Capitulo Décimo Los Santos de Athenea

Tercera Parte

La primera Batalla...

Shiryu sintió como un fuerte escalofrío hacia presa de su cuerpo, mientras este caía en medio de un profundo abismo, para cuando volvió a abrir los ojos, los cálidos brazos de Sun Rei lo sujetaban con firmeza, mientras sus ojos le miraban llenos de angustia...

¿Estas mejor Shiryu?— pregunto la joven de inmediato, el dragón miro a su alrededor, por el ruido y los enceres que se hallaban en el lugar, supo que se encontraba en la trastienda del pequeño localito donde desayunaran —

Afuera la lluvia caía torrencialmente, transformando el ambiente por completo... el agua comenzó a escurrir por el borde de la pequeña ventana de aquella bodega manchando el muro blanco en su camino hasta el piso...

¿Qué sucedió? — respondió con otra pregunta dirigiendo su vista otra vez a las personas que lo acompañaban, de pronto todo volvió a él como si fuese el recuerdo de una terrible pesadilla... esos horrendos seres, las furias... su amenaza —

Eso quiero saber... de pronto te escuche gritar desesperado, para cuando te encontramos estabas tirado a mitad de calle... ¿Shiryu?

Creo que he trabajado mucho últimamente — mintió esbozando una pequeña sonrisa, lo último que deseaba era escandalizar mas a Sun Rei, pero era obvio que esta no le creía ni media palabra... — la verdad es que creo que alguien me arrollo, no lo sé simplemente no recuerdo nada con claridad...

Pues nos diste un buen susto muchacho... más vale que te cuides... ¿te sientes mejor? — intervino el anciano con quien había dejado a Sun Rei —

Si... perdón por asustarlos...

Shiryu dime la verdad — el chico volteo hacia su acompañante, la mirada candorosa que la caracterizaba se había transformado en una inquisitiva y demandante, simplemente no dejaría que la engañara nuevamente, no era la misma muchacha sumisa y crédula de antes, y sabía perfectamente que al hombre que amaba le estaba sucediendo algo... su vida estaba inmersa en un universo tan fantástico que la normalidad de una vida cualquiera era algo anormal para ellos... —

Sun Rei... — musito el chico que permanecía acostado sobre algunos manteles y sacos de semillas, por unos instantes el silencio se hizo entre ellos cortante y tenso—

Hija por qué no vas y le pides a la cocinera que le prepare un buen té a tu novio, eso le reanimara por completo — sugirió el viejo mientras le señalaba la puerta de la cocina.

Pero...

Por favor, hija, será mas amable contigo que con este viejo que a veces le viene a mendingar la comida — insistió el anciano a lo que ella no tuvo otra opción mas que ceder, no sin antes dirigirle una mirada de preocupación a Shiryu... —

El dragón y el anciano la vieron salir lentamente, los labios de Shiryu soltaron un suspiro largamente contenido...

Bien muchacho... será mejor que confieses... — dijo el hombre dirigiéndole una mirada severa — ¿desde cuando te siguen las furias? asesinaste a alguien ¿cierto? — el cuerpo del chino se atenazo por reflejo... mientras sus ojos luchaban por no evidenciar su espanto — será mejor que me lo cuentes hijo... ellas no van a dejarte en paz, van a comenzar por volverte loco, te torturaran hasta darte muerte de un modo poco agradable...

Te amo...

Shun creyó que sus oídos lo engañaban, que había escuchado mal debido al sonido de la tormenta, pero por la mirada que Marie le dirigía presentía que no era así... y tuvieron que pasar varios minutos antes de que Shun pudiese hilar algún pensamiento coherente y consiguiese articular un par de palabras en medio de torpes balbuceos...

¿Qué... como...? —

No pude mentirle... cuando me lo pregunto tan directamente... Shun yo no puedo casarme con ningún hombre que mi madre me imponga — dijo la chica tratando de explicarle... en medio del leve rubor que cubría sus mejillas — porque no deseo que me imponga su voluntad y porque yo...

Marie... tal vez... — se apresuro a decir tratando de evitar lo inevitable... —

No Shun, no me digas eso, yo estoy segura de lo que siento... yo...

Marie...

Pero al parecer aquella platica estaba destinada a no terminarse, al menos en ese momento... pues una descarga eléctrica cayó muy cerca de ellos, estremeciendo todo el lugar... Shun se puso de pie en un solo movimiento aquello no era normal y lo sabía... una fuerte cosmoenergia comenzaba a rodearlos, el chico apretó los puños mientras su aura comenzaba a resplandecer y su mirada se agudizaba en una expresión de frialdad...

¿Qué sucede Shun? — escucho a Marie llamándole tras de él —

Pero la chica no llegaría a repetir su pregunta, una nueva descarga sacudió el lugar, cegándola por cuando Marie abrió los ojos, se encontraba volando a varios metros del piso en brazos de Shun, quien miraba hacia abajo con una expresión aguerrida...

La lluvia los empapo enseguida, Shun y la joven Dorian aterrizaron en la parte superior del frontón del Partenón. Decenas de centellas cayeron a su alrededor como buscando entre las ruinas su presencia, levantando y destruyendo todo a su paso, pero aquello no parecía alterar en nada al veterano caballero de Andrómeda... sus ojos permanecían fijos en las siluetas que se acercaban a ellos...

Un sin fin de preguntas azotaban la mente de Marie, totalmente sorprendida por la descomunal fuerza y sobrenatural agilidad de su guardaespaldas, simplemente era imposible que un humano pudiese hacer aquello y menos con la facilidad con que lo hacia Shun... quien la mantenía aun entre sus brazos cuidadosamente...

¿Quién eres realmente Shun? — musito contra su pecho incapaz de levantar la mirada hacia el rostro del hombre...

No te preocupes Marie... nadie va a lastimarte... — dijo el chico quien parecía no haber escuchado la pregunta de Dorian — cuando me aleje de ti, por nada del mundo te muevas del lugar donde estés, no importa lo que veas Marie... no te muevas... hasta que yo vuelva por ti... — el rostro del peliverde se torno mas fiero... como si alguien hubiese dejado salir el demonio que llevaba preso en él... —

Shun... — musito la chica en medio de un escalofrío sin mirar su rostro, como si de antemano supiese que la expresión de este no le sería agradable —

Las garras del horrendo ser se clavaron en la tierra mientras observaba la figura que remataba cual acrotera el Partenón... su objetivo estaba cerca, el baño de sangre comenzaría ahora... aquel caballero ateniense sería el primero...

El cuerpo de Shun se desenvolvió ágilmente en una serie de giros evitando los golpes de luz que trataban de darle alcance, hasta que uno de ellos se proyecto sobre él impactando en la pared de un milenario templo...

Marie dejo de sentir la lluvia cayendo sobre su cuerpo... frente a ella Shun le dedicaba una ultima mirada mientras le indicaba que guardara silencio, la había depositado en un rincón del templo mas apartado en aquella meseta de la acrópolis, en el hueco que formaban dos derruidos muros de piedra y los restos de una columna, segundos después Shun ya no estaba ahí...

Cuando se dieron cuenta de que ni Shun ni Marie yacían entre los escombros del templo fue demasiado tarde, una fuerte patada en pleno rostro había sacado momentáneamente de combate a uno de los tres sujetos, mientras los otros dos eran presa de un furioso ataque de puñetazos... haciendo que terminaran de bruces con la cara de lleno a la tormenta...

Andrómeda aterrizo entre ellos adoptando enseguida una postura de combate... los tres sujetos que hasta ahora había permanecido ocultos bajo gruesos hábitos negros descubrieron sus rostro y cuerpos, suponiendo que ello representaría una sorpresa y amedrentaría al santo de Atenea. Nada mas lejos de la verdad, como si Shun lo esperase se limito a esbozar una sonrisa sarcástica...

Después de haber visto el infierno... — dijo el chico en un tono de voz que venció incluso el clamor de la tormenta... — ni las furias me sorprenden...

¡Maldito blasfemo! ¡Asesino! — escupió una de las aberrantes criaturas empuñando las garras haciendo que brotase su propia sangre de la palma de sus manos... — ¡VAS A DESEAR HABERTE QUEDADO EN EL HADES!

¡MORIRAS DOLOROSAMENTE DE ESO NOS ENCARGAMOS!

¡ASESINO! — tercio la ultima furia... acercándose cada vez mas al joven —

¿Así? ¿quién lo dice? — pregunto sarcástico y despreocupado mientras ambos bandos se lanzaban hacia la pelea —

Las furias asestaban golpes con gran fuerza, la sincronía entre las tres aberraciones era perfecta, pero mas lo eran los movimientos y ataques de Shun que lograban neutralizarlos...

¡ASESINO DE DIOSES! — grito una de las furias cuando logró herir a Shun en un costado, haciéndole un profundo corte... —

Pero no se iría ilesa, Andrómeda descargaría sobre su antebrazo un puñetazo tal que claramente pudo sentir como bajo el impacto hueso y carne se rompían... la bestia chillo de dolor, con el brazo inutilizado...

La pelea solo había comenzado, las otras dos furias atacaron al santo por la espalda, logrando abrirle tres heridas mas, este cayó de boca, resistiéndose al dolor lacerante en su espalda y costado, hasta que logro reponerse en breves instantes para saltar nuevamente y hacerles frente, las tres furias comenzaron a correr a su alrededor, formando un torbellino donde rasguños y golpes castigaban su cuerpo...

¡Malditas bestias del averno! ¡aprenderán a respetarme! — mascullo Andrómeda con el rostro cada vez mas deforme por la ira... —

Marie luchaba por no correr hacia el hombre que amaba con toda su alma, desde aquel pequeño escondrijo podía y había visto toda la batalla, donde la furias a pesar de llevar la ventaja, no estaban en mejores condiciones que el ateniense, Shun había roto y rasgado piel y hueso por igual en aquellas tres... mostrando una fiereza indescriptible, atemorizante al extremo... ¿Qué le estaba sucediendo a Shun? El no era un tipo aguerrido, mucho menos sanguinario, ¿qué era todo aquello que le tenía anonadada? Esas bestias, esos increíbles e imposibles poderes... ¿y por qué pese a todo a la heredera de los Dorian todo aquello le resultaba en el fondo algo tan familiar?

¿Quién eres Shun? ¿Quién soy yo? — dijo la chica observando como las tres bestias salían volando expulsadas por el cosmo de Shun —

No te preocupes princesa... lo recordaras tarde o temprano... por ahora TÚ VIENES CONMIGO... TU MARIDO RECLAMA TU PRESENCIA... — rugió una horrible bestia con cabeza de león sujetando con fuerza sus brazos la saco de un solo jalón del agujero donde se escondía—

Los gritos de horro de la chica llegaron hasta Shun quien volteo enseguida solo para ver a Marie luchado por zafarse del agarre de un monstruo que le triplicaba la estatura, y cuyo cuerpo humano era rematado por una cabeza de león...

Suéltala desgraciado... — bramó iracundo mientras corría hacia ellos —

La fiesta no ha terminado Andrómeda... ¡VAS A MORIR! — dijo la furia que había hecho sangrar las palmas de su mano cayendo sobre él sujetó el rostro del caballero con sus manos ensangrentadas, haciendo que Shun se retorciera de dolor —

Un grito lacerante alcanzo a salir de su garganta, aquella maldita sangre quemaba como si de ácido se tratase, Shun sentía como el dolor traspasaba sus tejidos, destrozándolo por dentro... desesperado reunió toda su energía atrapando a la bestia entre sus manos...

SI YO MUERO TU VIENES CONMIGO MALDITO ENGENDRO — sentenció Shun cuando un rayo cayó sobre ellos pulverizando a la furia que mantenía presa en su agarre...

¡DESGRACIADO REMEDO DE DIOS!

¡MATASTE A MI HERMANA!

Chillaron las furias restantes... humo y cenizas quedaban alrededor del hombre que penosamente se mantenía en pie con el rostro ensangrentado...

¡SHUN! — grito Marie más por él que por su propia situación, mientras su captor comenzaba a alejarse del lugar llevándola consigo —

¡MATENLO DE UNA MENDIGA VEZ! ¡INUTILES! — ordeno a las dos furias— yo llevare el encargo... — agregó jalando a Marie sin miramientos, la chica volvió a gritar desesperada —

No te la llevaras— mascullo Shun entre dientes mientras concentraba todos sus sentidos en dirección a la bestia que raptaba a Marie... su tacto, su oído, su intuición, su olfato, todo en un solo punto, pues sus ojos a causa de las heridas no podía ver... aquella maldita sustancia le había quemado los ojos... — NO TE LA LLEVARAS! — grito esta vez mientras la nebulosa de Andrómeda aparecía a sus espaldas.

El tipo volteo al igual que las furias que se disponían a rematar al asesino de su hermana, pero todo fue demasiado rápido, una potente aura dorada rodeo a Marie, cuando Shun levanto la mano empuñada al cielo tormentoso y un rayo descendía nuevamente hasta ella formando una espada...

TORMENTA INFERNAL! — rugió con el rayo —

Shun bajo el brazo en un poderoso gesto, sembrando todo el lugar con las descargas eléctricas disparando un golpe tan brutal que fulmino a una mas de las furias e hizo que los otros dos monstruos desaparecieran gravemente heridos...

¡Shun! — el aura dorada que rodeo a Marie protegiéndola desapareció al tiempo que Shun caía inconsciente y ella corría para ayudarle, la tormenta arreció a un mas haciendo la visibilidad casi imposible — No... dios no lo permitas... — musito la chica cuando llego a su lado, tomándolo entre sus brazos, temiendo lo peor al notar que Shun respiraba débilmente... — por favor, Shun... por favor... — musitaba la chica aferrada a su cuerpo en medio de la lluvia... — no te mueras amor... no te mueras... —

No llores princesa, él no va a morir, aun no es su tiempo...

Aquella voz amable y serena pareció calmar lentamente la lluvia, mientras Marie miraba al desconocido, si saber si sentir temor o alivio con su presencia...