My Lost Memories: Final Dream
Por:YukaKyo
Beta: Papallona
Disclaimer: Inuyasha no es mío. Le pertenece a su dueña.
Advertencia (favor leer): fic SesshoumaruxKagome
Capitulo 25Alt. La Espada Que Revive
El semblante enloquecido de su rostro cambio, dejándole nuevamente aquellos rasgos naturales y agraciados que poseía, mostrando la pasividad de su alma, el cuerpo seguía tenso, mostrando el intenso esfuerzo que debía utilizar para manejar aquella espada entre sus manos. Aunque fue solo momentáneo, los exagerados rasgos volvieron, sumiéndole el la inconciencia de esa sangre maldita una vez mas.
Las bandazas destructivas de aquella técnica, pasaron rugiendo sobre la tierra, destrozando y pulverizando las piedras, el ruido que provocaba era ensordecedor, haciendo que las mujeres cayeran de rodillas al suelo, cubriéndose sus oídos con ambas manos, parecía que si seguía los tímpanos de ambas reventarían.
El poder descontrolado y brillante, se elevo antes de alcanzar su objetivo, partiendo las nubes grises que desafortunadamente se habían colocado sobre sus cabezas, despejando el cielo de las mismas, dejándolo descubierto y brillante lleno de estrellas. Pero así como había subido ahora bajaba, convertido en un relampagueante dragón azulado, de energía puramente destructiva.
Kagome abrió los ojos levemente, dejándolos entrecerrados a causa de la brillante energía que desprendía el Sou-Ryu-Ha de Sesshoumaru, logro distinguir al youkai, tenso y concentrado aun y con su transformación, guiando aquel ataque desde sus manos subiendo por la afilada hoja de metal que constituía a colmillo sagrado.
Un momento...
La miko abrió esta vez completamente sus ojos, colmillo sagrado en las manos de Sesshoumaru.
Como? Ella la llevaba entre las suyas momentos antes de que el apareciera.
No, desde hacia algunos minutos ya no la llevaba, la había dejado caer justo cuando Inuyasha había herido a Kikyo y ella había corrió a auxiliarla. Seguramente en esos instantes el youkai la había obtenido, aunque mas extraño le parecía ahora que colmillo sagrado lograra hacer una técnica tan destructiva y mortal como aquella.
Colmillo sagrado, la espada que revive y que ahora también era capaz de matar...
Pero porque podía hacer aquello...
Sesshoumaru odiaba esa espada por serle inservible en las batallas y ahora esa misma espada era capaz de realizar un ataque como aquel, mortífero y letal para quien lo recibiera.
¿Porqué?
¿Porqué ahora podía lograr aquello?...
.-Por ustedes... él solo quiere proteger a su familia...-
.-Que?.- soltó Kagome escéptica, mirando a la miko que le observaba.
.-Colmillo sagrado lo ha entendido y junto a Sesshoumaru modifico un poco mas sus habilidades- susurro Kikyo, alejándose de Kagome mientras las serpientes caza almas la rodeaban proveyéndola de almas para que sus heridas se recuperaran.
.-Por nosotros... Oh! Sesshoumaru.- Kagome llevo sus manos a su vientre, rozándolo apenas, su cachorro estaba mas que tranquilo, giro sus ojos una vez mas mirando al youkai en silencio.
El dragón de luz rugió una vez mas antes de dirigirse totalmente sobre sus objetivos, tragándoselos de una bocanada segura que los engullo en aquella bola de energía en que se convirtió al hacer contacto. Kagome miro esperanzada aquello esperando que fuese suficiente para aniquilar de una vez por todas aquel demonio que tanto daños había causado en sus vidas.
Pero tal y como la mayoría no lo esperaba... aquel milagro no sucedió...
El demonio de cabellos negros y rizados, poseedor de la casi completa perla de shikon, logro protegerse de aquella ráfaga de odio y resentimiento que se conjugaba para formar aquella técnica, protegido por un violáceo y redondo campo de energía. Una sonrisa confiada se formo en sus labios. Y levanto su mano hacia el frente mostrando la venerada joya que una vez mas con su poder oscuro le había salvado.
Aunque Inuyasha que estaba convertido en el loco hanyou de sangre mezclada, no logro escapar de las garras de aquel mortal ataque, la potente energía le toco, dañándole gravemente, siendo expulsado con fuerza por el ataque arrojado demasiados metros lejos, retorciéndose de dolor en el suelo.
A causa de los profundos cortes y de las descargas eléctricas de aquella energía maligna emanada del youkai creador del ataque, si, aquel ataque le había dañado, pero demasiado levemente, después de todo no era a Inuyasha a quien Sesshoumaru había querido matar, ya que de haber sido así, no estaría respirando ahora. Sus ojos inyectados de sangre miraron con odio al youkai que sostenía a su espada entre sus garras.
Los castaños ojos de Kikyo le miraron, quería acercarse hasta él, estar a su lado, pero no podía, sus serpientes le sostenían, impidiéndole moverse, aquella herida en su cuerpo era mortal para el mismo. Bajo la vista frustrada, escuchando los gemidos lastimeros que Inuyasha malherido soltaba.
.-No puede ser... que acaso nada le daña-. Kagome no quería creer aquello, no lo quería.
.-Esta herido.- logro balbucear una vez mas Kikyo, sujetando su hombro con fuerza y es que a pesar de que sus serpientes le llevasen almas, sus heridas un no sanaban con rapidez.
.-Que?.-Kagome giro el rostro viéndola confundida, la miko le miro y le señalo al demonio, mas bien señalo uno de los costados de su cara.
.-Esta herido aunque... muy levemente.- un delgado hilillo bajo de la cabeza del hanyou, atravesando su ceja terminado en su mejilla, Naraku llevo sus dedos ahí, limpiando la sangre y riendo despectivamente.
.-Es todo lo mejor que puede hacer un demonio en tu estado Sesshoumaru?.- la sonrisa en los labios del hanyou se desvaneció al mirar al youkai.
Su rostro enloquecido seguía ahí, pero podía distinguir un leve tajo de conciencia entre la misma. No le había atacado por error, Sesshoumaru en verdad quería matarle.
No hubo mas palabras, Sesshoumaru volvo a arrojarse contra el hanyou, buscando cortarle con su espada, los pedazos de tentáculos de Naraku comenzaron a salir disparados cayendo de un ruido sordo contra la tierra. El demonio de ojos rojos gruño disgustado, era su imaginación o el maldito youkai era un poco mas rápido y fuerte que de costumbre, debería de estar exhausto y sin energía después de todo lo que había pasado.
Logro quitárselo de encima, burlando a duras penas aquella espada con una hoz que había creado con su cuerpo. El agudo sonido de las hojas metálicas golpeándose lleno el silencio de aquella noche de luna llena. Ese mismo que indicaba que uno de ellos había impedido el paso del otro. Naraku dio un largo salto hacia atrás, alejándose del youkai, que le observaba silencioso, los largos cabellos tenidos de sangre se movieron con la suave brisa al igual que los mechones negros sueltos que poseía.
Una pequeña risa siniestra escapo de los labios del hanyou girado su vista hacia donde las mujeres se encontraban...
Pero Sesshoumaru llego junto a ellas antes de que Naraku lo hiciera...
Kagome y Kikyo miraron como Sesshoumaru se colocaba frente a ellas, sujetando con fuerza al colmillo sagrado entre sus manos, protegiéndolas. Los ojos de Kagome miraron aquella empuñadura conocida y que sobresalía de entre las ropas de Sesshoumaru, si no se equivocaba aquella era...
Colmillo de acero...
Sesshoumaru se acerco a Kikyo, haciéndole una seña con su cabeza, logrando que esta entendiera y le quitara la espada dejándola en sus manos, después de todo en cuanto Inuyasha se recuperara de aquel cambio la necesitaría. Sus dorados ojos en ningún momento dejaron de mirar al hanyou Naraku, esperando algún ataque a traición como siempre solía hacerlo.
Naraku abrió los ojos confundido, ya que lentamente el youkai cambiaba de expresión, su rostro se desfiguraba y rehacía, dándole a entender que tenia control completo de aquella transformación y podía utilizarla a su antojo cuando y como él quisiera. Crujió los dientes, irritado y fastidiado de no haberse percatado que desde el principio Sesshoumaru le engañaba, seguramente incluso un antes de mostrarle a la youkai Sakura.
La antigua figura elegante y fina del youkai se mostró, sujetando con gracia y suavidad a colmillo sagrado entre sus manos, tuvo la osadía de alejar una de sus manos de la espada, levantándola para alejar con sus dedos uno de los mechones celestes, mirando con altiveza y mofa al hanyou que curvaba los labios de furia frente a él.
.-Ya se me hacia raro que colmillo de acero estuviera tirado por ahí... sin tener cerca a Inuyasha...-Sesshoumaru soltó sus cabellos, para volver a sujetar al colmillo sagrado, concentrando una vez su energía en el mismo.
.-Eres mas astuto de lo que creía Naraku... pero sigues haciendo lo de siempre utilizando a los demás para que hagan tu trabajo...-Naraku no respondió a las palabras del youkai, simplemente sonrió antes de alejarse perdiéndose entre las sombras de los jardines, disolviéndose en humo venenoso, no sin antes mandar nuevamente Inuyasha contra ellos.
Kikyo lo vio alejarse, sus castaños ojos indiferentes miraron de reojo al youkai que también le observo diciéndole sin palabras que era hora de terminar aquello, concentro un poco de su purificativa energía sobre colmillo de acero. Antes de dejarla sobre el suelo, donde había estado sentada, para depues dejarse rodear por sus serpientes que la sujetaron con suavidad enredándose en su cuerpo. Comenzando a levarla al aire, alejándola despacio de todos ellos.
Debía encontrar a Naraku, para que juntos pudiesen aniquilarlo...
Algo que ni Kagome o Inuyasha podrían...
Porque al hacerlo morirían y esa decisión la habían tomado solo Kikyo y Sesshoumaru...
Bajo su mirada castaña al suelo, mirando cono el hanyou Inuyasha se retorcía de dolor, presa de aquellas energías malignas que de nueva cuenta entraban a su cuerpo, incitándole a volver a dejarse ser poseído por su sangre mezclada y comenzara una vez mas a matar gente. Kikyo no podía hacer nada. El contener a Inuyasha era tarea de el youkai.
De su hermano...
Cerro los ojos con fuerzas negándose a seguir viéndolo. Ligeras lagrimas cristalinas bajaron de sus ojos, mas quedaron suspendidas en el cielo, cayendo en la extraña y etérea piel de sus serpientes que de su adorado hanyou sin remedio la alejaban.
Un quejido sonoro escapo de los labios abultados del hanyou que logro levantarse a pesar de sus heridas, motivado por mas nueva y violenta energía demoníaca que le pedía a gritos sangre, sobre sus garras, en sus cabellos, dentro de su boca, la necesitaba, un poco de aquel cálido liquido rojizo, de el youkai o de la humana, eso no importaba con tal de que fuese sangre.
Se arrojo con fuerza sobre ellos, abriendo sus garras totalmente, exponiendo sus filosas uñas y los presionando los músculos y huesos de sus manos, quería rasgarles la piel, quería matarlos, deseaba sentir en sus dedos la resbalosa carne de sus cuerpos. El sonido de sus gritos pidiendo clemencia, sus expresiones contraídas en dolor.
Y a quien en primer lugar había escogido era aquel youkai de celeste cabellera que se había atrevido a dañarle.
Las largas garras de Inuyasha cortaron al aire al no poder dañar al youkai. Gruño frustrado el hanyou, preparando la otra mano, dispuesto a desgarrarle el abdomen, tomándolo desprevenido, mas nunca miro aquella mano que con su velocidad sobrenatural, le golpeo en la quijada y después en el estomago mandándole contra el suelo una vez mas, encajándose las duras pierdas en su mullida espalda.
Inuyasha volvió a levantarse, dispuesto a agredir al youkai, mas se detuvo cuando sintió en su pie, el firme mango de su espada que ahora estaba pisando, la miro levemente y levanto el rostro contemplando al youkai, que nuevamente había sacado su espada. Bramo molesto, sujetando a colmillo de acero en sus manos, mas la saco hasta que vio la sonrisa confiada del youkai.
Una aura blanca le envolvió completamente, purificándolo, Kagome miro aquello asombrada, así que para eso Kikyo había sujetado la espalda de Inuyasha, le había dejado aquel poderosos conjuro sobre la misma para aplacar el aturdido espíritu del hanyou, purificando su esencia hasta dejarlo como el Inuyasha que todos conocían.
Cansado e inconsciente Inuyasha cayo al suelo de espaldas. Los dorados ojos de Sesshoumaru miraron con interés y serenidad, observando como las marcas violetas de forma irregular de demonio, iban desvaneciéndose del rostro del hanyou, las largas garras cedieron al igual que los colmillos, sus cabellos encrespados se alisaron, quedando nuevamente como suaves hebras plateadas dejándolo como normalmente lucia.
Sesshoumaru se acerco hasta donde el hanyou había quedado tendido, deteniéndose a escasos pasos del mismo, sus ojos se fijaron con interés en su cuerpo. Las recientes heridas, cortes y arañazos comenzaron a sangrar y a pesar de que la mayoría de estos eran profundos y alarmantes no lo matarían, después de todo, dentro de poco comenzarían a sanarle gracias a su condición de mitad bestia.
Sesshoumaru se arrodillo lentamente a su lado colocando nuevamente al colmillo de acero en su funda, colocándola en la cintura del hanyou, sujetándola de la cintilla negra en la que la llevaba. Aparto varios de los mechones blancos del hanyou, de su frente, ese hermano suyo, en que líos se metía, aunque era admirable el que por mas dañado que estuviera jamás muriera. Aparto su mirada del hanyou viendo de reojo a la mujer de mirada castaña que intensamente le observaba.
Lentamente el youkai se levanto, haciendo ondear sus largos cabellos celestes con el suave viento y sus febriles movimientos. Fue acercándose despacio a aquella mujer que le observaba atemorizada, expectante de lo que ahora el youkai haría diría. Llego hasta ella, quedando a algunos pasos alejados de ella.
Kagome levanto la mirada, encontrándose con aquellos ojos dorados que en silencio y con tristeza le miraban. Y su corazón latió demasiado despacio al ver como los labios del youkai se abrían dispuestos a soltar algunas palabras.
Los claros rayos de la luna fueron desapareciendo lentamente, escondiéndose tras esa solitaria nube que ocasionalmente la cubría llenando aquellos alrededores de una fría y cruel oscuridad.
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Continuara...
N de la Yuka: Hem, no traigo nuevo capitulo, ni por un tiempo, solo subire los alternos a peticion de mi beta.
