My Lost Memories
Por:Yuka
Disclaimer: Inuyasha no es mío, nunca lo será y no lo quiero! Al que quiero es a Naraku! XD
Advertencia (favor leer): Bien este es mi segundo fic de Inuyasha, de la pareja SesshoumaruxKagome, ya lo se esta pareja es imposible si, pero como es mi fic aquí todo es posible XDDD espero y les guste! Manden su review si les gusto o si de plano esta pésimo, que es lo mas seguro ;)
Capitulo 17 Altr. Junto a ti... Otra vez
La mirada dorada del youkai estaba inyectada de odio, el leve brillo de venganza los hacia ver mas peligrosos y salvajes. Ese maldito hanyou había llevado las cosas demasiado lejos. Sus largos cabellos eran mecidos con violencia por el rudo viento de aquella noche. Leves gruñidos escapaban de sus labios fuertemente cerrados. Ese cobarde, araña ponzoñosa, elimino a su pequeña, su amada hija y a su apreciado sirviente.
Faltaba poco para estar frente al nuevo castillo donde presentía que estaba, no, mas bien, donde estaba, su pestilente aroma lo delataba, incluso a varios cientos de kilómetros se percibía. Además aquel rastro de veneno presente en la tierra y sobre la putrefacta y destruida vegetación era clara obra de su sendero de destrucción y muerte.
Esta vez no estaba protegido el lugar por uno de sus odiosos campos de energía, sino únicamente por una densa capa de veneno oscuro que deshacía cualquier cosa que estuviera en contacto. Sesshoumaru sonrió con malicia, aquello no seria impedimento para llegar hasta él y matarlo lenta y dolorosamente.
El alto youkai se detuvo justo enfrente de donde sentía era la entrada a la fortaleza de Naraku, la densa capa de veneno fue desintegrándose, haciendo un agujero donde solo el cuerpo del youkai podía entrar. Seria una trampa, mas aun así Sesshoumaru ingreso con cautela, buscando rápidamente con su mirada al dueño de aquellos miles de monstruos que se encontraban a las afueras, en los jardines colocados en formación perfecta para proteger la amplia pero sencilla construcción en medio de los demonios, la malla de rocas y la capa de veneno.
Sesshoumaru desenfundo a Toukijin, si los monstruos no se movían, el se haría un camino entre sus cuerpos cortados, aunque claro no les diría nada, no merecían alguna de sus palabras, con un rápido movimiento de su garra derecha la tierra fue cortada en dos, pero una barrera violeta protegió a aquellas criaturas, que inmediatamente despejaron el diminuto pasillo que llevaba hasta la entrada a la mansión.
La elegancia de los movimientos del youkai no era opacada por aquellos horrendos gruñidos que los monstruos emitían al pasar cerca de ellos, una mirada de desprecio y superioridad era dibujada por las finas facciones del rostro del tai youkai.
Las puertas se abrieron de golpe, dejándolo pasar, Naraku estaba ahí frente a sus ojos, la blanca piel de mandril escondiendo sus ropas y la cabeza del mismo cubriendo aquella sonrisa torcida y burlona que le dedicaba al recién llegado. Misma que aumento cuando la fría hoja de la espada del youkai toco la suave y tersa piel de su cuello.
.-Que manera de saludar.-
Iba a decir algo mas pero aquellos ojos que brillaban con deseo de muerte lo intimidaron, aquella espada era demasiado filosa, un hilillo de su sangre manchaba el sutil color plateado que poseía. El youkai debía esa espada a una parte de su ser que fue eliminada por la sangre demoníaca del medio hermano del mismo, para después ser convertida en aquella arma que Sesshoumaru sostenía con su mano.
Tenia que tranquilizarse, por mas que su cuerpo le pidiera defenderse y matar a ese osado youkai, no debía hacerlo, muerto no le serviría de nada, además aun tenia aquella parte de su plan cerca, a unos cuantos pasos esperando en aquella habitación a su espalda.
Solo esperaba que el youkai aceptara aquel precioso regalo que le tenia preparado. Aunque de no ser así, seria una excelente defensa para él. Trago saliva, dentro de poco Inuyasha y su molesta compañía estarían ahí, lo sabia bien, su amada y querida hija Kagura tendría la culpa de aquello, pero era justo lo que deseaba, aunque aquella mujer de barro que había estado días antes a su lado, no se encontraba en los alrededores y eso era extraño. Alejo aquella sensación de peligro en su mente y empezó a poner su plan en marcha.
.-A que debo su... agradable visita, lord Sesshoumaru.- la espada fue retirada unos centímetros de su cuello, al mismo tiempo que la mirada del youkai estudiaban la habitación donde se encontraban, deteniendo su vista mas allá de la espalda de Naraku, el demonio sonrió con malicia, así que se dio cuenta de su regalo después de todo.
.-Por que?.- demando el youkai volviendo a colocar la espada junto a Tenseiga sobre su estrecha cintura. Dando unos pasos dejando atrás a Naraku, mas esperando una respuesta deteniéndose frente a la puerta de papel que cubría la habitación.
.-Era necesario, lord Sesshoumaru, siempre he deseado su cooperación, como sabe necesito aliados fuertes, usted es uno en los cuales tengo muchas esperanzas en convencer.- Las lentas pisadas de Naraku se dirigieron hacia el youkai quedando a un lado del mismo
.-Lamento haber tomado medidas tan drásticas y me disculpo por la muerte de sus camaradas, pero a cambio espero que el pequeño regalo que se encuentra pasando esa puerta sea de su agrado.- murmuro Naraku al tiempo que se arrodillaba frente a Sesshoumaru en una respetuosa reverencia, mientras sus dedos se colocaban sobre la puerta abriéndola lentamente.
.-Jamás... Sesshoumaru, nunca se unirá aun ser tan despreciable y ruin.- Naraku rió suavemente, desafiando la mirada de odio del youkai con la propia.
.- Aun así, mi lord, le ruego que entre y acepte este regalo. Estoy convencido que será de su agrado, ella tiene tanto tiempo esperando por usted, le confieso que necesita tanto tenerlo cerca como usted a ella.- Naraku finalmente abrió la puerta, Sesshoumaru entro con reserva, era imposible que el maldito tuviese cautiva ahí a esa chica humana, pero su hermano era un incompetente para proteger a quien tuviera cerca. Se maldijo interior mente por haber confiado en un mitad bestia.
La habitación era demasiado amplia y larga todo cubierto de sombras, pero los ligeros rayos de luna iluminaban una parte de la misma, donde una mujer pacientemente sentada esperaba.
.-No puede ser..- murmuro Sesshoumaru con incredulidad.
Ahí frente a sus ojos estaba un delicado y frágil cuerpo, sus largos cabellos rubios que se arrastraban débilmente por el suave viento, eran iluminados tenuemente por la luna haciéndolos relucir, el blanco kimono bordado con aquellas flores rosas parecía reflejar la luz haciéndola ver hermosa, los rizados bucles que caían sobre sus mejillas se movían por la fresca brisa. Los ojos del youkai se llenaron de lagrimas, destruyendo aquella imagen de frialdad que lo caracterizaba, dejando una llena de amor y cariño.
Sus pasos se dirigieron rápidamente hasta ella, dejándose caer de rodillas frente a la mujer abrazándose a su regazo con fuerza mientras débiles sollozos emitía con sus labios. Su inconfundible aroma lleno sus sentidos. Los delicados dedos de la mujer acariciaron sus mejillas, las miradas de ambos se encontraron, pero aquellos ojos azules parecían sin vida, a pesar de llevar una cálida y sincera sonrisa de reconocimiento en sus labios.
.-Volviste a mi... Sesshoumaru.- la melodiosa voz de la youkai rompió el crudo silencio que los envolvía. El youkai escondió su rostro en el regazo de la mujer, volviéndola a estrechar contra si suavemente.
.-Si, si, aquí estoy de nuevo... Mi Sakura.-
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Aunque aquella mujer que manipulaba los vientos aseguraba que odiaba a Naraku y deseaba su muerte, pero a Kagome no le inspiraba la mayor confianza, aun así les había contado los planes que tenia en mente ese maldito. Ella los seguía de cerca mientras avanzaban dirigiéndose al nuevo castillo del demonio. Kagome había insistido en subir junto al monje sobre Hatchi, pero el hanyou la subió en su espalda sin esperar a que empezara a reclamarme, corriendo rápidamente pero teniendo cuidado en no lastimar al pequeño en su vientre.
Inuyasha estaba diferente, desde que ella había despertado de aquel sueño no le había dirigido palabra alguna, pero estaba al pendiente de todo lo que sentía, Kagome solo deseaba llegar cuanto antes a ese castillo donde seguramente ese demonio no los esperaba, quería aniquilarlo con sus propias manos antes de que tratara de dañar a Sesshoumaru... por que estaba segura en aquel sueño la persona... mas bien el demonio que lo mataba era Naraku...
Era verdad...
Sesshoumaru la odiaba... y la engaño de la peor manera que se podía hacer... seguramente también destetaba a su pequeño... pero... aun seguía creyendo que todo era una mentira... que ese trato frió y la mirada de odio y desprecio que le había regalado en aquella ocasión eran falsas... pero aun así... tenia miedo, su mirada se entristeció de golpe, pero contuvo en su pecho los lamentos que deseaban salir de su pecho, llevo una mano a su vientre, acariciándolo, tranquilizando al pequeño que nuevamente se movía.
Siempre lo supo, el Sesshoumaru que convivió con ella no era el verdadero. Era solo una parte del mismo, era doloroso que estuviera enamorada de esa parte que ahora yacía olvidada en lo mas profundo del corazón y mente del youkai.
Lo extrañaba... necesitaba estar cerca de él... ambos necesitaban estar a su lado... aunque ahora los despreciara...
Inuyasha aumento el paso cuando sintió aquella lagrima de la joven caer sobre su piel y el movimiento agitado de el cachorro en el vientre de esta, maldita sea, ni siquiera lejos de Sesshoumaru podía lograr que ella no sufriera, hubiera sido mejor que aquella chica jamás los hubiera conocido.
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Ambos estaban ahí sentados sobre el frió suelo de madera rustica del castillo, los delicados brazos de la youkai lo sostenían con cariño, mientras él estaba ahí contra su pecho aspirando su aroma, deleitándose con su rostro tranquilo y bello, perdido en la inmensidad de sus profundos ojos azules, tan intensos como el mar. Sus largos dedos jugaban con su cabello rubio haciendo pequeños y sutiles rizos con ellos.
El hombre de la piel de mandril se acerco lentamente a ellos, haciendo el mas mínimo ruido con sus movimientos. Esperando el mas imperceptible arrebato del tai youkai, un, como decirlo, ataque a traición, mas al estar frente a ambos, nada sucedió, Sesshoumaru se encontraba cautivo, preso de la presencia de la youkai.
.-Debo interpretar que su respuesta a mi propuesta es afirmativa, lord Sesshoumaru.- ninguna respuesta nació de los labios del youkai, una sutil sonrisa de victoria se formo en los labios de Naraku.
.-Siento tener que separarlos tan rápido... pero es momento de que muestre la lealtad que le tiene a lady Sakura.- Una de las manos de Naraku se poso sobre la cabeza de Sesshoumaru, el youkai pareció salir del estupor en que se encontraba dirigiéndole una mirada de odio al hanyou, mas los delicados dedos de la youkai acariciaron sus mejillas haciendo que dejara de mirarlo para posar sus ojos sobre ella.
Una intensa luz violeta salió de su mano adentrándose en el cuerpo de Sesshoumaru, la youkai se alejo de su lado como si le temiera, los ojos del youkai se inyectaron de sangre y un aullido de dolor escapo de sus labios, sus facciones desfigurándose lentamente.
.-Sesshoumaru, odia, ellos vienen, quieren matar a Sakura, en especial dos personas un hanyou de cabello blanco y una sacerdotisa que lo acompaña... ¿Dejaras que vuelvan a alejarla de tu lado?.- Pregunto burlonamente antes de alejarse de su lado.
.-Jamás...- gruño el youkai poseído, que salía rápidamente destruyendo todo a su paso con las garras.
Naraku sonrió satisfecho mientras recogía la larga estola que había caído del cuerpo del youkai, tomándola entre sus manos dejándola caer en los brazos de la youkai, mismos que la abrazaron con fuerza contra ella, sus ojos continuaban sin mostrar vida.
.-Kanna... síguenos.- murmuro el demonio mientras caminaba seguido de Sakura. Era una lastima que aquella mujer no tuviera su alma, pero al menos el cuerpo de la misma aun respondía al estar cerca de aquel youkai, Kanna era la única que podía manipular su cuerpo sin alma. Era una completa perdida, pero ahora ya no importaba.
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Veneno no había duda, aquella barrera era veneno puro, el monje Miroku toco una parte del mismo con su báculo y este empezó a deshacerse, una fuerte exclamación de sorpresa se escapo de los labios del pequeño zorrito.
.-Y que crees que debemos hacer Inuyasha?.- pregunto el monje acercándose al hanyou que desenvaino su espada de un rápido movimiento.
.-Esto... Kaze no Kizu.- grito cortando con el filo de sus espada la densa capa que de abrió de un solo golpe, pero inmediatamente fue cubierta nuevamente.
.-Ese madito Naraku, no nos dejara pasar tan fácilmente.- Sango dijo aquello mientras observaba como Kagura se acercaba y pasaba por la capa que se abría en su presencia.
Nuevamente salió del castillo deteniéndose en medio de la capa esperando a todo un grupo que la miraba con desconfianza.
.-Quieren pasar no?.- todos y cada uno ellos pasaron deprisa, no debían confiar en que aquello duraría por largo tiempo, era cuestión de minutos para que Naraku se diera cuenta de su presencia, si es que aun no lo había hecho.
Todo el castillo se encontraba vació, pero el inconfundible aroma del demonio estaba presente y su energía maligna lo impregnaba todo.
.-Con cuidado... recuerden que puede ser una trampa.- murmuro Kagome al mismo tiempo que preparaba una de sus flechas, colocándola con cuidado en el ligero arco.
Inuyasha la miro intensamente, no había querido quedarse junto a Sango en el lugar al donde Kagura les había encontrado. Kagome era demasiado impertinente, no estaba en condiciones de pelear, pero insistió en acompañarles como una chiquilla malcriada. Pero estaba preocupada por el inutil de su hermano. Ni hablar, no podría dejarla desprotegida mientras estaba en aquel lugar.
El viento se acrecentó al grado de levantar el polvo impidiendo la visión del castillo, aquel aroma, Inuyasha alerto a los demás.
.-Estamos rodeados de monstruos, prepárense.-
Y así era en el momento que el viento se detuvo y el polvo se disipo, la imagen de cientos de monstruos a su alrededor los impresiono, mas aun al pequeño zorrito que fue a esconderse detrás de las piernas de la miko, quien dirigió su mirada hacia el castillo, donde la visión de una persona la desoló.
.-Ju ju ju ju ju ju.- aquella risa, frente a ellos una esfera violeta apareció, la blanca piel de mandril se distinguía al momento en que el campo se deshacía.
.-Naraku.- gruño Inuyasha encarándolo, dando rápidos pasos hasta estar frente a Kagome quien ni siquiera atención le ponía, sino que seguía viendo hacia el castillo.
Aquella mujer, quien era... por que sentía que la conocía, nunca antes la había visto, pero aquella sensación estaba muy presente, aunque no era una mujer, era una youkai, sus ojos se entristecieron, la youkai estaba muerta, caminaba y se movía como si estuviera viva, pero era solo como una marioneta, un cuerpo sin alma en su interior.
Un ligero ruido percibía, eran, suaves y lentos quejidos, jadeos entrecortados, aquellos ruidos eran familiares, ya antes los había escuchado... le pertenecían a... volteo rudamente encontrándose la espalda de Inuyasha frente a ella y mas allá Naraku ataviado con esa piel de simio.
.-Sesshoumaru.- grito mirando con preocupación en sus castaños ojos hacia el demonio que los retaba. Una sonrisa divertida adorno los labios y los ojos negros de Naraku brillaron con malicia.
.-Vaya, por lo visto es la única que se ha dado cuenta de quien me acompaña.- la larga piel blanca fue retirada mostrando a una figura encogida en si misma, las garras afiladas dispuestas a desgarrar, aquellos ojos rojos con un brillo de muerte y de sus labios escapando leves pero sonoros gruñidos.
Una exclamación de terror por los demás interrumpió el silencio. Inuyasha tomo con mas fuerza su espada mientras corría para enfrentarse a Naraku o a Sesshoumaru, los demás les siguieron preparando sus armas. El cuerpo del youkai se alejo del demonio, rasgando el viento con sus garras dispuesto a eliminar al que se atravesara en su camino.
Kagome se dejo caer de rodillas en el suelo, el cachorro comenzó a revolverse rudamente en su interior lastimándola. Por que? Por que nuevamente se encontraba Sesshoumaru así, no quería, no deseaba pelear contra él. Giro sus ojos para ver como Inuyasha y Sesshoumaru se enfrentaban. Las lagrimas inundaron sus ojos y la presión en su pecho fue demasiada para soportarla.
.-¡DETÉNGANSE!.- De nada servia gritar... Sesshoumaru no se detendría hasta ver al ultimo de ellos muerto.
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Continuara...
.-Rewiesss...
.-Rerry... Hahahaha la opcion tres no la he subido porque no me has dicho de que se trata u.u! XD Hahahaha entonces ya somos dos las que no recordamos si tenemos vida XD... Hai! Pinguinos al Poder! XD
.-anita-asakura... La mujer que visito Sesshoumaru... no era Kagome... era alguien mas... pero por ahora no puedo decir quien.. Gracias y saluditos!
.- Utena-chan... hahaha tienes permiso para hacerlo XD aun no explico eso XD Saluditos!
