Aquella carta que llegó a sus manos era de todo menos extraña. Una chica como Hermione Granger era de las muchachas que recibía de ellas diariamente, tal vez dos veces por día. Su hermoso cuerpo femenino, su cabello perfectamente peinado y armando claros bucles eran la ensoñación de cualquiera que se hiciese llamar a sí mismo hombre. No siempre había sido hermosa, pero desde hace un año que se había vuelto muy atractiva, tanto que podía arrancar suspiros hasta del más macho.
-¡Hermione! –exclamó Pansy ingresando en la habitación seguida de Millicent –Se nos hace tarde para la broma...
Hermione sonrió maliciosa y guardó la carta en su túnica.
-Lo siento chicas –canturreó altiva mientras las otras dos se miraban entre ellas –Esta noche tengo ronda, creo que lo mencioné... No creo tener tiempo para sus estúpidas bromas al más estúpido de Draco Lagarto. –Pansy sonrió macabra pero disimuló –Otro día tal vez, si ando de ánimo...
-Otro día será entonces –dijo Pansy fingiéndose afectada por la negativa de su amiga –Por cierto... ¿Con quién irás al Baile de Halloween? –preguntó interesada.
-Con Nott –respondió la castaña caminando hacia la puerta –Y con Zabini –rió maliciosa y Millicent no pudo evitar reír con ella. –Y Crabbe también me lo pidió... –miró a la rubia –Supe que Goyle te lo pedirá Milly, ponte guapa.
Millicent frunció el ceño.
-No necesito de tus maniobras de celestina...
-Sí que las necesitas –sonrió Hermione divertida –Y Pansy, querida... –Pansy la miró con evidente odio –Blaise dice que le gustas un poquito, pero que tendrías que ser más como yo... Inténtalo a ver que tal –rió para salir casi bailando de la habitación.
-Inténtate esto –gruñó Pansy haciendo un gesto obsceno con la mano hacia el lugar por donde se perdió su amiga. –Esto es la guerra... primero fue Nottie, ahora Blaisie... No se va a quedar con ninguno...
-No –agregó Millicent –Técnicamente se debería quedar con el rubio Gryffindor sangre sucia...
-Cállate que me cagas la trama –gruñó Pansy cruzándose de brazos -¿Vamos a espiar?
-Lógico –sonrió Milly amistosa –Vamos, vamos...
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Draco no podía creerse la sorpresa de aquella carta. ¡Una chica enamorada de él! ¡Qué ilusión! Esperaba que fuera una chica guapa, inteligente y de buenos sentimientos. Una muchacha a la cual no le importara su procedencia muggle, que no le pareciera absurdo su nombre o apodo, que no se riera de sus gustos por los estudios. Pero... una chica así nunca se fijaría en él. Era tan triste ver como todas las chicas hermosas se quedaban con los guapos prefectos de Ravenclaw y Slytherin, y los Gryffindor ya tenían competencia suficiente con Harry y Ron. Y ni hablar de los Hufflepuff, si la única vez que una chica había querido salir con él era una muchacha que no conocía su pasado ñoño, era tan hermosa y tan maravillosa, pero era una creída esa Fleur.
Llegó a la biblioteca todo perfumadito y peinado, como nunca lo hacía. Tenía todo el cabello con gomina hacia atrás, se veía muy parecido a un señor al cual había conocido hace mucho tiempo... El padre de Granger. Un tipo de alcurnia, un tipo elegante... Draco quería ser como él de mayor.
Escuchó un susurro tras de él, unos pasos en tacones, una llamada suave de una voz sensual y aterciopelada.
-Amante de la oscuridad –ronroneó Hermione al ver la espalda cubierta de la túnica de su amante nocturno –He venido a tu llamado.
Draco se volteó para toparse con la imagen de la prefecta de las serpientes toda envuelta en un sexy vestido negro, con un enorme tajo que mostraba toda su pierna derecha desde el nacimiento en sus caderas. Se apegaba a su cuerpo como el latex y realzaba sus atributos femeninos. Draco sintió que su masculinidad reaccionaba naturalmente y se enrojeció.
Por su parte Hermione llegó a saltar del susto cuando lo vio ahí. ¿Qué clase de broma era esta? Y no dejó pasar su asombro y frustración.
-¿¡Qué haces acá? –chilló espantada -¡Dónde está mi amante de la oscuridad! –siguió chillando alterada, tomó del suelo su túnica que segundos antes había dejado resbalar por sus hombros antes de hacerse notar y cubrió sus ropajes –O acaso... ¿Tú, te atreves a burlarte de mí de esta manera, lagarto? Seres como tú no merecen compartir el aire con gente como yo, sangre sucia.
Aquel apelativo que tanto odiaba volvía a salir de los labios carmín de la prefecta de Slytherin. Era tan perfecta, tan bella, tan inteligente, pero todo se perdía en cuanto abría su delicada boca para soltar los insultos más horribles que un hijo de muggles podría escuchar.
-¡Ya cállate! –exclamó Draco molesto -¿Te crees gran cosa por ser sangre pura? ¿Crees que eres algo especial por ello? Tú no sabes nada de la vida, Granger, no sabes nada de nada. Todo para ti es ser admirada y ser siempre la popular, pero no sabes que es lo que sienten a quienes tú insultas y maltratas desde que ingresamos a esta escuela... Y te desprecio por eso... Eres tan baja como sucia es mi sangre. –la miró de arriba abajo –Me das lástima.
Hermione soltó una risa.
-Te mueres por besarme, te mueres por poseerme –le dijo siseando –Acéptalo, Malfoy. Eres tal como ellos, sea como sea caerás en mis redes, más temprano que tarde.
-Espera sentada por ello, Granger...
Hermione se sentó en una silla cruzando las piernas sensualmente.
-Esperaré.
Draco salió de la biblioteca dando un portazo.
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Pansy había resuelto todos sus problemas para su pareja de baile. Había ido al callejón Knockturn en una de sus escapadas fingiendo ir a Hogsmeade y compró con sus ahorros de mesada de medio año la solución a todos sus problemas. Miraba ahora la botellita azulina con tanta ilusión.
-¡Filtro de amor! –exclamó Hermione haciéndose de la botella con un ágil movimiento de manos –Justo lo que necesitaba, gracias Pansy.
Pansy la miró con las lágrimas saliéndosele de los ojos.
-Es mía...
Hermione le sonrió maliciosa.
-¿Para qué? –rió la castaña. –No la necesitas...
-¡Claro que sí! –chilló la chica molesta y trató de hacerse de la botella pero Hermione era más ágil –Necesito ayudita para mi pareja de Halloween... ¡Dámela!
-No –canturreó la castaña risueña –Yo la necesito más, además no tendrás problemas para el baile, convencí a Nott de ir contigo y dijo que sí...
-Me suena a chantaje...
-Lógico, le deberé 5 citas seguidas luego de ello, pero te hago el favor para que veas que buena amiga soy –puso cara de ángel. –Y a cambio de tu cita con Nottie, yo pido tu filtro de amor...
-¿Para qué? –preguntó Pansy aún picada. –No lo necesitas, si le pides al más perdedor de Hufflepuff te dirá que sí.
-Pero hay una personita que nunca me dirá que si –dijo alegre –Y esta es mi solución.
-Y esa personita es...
-Denis Malfoy.
Pansy sonrió maliciosa, su plan había funcionado.
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Gracias por los comentarios, espero que les haya gustado la continuación. Cualquier cosa ya saben donde apretar para consultar... Bye!
