.
Sin siquiera darme cuenta, ya me encontraba corriendo tras de él- Tai... espera... – me aferré fuertemente a su espalda, sintiendo un inmenso temor a lo desconocido-... espérame... – unas increíbles ganas de llorar se apoderaron de mi, sin poder contenerlas, las lágrimas caían desesperadas- espérame... – me abracé imposiblemente a él, a su espalda.
- No llores Matt... no llores... – se volteó y me tomó en sus brazos, luego nos sentamos junto a una gran araucaria, me arrulló en sus brazos meciéndome plácidamente – que niño eres... - volvía a decirlo... Tai.
- Solo cuando estás conmigo... – era cierto, a su lado me sentía pequeño, insignificante. ... solo para ti... – una sonrisa¿acaso mis ojos me traicionaban¿Cuántas veces soñé con ella adornando su rostro?... Tal como la imaginé, era perfecta.
- Es hermosa... – aquella sonrisa no tenía descripción... era un hermoso regalo.
El sol ya comenzaba a verse, no podíamos esperar más, él debía volver... irse...
- Me voy Matt - dijo quedamente.
- Lo sé... – lo sabía, pero esas palabras parecían tener otro significado, lejano a mí, incomprensible para mí – Lo sé... – pero deseaba un poco más de tiempo -... no quiero... – me acurruqué junto a él... otra sonrisa... igual de perfecta... igual de hermosa -... Quédate... – dirigí mis ojos a los suyos... esa mirada de nuevo, con la que me observaba profundamente -... un poco más... – me besó... me besó dulcemente, era tan suave, tan tierno, desearía que fuera para siempre, pero esa palabra no existe...
- Matt... es hora, debo volver- me soltó de su abrazo y comenzó a ponerse de pie.
- Está bien... – me paré junto a él¿Porqué sentía tanto temor -... tú... ¿podrías abrazarme? – fue un impulso, no lo sé, solo deseaba tenerlo cerca. Bajé la cabeza avergonzado, de seguro debía haberse enfadado, ya que guardo completo silencio ante mi estúpida petición.
- Ven acá... – me atrajo fuertemente hacia el... sus brazos acariciaban mis costados.
- Tai... yo te a... – aquellas palabras estaban trabadas en mi garganta, cuantos deseos de decirlas, pero el miedo era más fuerte, no podía-... nos vemos pronto... Tai- me separé de el con lentitud, acarició mis mejillas y me observó, me miró profundamente a los ojos... había algo en ellos... lo impronunciable... un leve dejo de tristeza en esos ojos de sueño...
- Si... nos vemos pronto... ¡Matt! – Aquella voz, la que persiste en mis oídos - ¡Matt! – su voz sonó algo insegura, era un llamado, una pregunta...
- ¿Qué sucede?- pregunte sorprendido.
- No... no es nada... – me azotó el valor oculto de aquellas palabras...
- Tai... – simplemente un susurro... logré robar un pequeño beso de sus labios, un pequeño roce.
- Nos vemos... - lo observé marchar impávido ante su figura-... pronto... -
"Si... nos vemos..."- es cierto, nos veríamos pronto... solo debía esperar un poco más.
Me recosté algo fatigado, pero albergando aquel bello sentimiento en mi interior- Tai... nos vemos pronto... – me abandoné ante aquella emoción, ante el cansancio, ante el sueño... me dormí...
Continuará...
Al fin!
Wenu aKi les dejo este nuevo capitulo, espero que alla sido de su agrado, reitero, de nuevo mil gracias a todas las personas que lo han leído, y a las que me han dejado esos reviews, de verdad eso me llena de ganas, y me motiva a seguir escribiendo ( >- U ke cursi sonó eso)
El punto es que espro sus reviews... criticas, sugerencias, bla blablablabla...
Adiosss!
