Buenas!gente ¿cómo va? Espero que bien. Bueno aquí subo el cuarto cap. De mi fic espero que les guste. Les agradezco las reviews que me dejaron por mi otro fic, ya se que es muy cortito y re triste pero prometo hacer otro mas alegre.
Che, un bajón lo que paso con el fic de Naomi Hiwatari Kon, pero tengo fe en que siga escribiendo, así que desde mi fic le envío muchos animos.!
Capítulo IV: El adiós del halcón
Estaba peleando con él. Por que al fin lo había entendido, Bryan hacía que algo raro le sucediera a su mente y su cuerpo cuando se hallaba junto a él, por eso… estaba peleando, para alejarlo de sí, y con él, a esas insoportables sensaciones.
No sabía por que se estaban peleando, solo sabía que no quería tener esos extraños sentimientos que Bryan provocaba, no los quería, no los necesitaba, así que solo gritaba cosas sin sentido y Bryan, con su carácter increíblemente explosivo respondía de forma igualmente agresiva.
-Cállate, ni siquiera sabes lo que dices- Gritaba furioso el mayor
-Cállate tú, ya no te soporto- respondió el taheño de igual manera
-Tu comenzaste esta discusión!- reclamó el pelilavanda
- No es verdad!-
-Claro que lo es!- respondió- fue cuando dijiste que….
-NO ME INTERESA LO QUE DIGAS!- Respondió fuera de si- SOLO QUIERO QUE TE VAYAS DE MI VIDA, QUE TE ALEJES DE MI, YA NO TE SOPORTO MÁS!
- OO! –
Bryan simplemente se calló al oír eso, no supo que mas decir, ni siquiera supo si había algo más que decir, salió de esa habitación a toda prisa dejando a Tala totalmente descolocado.
¿Cómo había podido? ¿Cómo se había atrevido siquiera? ¿Cómo le pudo decir aquellas barbaridades a Bryan cuando fue el pelilavanda el que se preocupó por él cada noche, cada día? ¿En que estaba pensando? ¿Por qué le había dicho todas esas cosas que, además de ser descaradas mentiras, estaban fuera de lugar? Tendría que disculparse pero ¡¡No podía! Él no sabía disculparse, además de que no podía flaquear ahora tenía que alejarse de Bryan a como diera lugar, pero… ¿A costa de que? ¿De mentiras y de insultos? A costa de lo que sea! Se dijo furioso, pero consigo mismo, por haber tratado así al ruso oji-lavanda aunque eso era algo que no pensaba admitir, no debía hacerlo.
Era ya muy tarde cuando Bryan regresó a la habitación. Todo estaba en silencio y no distinguió si Tala estaba dormido o despierto, ni se fijó siquiera. Mecánicamente se recostó en su cama pero con los ojos bien abiertos, no veía, no pensaba, ni siquiera podía recordar las palabras del pelirrojo, su mente estaba vacía, estaba completamente entumecido, suspendido en otro lugar, nada tenía sentido. De mas está decir que pasó esa noche en vela y se levantó rápidamente, se duchó, se vistió y fue a hablar con la persona encargada de la abadía en ese entonces (invento mío obvio). Había tomado una decisión ¿Cómo? No tenía ni idea ya que su mente aun seguía sumergida en un letargo, ¿Cuándo? No tenia importancia, de hecho, nada tenía importancia ya. Él podía vivir con muchas cosas, con la humillación, con el desprecio, con lo que sea, excepto una cosa, el odio de Tala. No, él no podía vivir con eso, podía soportar lo que fuera: su indiferencia, sus desplantes, pero no su odio. Si Tala lo odiaba él no podía seguir ahí y, si aún no lo hacía, era mejor irse antes que sucediera. Mejor irse un tiempo, si, tranquilizar las cosas, era lo mejor, se decía una y otra vez a sí mismo.
Tala despertó en la mañana sintiéndose morir, no había dormido bien y cada vez que lograba conciliar un poco el sueño, esa pesadilla lo acechaba nuevamente, así que tampoco en el sueño encontraba tranquilidad.
Se levantó e instintivamente miró hacia la cama de al lado, pero se sorprendió de hallarla vacía tan temprano, mas algo le llamó la atención. Sobre la cama, había un papel en el cual pudo distinguir su nombre, se levantó, tomó el papel entre sus manos y comenzó a leer.
Tala:
No se s fue mi culpa, no se si fue tuya, pero creo que lo mejor es distanciarnos un tiempo para que definas que es lo que quieres y para que yo lo haga también.
Volveré cuando la vida me recuerde tanto a ti, que no pueda dar un paso sin pensar en ti. Cuando ya no quede nada más que aquello que dejé.
Bryan Kuznetzov
Las rodillas le fallaron y cayó al suelo mientras que se cubría la boca con una mano y abría sus ojos enormemente. "No puede ser" se dijo, Bryan se había marchado, se había ido. Se había quedado solo.
Sin que pudiera evitarlo, las lágrimas comenzaron a fluir y pronto ese hecho hizo que se enfadara consigo mismo. ¡Por todos los cielos ¿Acaso estaba llorando! ¡Él era Tala Ivanov, el líder de los Demolition Boys! ¡Él no podía estar llorando como niña! Sin embargo, a pesar de esos reproches no podía detener el llanto. Bryan se había marchado, por su culpa, por las horribles tonterías que él le había gritado sin razón.
Y de un momento a otro lo comprendió, la realidad lo golpeó en la cara y el saberlo lo aterró, él estaba… estaba enamorado… de Bryan.
"Dios" musitó sin pensar, lo amaba… y lo había prácticamente echado de su lado, quizás para siempre. Solo pudo quedarse ahí y llorar, llorar por dentro, donde nadie pudiera verlo, llorar hasta que no quedara en su corazón nada mas que un montoncito de polvo
CONTINUARÁ...
Si, si, ya se re mal, un bajón, en un fic mato al pobre de yuriy, en el otro hago que Bryan se vaya, pero lo juro ¡¡¡¡¡Yuriy yo te amo! (Aunque no se note ¬¬).
Espero que les halla gustado, dejen reviews .
Hasta la proxima!
Shingryu Inazuma
