My Lost Memories: Final Dream
Por:YukaKyo
Beta: Papallona
Disclaimer: Inuyasha no es mío, nunca lo será y no lo quiero! Al que quiero es a Naraku! XD
Advertencia (favor leer): Esta es la segunda parte del fic, la primera parte la pueden buscar dando click en mi nick, fanfiction de la pareja SesshoumaruxKagome, espero y les guste! Manden su review si les gusto o si de plano esta pésimo, que es lo mas seguro ;)
Capitulo 23 Altr. La oscuridad en los corazones...
Kagome... Kagome...
Deseaba tanto escuchar esa melodiosa voz llamándole, tal y como tantas veces al día lo hacia...
Los largos cabellos negros se agitaron un poco antes de que se detuviera después de aquella corta carrera que había hecho hasta llegar a las escaleras del templo y era sorprendente que aun pidiera moverse con demasiada agilidad, mas aun en el avanzado estado en el que se encontraba. Los diminutos escalones quedaron atrás dejándola observar lentamente aquel joven, sentado cruzado de piernas sobre el áspero suelo de madera que despacio dibujaba sutiles letras sobre trozos de papel.
Los rayos dorados del sol se reflejaban sobre aquellos cabellos celestes, haciéndolos brillar intensamente.
.-Sesshoumaru... el bebe... se movió.- susurro quedamente la joven. Viendo como el youkai continuaba su labor sin prestarle atención. He iba a marcharse cuando de pronto aquellos ojos de oro tan cálidos la miraron, se desconcertó, mas aun cuando esa delicada sonrisa adornaba imperceptiblemente sus labios. Dio un paso atrás cuando el joven se levanto, soltando sin importarle donde caería el pincel, manchando de negro la madera caoba.
Aquellos gruesos brazos la sujetaron, atrayéndola al amplio pecho, en un cálido y suave abrazo. La joven cerro sus ojos castaños, devolviéndole aquel gesto. Recostando su cabeza sobre su torso mientras sonreía. Una de las manos del youkai acaricio su vientre, percibiendo todos los movimientos de su pequeño cachorro, los labios de Sesshoumaru buscaron los suyos, regalándole una suave caricia sobre los mismos. Continuaron sentados. Ahí, ambos sintiendo como lentamente el tiempo transcurría.
La joven daría todo lo que tenia para que aquel mágico momento durara para siempre.
Lentamente sintió como el joven la separaba de él, mirándola directamente a los ojos, aun con esa sonrisa en sus labios, expresándole todo lo que quería con aquella mirada que la chica muy bien conocía.
.-Kagome... He decidido... como el youkai que soy, protegerlos... aunque el costo sea mi propia vida... haré todo lo necesario para que nada les suceda.-
La joven miko quiso responder... pero frente a ella... Sesshoumaru ya no se encontraba...
Kagome... Kagome..
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.-KAGOME... respóndeme Kagome... abre tus ojos.- despacio aquellos ojos castaños se abrieron, viendo borroso primero, para después mejorar su visión y percibir que aquella mancha rojiza que en un principio la estrujaba entre sus brazos y ahora acariciaba suavemente su mejilla, definitivamente aquel era Inuyasha.
Se incorporo levemente aun entre los brazos de Inuyasha viendo a su alrededor. Buscando a alguien que ahora sabia, junto a ellos no se encontraba. Porque de haber sido así, ella se encontraría junto a él y no con le hanyou que la veía tiernamente.
Sus castaños ojos se posaron sobre la intensa sonrisa de alegría de el pequeño zorrito y la exterminadora que la alejaba de los brazos de Inuyasha para estrecharla entre los suyos, mientras varias lagrimas de esta le mojaban levemente el hombro, paso sus brazos sobre esta reconfortándola, sonriéndole también al monje que en silencio pero contento de verla le observaba. Dejo de prestarles atención a sus amigos, para luego mirar de reojo a la sacerdotisa que no le veía sino que seguía ahí. De forma silenciosa y sombría. Con el arco tensado apuntando en dirección donde varios demonios esperaban su ataque.
¿Qué es lo que hacia ella ahí? O mas bien... a que había venido esta vez?
Quería preguntarle, mas sus palabras fueron opacadas por el ruido de la flecha purificadora que salió disparada purificando a varios de los youkais, borrando su existencia de ese mundo. Solo después de eso, ambas miradas castañas se encontraron la dama de las serpientes cerro sus ojos un momento, dándose cuenta de el estado de Kagome. Dejándole en claro algo a la joven del presente.
Si Kikyo estaba ahí, era solo con la intención de ayudarles...
Al menos eso fue lo que Kagome pudo percibir en esos ojos que esta vez, no le miraba con resentimiento y enfado. Aunque debía aceptar que la extrañaba, se había acostumbrado tanto a que la miko la odiara. Y tal vez el cambio se debía a lo que pasaba con Sesshoumaru. Kikyo de alguna forma se había enterado y ahora sabia que ya no era mas una intrusa en la vida de Inuyasha.
Kagome dejo de pensar en aquello para girar sus ojos viendo como Inuyasha la miraba. Mas exactamente, como miraba a algo que estaba sobre ella y que realmente pesaba. Pero no solo Inuyasha la miraba sino también, todos los que ahora eran sus compañeros.
La mirada castaña de Kagome siguió la dirección que le marcaba aquellos ojos intrigados. Abriendo desmesuradamente los propios al ver de que se trataba. Parte de su ropa estaba dañada, si, pero solo un poco de la misma y ahí descansando contra su vientre la larga espada de Sesshoumaru se encontraba. Inuyasha abrió la boca, pero sus palabras fueron robadas por la joven de cabellos azabaches.
.-Colmillo sagrado... ¿como es que?...- las palabras de Kagome se detuvieron al recordar.
Flash Back
.- Me veo obligado a eliminarte.- Sesshoumaru levanta una d sus manos haciendo que esta nuevamente vuelva a brillar de color verde, Kagome abre desmesuradamente sus ojos dándose cuenta que Sesshoumaru no mentía.
.-Espera... Sesshoumaru... no.- una ráfaga verdosa envolvió a la miko quien solo pudo levantar un poco sus manos para intentar cubrirse.
Fin del Flash Back
Kagome se levanto despacio siendo ayudada por Inuyasha, pero solamente sus ojos miraban con atención aquella espada que tenia entre sus manos. Cuando.. ¿Cuándo el youkai se la había dado?... era claro que con la misma la había protegido de su veneno.
No, ahora que lo pensaba bien Sesshoumaru no se había movido de su lugar para dársela, solo había cerrado sus ojos negándose a mirar lo que sus manos hacían.
Pero la que si se había movido del lugar en donde estaba, hasta llegar con ella con colmillo sagrado desenfundada, sorteando las ráfagas de veneno corrosivo, fue...
Sakura...
Kagome... confió en ti... por eso te ayudare...
Los brazos de Kagome sujetaron con fuerza la espada, atrayéndola hasta su pecho, mientras la abrazaba con fuerza y cerraba sus ojos un momento.
Sesshoumaru en ningún momento había querido matarla... sino solo protegerla,. Siendo enviada con sus poderes como youkai, nuevamente junto a Inuyasha y los demás, segundos antes de que el veneno la alcanzara. Mas Sakura imagino que aquellas serian sus intenciones y había tomado a colmillo sagrado de la cintura del youkai para evitar que el veneno la dañara para desaparecer ante los ojos de ambos.
.-Gracias Sakura... ahora seré yo quien cuide de él.- murmuro la joven aun sosteniendo aquella espada junto a ella, mientras el pequeño zorrito se subía a su hombro y acariciaba con sus manitas la mejilla de esta reconfortándola.
Inuyasha la observo un momento, para luego caminar hasta Kikyo, desenfundado su colmillo. Aquello era extraño, pero nada de lo que viniera de su hermano era normal. De eso no tenia ninguna duda.
Observo a Kikyo un segundo percibiendo la sutil sonrisa que en sus labios se formaba, incluso ella, se alegraba por el bienestar de la joven, Inuyasha sonrió también, transformado al gran colmillo de acero, preparándolo para recibir a cuantos monstruos quisieran levantarse contra de él. La delgada flecha se irguió al igual que aquellos brazos delgados que sostenían el arco.
Peleando juntos como antaño, una vez mas antes de que todo terminara...
Inuyasha frunció sus cejas altaneras, solo faltaba que Sesshoumaru se les uniera y entonces si que una verdadera faena se iba a lograr, aunque no lo dudaba, después de todo cualquier cosa se podía esperar de el youkai.
Tal y como esa aparición extraña, de la cual había caído Kagome...
Si, recordaba con claridad a aquella esfera verde que había llego hasta los monstruos que iban a matar, posicionándose entre ellos y que luego exploto esparciendo lo que era veneno deshaciendo y matándolos, para luego dejar solamente una pequeña figura en el suelo que era la joven miko.
Y ahora encontrarse con la sorpresa de ver al colmillo sagrado entre los brazos de la joven.
Nah... ese extraño hermano suyo tenia muchas cosas que aclararle cuando regresara.
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El viento cortante destruyo a los demás monstruos que quedaban aun suspendidos en el aire y algunos mas en el suelo. Inuyasha corrió rápidamente hacia el castillo, siendo seguido por la miko y el monje. Kagome les vio un segundo antes de que la exterminadora le extendiera la mano, ayudándole a subir en Kirara para alcanzarles.
Kagome observo las mejillas empapadas de la joven, quiso preguntarle el porque de sus lagrimas, mas el sombrío brillo de su mirada se lo dijo sin palabras, la miko miro furiosa hacia donde Naraku los esperaba, ese maldito se había atrevido a quitarle lo único por lo que Sango luchaba.
La exterminadora de monstruos sujeto con fuerza el pelaje de Kirara, haciendo que la gata corriera mas aprisa por los aires, dándoles un rápido alcance a Inuyasha y los demás, una de sus manos quito furiosamente, las lagrimas que sin cesar bajaban por sus ojos, tenia que guardar esa rabia, para destruirlo, con sus propias manos mataría a ese asesino.
.-Por Kohaku.-gruño la exterminadora, soltando su hiraikotsu con fuerza, despedazando algunos monstruos que se encontraban frente a Inuyasha y los demás. Antes de que regresara a su mano con fuerza y lo arrojara una vez mas.
Miroku y Kikyo se detuvieron, abriendo el kazaana y lanzando las flechas, encargándose de cubrir al hanyou, que corría en dirección recta hasta destrozar un leve e innecesario campo de energía sobre las puertas del palacio. Dejándole frente a sus ojos la imponente figura de Naraku.
Los largos tentáculos en la espalda del hanyou se agitaron, para abrirse mostrando los filosos dientes, retando a Inuyasha a cortarlos y si lo hacia, potentes nubes de gas venenoso los rodearían, pero aun así no estaba del todo desprotegido, a pesar de no llevar sobre si, aquel poderoso campo de energía, porque estaba rodeado por algunos monstruos y varios insectos venenosos.
.-Bienvenido Inuyasha.-Los rojizos ojos brillaron irónicos y su sonrisa torcida se acrecentó al ver como el hanyou se le echaba encima con rabia. Moviendo con maestría su colmillo. Naraku le respondió de igual forma arremetiendo contra el con toukijin en la mano.
Aquello turbó a Inuyasha, esa espada era de Sesshoumaru y si no la tenia en su poder era porque tal vez el ya estaba muerto, había una posibilidad, pero la misma no le hizo disminuir en su ataque. Kikyo miro de reojo al hanyou, destrozando con un golpe de su arco el monstruo que se acercaba hasta ella, para girarse, mirando completamente a Naraku.
La sonrisa de complicidad que este le envió, le hizo estar mas segura de lo que a continuación haría, todo estaba saliendo según sus planes, llevo una de sus manos tras su espalda, sujetando entre sus dedos una mas de aquellas flechas posándolas en el arco que estaba listo para disparar, apuntando con precisión hacia el hanyou que con aquella legendaria espada batallaba.
El brillo purificador, surco los aires, evadiendo a cada uno de los monstruos que en esos segundos pasaban, una sonrisa confiada apareció en sus labios, faltaba tan poco para alcanzarle, pero fue interceptada por uno de los demonios que seguía de cerca de Naraku haciendo que este explotara, esparciendo sus putrefactos restos por el suelo.
Naraku le miro decepcionado, estaba perdiendo acaso la puntería la miko, había estado tan cerca de darle a Inuyasha. Los rojizos ojos del demonio se entrecerraron, mirando después con odio a la miko, esa maldita flecha no estaba siendo dirigida a Inuyasha sino a él.
Maldita Kikyo... ya se las pagaría...
.-Rápido ataquen.- rugió el hanyou después de arrojar a Inuyasha lejos de un golpe con sus tentáculos, antes de levantar una de sus manos y señalar con sus dedos, mandando a los demonios y a los insectos contra los demás compañeros de Inuyasha. Entreteniéndolos mientras alejaba a propósito al hanyou del grupo.
Necesitaba cuanto antes un aliado poderoso en su terreno... esos demonios insignificantes no le servían de nada...
Era una lastima que Sesshoumaru no se encontrara cerca...
Aunque aun estaba Inuyasha...
Sus burlescos labios dejaron escapar una suave carcajada, mientras evadía con velocidad la espada del hanyou. La verdadera diversión apenas estaba por empezar.
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Sango y Miroku se habían combinado en equipo derribando con el boomerang y los pergaminos a varios de los monstruos, mientras Kikyo protegía con un kekai a la desarmada Kagome y al pequeño zorro, guardando la mayor cantidad de flechas, para un posible contraataque. La gata de dos colas cruzo los aires mordiendo a un demonio serpiente que había querido atacar a traición a la pareja de monje y exterminadora.
Aquella espada era sumamente peligrosa y dañaba con fuerza al colmillo de acero, pero claramente el hanyou pudo apreciar que Naraku no sabia utilizarla del todo, al menos no de la misma manera que Sesshoumaru lo hacia.
.-Cuidado Inuyasha.- grito Kagome viendo como el hanyou perdía el control de su colmillo cuando Naraku le golpeo la mano con uno de sus tentáculos, haciendo que este lo soltara, dejándolo inactivo y clavado contra el suelo.
.-Bah...-Inuyasha miro con odio al hanyou, mientras preparaba sus largas garras, dejándolas listas para rasgar la piel de Naraku.- No la necesito para acabar con una basura como tu.-
Inuyasha corrió en dirección del hanyou que de igual forma soltó a toukijin.
.-No me digas que por primera vez pelearas limpiamente.- Gruño arrogante Inuyasha.
.-En esta vida... jamás.-siseo Naraku con burla, no sin antes arrojarle algo de su poderoso veneno al chico orejas de perro. Logrando detener a Inuyasha mientras cubría su nariz con una de las mangas rojas de sus ropas y tosía en un intento de atrapar aire limpio con sus pulmones.
El demonio se alejo unos pasos, disfrutando de algunos segundos, viendo al equipo dispersado, algunos peleando, otros solo mirando como lo hacia el pequeño zorro, escondido tras la espalda de esa mujer y el jefe ahí tratando inútilmente de no caer inconsciente bajo el poderoso veneno que le había mando.
Pues bien, era a hora o no lograría lo que se proponía.
Naraku, busco entre sus ropas con una de sus manos, aquella preciada joya, deleitándose con el frió tacto al momento de sujetarla entre sus largos dedos. Solo durante algunas veces había sabido de la transformación de Inuyasha, por el espejo de Kanna y los insectos, mas no sabia si aquello realmente funcionaria, mas no estaba de mas experimentar, los ojos rojos de Naraku, se desviaron, buscando entre la oscuridad de la noche, la empuñadura del colmillo de acero, alejado muchos pasos de su dueño.
Lentamente fue sacando su mano, trayendo entre ella la dulce y maldita perla de shikon.
Entonces por que estar esperando para ver lo que algunas cuantas energías malignas podrían hacer...
Tal vez se llevaría una grata sorpresa...
Tal vez Inuyasha sucumbiría al poder de la perla, como lo había hecho Sesshoumaru...
Ambos hermanos cayendo por la oscuridad en su corazón...
