Ron sintió como si todo el edificio del Ministerio de Magia se le estuviese cayendo encima. Ella... ¿estaba besando a Krum?... Y pensar que hacia a penas unos minutos él casi... Sin soportar un momento más en esa oficina, Ron salió apresuradamente de ahí.

Caminó hasta salir del Ministerio y se encontró con las transitadas calles de Londres. ¡Qué estúpido había sido!

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Hermione se separó de Krum y se percató que Ron había salido de la oficina.

- ¿Qué...?

- Viktor yo... no sabía lo que hacía... – repuso Hermione con la respiración agitada y con la mirada perdida hacia la puerta por donde había salido Ron.

- ¿Pasa algo Herrmione? – preguntó el búlgaro colocando una mano sobre el hombro de la chica.

- No... Yo...

- Veo que Weasley regresó.

- Si, regresó... pero es un idiota... un maldito idiota...

- ¿Aún no le dices que...

- No Viktor, no vale la pena – agregó Hermione con los ojos llenos de lágrimas.

- Herrmione, me siento culpable – dijo Krum sentándose en la silla de Ron – todo esto no hubierra pasado si yo no te hubierra pedido...

- No Viktor. De igual manera todo habría acabado. Ron... tiene una hija.

- ¡¿Una hija?! ¡¿RRonald?!

- Si – contestó Hermione ahora con las lágrimas rodando por sus mejillas y sentándose en su silla – con Luna Lovegood. Me engañó en un viaje que hizo a Rumania para ver a uno de sus hermanos.

- Lo siento – añadió Krum sacando de uno de los bolsillos de su pantalón un pañuelo y ofreciéndoselo a Hermione.

- No tiene importancia – repuso la chica limpiándose las lágrimas con el pañuelo – es solo que... algún día tendré que olvidarlo ¿no?... Mira que mal educada soy, no te he saludado como debería ¿Cómo estás Viktor? ¿Qué tal todo con Arianna?

- ¡Muy bien! – exclamó el búlgaro con una sonrisa pronunciada – el viaje de luna de miel a Grrecia fue una estupenda idea Herrmione.

- Me alegra mucho que les haya gustado.

- Trraigo fotos – respondió Krum sacando un sobre de uno de los bolsillos de la chaqueta marrón que llevaba puesta.

Hermione las vio una por una. En todas Viktor Krum y su ahora esposa Arianna, se veían muy felices posando en una de las tantas ruinas de la preciosa Atenas.

- Están muy lindas – dijo Hermione aún observando las fotos.

- Herrmione... ¿Puedo prreguntarrte porr que me besaste de esa manerra al entrrar?

La chica se sonrojó levemente.

- Lo siento Viktor... yo... eh...

- ¿Lo hiciste parra darrle celos a Weasley?

- Si... – respondió Hermione cabizbaja - perdóname por haber actuado así.

- No te prreocupes Herrmione, yo entiendo. Perro de igual manera deberrías de explicarrle lo que paso antes de que él se fuerra. Me hubierra gustado que ambos hubiesen ido a la boda.

- Tú no entiendes Viktor. Ron es muy terco, no me iba a perdonar de la noche a la mañana que le ocultara que te ayudaba.

- Perro si tú no me ayudabas, ¿quién iba a hacerrlo? Sabes que mi entrrenadorr es de esas perrsonas que piensan que los sangrre purra no deben mezclarrse con los muggles. ¡Me amenazó con que si yo me casaba con Arrianna, él me iba a correrr del equipo! Y tú fuiste de los pocos amigos que me ayudo a poderrme casarr con ella a escondidas.

- ¡Es que no puedo creer que aún existan personas con esa clase de mentalidad!

- Si, y te agrradezco que me hayas ayudado Herrmione – repuso Krum sonriendo – perro aun no entiendo porr que no quisiste decirrle nada a Weasley.

- Ron no me hubiera permitido ayudarte Viktor. Es... era muy celoso.

- Perro el hubierra entendido...

- Quizás... quizás si debí decírselo pero... no, no... Yo se que no me hubiera permitido ayudarte.

- No le caigo bien ¿verrdad?

- Pues... – Hermione pensó un poco la respuesta. Ron detestaba a Viktor Krum – si le caes bien pero...

- Entiendo... – añadió Krum guardando las fotos de nuevo en su chaqueta – perro insisto en que deberrías de hablarr con él Herrmione, independientemente que él tenga una hija... con otrra mujer – el búlgaro se puso de pie –. Me voy, Arrianna debe de estarr aburriéndose mucho en el Hotel.

- ¿Ella vino también? – preguntó Hermione emocionada.

- Si, yo no podrria dejarrla sola ni un momento – añadió Krum sonrojándose levemente – luego del parrtido porr el que he venido prrometo trraerrla parra que la conozcas perrsonalmente. Ella te tiene mucho carriño.

- Podríamos ir a cenar – continuó Hermione encaminando a Krum hacia la puerta de la oficina.

- Clarro - repuso Krum sonriendo – me gustarría mucho, y a Arrianna también. Nos vemos Herrmione – se despidió el búlgaro dándole un beso en la mejilla a la chica.

- Cuídate mucho Viktor y saludos a Arianna.

- Grracias – exclamó Krum ya caminando por los pasillos.

Hermione dio un hondo suspiro y regresó a su silla. Recostó su cabeza hacia atrás y cerró los ojos. Aún tenía esa imagen rondándole el cerebro. Ron acercando lentamente sus labios a los de ella. Había sido una sensación tan cálida. Una descarga eléctrica sobre su cuerpo. Ese tierno roce de micras de segundos hizo que se estremeciera. La había hecho recordar muchas cosas. Sobre todo un pasado que hacia nueve meses se había destruido.

FLASH BACK

"No debería de estar aquí... no debería de estar aquí... ¡Por Merlín no debería de estar aquí!...

Hermione Granger se encontraba en el Hospital San Mungo.

"Hermione... cálmate... estás aquí por que... quizás... alguien de la familia Weasley este enfermo y por eso... Ron tuvo que venir de urgencia para acá...".

Luego de que Ron saliera precipitadamente de la oficina, se quedo un poco... ¿preocupada? La curiosidad le había ganado, y luego de enterarse por boca del asistente del Ministro de Magia que Ronald Weasley había salido de emergencia hacia San Mungo, decidió darse una vuelta por el Hospital. ¿Por qué demonios le importaba tanto que Ron estuviera bien?... ¿Por qué se preocupaba por él?...

"Estás aquí para saber si alguien de la familia Weasley, está enfermo... y entiéndelo maldito cerebro... ellos no tienen la culpa de nada de lo que pase entre él... y yo".

Llegó hasta el mostrador de información y se encontró con un grupo de enfermeras muy animadas charlando.

- ¡No te lo creo Grace!

- Pues créelo... tuvo la paciencia de ponerle a su pequeña hija todo el ungüento... se miraba tan tierno...

- Ya deja de soñar Carrie, si tiene una hija es por que está casado.

- Disculpen – susurró Hermione en medio de la charla, pero fue ignorada totalmente.

- Pues te equivocas Dagna, es padre soltero.

- ¿Tan guapo y soltero?

- Disculpen – trató de interrumpir de nuevo Hermione.

- ¡Si!... ¿Creen que acepte tomar un café conmigo?

- ¡Carrie no conoces ni su nombre!

- Disculpen – preguntó Hermione ahora exasperada.

- Claro que lo se, su nombre es Ronald Weasley.

Hermione sintió un agujero en el estómago por el que estaban cayendo todas sus vísceras. ¿Estaban... hablando de... Ron?

- ¿Se le ofrece algo señorita? – preguntó una de las enfermeras, interrumpiendo la platica y obligando a callar a las demás al percatarse de la presencia de la chica.

- Eh... nada – agregó Hermione no ocurriéndosele otra cosa. Estaba bastante... conmocionada por lo que había escuchado hablar a las enfermeras. ¿La enferma... era su hija? ¿Él... tierno? ¿Un buen padre? Se retiró y se sentó por unos momentos en una de las sillas de espera.

- ¿Hermione?

- Señora... Weasley... – agregó Hermione palideciendo de la impresión y tratando de ocultar su nerviosismo.

- ¿Cómo estás cariño? – preguntó amablemente la señora Weasley que cargaba una pequeña maleta.

- Bien... muy bien... – tratando de sonar casual y sintiendo como ahora sus mejillas se sonrojaban.

- ¿Qué haces en San Mungo tan temprano?

- Yo... – el cerebro de Hermione estaba trabajando a mil por hora inventando una buena excusa - vine a... traer... unos exámenes – concluyó Hermione maldiciéndose así misma por tartamudear en su respuesta.

- ¿Exámenes? ¿Estás enferma cariño? – preguntó la señora Weasley preocupada.

- No, no señora Weasley... estoy bien... la verdad es que... yo... – "Piensa algo Hermione..." - ayer Ron salió precipitadamente de la oficina y yo... pensé que usted o el señor Weasley estaban enfermos... – "¡¡Por qué le dije la verdad!!"

- ¿Están trabajando juntos? – interrumpió la señora Weasley a Hermione abriendo los ojos como platos.

- Si...

- ¡Que bueno! – contestó la señora Weasley sonriendo.- Pero no cariño, Arthur y yo estamos muy bien, la enferma es...

- La hija de Ron – contestó Hermione sintiendo algo en su pecho, pero no sabiendo que.

- ¿Cómo lo sabes? – interrogó la señora Weasley asombrada.

- Yo... yo... – Hermione estaba muy nerviosa.

- Gracias por preocuparte por nosotros cariño, sobre todo por Ron – dijo la señora Weasley con una sonrisa.

- Yo... solo vine para saber si ustedes estaban bien – continuó Hermione sonrojándose un poco.

– Hermione... ¿Puedes explicarme que es lo que sucede entre Ron y tú? – interrogó la señora Weasley a Hermione ahora con una expresión seria.

La chica sintió que le lanzaron un balde con agua fría.

- No... no pasa nada...

- ¿Es cierto... que te vas a casar con Viktor Krum?

- Yo no...

- Eso es lo que dice Ron, pero yo honestamente no lo creo...

- Eh...

- He visto como en estos nueve meses te has preocupado tremendamente por Ron. Pendiente de si escribía o daba señales de vida, así que no puedo entender de donde saca semejantes ideas que...

- Señora Weasley...

- ¡Ustedes se quieren mucho Hermione!

- ¿Por qué me dice todo esto señora Weasley? ¿Acaso Ron no está con Luna? – y en esto último Hermione no logró ocultar sus ¿celos?

- Hermione... Luna esta muerta.

- Co... ¿Cómo? – preguntó la chica incrédula.

- Luna falleció en el parto. Ron ha sido el que ha criado solo a Helm.

- ¿A quién? – preguntó ahora realmente confundida. ¿Herm? ¿Había sido capaz Ron de ponerle a su hija el nombre cariñoso con el que solía llamarle a ella?

- Helm – agregó la señora Weasley con una sonrisa al notar que Hermione, al igual que ella, se había confundido con el nombre de la bebe – no te preocupes que yo también creí haber escuchado otra cosa.

Hermione se sentía realmente estúpida. Cuando Ron le dijo que tenía una hija con Luna Lovegood, no dejó de sentir cierto rencor hacia la chica. Pero ahora que sabía que ella, había muerto, sintió mucha pena. Había conocido a Luna en Hogwarts y... aunque no fueron las mejores amigas, aceptaba que era una muy buena persona. Loca, pero buena persona.

- Yo no sabía – dijo Hermione apenada.

- Ron ha hecho un buen trabajo como padre – añadió la señora Weasley orgullosa – es muy cariñoso con la pequeña.

Hermione recordó la charla de las enfermeras. Estaban hablando de Ron. De lo tierno y paciente que se veía colocándole a su pequeña hija el medicamento. Su corazón le dio un vuelco el cual ella maldijo. No podía sentir ternura por Ronald Weasley. Si bien Luna estaba muerta, él la había engañado. Le había echo creer que era la única mujer en su vida y todo era una vil mentira. Se metió con Luna y ese era el punto.

- Me imagino – exclamó Hermione con una sonrisa forzada.

- Creo que debemos hablar Hermione.

- Pues... yo también lo creo – respondió Hermione. En verdad necesitaba hablar con alguien y urgentemente. Observó su reloj de mano y se percato que ya eran las 8:00 a.m. - pero no hoy, se me ha hecho tarde para llegar al Ministerio.

- Pero...

- Le prometo señora Weasley, que cualquier día me daré una vuelta por la Madriguera para que podamos charlar a gusto – terminó Hermione sonriendo.

- No olvidaré que tenemos una platica pendiente Hermione.

- Ni yo señora Weasley...

FIN FLASH BACK

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"¡Maldita sea!... Como... ¿Cómo demonios estuve a punto de besarla?... ¡Es una maldita mentirosa!..."

Ron se había perdido entre las calles de Londres. No sabía en donde se encontraba y tampoco le importaba averiguarlo. Quería irse. Alejarse por completo de Hermione. Estar a miles y miles de kilómetros lejos de ella.

"¿Por qué me haces esto Hermione?..."

Se detuvo por unos momentos, obligado por sus cansados pies. Divisó una pequeña cafetería y entró para tratar de ahogarse en alguna taza de café.

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"¿Dónde demonios estás Ron?"

Las horas habían pasado rápidamente. Ya eran las 4:00 p.m. y no había señales de Ron. Hermione estaba bastante preocupada.

Ya era la hora de salida, pero la angustia de no saber nada de Ron le impedía irse.

- ¿Dónde está Weasley? – preguntó alguien desde la puerta. Era el asistente del Ministro de Magia.

- Eh... Pues... fue a... dejar unos pergaminos a otro departamento – mintió Hermione rápidamente.

- Me dijeron que lo vieron salir del Ministerio...

- Oh si, si... salió por... un encargo que le hice...

- El señor Weasley no es su mandadero señorita Granger.

- Lo se señor, pero... era urgente que...

- Esta bien, esta bien – la corto el hombre poniendo los ojos en blanco - dígale cuando regrese que necesito hablar con él, que vaya a mi oficina – y dicho esto el hombre se retiró.

"Necesito ser mas creativa con mis mentiras..."

En esos momentos, Ronald Weasley entraba a la oficina. Tenía un rostro serio y tenso. Hermione sintió la fría mirada del pelirrojo sobre ella. Sin decir nada se encaminó para tomar su chaqueta e irse.

- Ron... – le llamó Hermione. El pelirrojo ni tan si quiera se inmutó.

- ¡Ron! – gritó ahora tratando de lograr su atención.

El chico solo se paró en seco y la observó.

- El... el asistente del señor Ministro quiere hablar contigo, dijo que pasaras a su oficina.

Sin quitar esa mirada llena de rencor y odio, se encaminó hacia la puerta.

- Ron... – le volvió a llamar. El chico se detuvo exactamente en el marco de la puerta – necesito hablar contigo...

- Pero yo no – respondió Ron sin si quiera darse la vuelta.

- Necesito decirte que... – estaba dispuesta a explicarle todo.

- ¡Hermione, yo no quiero hablar contigo! ¿Entiendes? ¡Tu y yo no tenemos absolutamente nada de que hablar!

Y gritando esto último Ron salió por completo de la oficina.

Hermione sintió un dolor en el pecho. Una ira comenzó a invadirle el cuerpo. Ella por fin se había decidido a explicarle todo al pelirrojo, pero a él no parecía importarle en lo absoluto lo que ella tenía que decirle. No iba a rogarle. No iba a seguirlo. Si no quería escucharla era su problema. Él ni si quiera había tenido la delicadeza de aclarar con ella la "aventura" que había tenido con Luna.

"Muy bien Ronald Weasley... piensa lo que quieras..."

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- Que bueno que llegas Ronnie – saludo su madre con una sonrisa y cargando a su pequeña nieta.

Helm al ver llegar a Ron, se apresuró a ofrecerle los brazos. El la cargo, y se obligó a ocultar la ira y la tristeza que lo invadía.

- ¿Pasa algo Ron? – la señora Weasley conocía perfectamente a sus hijos. Y en este caso, sabía perfectamente que al menor de sus hijos le sucedía algo.

- No mamá, nada – mintió Ron sonriendo forzadamente mientras caminaba hacia la cocina junto con Helm.

- Yo se que te pasa algo Ronald Weasley – siguió interrogando su madre.

- Hay mucho trabajo en la oficina y creo que eso me tiene tenso – respondió Ron reviviendo de nuevo en su memoria el beso entre Hermione y Krum. Sacudió su cabeza para tratar de borrar esa maldita imagen.

Al llegar a la cocina, depositó a Helm en su silla de bebe, y se dispuso a prepararle la cena a la pequeña.

Luego que el señor Weasley llegara, y de una estupenda cena preparada por la señora Weasley, Ron se dispuso a ir a dormir junto con Helm. Le puso el pijama a la nena, le cantó su canción, y quedó profundamente dormida.

Rápidamente, él se puso su pijama y trato de descansar. Había sido un día sumamente pesado. Y no precisamente por el trabajo.

"Tengo que olvidarte a como de lugar Hermione Granger... y el día que eso suceda... romperé esa maldita foto tuya que guardo..."

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A la mañana siguiente, la tensión y el silencio volvieron a reinar en el departamento de Ley Mágica. Cuando Ron llegó, Hermione ya se encontraba revisando un par de pergaminos en su escritorio. Se quitó su chaqueta, y se sentó a esperar que las horas se fueran volando para irse ahí. Pero al parecer el tiempo no estaba de su parte. Cada vez que Ron observaba el reloj de la oficina, la aguja mas grande solo se había movido escasos cinco minutos. Ninguno de los dos pronunció palabra alguna. Más tenso que nunca Ron salió de la oficina para respirar un poco.

Para Hermione tampoco era fácil. A ella también le hacia mal ver a Ron. No lo podía sacar de su cabeza ni un solo momento. Sintió unas tremendas ganas de llorar.

Cuando las lágrimas estaban a punto de salir de sus ojos, alguien entró a la oficina.

- ¡Hermione! ¿Cómo estás cariño? – preguntó la señora Weasley... cargando a Helm.

- Señora Weasley... que gusto – saludo Hermione observando con quien la madre de Ron había llegado de visita. Era la hija de Ron.

No era la primera vez que la veía, pero igual no la recordaba. El primer encuentro que tubo con la pequeña fue el día en que Ron regresó de a Londres, pero con toda la confusión que se creó en ese momento, que obligó a su mente borrar ese incidente.

Hermione ahora la observaba detenidamente, "Es la viva imagen de Luna".

- ¿Dónde está Ron? – dijo la señora Weasley, mientras Helm parecía muy interesada por la oficina.

- Eh... está... salió un momento – contestó Hermione saliendo de su ensimismamiento.

- Ella es Helm – continuó la señora Weasley – la hija de Ron.

"Es... muy bonita...", pensó HermioneHelm la observaba con sus pequeños ojos azules.

- ¿Quieres cargarla? – preguntó la señora Weasley con invitación.

- ¡¿YO?! – exclamó Hermione con los ojos como platos.

- Claro – respondió la señora Weasley con una sonrisa pronunciada – anda.

Hermione no sabía que hacer. La nena era preciosa y... la verdad le inspiraba mucha ternura. Quería cargarla. Quería hacerlo pero... algo le decía que no. La señora Weasley se acercó hasta Hermione. La chica dudando mucho, le ofreció los brazos a la pequeña. Helm miró a su abuela, luego a Hermione, y... lentamente extendió sus pequeños brazos para que ella la cargara.

La chica sintió un enorme vuelco en el estómago. La tomó con sumo cuidado.

- Ho... Hola pequeña – le habló Hermione tiernamente y sonriendo con nerviosismo. Helm le devolvió la sonrisa dejando ver dos pequeños dientes en su encía inferior.

La señora Weasley observaba estupefacta la escena.

- Te llamas... Helm ¿verdad? – preguntó Hermione tímidamente embobada con la pequeña. Helm sonriendo aún, se dispuso a jugar con uno de los cabellos de la chica.

- Ba – ba – pronunció entre risitas, y la chica abrió los ojos como platos.

- ¿Dijo...? – preguntó Hermione sin terminar la pregunta, sumamente asombrada y sentándose ahora en su silla.

- Balbucea palabras – respondió la señora Weasley sumamente feliz. Era realmente tierna la escena. Hermione tenía sentada sobre sus piernas a Helm, mientras esta se chupaba el dedo.

- Parece que tiene hambre – repuso Hermione recostando en su regazo a la pequeña.

- Oh si – dijo la señora Weasley buscando en una pequeña pañalera que cargaba – es la hora de su biberón... ¿Quieres dárselo tu Hermione?

- No... Yo no...

- Vamos cariño – continuó la señora Weasley, animando a la chica y le dio el biberón - le has caído muy bien a Helm.

Hermione observó a la nena con el biberón en una mano. Estaba sonriendo y movía sus pequeñas manos como queriendo alcanzar su mamila.

- A ver pequeña... – le habló Hermione suavemente a Helm, y ella abrió su boca para degustar su biberón.

La chica sintió como su instinto maternal había despertado inesperadamente. Sentía una calidez absoluta en su cuerpo. Helm la observaba fijamente.

- ¿Mamá?

Ron se encontraba en el marco de la puerta. Observó extrañado a su madre, pero luego se percato de la escena cerca del escritorio. Sus ojos se abrieron como platos y Hermione con un enorme nudo en su garganta, sintió como su rostro enrojecía.

- ¡Ronnie! – exclamó la señora Weasley de lo mas tranquila. - ¿Dónde estabas?

Ron trataba de ordenar sus ideas pero esa imagen tenía bastante ocupado a su cerebro.

- ¡Weasley! – prorrumpió el asistente del ministro de magia en la oficina.

- ¿Si? – preguntó Ron saliendo de su ensimismamiento.

- Tomó los pergaminos equivocados, regrese a mi oficina – añadió sin percatarse si quiera de que la señora Weasley se encontraba ahí.

- Iré después, yo...

- Ahora Weasley – agregó el hombre exasperado, y tomó a Ron de un hombro, encaminándolo hacia fuera.

Hermione suspiró, y sintió como si le hubiesen quitado un peso de encima.

- ¿Quién es ese hombre? – añadió la señora Weasley cruzando los brazos y con el entrecejo fruncido.

- Es el asistente del ministro de magia – dijo Hermione mientras seguía observando como Helm se terminaba su biberón.

- Que hombre tan brusco...

Lentamente Helm fue cerrando sus hermosos ojos azules, y se quedó profundamente dormida.

- Oh – exclamó la señora Weasley enternecida – se quedó dormida.

- Si – susurró Hermione sonriendo también.

La señora Weasley se acercó hasta Hermione, tomo a Helm en sus brazos, aun dormida y se sentó en la silla de Ron.

- Yo... este... tengo que ir a... traer unos documentos... – añadió Hermione un tanto nerviosa y encaminándose a la puerta – regreso enseguida...

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- ¿Mamá me puedes explicar que demonios pasó aquí? – preguntó Ron cuando hubo regresado de la oficina del asistente del ministro de magia. Hermione aún no había regresado a la oficina.

- Que quieres que te explique – agregó la señora Weasley sonriendo.

- ¿Y todavía lo preguntas? – dijo Ron caminando de un lado hacia otro - ¿Qué hacía Hermione... cargando a Helm?

- Eso, cargarla.

- Mamá...

- Oh vamos Ron, tu sabes perfectamente que Helm es un encanto de niña, ¿tiene algo de malo que Hermione la haya cargado?

- N-no pero...

- ¡Molly! ¡Helm! ¿Qué hacen aquí?

El señor Weasley acababa de entrar la oficina.

- Helm quería venir a traer a su papá.

- No pudieron venir a mejor hora.

Ron observó su reloj. Era la hora de salida.

- ¿Nos vamos Ron? – preguntó su padre desde la puerta junto con la señora Weasley.

Aún confundido, el chico tomo su chaqueta y salió con sus padres de la oficina.

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A la mañana siguiente Ron llegó muy temprano a la oficina. Hermione aun no había llegado y el lo agradeció. Seguía impresionado. La imagen de Hermione cargando a Helm y dándole su biberón se le había quedado grabada.

"¿Por qué lo hizo?... ¿Por qué cargo a Helm?... Sería una muy buena madre para... No, no, no... Tengo que dejar de pensar en eso..."

En esos momentos alguien entraba a la oficina y no era precisamente Hermione. Ron sintió que una furia comenzaba a recorrerle el cuerpo.

- Weasley – saludo Viktor Krum seriamente desde el marco de la puerta.

- Krum – masculló Ron observando con odio al búlgaro - Hermione aún no ha venido así que espera afuera...

- No he venido a verr a Herrmione. He venido ha hablarr contigo.

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¡Hola gente!

Hubiera actualizado antes pero... esta si ha sido mi semana --... hoy precisamente que tengo miles de deberes encima, la inspiración llega ¬¬ XxX... y luego que tenía ya listo el cap... no tenía internet ¬¬ XxX...

La vida es algo... loca n.n'

POR FIN, ya saben todo el rollo... ¡¡LA HERM NO ENGAÑO A RON!! :)... ¡¿Cómo creyeron que YO, YO iba a poner semejante locura de que la Hermione quisiera con el super cejas?! Oo... no, no, no...

La Hermione salió de "Wedding planner" y ayudó a Krum, pero como Roncito es tan... como decirlo... ¿celoso posesivo?... no hubiera dejado a Hermione ayudarle :P

¿Qué le ira a decir Krum a Ron? ¿Pa' donde se fue la Hermione?

Eso solo lo saben mis neuronas n.n'...

Este cap va dedicado a una de mis mejores amigas:

¡¡KIGA nn!!

Échele ganas en política mija, no se deje del profe, demuéstrele quien es "la tiburona" XD... Paja pix Karen, ya sabes que siempre contas con mi apoyo y mi amistad.

¡Háblame por teléfono desgraciada!!

TQM (nsm ¬¬ XxX)

Esta vez no voy a responder reviews por que ya me urgía actualizar y si no lo hago hoy, no lo hago nunca, así que en el prox cap si prometo contestar los reviews nn

Espero que les haya gustado el cap.

¡Dejen reviews please!

Lil Granger Miembro de las Ron4ever