En fin espero que disfruten este capitulo y me den sus comentarios
Saludos Rowan
Capitulo Sexto Reunión
"Buscando a mi ángel de ojos azules para que me muestre el camino a la perdición... ven a mi cama... duerme conmigo..."
" ... La única verdad que hay en el hombre viene de su corazón... "
Del Testamento de Atenea
Esquela a los Santos.
El amanecer los había sorprendido en pleno puerto cuando dejo cuidadosamente a Sun Rei sobre las baldosas de la plaza...
Ya puedes abrir los ojos Sun Rei, ya hemos llegado... — musito cariñoso a la joven que permanecía acurrucada entre sus brazos... —
La chica retiro las manos de su rostro observando a su alrededor, Atenas comenzaba a despertar a la actividad de un nuevo día...
¡In... increíble! — exclamo impresionada... tan solo unas horas antes se encontraban en los Cinco Picos, con la luz del atardecer Shiryu la había tomado en brazos pidiéndole que cerrara los ojos hasta que él le dijera que podía abrirlos, ahora estaba en una tierra que Sun Rei no había visto jamás —
Ven Sun Rei, iremos a pie hasta el pueblo, quiero comprarte un vestido en el pueblo antes de presentarnos ante el Patriarca... — dijo el hombre tomándola de la mano y guiándola por aquella ciudad que el dragón conocía muy bien... — va a gustarte Grecia te lo prometo...
¡Claro! — sonrió abrazándose a él mientras comenzaban a recorrer la ciudad tomando rumbo al pueblo que se alzaba mas allá de las ruinas de la Acrópolis —
No habían avanzado mucho en su trayecto, Shiryu la llevaba por las calles mas céntricas y pintorescas de la ciudad, disfrutando de la admiración que despertaban en su linda acompañante, la ternura y la paz que sabía eran solo para él, el corazón que lo amara desde que se conocieron en Cinco Picos, ahora que el tiempo se le iba de las manos, que se sentía manchado de sangre inocente... no podía aspirar a que ella lo aceptara, ahora que ambos habían llegado a una madurez considerable Shiryu sentía el remordimiento por sus actos, por aquel sacrificio que su fidelidad a Atenea le exigió, y terminó por alejarlo de Sun Rei y de sus sueños de una vida juntos...
El semáforo cambio la luz bloqueándoles el paso, el trafico aumentaba con cada segundo haciéndose mas pausado, la pareja fue testigo del lento avanzar de los autos y el clamor del claxon que mas de un conductor desesperado hacia sonar.
No te preocupes en el pueblo no existe este escándalo — le aseguro mientras esperaban el cambio de luz, mirando distraídamente los autos que pasaban junto a ellos hasta que su mirada topo con una figura sumamente conocida, llevaba la ventanilla baja, su pelo rubio ondeaba ligeramente y sus ojos permanecían cerrados como si estuviese dormido — ¿Hyoga?
¿Dijiste algo Shiryu? — pregunto su acompañante... la camioneta oscura donde lo había visto desapareció de su campo visual al dar vuelta en la avenida y la luz cambiaba a verde para los peatones —
No, vamos Sun Rei... hay que llegar pronto al pueblo — dijo con la imagen del Cisne fija en la mente —
Kanon lo vio entrar en el salón de las audiencias, tras él venían Kamus, Milo y Shaka, desde que despertaran en el templo de Géminis, el ex general marino no había tenido oportunidad de hablar con su gemelo, y aun había tantas cosas que quería decirle... Saga se acerco a los demás santos que esperaban por ellos, Afrodita, Aldebarán, Death Mask, Aioria, Mu, y el mismo Kanon lucían un aspecto mas relajado y pulcro, místico y señorial con aquellas túnicas largas de bordados dorados y símbolos oníricos, imponentes todos e inigualables en poder y devoción, muertos en el Hades e incluso en las batallas del santuario... e inexplicablemente vueltos a la vida, auténticamente, esta vez no había plazo a vencer, no se trataba de una ilusión ni tampoco le habían vendido el alma al diablo...
De nuevo los príncipes de las doce casas, los príncipes de Atenea...
El Patriarca permanecía de pie frente a su trono a la espera de que los dos caballeros faltantes hicieran su arribo, segundos después Marín anunció su entrada escoltándolos... todas las miradas estaban puestas sobre ellos, el legitimo Patriarca, el heredero de Shion... Aioros de Sagitario y el centenario guardián de la prisión de los espectros del Hades y armero de la orden de Atenea... Dohko de la casa de Libra.
El Patriarca tomo asiento en el trono mientras Marín se colocaba a su derecha, los trece santos permanecieron apostados frente a ellos con la rodilla al piso en señal de respeto mientras el hombre mas cercano a Atenea los contemplaba a todos... no estaba preparado para aquello, se suponía que el santuario entraría en letargo y que solo Marín el caballero de plata y él custodiarían el lugar, que todos los caballeros sobrevivientes tenían como única encomienda vivir una vida normal y pacifica hasta que se les confiara la formación de un aprendiz... y ahora tenía frente a él a 13 resucitados, no podía negar que sentía una enorme alegría al verlos, sus viejos compañeros de armas a quienes creyó perdidos mucho tiempo atrás... pero...
Creo que todos están ya enterados de una parte de nuestra situación actual... — comenzó a decir y su voz retumbó con gran solemnidad en el lugar — Atenea abandono la tierra hace diez años, y desde entonces el Santuario se sometió a un letargo que se supone debería durar varios siglos... hasta que algún poder maligno amenazara a la tierra de nuevo... sé que tienen muchas preguntas que quieren formularme y les aseguro que contestare a ellas como mejor pueda, es lo menos que se merecen... pero me temo que muchas de ellas quedaran sin respuesta...
Maestro... — musito Saga sin atreverse a levantar la mirada — pero...
No sé quien los ha traído de vuelta del reino de los muertos Saga, he consultado a las estrellas y no había ningún indicio de que el mal se avecinase para tratar de corromperlos, o de su resurrección, lo único que sabemos es que justo a la media noche el primer fuego, el de la casa de Aries se encendió y con él un resplandor dorado fue cubriendo templo por templo, fue Mu al primero que encontramos... y se armo revuelo tal que los hombres y mujeres que pertenecieron al Santuario de Atenea y que se negaron a abandonarlo por completo viviendo en los pueblos cercanos volvieron apresuradamente... antes de eso solo Marín y yo custodiábamos este sagrado lugar... pero ahora —
Patriarca permítanos investigar, recorrer los alrededores y proteger el sant...
¡No! —contesto este interrumpiendo las palabras de Milo... — ustedes no pueden intervenir en esto — mas de uno levanto el rostro lleno de asombro... ¿a caso no se les permitiría investigar su propia resurrección? — así como tampoco están autorizados a volver a sus respectivos templos... — dijo con suma autoridad—
Saga, Milo, Shura, Aioria y Death Mask se levantaron como catapultados por un resorte imaginario mientras los demás permanecían de rodillas pero lejos de mantener una posición de sumisión y respeto... ¿cómo que no se les permitiría regresar a sus puestos como caballeros dorados?...
¡Pero Maestro! ¡No puedo creer lo que esta diciendo! ¡Si regresamos es por que el Santuario puede estar en peligro! — exclamo Shura —
¡No puede negarnos volver a nuestros puestos! ¡somos los caballeros dorados de las doce casas y es nuestro deber... ! — agregó Aioria —
¡SILENCIO! — grito el sumo sacerdote poniéndose de pie y adelantándose unos pasos... haciéndoles recuperar la compostura... — ¡Es evidente que no lo entienden ahora!... — el cambio en su voz fue tan drástico, la melancolía que reflejaba era tan palpable que Marín hasta ese momento inmóvil junto al trono se adelanto indicándole al Maestro que estaba preparada para respaldarlo en cualquier decisión u orden — no lo entienden caballeros, no sabemos quien ha hecho este milagro, ustedes ignoran lo que ocurrió después de la batalla en el Hades, las cosas aquí son demasiado diferentes, Atenea... su partida fue inesperada y dolorosa... pero era su decisión, ella es nuestra Diosa y si ustedes no pueden volver a las casas del zodiaco es por orden suya... — dijo sin ocultar su pesar... mientras caminaba hacia la entrada del Templo de la Diosa, a un ademán suyo las enormes puertas de piedra labrada (que constituían uno de los cambios en la reconstrucción del Templo) se abrieron franqueándole el paso... — ella lo quiso así, además... — prosiguió indicándoles a todos que lo siguieran — los doce trajes de ropa dorada se perdieron en el hades para siempre, sus armaduras caballeros... me temo han desaparecido para siempre...
No fue necesario que volviera la vista para comprobar el efecto de sus palabras sobre los jóvenes santos, aquellas palabras fueron tan drásticas y reveladoras que mas de uno contuvo la respiración... el silencio fue tal que podían percibir sus propias palpitaciones, corazones fuertes y vivos... recién nacidos, arrancados de las garras de la muerte.
Síganme señores, es necesario que les cuente todo lo que sé, solo así entenderán por que digo que es una orden de ella...
Maestro... — pronuncio Aioros que hasta ese momento había mantenido la compostura al igual que Shaka, Dohko y Mu —
Ella dejo un testamento Aioros... creo que es mi deber mostrárselos... aunque Aioria y Dohko ya han descubierto parte de él... necesitan saber cual fue su ultima voluntad... sus ultimas palabras de amor, dirigidas a esta tierra y a todos sus caballeros —
"... así, nadie puede jugar a ser Dios, pues un Dios nunca abandona a su creación..."
Seiya cerró el libro manteniéndolo entre sus manos mientras lo acercaba a sus labios, la pequeña lámpara de su escritorio iluminaba apenas una limitada superficie del pulido mueble de madera... "Dios" "un Dios nunca abandona a su creación" aquellas palabras le habían causado un gran impacto, como cada pagina que había leído desde que tomo el libro de las manos de Hilda...
Gracias por velar mi sueño, no creí estar tan cansada... — dijo reforzando su sonrisa... — Pegaso levanto el rostro frente a él Hilda le sonreía amablemente, su aura se mantenía encendida, iluminando el cuarto que a causa de las gruesas cortinas de terciopelo rojo seguía en penumbra— parece que el viaje desde Asgard si es demasiado largo...
