Hola soy yo de nuevo. Queria agradecerles a las persona s que me dejaron review. Veo que les llamó la atención que Bryan cantara pero es que como dije en el primer episodio, este fic es para Seto Kaiba que canta hasta cuando duerme y él quería ver a uno de los dos cantando así que decidí que fuera Bryan.
En cuanto a ti, Tala Valov, jeje claro que leí tu fic, y VAYA que lo leí. Me lo bajé a mi compu y causó sensación entre mis amigos (Con los cuales hacemos porras para que sigas escribiendo)
Bueno ahí les va el 2º episodio
Capítulo II: Yo estoy junto a ti
Otra vez en la oscuridad. Pero era diferente, estaba herido ¿Cuándo se había lastimado así? ¿Haciendo que? Casi no podía moverse pero escuchó pasos acercarse y se tranquilizó. Esa persona le ayudaría sin duda, aunque era humillante decir que alguien como él necesitaba ayuda, pero no podía caminar y no entendía por que. Sin embargo el terror lo embargó cuando sintió de nuevo esa voz tan conocida y supo quien era la persona que se acercaba.
-Ivanov, que vergüenza- decía con burla.
-¡No, tu no…no puede ser!- repetía – Noooooooo!
Se sentó tan rápido que se mareó pero no le dio importancia solo quería despertar. No obstante seguía agitado y por demás asustado pero pronto se vio rodeado de unos fuertes brazos y una voz sumamente tranquilizadora le dijo
-Tranquilo, ya pasó, solo fue un sueño- trató de calmarlo el ojilavanda suavemente
-Bryan- Murmuró con voz apenas audible.
Sin saber bien lo que hacía, se apretó mas al cuerpo de Bryan siendo correspondido de inmediato por el dueño de Falborg. Se quedó así un tiempo mas sin responder a las preguntas del pelilavanda acerca de la pesadilla que había tenido. No quería recordar, no quería soñar nunca más, quería quedarse así para siempre. Ese pensamiento lo exaltó. ¿Por qué? ¿Por qué se sentía tan bien en los brazos de Bryan? Nah, descartó de inmediato todas esas tonterías, por que eso eran sin duda, solo tonterías. La única razón por la cual seguía abrazado al otro ruso era que… que… que… bueno no era tiempo para pensar en eso, ya lo resolvería mas adelante, tal vez mañana. Y con eso en mente se fue relajando poco a poco y desprendiéndose del abrazo del ojilavanda.
Bryan sintió como el pelirrojo se tranquilizaba y lentamente (y contra su entera voluntad) se separó de él. Estaba claro que Tala no iba a decirle que clase de pesadilla tuvo, y de hecho, ya se lo esperaba, le hubiera sorprendido lo contrario. Tala era una persona fuerte, jamás hablaría de algo que pudiera siquiera a aproximarse a ser considerado una debilidad, por eso no preguntó más. Lo recostó en la cama lentamente y lo cubrió bien. El taheño lo miró con sorpresa por un momento pero luego se relajó y solo cerró sus bellas orbes y se dispuso a dormir. Fingió estar dormido cuando Bryan lo besó suavemente en la frente y le deseó buenas noches, la sensación era tan embriagante que ni se tomó la molestia de preguntarse por que ese gesto le provocó un ligero calor que lo envolvió por completo.
Era muy temprano cuando Bryan se despertó, y casi como por inercia, sus ojos buscaron a su compañero de cuarto. Tala se hallaba profundamente dormido y eso lo tranquilizó, sobretodo al recordar el episodio de la noche anterior ¿Qué habría soñado el pelirrojo? ¿Que podría ser aquello que tanto temor le causara? No lo sabía, pero le desesperaba el saber que algo malo atormentaba a su amigo y sin embargo, no era capaz de ayudarlo, pero ¿Cómo hacerlo? ¿Cómo hacerlo si no sabía que le pasaba? Por que era claro que Tala jamás le diría, pero bueno, debía resignarse al hecho. Solo le quedaba estar ahí para él, para cuando su compañero lo necesitara.
Sin darse cuenta ya llevaba un buen rato observándolo, y lo peor es que no podía sacarle la vista de encima. No cabía duda de que la imagen era sumamente tentadora. El pelirrojo estaba durmiendo tan placidamente que lo tenía completamente hechizado, hasta que salió de su embelesamiento y decidió ducharse y luego irse un rato. Era mejor no despertarlo, después de la agitada noche que había pasado era mejor que descansara lo mas que pudiera, y con eso en mente entró al baño para darse una muy necesaria ducha y calmar los estremecimientos que su amigo causaba en él, aún estando dormido.
Era ya muy tarde cuando despertó, por suerte no tenían entrenamiento en la mañana por que si no… ( Ah lo que es la vagancia eh?). Se desperezó en la cama y segundos después Bryan entró al cuarto en busca de su beyblade.
-¿Por qué no me despertaste?- Preguntó entre confundido y somnoliento.
-Por que pensé que estarías cansado, y como no entrenaríamos hoy temprano pues… mejor te dejaba dormir- terminó el ruso.
- Oh, bueno… gracias- añadió tímidamente.
Bryan lo miró tremendamente sorprendido ya que Tala no solía dar gracias ni por… por nada, pero luego de un momento le sonrió, tomó su blade y salió de allí.
Cuando se acabó de alistar, salió para encontrarse con Bryan e ir a… Oh santo cielo… si que había dormido, ya era hora de almorzar.
Durante el transcurso de la comida, ninguno de los dos mencionó la pesadilla de la noche anterior. Comieron en un silencio que resultaba inusual en ellos, hasta que Bryan finalmente dijo
-¿Me contarás?- inquirió
-No…por favor no preguntes- Dijo Tala en voz baja
-Si no me dices yo… yo no se como ayudarte- Terminó Bryan
Tala lo miró fijamente luego de esto, había sido tan… tan… tierno que apenas y creía que hubiese sido Bryan quien hubiera dicho algo así. Por su parte, su mirada tan fijamente situada estaba comenzando a incomodar al receptor de la misma, no obstante, el taheño no pareció notarlo.
-No te preocupes, solo fue un mal sueño- dijo sin terminar de convencer al oji-lavanda. "Tu me ayudas aunque no sepas" agregó para si mismo sin detenerse a pensar en el sentido de sus pensamientos.
